viernes, abril 07, 2023

La prudencia y las tres rejas

 El joven discípulo de un filósofo sabio llegó a casa de este y le dijo:

-Maestro, un amigo suyo estuvo hablando de usted con malevolencia.

-¡Espera!  -lo interrumpió el  filósofo-.  ¿Ya hiciste pasar  por las  tres  rejas  lo que vas  a contarme?

-¿Las tres rejas?

-Si.  La primera es la reja de la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?

-No; lo oí comentar a unos vecinos.

-Entonces al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Esto que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?

-No, en realidad no. Al contrario...

-¡Vaya!  La  última  reja  es  la  necesidad.  ¿Es  necesario hacerme  saber  eso que tanto  te inquieta?

-A decir verdad, no.

-Entonces -dijo el sabio sonriendo-, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido.

Cuántos  malos  ratos  podríamos  evitar  si  sometiéramos  a  esas  tres  rejas  todo  lo  que decimos…

Tomado de La culpa es de la vaca.                                                                 

 Responder:

1. ¿Evitaríamos inconvenientes mayores si sometiéramos los comentarios malintencionados al filtro de las tres rejas?

2. ¿Por qué la prudencia es conveniente para la convivencia pacífica?

3. Oiga usted bien lo siguiente: lo que escuche, vea y oiga aquí, déjelo aquí, que es de aquí y pertenece aquí. 

¿Qué piensa de esta frase o sentencia?                                                                                       

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