viernes, abril 07, 2023

El árbol de manzanas

 Este era un enorme árbol de manzanas al cual un niño amaba mucho.

 Todos los días jugaba a su alrededor, trepaba hasta el tope, comía sus frutos y tomaba la siesta bajo su sombra. El árbol también lo quería mucho.

Pasó el tiempo, el niño creció y no volvió a jugar alrededor del árbol.  Un día regresó y escuchó que este le decía con cierta tristeza:

-¿Vienes a jugar conmigo?

Pero el muchacho contestó:

-Ya no soy el niño de antes que juega alrededor de los árboles. Ahora quiero tener juguetes, y necesito dinero para comprarlos.

-Lo siento---dijo el árbol-. No tengo dinero, pero te sugiero que tomes todas mis manzanas y las vendas; así podrás comprar tus juguetes.

El muchacho tomó las manzanas obtuvo el dinero y se sintió feliz.  También el árbol fue feliz, pero el muchacho no volvió. Tiempo después, cuando regresó, el árbol le preguntó:

-¿Vienes a jugar conmigo?

-No tengo tiempo para jugar; debo trabajar  para mi  familia y necesito una casa para mi esposa e hijos. ¿Puedes ayudarme?

-Lo siento -repuso el árbol-. No tengo una casa, pero puedes cortar mis ramas y construir tu casa.

El hombre cortó todas las ramas del árbol, que se sintió feliz, y no volvió. Cierto día de un cálido verano, regresó. El árbol estaba encantado.

-¿Vienes a jugar conmigo? -le preguntó.

-Me  siento  triste,  estoy  volviéndome  viejo.  Quiero  un  bote  para  navegar  y descansar, ¿puedes dármelo?

El árbol contestó:

-Usa mi tronco para construir uno; así podrás navegar y serás feliz.

El  hombre  cortó el  tronco,  construyó su bote y se fue a navegar  por un largo tiempo.

Regresó después de muchos años y el árbol le dijo:

-Lo siento mucho, pero ya no tengo nada que darte, ni siquiera manzanas.

El hombre replicó:

-No tengo dientes para morder ni fuerzas para escalar, ya estoy viejo.

Entonces el árbol, llorando, le dijo:

-Realmente no puedo darte nada. Lo único que me queda son mis raíces muertas.

Y el hombre contestó:

-No necesito mucho ahora,  sólo un lugar para reposar. Estoy cansado después de tantos años...

-Bueno -dijo el árbol-,  las viejas raíces de un árbol son el  mejor lugar para recostarse y descansar. Ven, siéntate conmigo y descansa.

El hombre se sentó junto al árbol y este, alegre y risueño, dejó caer algunas lágrimas.

 

Esta es la historia de cada uno de nosotros,  el  árbol son nuestros padres.  De niños,  los amamos y jugamos con ellos.  Cuando crecemos los dejamos solos;  regresamos a ellos cuando los necesitamos, o cuando estamos en problemas. No importa lo que sea, siempre están allí  para darnos todo lo que puedan y hacernos felices.  Usted puede pensar que el muchacho es cruel con el árbol, pero ¿no es así como tratamos a veces a nuestros padres? 

Tomado de La Culpa es de la vaca. 


Responder lo Siguiente:

1. ¿Trata bien a su familia?

2. ¿Cumple usted el 4° Mandamiento?

     Honrarás a tu padre y a tu madre.       

3. ¿Tiene en cuenta que la familia es muy valiosa? 

4. ¿Ama usted? A sus familiares, amigos cercanos, así mismo.

5. ¿Agradece usted por la oportunidad de vivir, por sus familiares más cercanos y todo lo que le brinda la vida?

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