martes, noviembre 22, 2022

Evaluación ‘Existencialismo’

Preguntas de Selección Múltiple con Única Respuesta


Responda las preguntas 1 a 6 de acuerdo con el siguiente texto

La polémica más actual del siglo XX Hugo Beccacece

En 1952, la controversia entre Albert Camus y el novelista de La Náusea dividió a los intelectuales. Esa discusión resume los problemas de la acción en cualquier época.

Fue en el verano parisiense de 1952. Las dos principales figuras del mundo intelectual francés eran Jean-Paul Sartre y Albert Camus, autores respectivamente de La náusea y La peste. Camus acababa de publicar El hombre rebelde. En ese ensayo, Camus, sostenía que había en el ser humano una esencia, una naturaleza humana, y que esa esencia se relacionaba con una moral cuyos principios trascendían las vicisitudes de la Historia. Para Sartre, en cambio, el hombre no tenía esencia, era pura existencia, un puro hacerse. En cuanto a la Historia, lo era todo precisamente porque la Historia era lo que el hombre hacía en un universo sin Dios.

Francis Jeanson, discípulo de Sartre, hizo un comentario negativo del libro de Camus en la revista Les temps modernes, órgano del círculo existencialista. En esa reseña, Jeanson, que actuaba en cierto modo como portavoz de Sartre, detallaba las diferencias ideológicas que separaban a Camus del grupo liderado por el autor de El ser y la nada. Camus contestó entonces los reparos hechos por Jeanson y ése fue el comienzo de una polémica que dividió durante décadas a los intelectuales no sólo de Francia, sino de todo el mundo. La discusión que se inició ya no tuvo intermediarios ni portavoces. Sartre y Camus, frente a frente, defendieron sus posiciones en las páginas de Les Temps modernes.

[…] Si bien Sartre reconoció y condenó los crímenes del estalinismo y las masacres en los campos de concentración rusos, sostenía que la única esperanza de los desposeídos, el único camino para cambiar el orden social se encontraba en el bando soviético. Estaba dispuesto a criticar la ortodoxia asesina del Partido Comunista, a denunciar la dictadura de silencio que la burocracia y los esbirros estalinistas imponían a los comunistas del llano y a los mandarines literarios, pero sus críticas se basaban en un compromiso previo de solidaridad con la causa marxista.

Sartre coincidía con Camus en afirmar que los crímenes cometidos por el estalinismo eran atroces, pero también creía que no había manera de escapar de una elección inevitable: capitalismo o comunismo. No había una tercera vía, un tercer camino. Nadie podía creerse por encima de esa elección. Se estaba con un frente o con el otro. De acuerdo con Sartre aquellos intelectuales que, para cumplir con sus conciencias, se ubicaban por encima de los contendientes (EU y la URSS), y emitían sus opiniones desde la cima de una pureza y de un saber absolutos, en el fondo, le hacían el juego a uno o a otro de los contrincantes. Actuaban como idiotas útiles, por más inteligentes que fueran.

Contra aquella posición "realista" de los sartreanos, se alzaba la voz de Camus, para quien el fin no justificaba los medios. El terror que había implantado Stalin para imponer las ideas comunistas de solidaridad y justicia social no era mejor que la barbarie hitleriana o que el sistema capitalista. El reino de la justicia, que se vería al final del camino, terminaría salpicado de sangre y de despotismo, contaminado para siempre. En verdad, por esos medios violentos, jamás se llegaría a la meta ansiada. Según Camus, los asesinatos en masa acabarían con las ideas de libertad e igualdad. No había una dictadura buena y otra mala. El terror, de izquierda o de derecha, el terror con las mejores intenciones no podía engendrar sino monstruos.

El hecho de que los antiguos adversarios lo sigan siendo pero usen en provecho propio los argumentos que antes atacaban muestra hasta qué punto muchos de los seres humanos están dispuestos a relegar sus principios en defensa de sus intereses. Y eso ocurrirá siempre. ¿Es preciso preguntarse una vez más, por qué la polémica Sartre y Camus tiene más actualidad que nunca?

De acuerdo con este planteamiento, en la concepción de existencialista de J.P. Sartre el hombre aparece y figura como la nada que solo busca, carente de un ser superior, el ser, un ser condenado a la existencia y a la muerte, que busca infructuosamente superarla, pero sin salida, de donde puede concluirse que el hombre carece de trascendencia.

1. Un argumento para demostrarlo sería 

A. el hombre se reduce a su mera existencia.
B. el hombre debe trascender de este mundo.
C. la esencia es, pero el hombre carece de ella.
D. la presencia de un ser superior es irrefutable.

2. Si en efecto la existencia precede a la esencia, no se podrá jamás explicar por referencia a una naturaleza humana dada, pues

A. el hombre es libre, el hombre es libertad.
B. Dios vendría a ser la esencia del hombre.
C. la vida es solo un trayecto de la existencia.
D. la condena consiste en aceptarnos tal cual.

3. Dicho de otro modo, no hay determinismo, entonces

A. estamos solos, sin excusas.
B. todo es una farsa tajante y real.
C. la vida es un sofisma de otra realidad.
D. la condena consiste en saber quién somos.


4. El hombre, una vez arrojado al mundo

A. es responsable de todo lo que hace.
B. la vida se convierte en toda una especie de falacia.
C. El hombre es la esencia de sí mismo a través de Dios.
D. el significado de la existencia está en el libro de la vida.


5. Para Sartre

A. la existencia precede a la esencia.
B. el hombre es un simple prisionero.
C. la naturaleza del hombre es salvaje.
D. Dios existe y el hombre es un ser solitario.


6. Sartre piensa sobre el hombre que está

A. condenado, porque no se ha creado a sí mismo, sin embargo, es libre.
B. destinado a grandes cosas si logra trascender en su dimensión espiritual.
C. falto de compromisos totales y ataduras en los ámbitos moral, ético y estético.
D. Sobredimensionado por la historia y por aquellos que viven en total ignorancia.


7. El miedo a la muerte no tiene sentido para Epicuro y, por supuesto al mismo tiempo, rechaza la categoría perenne del alma, para él no existe otra vida. Desde este punto de vista para Epicuro

A. el alma se desintegra con el cuerpo al morir
B. las doctrinas materialistas son infundadas respecto a la concepción finita del alma.
C. la perennidad del alma deja son fundamento el temor a un castigo en la otra vida.
D. el alma trasciende después de la muerte a través de un proceso de metamorfosis.


8. En el pensamiento de Kierkegaard, la existencia se determina en el reconocimiento de tres estadios, a saber, el estético, el ético y el religioso. Lo estético se refiere al estadio más bajo de los que pueden reconocerse en la existencia, pues está totalmente alejado del estadio religioso o de la entrega. En el estadio estético, los hombres no viven más que por el placer y por saciar su instinto. Por lo tanto, el seductor no es un hombre superior, ya que

A. toda su existencia gira en torno de lo que es aparente
B. el instinto cohíbe su desarrollo y le determina vitalmente
C. la grandeza se da solamente en el movimiento de renuncia
D. sólo puede reconocerse en lo que es puramente placentero


9. Frente a la figura del bailarín clásico, que en el salto se juega completamente su postura, imagen con la que Kierkegaard ilustra a los existentes que se enfrentan al abismo, Nietzsche propone al bailarín del júbilo y la algarabía, que representa el desorden y arrebato de la fiesta dionisiaca. En ambos pensadores la noción del baile ilustra

A. el salto, el ritmo, la locura, el florecimiento de la existencia y del existente
B. la representación del existente y del movimiento de la vida misma.
C. el desenvolvimiento de la existencia, entendida ésta como movimiento constante
D. respectivamente, el orden y el desorden como polos en los que se desenvuelve la tensión del existir


10. Frente a una postura como la de Kierkegaard, para quien la Fe es la respuesta absoluta a todo interrogante que pueda representar la existencia, Nietzsche nos anuncia la muerte de Dios y con ello la necesidad de ir en busca del Superhombre para llenar el vacío creado por la ausencia de ese Dios. Se puede decir que estas dos posturas implican que

A. el vacío propio de lo absoluto manifiesta al hombre la muerte del ser supremo
B. el hombre debe buscar otra instancia en la cual pueda creer y fundamentar su existencia
C. el hombre debe dejar de buscar afirmarse en algo exterior a él y entrar a autodeterminarse
D. la muerte de Dios es el paso previo al redescubrimiento de nuevas respuestas para los hombres


11. Para Sören Kierkegaard, Dios es el absoluto abismo, la profundidad infinita a la cual el hombre debe enfrentarse para poder determinar la existencia como una apuesta. Dios al escaparse de nuestro conocimiento racional hace que la totalidad que nos cuestiona la existencia como individuos se convierta en un enigma al que sólo se accede por medio de la fe. De lo anterior podemos afirmar que 

A. el lanzarse al absoluto es algo que muy pocos deciden llevar a cabo
B. más allá del conocimiento es imposible establecer la autenticidad de la existencia
C. en la fe entendida como un absurdo se hace radical la existencia del individuo particular
D. el reconocimiento de la fe como abismo determina el sacrificio que supone obtener el conocimiento.


12. Para Heidegger, la experiencia de la muerte nos llega demasiado tarde. Para este filósofo, el Dasein, a saber, el ser ahí, no se siente habituado a la muerte y esa es la mayor de las tragedias que experimenta el propio Dasein mientras vive. La muerte ha de ser vista como la posibilidad más clara de todas las posibilidades, que se presenta constantemente como algo que todavía no llega, pero que llegará inevitablemente. Con esto, Heidegger plantea que el

A. Dasein anticipa su propia muerte.
B. Dasein, evita por todos los medios, la muerte.
C. Dasein reconoce la muerte como su experiencia más propia y no susceptible de discusión
D. conocimiento al que más rápidamente habría de tenerse acceso es al de la muerte como propia del hombre


13. Según Heidegger la ontología fundamental es aquella encargada de averiguar el fundamento de la existencia, esto es su finitud. Es decir, la existencia como un ser para la muerte que origina la angustia cuyo efecto principal es el aislamiento y la soledad absoluta del individuo. El hombre puede aceptar con plena conciencia esta realidad y proyectarse hacia la nada o intentar eludir rechazando su destino moral. Ante este problema una tercera alternativa para el hombre sería

A. vivir en la angustia asumiendo conscientemente su realidad finita
B. ser aséptico frente a la muerte, sólo interesarse por el aquí y el ahora
C. trascender en la historia por medio de sus obras a favor de la plenitud humana
D. entender los fundamentos de su existencia y aceptarlos en la realidad angustiosa


14. El hombre puede asumir su existencia de dos maneras: autentica o inauténticamente. En el primer caso asume su propia finitud, en el segundo se pierde en el anonimato, en el dominio de lo público, de lo insignificante, de la homogenización. Del texto anterior se deduce que

A. la homogenización es la expresión completa de la existencia autentica
B. asumir la existencia de manera autentica o inauténtica es indiferente al hombre
C. en la existencia autentica el hombre hace conciencia de su existencia, del ser ahí
D. la existencia inauténtica es la irresponsabilidad del hombre expresada en su caída


15. Uno de los fundamentos del escepticismo es la desconfianza en la capacidad del hombre para alcanzar la verdad. Esta escuela filosófica considera que la sabiduría consiste en mantenerse indiferente ante cualquier opinión, y busca la felicidad alejándose de todos los quebrantos y sufrimientos de la vida. En este contexto, el objetivo fundamental de la sabiduría consiste en

A. interpretar la realidad a partir de concepciones en continua contradicción
B. buscar equilibrio interior renunciando a todo aquello que perturbe el alma del hombre
C. explicar el mundo como realidad transitoria hacia la plena realización de la existencia
D. negar la existencia de términos medios ya que todo evento solo puede ser justo o injusto


16. Sartre sostiene que "el hombre inventa al hombre", es decir que el hombre no es otra cosa que lo que él se hace, no empieza por ser algo definido, algo ya hecho o acabado, sino que es un "proyecto", algo que está todavía por realizarse. Frente a esta conclusión dos ideas diferentes sobre la existencia humana serian

A. la existencia humana está condicionada desde una predestinación eterna
B. el hombre es responsable de su propio destino al tener que elegir y decidir
C. los valores y normas son fijos y eternos porque ayudan a la decisión del hombre
D. el hombre elige su destino y sus normas de acuerdo con sus convicciones personales


17. El problema de la ontología clásica, el del ser en cuanto ser, es superado por una ontología del ser en tanto que siendo, es decir, existiendo. De esta forma, es posible decir que el acceso al ser sólo se logra a partir de la reflexión sobre el hombre, quien es el único ser que tiene conciencia de su ser, en la medida que

A. la existencia es ir más allá de sí mismo.
B. la existencia humana consiste en poder ser.
C. el hombre es más que un objeto de existencia.
D. el hombre se interroga acerca del sentido de la existencia.


18. De los siguientes Términos Específicos, Seleccione aquellos que corresponden a la corriente filosófica existencialista

1. angustia, desamparo, irrealidad, sosiego, libertad.
2. responsabilidad, compromiso, autenticidad, culpa.
3. desesperación, fortaleza, subjetividad, temporalidad.
4. culpa, subjetividad, angustia, libre albedrío y elección.
5. responsabilidad, autenticidad, desesperación, muerte.

A. 1 y 2
B. 2 y 3
C. 3 y 4
D. 4 y 5


19. La filosofía como un saber acerca de las cosas de la vida, es decir, un conocimiento profundo sobre la vida misma, en este sentido se infiere del texto que la filosofía también encierra

A. el significado de la existencia.
B. una absoluta sapiencia y erudición.
C. la comprensión total de la naturaleza.
D. una direccionalidad para el mundo y la cotidianidad.


20. ¡Alea jacta est!, es una locución latina de uso actual atribuida a Julio César en el momento que este cruzara el río Rubicón en el norte de Italia. Dicha expresión aparece en el texto

A. Filosofía cotidiana.
B. Modernidad Líquida.
C. La tentación de existir.
D. Dimensiones de la filosofía.


21. El existencialismo centra su análisis en la existencia, de ahí que uno de sus postulados fundamentales del existencialismo es que en el ser humano "la existencia precede a la esencia", es decir, que

A. defiende que el individuo carece de libertad y es totalmente responsable de sus actos y la forma de asumir su propia existencia.
B. no hay una naturaleza humana que determine a los individuos, sino que son sus actos los que determinan quiénes son, así como el significado de sus vidas.
C. en líneas generales una ética que supere a los prejuicios ya que la ética que busca el existencialismo es una ética universal, válida para todos los humanos.
D. la gente es básicamente buena pero la sociedad o fuerzas externas la estropean ya que sus temas son los capitales de cada ser humano y de todo el conjunto de la humanidad.


22. El existencialismo centra su análisis en la existencia y en la manera en que

A. los humanos existen en el mundo y perciben su existencia
B. el libre albedrío y responsabilidad personal inciden en la existencia.
C. el individuo es libre y está eximido de la responsabilidad de sus actos.
D. las leyes, las costumbres y tradiciones culturales inciden en el desarrollo de la sociedad.


23. El existencialismo en sí no se trata de una escuela homogénea ni sistematizada, y sus seguidores se caracterizan principalmente por su reacción contra la filosofía tradicional. Fueron filósofos que se centraron en

1. Las emociones, así como el significado de la vida.
2. El análisis de la condición de la existencia humana, la libertad y la responsabilidad individual
3. Los deseos mundanos, la responsabilidad personal, la disciplina individual, la introyección de las normas.
4. El libre albedrío, la racionalidad instrumental, la crítica sobre la decadencia de la sociedad y la crisis de valores.
5. La naturaleza humana a través de las decisiones que se toman en la vida como el hecho de respetar a todos ser vivo.

A. 1 y 2
B. 2 y 3
C. 3 y 4
D. 4 y 5


24. El existencialismo defiende que

A. las ideas son innatas en todos los seres humanos.
B. el individuo es libre y total responsable de sus actos.
C. las leyes y reglas hacen las costumbres y tradiciones.
D. Las decisiones no vienen sin estrés o sin consecuencias.


25. Son Términos Específicos del existencialismo

A. Posibilidad, angustia, creencias, deseo.
B. Dios, existencia, emoción, incertidumbre.
C. Trascendencia, angustia, elección, deseo.
D. Existencia, posibilidad, elección, conciencia.

jueves, noviembre 17, 2022

Jean Paul Sartre y Albert Camus

 

Jean Paul  Sartre


Filósofo francés máximo exponente y referente del existencialismo.

No aceptó el Premio Nobel de Literatura explicando que tenía por regla rechazar todo reconocimiento o distinción, ya que los lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente sin pasar por las instituciones establecidas del sistema, y además que su aceptación implicaría perder su identidad de filósofo.

Su pensamiento filosófico se centraba en la noción de libertad y su sentido relacionado de la responsabilidad personal. Insistió, en que nunca había dejado de creer que «al final uno siempre es responsable de lo que haya sido de él», versión sólo ligeramente modificada de su lema «el hombre se hace a sí mismo». La filosofía le atrajo desde su adolescencia cuando leyó: Ensayo sobre los datos inmediatos de la consciencia, de Henry Bergson. 

Tuvo influencias de Kant, Hegel, Kierkegaard, Husserl, Heidegger, entre otros.

Estudió en París en la École Normale Supérieure, de donde se graduó con un Doctorado en Filosofía. Allí conoció a Simone de Beauvoir. 

Su vida se caracterizó por una actitud militante de la filosofía. Se solidarizó con los más importantes acontecimientos de su época, como el Mayo Francés, 
la Revolución Cultural china -en su etapa de acercamiento a los maoístas, al final de su vida- y con la Revolución Cubana. A pesar de su abrumadora fama mundial, Sartre mantuvo una vida sencilla, con pocas
posesiones  materiales y activamente comprometido con varias causas hasta el final de su vida.

Pensamiento           
                                                                                                                                                                     
En una primera etapa desarrolló una filosofía existencialista, a la que corresponden obras como El ser y la nada y El existencialismo es un humanismo. En 1945 fundó la revista Les Temps Modernes y se convirtió en uno de los principales teóricos de la izquierda. Sartre considera que el ser humano está "condenado a ser libre", es decir, arrojado a la acción y responsable plenamente de su vida, sin excusas. Admite algunos condicionamientos (culturales, por ejemplo), no admite determinismos.

Concibe la existencia humana como existencia consciente. El ser del hombre se distingue del ser de la cosa porque es consciente. La existencia humana es un fenómeno subjetivo, en el sentido de que es conciencia del mundo y conciencia de sí (de ahí lo subjetivo).

Sartre se forma en la fenomenología de Husserl y en la filosofía de Heidegger,
de quien fue discípulo. Recibe influencia del racionalismo cartesiano. En este punto se diferencia de Heidegger, quien deja fuera de juego a la conciencia. 

Si en Heidegger el Dasein es un «ser-ahí», arrojado al mundo como «eyecto», para Sartre el humano en cuanto «ser-para-sí» es un «proyecto», un ser que debe «hacerse». El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del existencialismo.

El existencialismo es humanismo

Consecuentemente para Sartre en el ser humano «la existencia precede a la «esencia», que explica con un ejemplo: si un artesano quiere realizar una obra, primero «la» piensa, la construye en su cabeza: esa prefiguración será la esencia de lo que se construirá, que luego tendrá existencia. Los seres humanos no son el resultado de un diseño inteligente y no tienen dentro de sí algo que los haga «malos por naturaleza» o «tendientes al bien» -como diversas corrientes filosóficas y políticas han creído-, y continua: «Nuestra esencia, aquello que nos definirá, es lo que construiremos nosotros mismos mediante nuestros actos», éstos, nos son ineludibles: no actuar es un acto en sí mismo puesto que nuestra libertad no es algo que pueda ser dejado de lado: ser es ser libres en situación, ser es ser-para, ser como "proyecto".

Sobre la Libertad

Sostuvo, que somos absolutamente libres, pero también tenemos una responsabilidad absoluta, sobre nosotros y sobre el mundo. Por eso dijo que estamos condenados a ser libres. La libertad del sujeto, entonces, tiene que ser ejercida con responsabilidad. El hombre como ser libre es su propio autor. Por eso, la existencia del hombre precede a su esencia. Arguye, que cuando el hombre nace, no tiene esencia, a saber, no tiene significado, no hay concepto de sí mismo, y es, como lo explica muy rigorosamente en su filosofía, la cual por esencia es compleja, el mismo que da significado a su existencia.

Su pensamiento desafió a la filosofía y a los filósofos. Fue capaz, con un don único, de señalar con precisión los errores de las teorías epistemológicas, las cuales decía que eran esencialmente objetivas.

El existencialismo sartreano

En el pensamiento de Sartre, cabe destacar:

Conciencia pre - reflexiva y conciencia reflexiva: La conciencia pre - reflexiva es el mero hecho de percatarnos de algo, el tener conciencia de algo, y la conciencia reflexiva (el ego cogito cartesiano), surge cuando me doy cuenta de que me estoy percatando de algo.

El ser-en-sí: Sartre rechaza el dualismo entre apariencia y realidad y sostiene que la cosa es la totalidad de sus apariencias. Si quitamos lo que en la cosa es debido a la conciencia, que le confiere la esencia que la constituye en tal cosa y no en tal otra, en la cosa sólo queda el ser-en-sí.

El ser-para-sí: Si toda conciencia es conciencia del ser tal como aparecer, la conciencia es distinta del ser (no ser o nada) y surge de una negación del ser-en-sí. Por tanto, el para sí, separado del ser, es radicalmente libre. El hombre es el no-ya-hecho, el que se hace a sí mismo.

El ser-para-otro: Sartre defiende que mi yo revela la indubitable presencia del otro en la relación en que el otro se me da no como objeto sino como un sujeto (ser-para-otro).

Ateísmo y valores: Para el filósofo, la existencia de Dios es imposible, ya que el propio concepto de Dios es contradictorio, pues sería el en-sí-para-sí logrado. Por tanto, si Dios no existe, no ha creado al hombre según una idea que fije su esencia, por lo que el hombre se encuentra con su radical libertad. Este ateísmo tiene una consecuencia: Sartre afirma que los valores dependen enteramente del hombre y son creación suya.



Albert Camus

Las concepciones de Camus se formaron bajo el influjo de Schopenhauer, de Nietzsche y del existencialismo alemán.

Contribuyó con la conformación del pensamiento filosófico conocido como absurdismo. Se le ha asociado frecuentemente con el existencialismo, aunque Camus siempre se consideró ajeno a él.2 Pese a su alejamiento consciente con respecto al nihilismo, rescata de él la idea de libertad individual.

A través de sus escritos, Camus explora la condición humana de aislamiento dentro de un universo que llega a parecer ajeno, el extrañamiento del ser humano hacia sí mismo, el problema del mal y la fatalidad de la muerte. Se considera que su pensamiento representa la desilusión de los intelectuales en la época de la posguerra.
Sin embargo, aunque entendía el nihilismo de muchos de sus contemporáneos, defendía valores como la libertad y la justicia. En sus últimos trabajos, esbozó un humanismo liberal que rechazaba los aspectos dogmáticos del cristianismo y el marxismo.18El hombre siempre se encuentra en una «condición absurda», en «situaciones absurdas»


Absurdismo

La idea del absurdo presupone que el ser humano busca un significado del mundo, de la vida humana y de la historia, el cual sustente sus ideales y valores. Se desea la seguridad de que la realidad es un proceso teleológico inteligible, que contiene un orden moral objetivo. Puesto en otras palabras, se busca una certeza metafísica de que la vida es parte de un proceso inteligible direccionado a un objetivo ideal, y que detrás de los valores personales se encuentra el sustento del universo o de la realidad como totalidad.

El mundo se revela, para un ser humano sensible, sin ningún propósito o significado determinado. El mundo no es racional. De ahí surge el sentimiento del absurdo. 

Hablando estrictamente, el mundo no es absurdo por sí mismo: simplemente es. “El absurdo surge de la confrontación entre la búsqueda del ser humano y el silencio irracional del mundo”. “Lo llama “nostalgia irracional y humana”, y ocurre cuando nuestra necesidad de significado se quiebra ante la indiferencia del mundo, inamovible y absoluta. Por lo tanto, el absurdo no es un estado autónomo; no existe en el mundo, sino que surge del abismo que nos separa de él. Este sentimiento puede manifestarse de distintas maneras, como, por ejemplo: la percepción de la indiferencia de la naturaleza ante los valores y los ideales del ser humano, la consciencia de la fatalidad de la muerte, o el impacto provocado por la percepción del sinsentido de la cotidianidad. Camus exhorta a la exploración de este silencio como búsqueda de verdad, aunque en ella se vuelva más latente el silencio del mundo. “Buscar lo que es verdad no es buscar lo que se desea”. ​

Camus trata frecuentemente el problema del suicidio. Esta acción, sin embargo, no es la acción recomendada por Camus. En su opinión, el suicidio es rendirse ante el absurdo. La dignidad humana se revela cuando se vive en la consciencia del absurdo, y aun así uno se rebela contra él a través de un compromiso con sus propios ideales. Él deja claro que el hecho de que cada persona pueda encontrar sus propios valores, no quiere decir que se recomiende el crimen: “Si todas las experiencias son indiferentes, la experiencia del deber es tan legítima como cualquier otra. Uno puede ser virtuoso por capricho”.

Camus sostenía el origen humano de todo juicio moral. Él, aunque no aceptaba para sí mismo el cristianismo, lo reconocía como una forma válida de significar al mundo; rechazaba la institución de la Iglesia, a la cual consideraba alejada de su inspiración original.

Sin embargo, pensaba que la moralidad, en tanto que humana, debe separarse del pensamiento religioso: “Cuando el hombre somete a Dios a un juicio moral, lo mata en su corazón”. Estaba convencido de que el hombre no puede vivir sin valores; si uno elige vivir, por ese mismo hecho afirma un valor, el que la vida vale la pena de ser vivida o que puede hacerse digna de ser vivida.

La filosofía de la revuelta

Camus tenía una fuerte preocupación por la libertad humana, la justicia social, la paz y la eliminación de la violencia. El ser humano se puede rebelar contra la explotación, la opresión, la injusticia y la violencia, y por el mismo hecho de su rebeldía afirma los valores en cuyo nombre se vuelve rebelde. Una filosofía de la revuelta, por lo tanto, tiene una base moral, y si esta base es negada, ya sea explícitamente o en nombre de cierta abstracción como el movimiento de la historia, lo que comienza como rebeldía y expresión de la libertad, se torna en tiranía y en la supresión de ésta. Para Camus, al igual que la rebeldía, toda acción política debe tener una base moral sólida. 

Estaba convencido de que el sentimiento del absurdo, tomado por sí mismo, puede ser usado para justificar cualquier cosa, incluido el crimen o el asesinato. “Si uno no cree en nada, y nada hace sentido, si no podemos encontrar ningún valor, todo está permitido y nada es importante [...]. Uno es libre de atizar el fuego crematorio o dar la vida al cuidado de los leprosos”.

La rebeldía presupone el compromiso hacia ciertos valores, el cual se puede asumir a pesar de la consciencia de que son una creación humana. A pesar de que se sepa que son una construcción, cuando uno se rebela ante la opresión o la injusticia, uno asume los valores de libertad y justicia. En otras palabras, en Camus el absurdo cósmico tiende a quedar en segundo plano; de su pensamiento surge un idealismo moral, el cual insiste en libertad y justicia para todos. Él busca crear consciencia de la opresión que se oculta en los ideales y en los sistemas de pensamiento que se dan a conocer como la verdad esencial del mundo.

La rebelión es para Camus, entonces, una de las dimensiones esenciales del hombre. «A menos que huyamos de la realidad, estamos obligados a encontrar en ella nuestros valores.
¿Se puede, lejos de lo sagrado y de sus valores absolutos, encontrar la regla de una conducta? Tal es la pregunta que plantea la rebelión».

El hombre rebelde es «el hombre situado antes o después de lo sagrado, y dedicado a reivindicar un orden humano en el que todas las respuestas sean humanas, es decir, razonablemente formuladas». Así pues, la rebeldía es opuesta a lo sagrado en el sentido de que en éste funciona a través de certeza, pero por el carácter no esencial y humano de los valores, la rebeldía se basa en la interrogación.

Camus se mostraba en contra de la sociedad burguesa, pero sostenía que la rebeldía contra el orden existente puede llevar a la opresión. Pensaba que el ser humano no puede jugar el papel de espectador de la historia como totalidad, pero que ninguna empresa histórica es más que un riesgo en el que se ofrece cierto grado de justificación racional. Así que, si el nihilismo absoluto puede ser usado para justificar cualquier cosa, el racionalismo absoluto puede ser usado para lo mismo: “No hay diferencia entre estas dos actitudes. Desde el momento en que son aceptadas, la tierra se convierte en desierto”.

Por lo tanto, ninguna acción política puede usarse para justificar los excesos de una posición absolutista. Matar y oprimir en nombre del movimiento de la historia o de algún futuro ideal son injustificados. Camus buscaba alejarse de las posturas absolutas y buscar la moderación, ya que “la libertad absoluta es el derecho que usan los más fuertes para dominar y prolongar la injusticia”, así como “la justicia absoluta se alcanza a través de la supresión de toda contradicción: por lo tanto, destruye la libertad”. Entonces, es en nombre de los seres humanos vivos y no en nombre de la historia o de algún ideal de vida futura que se realiza la rebeldía contra la injusticia y la opresión: “Toda generosidad hacia el futuro reside en darlo todo al presente”.

Su filosofía de la revuelta está principalmente preocupada por los valores morales y el desarrollo de una responsabilidad moral; él insiste en que, aunque el rebelde debe actuar porque cree que es lo correcto, también puede actuar reconociendo que podría estar equivocado. Pensaba que el comunismo no pensaba en esta posibilidad, y buscaba, más bien, una sociedad abierta, en que la pasión por la revuelta y el espíritu de moderación estén en tensión constante. Siempre, sin embargo, dio prioridad a la reducción de la violencia.

Lo anterior vuelve problemática dicha fidelidad o compromiso hacia los ideales personales. ¿Cómo mantener el compromiso hacia ellos cuando se sabe que se puede estar equivocado? Camus pensaba que el origen de la fidelidad se encuentra en la consciencia de que un mundo sin significado lleva a la humanidad a luchar contra este vacío, y que se necesita fuerza, sacrificio y energía para llevar a cabo esta revuelta.0 De esta protesta esencial surge la solidaridad y el compromiso con los valores personales, ya que «el hombre necesita exaltar la justicia para luchar contra la injusticia, y crear felicidad para revelarse contra un universo de infelicidad». Para Camus, sin embargo, «la fidelidad no es, por sí misma, una virtud».

Como base de la rebeldía social y política, entonces, se encuentra la rebeldía metafísica, definida como «el movimiento por el cual un hombre se alza contra su condición y la creación entera».
El rebelde metafísico invoca de manera implícita un juicio de valor en nombre del cual niega su aprobación a la condición que le ha sido impuesta. Él se alza contra un mundo destrozado para reivindicar su unidad.

En el desarrollo del problema del absurdo, de la moralidad y de la revuelta, Camus conjunta el compromiso y una postura de distanciamiento. Este distanciamiento lo hace mantener una actitud crítica frente a distintas formas de poder político y económico; por lo tanto, su rebeldía tenía una base moral, más que política. 

Camus se relaciona con Sartre en el sentido de que ambos defienden el sinsentido del mundo y de la historia humana (pues no hay un objetivo o propósito que es dado independientemente al ser humano); sin embargo, él no es el origen del pensamiento de Camus. Quien puede ser considerado como su influencia principal es Nietzsche. Camus sostenía que este filósofo representaba el advenimiento del nihilismo, y que pudo ver al ser humano como el único ser capaz de apropiarse de este nihilismo. 

Sin embargo, Camus no es considerado meramente nietzscheniano; por un lado, se preocupó por la injusticia en las sociedades de manera más intensa que el filósofo alemán, y por otro, aunque nunca abandonó la idea de que el mundo no tiene un significado último, cada vez se centró más en la idea de rebeldía contra la crueldad y la opresión, lucha que opacó a la revuelta contra la condición humana como tal, concebida como falta de sentido.

Existencialismo. Corriente filosófica que persigue el conocimiento de la realidad a través de la experiencia inmediata de la propia existencia. De todas formas, no se ha desarrollado una teoría precisa o exacta que defina claramente este concepto.

Se desarrolla en Europa en la primera mitad del siglo XX y que alcanza su apogeo en Francia tras la SGM, que considera que la existencia es el modo de ser propio y característico del ser humano, que es entendido como pura libertad de elección, en tanto pura subjetividad, rechazando, pues, toda posibilidad de que sea asimilado a un mero objeto o "cosa".

El filósofo danés S. Kierkegaard es considerado el inspirador del existencialismo, y el alemán M. Heidegger, con la publicación de "El ser y el tiempo", su principal difusor. Posteriormente Sartre, K. Jaspers, Simone de Beauvoir, M. Merlau-Ponty y J. Wahl.

https://es.wikipedia.org/wiki/Jean-Paul_Sartre
https://es.wikipedia.org/wiki/Albert_Camus

miércoles, noviembre 16, 2022

Piu Avanti!

 

No te des por vencido,
ni aún vencido,
no te sientas esclavo,
ni aún esclavo;
trémulo de pavor,
piénsate bravo,
y acomete feroz,
ya mal herido.

Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin,
 vuelve a ser clavo;
no la cobarde intrepidez del pavo
que amaina su plumaje
al primer ruido.

Procede como Dios
que nunca llora;
o como Lucifer,
que nunca reza;
o como el robledal,
cuya grandeza
necesita del agua,
y no la implora...

Que muerda
y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo,
tu cabeza!
                                               Almafuerte.