Hernán Gonzalo Verdugo Fabiani Cuentos Didácticos de Física
Hace
algún tiempo, en un lugar no muy escondido sucedió que la señora Fuerza
contrajo matrimonio con uno de los herederos del trono del reino de los reinos,
cuyo nombre no revelaremos por ahora.
El matrimonio se fue a vivir en el universo que abarca todo lo conocido y
también lo desconocido. Como regalo, los
padres del heredero le dieron a la señora Fuerza y su esposo un viaje de luna
de miel a uno de los lugares más hermosos del universo: el Sistema Solar o también
llamado el “jardín del universo”.
De entre todos los lugares del jardín del universo, se quedó a vivir en la casa
más hermosa de todas: la Tierra. Desde la Tierra la señora Fuerza su puso a
cultivar su jardín: las estrellas y los planetas.
No pasó mucho tiempo y la señora Tierra empezó a tener hijos e hijas. Entre los
hijos e hijas que tuvo la señora Tierra estaban: Gravedad, Peso, Roce, y los
gemelos Acción y Reacción.
Cada
uno de los hijos e hijas se preocupó, junto a su madre Fuerza, de cuidar el Universo
y todos sus habitantes. Su esposo, el heredero al reino de los reinos, gracias
al afortunado casamiento con la señora Fuerza aumentó sus responsabilidades. Y
como señal de gratitud dejó en manos de su señora la administración y cuidado
del movimiento de todo ser que habitaba en el universo.
Cada
hijo tenía su particular personalidad. Pero es digno destacar que como buenos
gemelos, Acción y Reacción se parecían en todo, eran del mismo tamaño, del
mismo color, vestían la misma ropa, en fin, eran iguales.
En un
principio los hijos Acción y Reacción eran muy unidos y alegres y andaban
siempre juntos. Hacían jugarretas a todo el mundo.
Cierta
vez, un día que andaban jugando por el patio de la casa, la Tierra, Acción
golpeó una pared y Reacción le devolvió el golpe a la pared y así a la pared
nada le sucedió.
Otra
vez, Acción quiso chutear una pelota y Reacción devolvió el chute a la pelota y
así la pelota no se movió.
Acción
y Reacción con sus jugarretas empezaron a crear problemas serios en la familia
de Fuerza y el heredero del reino de los reinos.
Un día
la señora Fuerza le pidió a Acción que le abriera la puerta y vino Reacción y
la cerró. Y cada vez que Acción quería abrir la puerta Reacción se la cerraba.
La
señora Fuerza se molestó mucho de sus hijos gemelos Acción y Reacción y decidió
reprenderlos y enseñarles a modificar su conducta.
Les
dijo: “queridos hijos, ya están trayendo muchas dificultades a mi enorme tarea
de mantener en orden el universo, de ahora en adelante ya no podrán tocar al
mismo cuerpo o cosa a la vez. Además, para que puedan hacer algo deberán
personificarse en las cosas. Y, para finalizar, si Acción toca a Reacción,
Reacción tocará, de la misma forma, a Acción.”
Dicho
y hecho. Un día, Acción se personificó en una niña y Reacción en un niño. La
niña empujó al niño, y el niño, debido a que Reacción estaba en él, empujó a la
niña.
La
señora Fuerza vio lo que estaba sucediendo con Acción y Reacción y pensó que ya
había crecido lo suficiente y decidió llamarlos Fuerza de Acción y Fuerza de
Reacción.
Y así
fueron viviendo Fuerza de Acción y Reacción. Ante los ojos de todos eran
iguales, tenían el mismo tamaño, pero siempre actuaban sobre cuerpos
diferentes, actuaban en una misma línea pero siempre en sentidos contrarios.
Otro
día, Acción se personificó en la Tierra y Reacción en la Luna. La Tierra atrajo
a la Luna y Luna, por Reacción, atrajo a la Tierra. Desde entonces que la
Tierra y la Luna se atraen con la misma fuerza. Y, bueno, así fue pasando el tiempo
y ocurría que cada vez que Fuerza de Acción actuaba, también lo hacía Fuerza de
Reacción.
La
señora Fuerza viendo que Fuerza de Acción y Fuerza de Reacción se comportaban
dignamente y que ya no entorpecían su tarea de administrar los movimientos del
universo un día los mandó a recorrer el universo, para que conocieran los
amplios y vastos paisajes que eran de dominio de ella y del heredero del reino
de los reinos.
Fuerza
de Acción y Fuerza de Reacción fueron por el universo y, jugando como ya habían
aprendido a hacerlo, dieron más armonía aún a esa gran casa que cobija todo lo
existente.
Al
cabo de cierto tiempo Fuerza de Acción y Fuerza de Reacción volvieron a la
Tierra y siguieron sus apacibles y dichosas vidas.
Desde
entonces es que Fuerza de Acción y Fuerza de Reacción son parte de todas
nuestras acciones. Siguen siendo inseparables. Solo se les puede diferenciar
viendo que si Fuerza de Acción va en un sentido, Fuerza de Reacción va en el
otro. Y, como lo dispuso Fuerza, la hermosa madre de ellos, siempre actúan cada
uno en uno de los cuerpos que están en acción.
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