jueves, octubre 08, 2015

Crisis Mundial: Mas concentración, más explotación



El capitalismo no es otra cosa que la acumulación de capital, es decir la transforma-
ción de la plusvalía en dinero que luego será utilizado nuevamente para producir. En el capitalismo la forma de convertir la mercancía en dinero es, la venta de dicha mercancía. En una crisis se da la imposibilidad de vender y por ende implica la destrucción o desvalorización del capital.

Cuando estalla una burbuja financiera se destruye capital y  la producción también cae, se entra en una recesión. Y, lo que sucede es una mayor concentración del capital. En estos días vimos como las grandes financieras compran por monedas a las que quebraron o están por hacerlo. Lo mismo ocurre con las empresas e industrias que son absorbidas por otras o se fusionan.

El resultado es que frente a un nuevo ciclo expansivo los que logren sobrevivir, serán menos y a la vez más grandes que antes de la crisis. Así el ciclo vuelve al comienzo y el capitalismo se prepara para la próxima crisis. De esta manera, podemos las crisis económicas del capitalismo siempre encuentran una “salida”, que si no es impuesta estratégicamente por los trabajadores, conduce a formas más concentradas y salvajes de explotación capitalista.

La crisis económica. Aunque el origen de la actual crisis radica en el mercado hipotecario estadounidense, con el correr de los meses tomó dimensiones tan importantes que muchos se animaron a compararla con la “Gran Depresión” de 1930. Las noticias sobre la caída o quiebre de Bancos y Financieras norteamericanas y europeas y las sucesivas intervenciones de los distintos gobiernos para atenuar el derrumbe ocuparon todos los diarios del mundo.

No se discute si se está frente a una crisis financiera internacional. Se debate sobre su magnitud, su extensión en el tiempo y el impacto que tendrá en la economía. Si bien la manera en que ésta termine aún está por verse, hasta ahora una serie de elementos prefiguran cambios importantes en el sistema económico mundial; entre ellos, se destacan las permanentes intervenciones del gobierno norteamericano que, para recuperar empresas financieras amigas, tiró por la borda los clásicos postulados liberales de la “mano invisible” y el libre mercado. Estas maniobras asumen un carácter inédito para la historia del capitalismo.

Junto a la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers y la compañía de seguros American Internacional Group  estallaron más de cuatro décadas de mercados financieros cada vez más desregulados, donde los Estados de las principales potencias no hicieron otra cosa que dejar hacer  cuando no fueron los promotores del libre movimiento de capitales especulativos. Todo fomentado por el desarrollo de sofisticados instrumentos financieros que interconectaron más que nunca la economía mundial Queda el interrogante acerca de si tal crisis determinará el fin de la hegemonía del sector financiero en la actual fase del capitalismo. El primer desembolso de 200 mil millones de dólares por parte del Tesoro de los EE. UU no fue suficiente para frenar la caída de las bolsas de las distintas potencias.

Una muestra de la escala de la crisis hipotecaria se  aprecia  en los siguientes datos: “El total del monto de las hipotecas en EU es de 12,5 billones de dólares. Las dos principales entidades nacionalizadas fueron Fannie Mae y el Freddie Mac, que manejan 5,2 billones en préstamos y con créditos caídos por 700 mil millones de dólares. Por esto los mercados consideraron insuficientes los 200 mil millones aportados por el Tesoro.” 

En el origen fueron las hipotecas. El origen de la crisis radica en el mercado hipotecario estadounidense en agosto de 2007. En un contexto de enorme expansión del sector inmobiliario se generó una masiva oferta de hipotecas, una quinta parte de las cuales se concedieron a familias de pocos ingresos que apenas podían pagarlas cuando los tipos de interés estaban muy bajos. En el momento en que se produjo el encarecimiento de las hipotecas comenzaron los impagos, lo que afectó inmediatamente a los propios bancos que habían concedido estas hipotecas. Pero a raíz del mecanismo especulativo que aplican normalmente los bancos con los títulos, la crisis se extendió. En los hechos, los bancos no “guardan” los títulos de esas hipotecas que conceden sino que a su vez los venden en los mercados financieros. El problema surge cuando comienza a darse la morosidad porque genera un efecto en cadena que es el que provoca que la crisis se extienda. Los Bancos y fondos de inversión no sólo pierden dinero sino que retiran sus fondos de los mercados hasta el punto de frenar o incluso paralizar los flujos financieros internacionales. Hay que destacar que, a medida que toda burbuja especulativa crece, el desfasaje entre la especulación financiera y la economía real se acrecienta. Y cuando el fin de la fantasía comienza a avizorarse, tanto los especuladores como los propios gobiernos profundizan la brecha entre la economía real y el sistema financiero inyectando mayor liquidez. Pero estas medidas no pueden evitar chocar con la realidad misma. El desmoronamiento de las cotizaciones de las distintas Bolsas de Valores no hace otra cosa que reflejar que los valores de las empresas y el de la propia producción cotizaban muy por encima de su valor real. La ley del valor cobra nuevamente plena vigencia.

Luego de la lectura, responder lo siguiente

1. Copie los Términos Específicos citados.
2. ¿Cuáles fueron las empresas que quebraron?
3. ¿Qué hizo el gobierno de EU para mitigar la crisis?
4. ¿Quiénes perdieron con la crisis?
5. ¿Quiénes ganaron con la crisis?
6. ¿Por qué el origen de la crisis radicó en el mercado hipotecario estadounidense?
7. ¿Cuál es el riesgo del libre movimiento de capitales especulativos?
8. Cite tres consecuencias de la crisis económica.
9. ¿Por qué es necesario regular el mercado de capitales?
10. ¿A qué se llamó burbuja financiera?


                                                    Economía y Política 2015
Los sofistas

A mediados del siglo V a. C. en Atenas la política es la principal actividad de los ciudadanos en las ciudades que han establecido la democracia, a cargo del del gobierno de la ciudad. ¿Qué habilidades hacen falta para participar exitosamente en la vida pública? ¿Cómo se triunfa en política? Aparecieron unos personajes que decían tener esas respuestas: Los sofistas.

La palabra sofista significaba maestro en sabiduría, así se presentaban estos personajes que iban de un lugar a otro, participaban en la política y cobraban por sus lecciones. Sabían o simulaban saber de música, pintura, astronomía, geometría, aritmética, fonética. Su ciencia no buscaba la verdad sino la apariencia de saber porque ésta reviste de autoridad. Enseñaban la virtud, sin connotaciones morales (areté), requerida para las nuevas circunstancias sociales y políticas de la ciudad en la época. La exigencia de esa areté era el dominio de la palabra para ser capaz de persuadir a otros. "Poder convertir en sólidos y fuertes los argumentos más débiles", afirma Protágoras.

Gorgias dice que con las palabras se puede envenenar y  embelesar. Se trata, de adquirir el dominio de razonamientos engañosos. El arte de la persuasión no está al servicio de la verdad sino de los intereses del que habla. Llamaban a ese arte "conducción de almas". No eran, pues, propiamente filósofos pero tenían en común una actitud que sí puede llamarse filosófica: el escepticismo y relativismo. No creían que el ser humano fuese capaz de conocer una verdad válida para todos especialmente en el ámbito de las convenciones, pero llegaban a dudar, incluso, de que pudiera lograrlo en el terreno de la naturaleza (phýsis).

Gorgias pretendió demostrar tres cosas: nada existe, si existiese algo no podríamos conocerlo, y si conociésemos algo no podríamos comunicarlo a los demás. Protágoras decía: "Como cada cosa me aparece, así es para mí; y como aparece a ti, así es para ti." El escepticismo alcanzó a los dioses. "No dispongo de medios -dice Protágoras- para saber si existen o no, ni la forma que tienen; porque hay muchos obstáculos para llegar a ese conocimiento, incluyendo la oscuridad de la materia y la cortedad de la vida humana." Y alcanzó a las leyes de las ciudades.

Antes se creía que éstas tenían origen divino, ya fuese porque Apolo hubiese inspirado directamente al legislador -tal era el caso de Licurgo, legendario fundador de Esparta- ya fuese porque los legisladores acostumbraban consultar sus proyectos de ley al oráculo de Delfos. Ahora se ha viajado suficiente para poder comparar las leyes griegas con las leyes de otros lugares y, sobretodo, se tiene experiencia de cómo se redactan y aprueban leyes en las asambleas democráticas. Los sofistas eran miembros de esas asambleas. Protágoras estuvo en el grupo enviado a Turii, en el sur de la actual Italia, para dar leyes a la nueva colonia ateniense. Para ellos, por tanto, las leyes eran convencionalismos humanos; normas que los hombres adoptan para no vivir como animales. En el principio se vivió así y los fuertes se aprovechaban de los débiles. Las leyes protegen al débil del fuerte. En ese sentido son convenientes, aunque no tienen otro fundamento.

Porque no tienen otro fundamento los hombres pueden transgredirlas con tal de que los demás no lo adviertan. Es por la misma razón, un hombre realmente fuerte, puede ignorar las leyes, apoderarse del poder y satisfacer sus deseos.

En su origen, el nombre de sofista no llevaba consigo la idea desfavorable que hoy le atribuimos, puesto que solía darse esta denominación a los que hacían profesión de enseñar la sabiduría o la elocuencia. Desde la época de Sócrates y Platón, el sofista se convirtió en un hombre que hace gala y profesión de engañar a los demás por medio de argucias y sofismas; que considera y practica la elocuencia como un medio de lucro; que hace alarde de defender todas las causas, y que procede en sus discursos y en sus actos como si la verdad y el error, el bien y el mal, la virtud y el vicio fueran cosas, o inasequibles, o convencionales, o indiferentes. Tales fueron los que en la época socrática se presentaron en Atenas, después de recorrer pueblos y ciudades, haciendo alarde de su profesión y de su habilidad sofística.

Por un concurso de circunstancias especiales, Atenas vino a ser el punto de reunión y como la patria adoptiva de los sofistas. La forma solemne, pública y ruidosa en que éstos exponían sus teorías, el brillo de su elocuencia, los aplausos que por todas partes les seguían, las máximas morales, o, mejor dicho, inmorales que profesaban, todo se hallaba en perfecta armonía y relación con el estado social, religioso y moral de la ciudad de Atenea.

Entre las causas principales que contribuyeron a la aparición de los sofistas en aquella época, puede contarse también el estado de la filosofía por aquel entonces.

En Atenas la voz de Protágoras, la de Gorgias y la de otros sofistas que paseaban por las calles de la ciudad de Solón, seguidos de numerosa juventud, ávida de escuchar sus pomposos discursos, escuchar y aplaudir sus máximas morales  las cuales se hallaban en armonía con los gustos y costumbres de la sociedad ateniense por aquel tiempo.

Luego de la lectura, responder lo siguiente

1. Copie todos los Términos Específicos.

2. Copie los nombres de los filósofos citados.

3. Establezca las características de los sofistas.

4. Explique: Por qué con las palabras se puede envenenar y embelesar a las personas.

5. ¿Qué los acercó o identificó con la filosofía?

6. ¿Por qué afirman que las leyes eran convencionalismos humanos?

7. Explique: ¿Por qué un hombre realmente fuerte, puede ignorar las leyes y apoderarse del poder?

8. ¿Cuál es la importancia las leyes humanas?

9. ¿Quién fue el fundador de Esparta?


10. ¿Cómo protegen las leyes al débil del fuerte?