viernes, abril 07, 2023

El enojo transmitido

 Un importante empresario vivía siempre enojado, por cualquier circunstancia. Un día regañaba a uno, otro día a cualquier otro de sus subalternos y empleados.

Un día regañó al administrador de uno de sus muchos negocios.

El administrador llegó más tarde a su casa y gritó a su esposa, acusándola de que estaba gastando demasiado porque había un abundante almuerzo en la mesa.

Luego, la señora gritó a su empleada, la cual rompió un plato y le dio un puntapié al perro porque la hizo tropezar.

El animal salió corriendo y en el jardín mordió a una señora que pasaba por allí. 

Cuando ella fue a la farmacia para hacerse una curación, le gritó al  farmacéutico porque le dolió la aplicación de la vacuna. 

Este hombre llegó a su casa en la noche y le gritó a su madre porque la comida no era de su agrado.

La señora, manantial  de amor  y perdón,  le  acarició la  cabeza  mientras  le  decía:  "Hijo querido,  te prometo que mañana haré tu comida favorita. Trabajas mucho, estás cansado y hoy precisas una buena noche de sueño. Voy a cambiar las sábanas de tu cama por otras bien limpias y perfumadas para que puedas descansar en paz.  

Mañana te sentirás mejor". Lo bendijo y abandonó la habitación, dejándolo solo con sus pensamientos. 

En ese momento se rompió la cadena, pues la rabia, el odio y el rencor, al no encontrar eco a sus pretensiones negativas, se marcharon para siempre; llegando  la dulzura, el perdón y el amor. 

Tomado de: La culpa es de la vaca. 

Responder:

1. ¿Por qué no es conveniente que nos dejemos llevar por la ira sin medir las consecuencias de ello?

2. ¿Cuál es la importancia de no transmitir emociones y sentimientos negativos?

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