viernes, marzo 25, 2016

¿La gente inteligente determina el crecimiento económico de un país?


La educación tiene mucho que ver en el éxito económico de los países
y en el comportamiento de los individuos que hace posible estos buenos
resultados. Pero, ¿realmente entre más inteligente es más próspero un país?



Es conocido y comprobado que la inteligencia en términos de nivel educativo tiene profundas incidencias en el desempeño de la escuela, el trabajo y la vida.

Según Jonathan Wai, investigador de la U. de Duke, décadas de investigación apoyan este punto. Sin embargo, se abre una nueva interrogante, ¿importa de la misma forma el nivel de inteligencia medio de un país?          

Esto es lo que el economista Garett Jones, de la U. George Mason llama la "paradoja de IQ" en su nuevo libro Hive Mind: Cómo el coeficiente intelectual de su nación importa tanto más que el individual. Dentro de un país, la relación entre el coeficiente intelectual y el ingreso parece modesta. Mientras en algunas naciones cada punto adicional en el IQ (coeficiente intelectual) significa 1% de mayores ingresos por persona, en otros puede alcanzar el 6%.        

La respuesta para entender estos cambios, según Jones, es que "si algo parece importar más para una nación, no es lo que hace un individuo si no los efectos secundarios positivos de sus acciones". Por esta razón, describió tres caminos principales que pueden generar efectos secundarios positivos: los enlaces entre el IQ y la paciencia, la cooperación y el rendimiento del equipo.            

Una cuarta ruta, la productividad de los ciudadanos, multiplica el impacto de los otros tres. Todos estos caminos están respaldados por estudios de investigación que abarca la psicología, la economía, la administración y la ciencia política, específicamente por grandes síntesis de investigación o meta - análisis

Mayor inteligencia puede significar mayor paciencia
                
Las personas más inteligentes son más propensas a ser más pacientes, según un meta-análisis de los investigadores Noé Shamosh y Jeremy Gray. Esto significa que estas personas son más propensas a retrasar la gratificación y a esperar recompensas, utilizan caminos metódicos, y son conscientes del tiempo necesario para lograr los resultados óptimos.
                       
En otras palabras, según explica Shamosh "Cuando uno es más paciente tiende a ahorrar más y parte de ese dinero tiene una tendencia a permanecer en su país de origen. Así, naciones con altas tasas de ahorro tienden a tener más fondos disponibles para la inversión empresarial”. Es decir, si usted tiene vecinos más pacientes, es probable que usted sea capaz de pedir prestado algo de su dinero cuando lo necesite. Caso contrario, las naciones con sociedades menos pacientes ven el endeudamiento como un factor común.  
La Inteligencia predice un comportamiento “pro-social”     

Otro meta - análisis de los investigadores Sudeep Sharma, William Bottom, y Hillary Elfenbein encontró que los coeficientes intelectuales superiores podían predecir mayores deseos de lo que ellos denominan “ganar - ganar”, es decir, que varias personas compartan el éxito.      

Según Jones "necesitamos líderes políticos que encuentran maneras de hacer crecer el pastel económico en su totalidad en lugar de concentrarse sobre cómo obtener una rebanada un poco más grande.”           

En muchos contextos sociales (aunque no todos) enfatiza el análisis, los grupos inteligentes son más cooperativos. Una de las razones por las que se presume esto es debido a que tienden a ser más pacientes. “Más personas pacientes se traduce en que se preocupan menos por su reputación y más por los beneficios a largo plazo que provienen de la construcción de normas para la cooperación".           

Esto va de la mano con un mayor rendimiento en los grupos de trabajo. No es sorpresa que en los resultados de The Human Capital Index 2015, estudio realizado por el Foro Económico Mundial (WEF), aquellos países con mejores niveles educativos sean al mismo tiempo los que lideran en los campos de la productividad y su éxito económico no es cuestionado.
                
Naciones como Suecia, Dinamarca, Australia, Singapur, Alemania y Estados Unidos lideran no solo el ranking de capital humano, también en el Índice Global de Competitividad realizado por el WEF. Por esta razón, las sociedades mejor educadas tienen mayores probabilidades de obtener mejores ingresos y que su desarrollo económico sea inclusivo para la mayoría de la población. 




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