jueves, octubre 14, 2021

La verdadera historia del Club Bilderberg

 


Daniel Estulin

Prólogo    

Todo el que esté interesado en saber más sobre los poderes fácticos  que gobiernan el mundo e influyen en la vida de todos sus  habitantes se quedará impresionado con este libro de Daniel Estulin.   Daniel y yo hemos colaborado durante años persiguiendo a  Bilderberg, la organización secreta internacional integrada por líderes políticos, financieros y corporaciones multinacionales.  

En mucho de lo que he escrito sobre Bilderberg durante los  últimos años he usado información obtenida por Danny. Sin su  ayuda, American Free Press no hubiera podido saber dónde se  celebraría la reunión del Club Bilderberg en 2005.  

El trabajo de Daniel es más académico que el mío. Cita los  hechos en toda su crudeza y acredita sus fuentes en notas. Yo  improviso con lo que sé directamente de fuentes procedentes de  Bilderberg y me confío al juicio de la Historia que, hasta ahora, ha  sido amable conmigo.  

He aprendido mucho sobre Bilderberg leyendo partes del  manuscrito de Daniel antes de su publicación. Si, después de  perseguir al Club Bilderberg por toda Europa y Norteamérica  durante treinta años, el libro de Daniel todavía tiene cosas que  enseñarme, puede usted apostar a que todo el mundo aprenderá  cosas en él y, además, encontrará ese aprendizaje fascinante.        

Este libro le producirá reacciones que irán de la fascinación al  ultraje. Y en cuanto gire usted esta página, comenzará un emocionante viaje por los intestinos del Gobierno Mundial en la sombra.  JIM TUCKER

INTRODUCCIÓN 

El alba de una nueva era: Esclavitud Total 

En este libro pretendo contar la parte de la verdad de nuestro presente y futuro próximo que nadie saca a la luz. La verdadera historia del Club Bilderberg documenta la historia despiadada de la subyugación de la población por parte de sus gobernantes. El lector asistirá al nacimiento de un Estado Policial Global que sobrepasa la peor pesadilla de Orwell, con un gobierno invisible, omnipotente, que tira de los hilos desde la sombra, que controla al gobierno de los Estados Unidos, a la Unión Europea, a la OMS, a las Naciones Unidas, al Banco Mundial, al Fondo Monetario Internacional y a cualquier otra institución similar. Todo está aquí: la historia del terrorismo promovido por los gobiernos, el actual control de la población a través de la manipulación y el miedo y, lo más espantoso de todo, los proyectos futuros del Nuevo Orden Mundial. 

Sé que es cierto que las personas y las organizaciones no son ni absolutamente «malas» ni absolutamente «buenas». Sé que dentro de ellas, al igual que ocurre con cada uno de nosotros, existen necesidades de supervivencia, dominio y poder luchando contra las necesidades de filantropía y de amor por dominar su comportamiento. Pero parece que en el Club Bilderberg prevalecen (aunque no sea de forma absoluta) las necesidades de poder. Estos matices de ninguna manera restan importancia a la terrible situación de alienación a la que nos están llevando. 

Soy consciente de que «los amos del mundo» también harán cosas constructivas en su vida (unos más y otros menos); aunque, como ya se encargan ellos de hacer pública esta información a través de los medios de comunicación, la he obviado en mi libro: me he centrado  en ese otro  «lado oscuro»  irreconocido,  secreto y perverso de los miembros del Club. 

    También es evidente que algunas de las personas que están en el poder tienen ideales más elevados y consistentes que las personas de las que hablo en este libro. Muchos grandes empresarios, políticos e incluso algunos de sus colaboradores están luchando por poner límites a la depravación de Bilderberg, desde fuera algunos, desde dentro otros, aunque, eso sí, de forma encubierta todos. Mi agradecimiento hacia ellos (pues suponen para mí una gran fuente de información y de ánimo) y la preocupación por su seguridad me impiden desvelar sus nombres en este libro. 

  Tampoco este interés por dominar al resto del mundo es una novedad en la historia de la Humanidad. Ya antes otros lo intentaron.    En antiguas civilizaciones de nuestro planeta ha habido esclavitud y abusos por parte de la élite dominante. En épocas anteriores de la Historia hemos visto medidas draconianas impuestas sobre las naciones pero, lo que nunca se había visto, era un ataque como éste a los derechos de las personas y a la democracia. El lado oscuro del Club Bilderberg - la  peor maldad a la que se haya enfrentado nunca la Humanidad - está entre nosotros y usa los nuevos y amplios poderes de coacción y terror que la dictadura militar-industrial global requiere para acabar con la resistencia y gobernar aquella parte del mundo que se resiste a sus intenciones. 

El desarrollo de las comunicaciones y la tecnología, unido al profundo conocimiento actual sobre ingeniería (manipulación) de la conducta, está favoreciendo que, lo que en otras épocas fueron sólo intenciones sin consumar,  hoy se estén convirtiendo en realidad. Cada nueva medida, por sí sola, puede parecer una aberración, aunque  el conjunto de cambios que forman parte del proceso continuo en curso constituyen un movimiento hacia la Esclavitud Total. 

    Durante las últimas décadas los grandes psicólogos (Freud, Skinner, Jung ... ) han sido utilizados para los fines del gobierno mundial a través de institutos como  Tavistock o Stanford, organismos colaboradores del Club Bilderberg, aunque no sabemos hasta qué punto fueron éstos informados de los objetivos de dominación mundial del Club.  

Las investigaciones y ensayos sobre el  comportamiento humano  han  ido demostrando que la dominación  de éste no puede provenir del castigo ni de los refuerzos negativos, sino de los refuerzos positivos. Los refuerzos negativos, si bien producen en cierta medida el comportamiento deseado por quien lo induce, van inevitablemente acompañados de sentimientos de rabia, frustración y rebeldía en las personas a las que se les aplica y por eso ese tipo de técnicas ha caído en desuso. Los poderosos han descubierto que el refuerzo positivo es la única manera de provocar en las personas a quienes se les aplica el comportamiento deseado sin resentimientos ni rebeldía y de manera estable. 

    El refuerzo positivo se está aplicando al estilo de los conocidos libros Un mundo feliz, de Aldous Huxley, y Walden Dos, de B. E Skinner: darle algo positivo a la gente cuando cumple las normas impuestas por el Club, pero cerrando cualquier posibilidad de que estas normas se analicen o cuestionen. Los amos del mundo intentan hacer que la gente se sienta «buena» y «responsable» cuando hace lo que ellos disponen; durante los últimos treinta años la población se ha vuelto cada vez más obediente y sumisa (por ejemplo, vemos últimamente cómo se está promoviendo el voluntariado, elogiando y «heroificando» a los que se unen a él, aunque su fin último sea reducir el malestar provocado en la sociedad por el desempleo y así prevenir los «disturbios sociales»). Para saber hasta dónde pueden llegar sin que la población se subleve, están realizando múltiples experimentos, como la actual campaña contra el tabaco. Que la gente fume o no, no es algo tan importante para los gobiernos como parece. Mucho más nefasto para la salud de la población son los gases que sueltan los coches, contra los que no se hace nada. Aunque los técnicos que aplican las campañas antitabaco crean fervientemente en su necesidad, desde arriba es sólo un experimento más sobre la sumisión de la población, y sobre el que deben estar bastante contentos con los resultados: observen lo que ocurre en el metro o en el AVE si a algún «loco» se le ocurre encender un cigarrillo. En seguida será observado como si se tratara de un leproso y alguien se le acercará para decirle educadamente que está prohibido fumar. Observen también la cara de satisfacción de quien hace el comentario: la misma que cuando sacaba una buena nota en el colegio o cuando ayuda a alguien: la satisfacción de haber cumplido con su deber y de sentirse «apropiado» para formar parte del sistema.

¿Pueden ustedes recordar si esta actitud era habitual hace veinte o treinta años? 

A un nivel mucho más profundo dentro de la sociedad civil hay un pacto, un pacto de silencio y pasividad. Tal vez muchos se den cuenta de que no se puede defender la «democracia» destruyéndola, pero deciden callar y seguir con sus cómodas rutinas cotidianas: lo que ocurra no les afecta. El problema es que sí les afecta. La batalla se está librando en este preciso instante y la dictadura global -el Gobierno Mundial Único- va ganando. 

El objetivo de esta batalla es defender nuestra intimidad personal y nuestros derechos individuales, la piedra angular de la libertad. Implica al Congreso de los Estados Unidos, la Unión Europea, los tribunales, las redes de comunicación, las cámaras de vigilancia, la militarización de la policía, los campos de concentración, las tropas extranjeras estacionadas en suelo estadounidense, los mecanismos de control de una sociedad sin dinero en efectivo, los microchips implantables, el rastreo por satélite GPS, las etiquetas de identificación por radiofrecuencia (RFID), el control de la mente, su cuenta bancaria, las tarjetas inteligentes y otros dispositivos de identificación que Gran Hermano nos impone y que conectan los detalles de nuestra vida a enormes bases de datos secretas del gobierno. Conciencia de Información Total. Esclavitud Total. 

Estamos ante una encrucijada. Los caminos que tomemos ahora detenninarán el futuro de la Humanidad  y si entraremos en el próximo siglo que viene como un Estado policial electrónico global o como seres humanos libres, como consecuencia de una concienciación masiva que tenga lugar en Estados Unidos y en el resto del mundo libre frente a las actividades criminales de la élite global. 

   Bilderberg,  el ojo que todo lo ve,  el Gobierno Mundial a la sombra, decide en una reunión anual completamente secreta cómo deben llevarse a cabo sus diabólicos proyectos. Cuando se celebran estas reuniones, inevitablemente les siguen la guerra, el hambre, la pobreza, el derrocamiento de los gobiernos, y abruptos y sorprendentes cambios políticos, sociales y monetarios. Tal régimen depende absolutamente de la capacidad del Club para mantener la información  silenciada  y  reprimida.  Ése es su talón de  Aquiles.  En cuanto la gente descubre el juego, el trance colectivo sobre el que se basa empieza a venirse abajo. El capítulo sobre Gran Hermano explica cómo el Grupo Bilderberg pretende mantenemos sometidos mediante el control que ejercen sobre la CE, las Naciones Unidas y el gobierno de los Estados Unidos. 

Para controlar nuestra reacción ante acontecimientos creados, el Grupo Bilderberg cuenta con nuestras respuestas pasivas y sumisas y no se verá decepcionado mientras nosotros, como mundo libre, sigamos respondiendo igual que hemos hecho hasta ahora. 

Skinner, colaborador del Instituto Tavistock, organismo a su vez colaborador del Club Bilderberg, considera incompetente a la población general para educar a sus hijos y propone como sociedad ideal aquella en la que los hijos son separados de la familia tras el nacimiento y educados por el Estado en centros en los que viven. Sus familias sólo pueden ir a pasar algunos ratos con ellos (nunca en privado) y en el caso, por ejemplo, de querer comprarles un regalo, tienen que comprar otros para los compañeros de su grupo, de manera que los padres acaban por sentirse desvinculado s de sus hijos. El Estado paga a los padres por sus hijos un dinero estipulado. La Unesco fue creada con el objetivo expreso de destruir el sistema educativo. Nuestra respuesta inadecuada a la crisis es lo que esperaban los ingenieros sociales de Tavistock. 

Otra forma de manipulación de la conducta que utiliza el Club Bilderberg es conseguir que la gente obtenga algo que quiere a cambio de renunciar a otra cosa (principalmente la libertad). Más adelante explico cómo va a surgir una oleada de secuestros infantiles promovidos por ellos, para llevar a los padres a una situación de inseguridad y ansiedad tan terrible que ellos mismos solicitarán la implantación de microchips en los niños para tenerlos permanentemente localizados. Este es un paso más hacia la Esclavitud Total. La manipulación de la población se llevará a cabo a través de un flujo estable de noticias en los medios de comunicación sobre microchips y globalización. Los medios de comunicación del mundo son los vehículos simbólicos mediante los cuales' el juego de oferta y demanda de bienes controla a la población. Sin embargo, no hay que esperar que la  «prensa libre»  dé la voz de alarma. Los medios   de   comunicación   mundiales   forman   parte   de   la   élite globalizadora, como demuestro en el capítulo «La verdadera historia del Club Bilderberg», una organización ultrasecreta que sigue siéndolo gracias a la complicidad de la prensa mundial. 

En un mundo materialista, en el que los exhibicionistas se dedican al periodismo y al espectáculo (¿acaso hay alguna diferencia?), éstos se auto censurarán y satisfarán los supuestos intereses de sus amos y, a menudo con la astucia del esclavo, conseguirán complacerlos. Hay pocas o ninguna ventaja material en la honestidad o en los principios. Las ventajas materiales lo dominan todo, punto. En este contexto, las palabras se usan no como argumentos en un debate, sino para acabar con la discusión. 

Y hablando de la naturaleza humana, el poder corrompe. 

Corrompe a los que lo tienen. Y corrompe a los que procuran influir sobre los que lo tienen. Los medios de comunicación hace mucho que forman parte del mundo de las élites. La prensa libre es un mito porque es propiedad de los poderosos. Sólo cuando sea propiedad de muchos ciudadanos anónimos será posible la existencia de una prensa realmente libre, basada en nuestro «derecho a saber>. Ésta es otra cuestión oculta: el pacto de silencio, por activa o por pasiva. ¡Los periódicos importantes y las radios nacionales y las cadenas de TV se niegan a cubrir el tema y no se atreven a hablar de él! 

Ésa es la principal justificación de la existencia de una prensa libre, a pesar de todas sus imperfecciones manifiestas. Esa es precisamente la razón por la que dictadores, oligarcas, juntas militares, emperadores y tiranos a lo largo de la Historia han procurado censurar el debate y sofocar la libre diseminación de opiniones e información. Por eso el Grupo Bilderberg, la Comisión Trilateral, la Mesa Redonda, el Consejo de Relaciones Exteriores, la Comisión Europea, las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Club de Roma y cientos de organizaciones prefieren llevar a cabo sus gestiones a favor del público en privado. Los gerifaltes no quieren que sepamos lo que planean hacer con nosotros. 

Él totalitarismo es una solución patológica a una vida insegura y atomizada, de manera que permite vender a voluntad imágenes. demagógicas a poblaciones desmoralizadas. Este hecho general fue fácilmente entendido por la fuerza directriz omnipresente en organismos  multinacionales  como la  Comisión Trilateral el FMI el secreto Consejo de Relaciones Exteriores y otras entidades corporativo- financiero-estatales que forman parte de una «red universal» junto con el Grupo Bilderberg, que es el nodo dominante del sistema entrelazado (que funcionaba antes del retorno a un futuro «sin alternativa»). 

Mantener a la mayoría de la población en un estado continuo de ansiedad interior funciona porque la gente está demasiado ocupada asegurando su propia supervivencia o luchando por ella como para colaborar en la constitución de una respuesta eficaz. La técnica del Club Bilderberg, repetidamente utilizada, consiste en someter a la población y llevar a la sociedad a una fuerte situación de inseguridad, angustia y terror, de manera que la gente llegue a sentirse tan desbordada que pida a gritos una solución, la que sea. Explicaré detalladamente en este libro cómo han aplicado esta técnica con las bandas callejeras, las crisis financieras, las drogas y el actual sistema educativo. 

No esperemos, pues, castigos ni agresiones claras y explícitas por parte de los amos del mundo sobre la población en general (sí sobre personas concretas), por lo menos hasta que consigan reducir a la población hasta el nivel que ellos consideran «manejable» y estén seguros de no perder el control sobre ella. Su táctica, por ahora, es mucho más sutil y taimada, y están utilizando el conocimiento de todos los «grandes cerebros» del último siglo para conseguir sus objetivos: el sometimiento absoluto de la población. 

El Club Bilderberg  está  luchando por romper la fortaleza psicológica del individuo y dejarlo sin defensas. Uno de los muchos medios para conseguir este propósito está siendo la insistencia actual en potenciar el trabajo en equipo en la educación y en el ámbito laboral, de manera que la gente se acostumbre a renunciar a sus propias ideas en beneficio del grupo. Cada vez son menos los que defienden el pensamiento individualista y crítico. Estamos llegando a una situación en la que los «lobos solitarios» empiezan a sentirse avergonzados de su existencia.

Con respecto al ámbito educativo, también es imprescindible dar a  conocer que los estudios realizados por el Club Bilderberg demuestran que han conseguido         bajar el coeficiente  Intelectual  de  la  población,  gracias principalmente a la reducción de la calidad de la enseñanza planeada y ejecutada hace años por el Club aunque, por supuesto, públicamente se lanza periódicamente la noticia de que el Coeficiente Intelectual medio está subiendo. Ellos saben que, cuanto menor sea el nivel intelectual de los individuos, menor es su capacidad de resistencia al sistema impuesto. Para conseguir esto, no sólo han manipulado a los colegios y a las empresas, sino que se han apoyado en su arma más letal: la televisión y sus «programas basura» para alejar a la población de situaciones estimulantes y conseguir así adormecerla. 

El objetivo final de esta pesadilla es un futuro que transformará la Tierra en un planeta-prisión mediante un Mercado Único Globalizado, controlado por un Gobierno Mundial Único, vigilado por un Ejército Unido Mundial, regulado económicamente por un Banco Mundial y habitado por una población controlada mediante microchips cuyas necesidades vitales se habrán reducido al materialismo y la supervivencia: trabajar, comprar, procrear, dormir, todo conectado a un ordenador global que supervisará cada uno de nuestros movimientos. 

Porque cuando usted comprenda lo que ocurre, comenzará a entender que mucha gente importante -gente a la que cree que admira, a la que busca para que lo guíe y a la que intenta apoyar-, gente que usted creía que trabajaba para nosotros, a favor de la libertad (los líderes elegidos democráticamente, los comisarios europeos no elegidos por el pueblo, los líderes de la sociedad civil, la prensa), todos los que deberían proteger celosamente nuestra libertad, en realidad trabajan para ellos, a favor de intereses que poco tienen que ver con la libertad. 

Sivanandan, director del Instituto de Relaciones Raciales, dice: «La globalización ha establecido un sistema económico monolítico, el 11 de septiembre amenaza con engendrar una cultura política monolítica. Juntos, suponen el fin de la sociedad civil.» Y el nacimiento de la Esclavitud Total. 

La UE no es inmune a esta nueva ideología, sino que ayuda a formarla. Los gobiernos europeos han conspirado para lograr lo que cínicamente se llama «lucha contra el terrorismo» con el vergonzoso bombardeo y posteriores secuelas en Afganistán e Iraq, acontecimientos que se:  han  vendido  a  una población desmoralizada y abatida como actos patrióticos llenos de entusiasmo. Como ocurre con todos los matones, la mayor amenaza a la vida proviene del propio sistema de terror que se supone que protege a los ciudadanos del mismo. ¿O seguimos creyéndonos las mentiras propagadas por los políticos y los medios de comunicación que dicen que la guerra de Afganistán se ha hecho para defender la libertad, acabar con los talibán, capturar a Bin Laden y establecer la democracia y la igualdad de derechos? Benjamín Disraeli, primer ministro de Inglaterra, apuntó que «el mundo es gobernado por personajes muy distintos de lo que piensan los que no están entre bastidores». 

Desde 1994, cuando David Rockefeller exigió que se acelerasen los planes para el empuje final de la conquista global, toda la población del planeta se ha visto abrumada con una crisis financiera y ambiental después de otra, paralizada por un terror de baja intensidad, una técnica, según descubro en este libro, usada con frecuencia por los ingenieros sociales como condición necesaria para mantener a sus sujetos en un desequilibrio perpetuo. El Nuevo Orden Mundial se alimenta de guerras y sufrimiento, de descalabros financieros y crisis políticas para mantener la expansión de su aplastante movimiento. Se basa en el miedo de la gente a la libertad, Por eso, en el caso de Afganistán e Iraq, apenas parece que termine la guerra que ya se oyen voces que preguntan: «¿Quién será el siguiente?» Irán, Siria, China, Rusia. Las annas son el pan nuestro de cada día. Se obtienen beneficios de las guerras grandes y de las pequeñas. Orden Mundial Único. Esclavitud Total. «El terror armado», en palabras del profesor John McMurtry de la Universidad Guelph de Canadá, «no es lo esencial, sino lo accesorio del significado del nuevo totalitarismo. Es una forma de gobierno mucho más eficaz que el terror basado en la fuerza militar, que es más directo pero expone el sistema a otra forma de resistencia». 

La Historia nos enseña por analogía, no por identidad. La experiencia histórica no implica quedarse en el presente y mirar hacia atrás. Más bien implica mirar al pasado y volver al presente con un conocimiento más amplio y más intenso de las restricciones de nuestra perspectiva anterior. 

La placa 79 de los Desastres de la guerra de Francisco de Gaya muestra  a  la  doncella  Libertad  tumbada  boca  arriba, con el pecho descubierto. Unas figuras fantasmales juegan con el cadáver mientras unos monjes cavan su tumba. La verdad ha muerto. Murió la verdad. ¿Cómo suena esta perspectiva? No depende de Dios libramos de la «Nueva Edad Oscura» prevista para nosotros. Depende de nosotros. Tenemos que llevar a cabo las acciones necesarias. Persona precavida vale por dos. Nunca encontraremos las respuestas adecuadas si no somos capaces de formular las preguntas apropiadas. 

 CAPÍTULO 1 

 El Club Bilderberg

 -Me gustaría hablar con usted -dijo alguien. 

Me giré instintivamente hacia la derecha, aunque no vi a nadie. El caballero que requería mi compañía estaba detrás de mí, dirías e que usando mi hombro derecho como refugio. 

-Quédese sentado, por favor -me susurró su sombra. 

-Perdóneme, pero no estoy acostumbrado a que me den órdenes,  especialmente alguien a quien no conozco -respondí con resolución. 

-Señor Estulin, sentimos invadir su espacio, es que nos gustaría mucho hablar con usted -dijo el primer caballero, extendiendo una flacida mano con la esperanza de que decidiese estrechada-o Huelga decir que le pedimos la máxima discreción. 

Por sus piruetas lingüísticas deduje que ese inglés había sido aprendido en uno de esos colegios elitistas británicos o quizá con un tutor privado. 

-¿Cómo sabe mi nombre? No recuerdo habérselo dicho. 

-Sabemos bastante de usted, señor Estulin. 

Podía percibir que el misterioso caballero empezaba a sentirse más relajado en mi compañía. 

-Por favor, siéntese -dije en un tono más cálido, aceptando también la distensión del momento. 

El hombre bajó la mirada, sacó una pitillera de uno de los bolsillos de su elegante americana y empezó a examinada. Yo me arrellané en mi taburete esperando que uno de los dos rompiese el silencio. 

-Por ejemplo, sabemos que está aquí para cubrir la conferencia

Bilderberg. Que ha estado siguiéndonos durante muchos años. Que de alguna manera, parece conocer con mucha antelación la localización exacta de cada encuentro, cuando la mayoría de los participantes no lo saben hasta una semana antes. Que, con toda la confidencialidad con la que nos movemos, usted parece saber de qué hablamos y cuáles son nuestros planes futuros. Usted, señor Estulin, ha llegado a condicionar la elección de algunos de nuestros participantes. En un momento dado, pensamos que ya lo teníamos; presumimos que habíamos detectado a su contacto en el interior. Si usted hubiese fallado en sus predicciones sobre nosotros, ese participante hubiese tenido graves problemas personales. Afortunadamente para él, usted acertó. 

«Acento de Kent»,pensé. 

-¿Cómo se entera de todo eso? -preguntó el acompañante de mi interlocutor. 

- Eso es un secreto profesional-repliqué lacónicamente. 

En ese momento, aproveché para fijarme en los dos tipos. El segundo tenía los hombros anchos, el cabello rubio, grueso bigote, enormes cejas arqueadas, una diminuta boca que se doblaba geométricamente para formar una sonrisa aceptable y un temperamento nervioso. Su grueso bigote y su gorda nariz se tensaban cada vez que hablaba. 

Detrás de nosotros, formando parte de una incomprensible horda de turistas galeses, se sentaba un hombre barbudo y jorobado que llevaba guantes de piel y un sombrero de viaje. Parecía ser todo un amante de la música o al menos eso decía a todo el mundo una gruesa mujer con un enorme lunar en la barbilla. 

- Es usted todo un enigma. 

Mi misterioso interlocutor cambió la posición de sus larguiruchas piernas, introdujo su mano derecha en el bolsillo del pantalón dejando entrever una cadena de reloj que recorría parte de su chaleco y dijo en un tono profesional: 

- Entonces, dígame, ¿por qué nos sigue a todas partes? Usted no trabaja para ningún periódico conocido. Sus artículos incomodan a nuestros miembros. Varios congresistas estadounidenses y algunos miembros del Parlamento de Canadá han tenido que cancelar su asistencia a nuestro encuentro anual porque usted ha sacado a la luz su participación

Usted no va a vencemos. No es capaz de hacerla -siseó el segundo tipo-. El Club Bilderberg, señor Estulin, es un foro privado en el que participan algunos miembros influyentes de nuestra comunidad empresarial. También invitamos a algunos políticos a que compartan con nosotros sus experiencias personales y profesionales. Todo ello lo hacemos con la esperanza de conjuntar las necesidades (le los pueblos del mundo y la política de altos vuelos. De ninguna manera intentamos influir en los gobiernos, en su política o en su toma de decisiones. 

- ¡No me jodas! -respondí bruscamente. Podía sentir cómo se me tensaban los músculos del cuello y de la mano- ¡Y yo me creo quc Kennedy fue asesinado por extraterrestres, que Nixon fue defenestrado por su abuela y que la crisis del petróleo de 1973 fue provocada por la Cenicienta! Si no hubiera sido por nosotros, Canadá formaría ahora parte del Gran País de los Estados Unidos. Dígame, ¿por qué asesinaron a Aldo Moro? 

- Sabe que no le podemos decir nada, señor Estulin. No he vcnido aquí para discutir con usted. 

En una mesa redonda cerca de la ventana, dos turistas alemanes, un desempleado con los ojos llorosos y el primo del barman jugaban a las cartas muy entretenidos. 

En una mesa adyacente, se sentaba un hombre mayor miope, calvo y gordo que gastaba un traje gris demasiado grande para su envergadura. Llevaba unas enormes gafas de concha y su cara rubicunda se hallaba escondida detrás de la sombra de la que fue en otro tiempo una larga barba negra. Un bigote grisáceo, un tanto descuidado, remataba su faz. Pidió ron, rellenó su pipa y se puso a observar distraído el juego. 

Puntualmente, a las once y cuarenta y cinco, vació la pipa, la metió en el bolsillo del pantalón, pagó el ron y se marchó en silencio.    -¿Seria mucho pedirle que mantuviese esta conversación en la más estricta confidencialidad? 

- No suelo hacer ese tipo de promesas, especialmente en lo referente al Club Bilderberg. 

Me sorprendí a mí mismo disfrutando del enfrentamiento con la esperanza de que el primer tipo perdiese los nervios. 

El  primer tipo soltó una parrafada de varios minutos sobre la virtudes de la colaboración entre las naciones, los niños hambrientos de África y otras comeduras de coco por el estilo. 

Intenté concentrarme en lo que decía, pero pronto me vi observando la cara del segundo tipo. Sonreía con expresión ausente o se lamía el bigote. 

Cuando la voz del primer tipo creció hasta alcanzar la resonancia de un trueno, volví a la realidad. 

- ... y podemos compensarle por su tiempo perdido, señor Estulin. ¿Qué condiciones pone? 

Una enorme luna iluminó los árboles de la calle. Los semáforos se le unieron con su destello. Se podía oír el apagado rumor de los restaurantes de las cercanías y los ladridos de algunos perros. Permanecimos, los tres en silencio durante algunos minutos.     

Noté que al segundo tipo, apoyado en el borde de su taburete, le costaba mantenerse en silencio. Sin duda estaba intentando componer una pregunta o comentario inteligente. El primer hombre jugueteaba con su cigarrillo, en actitud reflexiva. Sus ojos parecían mirar el cigarrillo, pero estaban absortos en el vacío. 

-Mi silencio tiene las siguientes condiciones: querría que los futuros encuentros Bilderberg se anunciaran públicamente con libre acceso a cualquier periodista que quisiera asistir. El contenido de todas las conferencias debería ser público, así como la lista de participantes. j Y, por último, prescindan de la CÍA, las armas, los perros, la seguridad privada y, lo más importante, de su secretismo! 

-Sabe perfectamente, señor Estulin, que no podemos hacer eso. 

Hay mucho en juego y ya es muy tarde para ese tipo de cambios. Entonces, señor mío -repliqué-, tendrán que aguantarme hasta el final. 

En el salón vecino un piano emitió una rápida sucesión de notas entremezcladas con el sordo sonido de voces y risas de unos niños. Un gran espejo reflejó por un momento los brillantes botones del chaleco del primer hombre. 

-Entonces, buenas noches, señor Estulin. 

El primer tipo· no perdió, ni por un instante, sus buenas maneras.  En realidad, era exquisito en el trato. «Por eso lo habrán enviado a él», supuse. Quizá, en otras circunstancias, hubiésemos podido llegar a ser buenos amigos.  El  segundo  tipo  respiró profundamente y, con su sombrero entre las manos, siguió los pasos de su jefe. 

Sólo quedaban en el vestíbulo del hotel dos mujeres con cara soñolienta y un viajante con la barba teñida y un chaleco de terciopelo negro sobre una camisa blanca estampada. 

«Es extraño que se preocupen de mí», pensé. Había sido una experiencia tremenda. Sólo entonces me di cuenta de cuánto se hallaba en juego. No había sido una mera conversación entre su emisario y yo. Los dos hombres cruzaron la plaza y desaparecieron en la noche. Me había quedado mal cuerpo, aunque mi determinación era la de siempre. Ahora sabía que, desde aquel momento, mi vida iba a estar permanentemente en peligro. 

Imagínese un club donde los más importantes presidentes, primeros ministros y banqueros del mundo se mezclan entre sí, donde la realeza está presente para asegurarse de que todo el mundo se lleva bien, donde la gente poderosa responsable de empezar guerras, influir en los mercados y dictar sus órdenes a Europa entera dice lo que nunca se ha atrevido a decir en público. 

El libro que tiene entre las manos pretende demostrar que existe una red de sociedades secretas que planea poner la soberanía de las naciones libres bajo el yugo de una legislación internacional administrada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esta red está dirigida por el más secreto de los grupos: el Club Bilderberg. La razón de que nadie quiera descubrir esta conspiración y oponerse a ella es, en palabras del periodista francés Thierry de Segonzac, copresidente de la Federación de la Industria del Cine, de los Medios Audiovisuales y Multimedia, muy sencilla: «Los miembros del Club Bilderberg son demasiado poderosos y onmipresentes para desear verse expuestos de esa forma.» 

Cualquier cambio de régimen en el mundo, cualquier intervención sobre el flujo de capitales, cualquier modificación en el estado del bienestar es plausible si en uno de esos encuentros sus participantes lo incluyen en su agenda1 Según Denis Healy, ex ministro de Defensa británico: «Lo que pasa en el mundo no sucede por accidente: hay quienes se encargan de que ocurra. La mayor parte de las cuestiones nacionales o relativas al comercio están estrechamente dirigidas por los que tienen el dinero.» 

Los  socios  del  Club  Bilderberg  deciden  cuándo deben empezar las guerras (no en vano ganan dinero con todas ellas); cuánto deben durar (Nixon y Ford fueron defenestrados por acabar la guerra de Vietnam demasiado pronto); cuándo deben acabar (el Grupo había planificado el fin de las hostilidades para 1978) y quién debe participar. Los cambios fronterizos posteriores los deciden ellos y también quiénes se deben beneficiar de la reconstrucción2 Los miembros del Bi1derberg «poseen» los bancos centrales y, por lo tanto, están en posición de determinar los tipos de interés, la disponibilidad del dinero, el precio del oro y qué países deben recibir qué préstamos. Simplemente moviendo dinero los socios del Bilderberg ganan miles de millones de dólares. ¡Su única ideología es la del dólar y su mayor pasión, el poder! 

  Desde 1954, los socios del Club Bilderberg representan a la élite de todas las naciones occidentales -financieros, industriales, banqueros, políticos, líderes de corporaciones multinacionales, presidentes, primeros ministros, ministros de Finanzas, secretarios de Estado, representantes del Banco Mundial, la OMC y el FMI, ejecutivos de los medios de comunicación y líderes militares-, un gobierno en la sombra que se reúne en secreto para debatir y alcanzar un consenso sobre la estrategia global. Todos los presidentes americanos desde Eisenhower han pertenecido al Club. También, Tony Blair, así como la mayoría de los miembros principales de los gobiernos ingleses; Lionel Jospin; Romano Prodi, ex presidente de la Comisión Europea; Mario Monti, comisario europeo de la Competencia; Pasca1 Lamy, comisario de Comercio; José Durao Barroso; Alan Greenspan, jefe de la Reserva Federal; Hillary Clinton; Jolm Kerry; la asesinada ministra de Asuntos Exteriores de Suecia, Anna Lindh; Melinda y Bill Gates; Henry Kissinger; la dinastía Rothschild; Jean Claude Trichet, la cabeza visible del Banco Central Europeo; James Wolfenson, presidente del Banco Mundial; Javier Solana, secretario general del Consejo de la Comunidad Europea; el financiero George Soros, especulador capaz de hacer caer monedas nacionales en su provecho; y todas las familias reales de Europa. Junto a ellos se sientan los propietarios de los grandes medios de comunicación. 

Sí, también pertenecen al Grupo las personas que controlan todo lo que lee y ve, los barones de los medios de comunicación: David  Rockefeller, Conrad Black  el ahora caído en desgracia ex propietario de 440 medios de comunicación de todo el mundo, desde Jesuralem post al principal diario de Canadá, The National Post -, Edgar Bronfman,, Rupert Murdoch y Sumner Redstone, director de Viacom, un conglomerado mediático internacional que aglutina virtualmente a todos los grandes segmentos de la industria de la comunicación. Por esa razón nunca ha oído hablar antes del Club Bilderberg.

Allá donde mire -gobiernos, grandes negocios o cualquier otra institución que ejerza el poder- verá una constante: el secretismo. Las reuniones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), del G-8, de la Organización Mundial del Comercio (OMC), del Fórum Económico Mundial, de los bancos centrales, de los ministros de la Unión Europea y de la ('omisión Europea tienen siempre lugar a puerta cerrada. La única razón que puede existir para ello es que no quieren que usted ni yo sepamos qué se traen entre manos. La ya clásica excusa, «no es del interés general», significa realmente que «no les interesa» que el gran público se informe debidamente. Pero, además de esos encuentros supuestamente públicos, existe toda una red de cumbres privadas que desconocemos por completo. 

En febrero tiene lugar el Foro Económico Mundial de Davos; el G8 Y el Bilderberg, en abril/mayo; la conferencia anual del Banco Mundial/FMI, en septiembre. De todo ello emerge un curioso consenso internacional que, en apariencia, nadie dirige. Este consenso es la base de los comunicados económicos del G8, la plasmación práctica de los programas de ajuste de Argentina y todo lo que el presidente americano propone al Congreso.

En 2004 se cumple el 50 aniversario del Grupo, que se constituyó del 29 al 31 de mayo de 1954, en un hotel de la localidad holandesa de Oosterbeckl, el Bilderberg, que acabaría dándole su nombre a la sociedad. El organizador del evento fue el príncipe Bernardo de Holanda. El borrador de las actas de Bi1derberg de 1989 dice: «Ese Encucntro pionero puso de manifiesto la creciente preocupación de muchos insignes ciudadanos de ambos lados del Atlántico, de que Europa  Occidental y EE. UU. no estaban trabajando coordinadamente  en  asuntos  de  importancia  crítica.  Se  llegó  a  la  conclusión de que unos debates regulares y confidenciales ayudarían a un mayor entendimiento de las complejas fuerzas que dirigían el porvenir de Occidente en el difícil período de la posguerra.» 

Según el fundador, el príncipe Bernardo de Holanda, cada participante es «mágicamente despojado de sus cargos» al entrar en la reunión para ser «un simple ciudadano de su país durante toda la duración del congreso». 

Por otra parte, uno de los miembros más importantes del Club Bilderberg ha sido Joseph Rettinger, un sacerdote jesuita y masón de grado 33. De él se dice que fue el auténtico fundador y organizador del Club. Por extraño que parezca, muy pocas agencias de inteligencia han oído hablar del propio Club Bilderberg hasta hace bien poco. 

Lord Rothschild y Laurance Rockefeller, miembros clave de dos de las más poderosas familias del mundo, escogieron personalmente a 100 participantes procedentes de la élite mundial con el propósito secreto de cambiar Europa. En palabras de Giovanni Agnelli, el ahora fallecido presidente de Fiat: «Nuestro objetivo es la integración de Europa; donde los políticos han fracasado, nosotros, los industriales, vamos a tener éxito.» 

«No se hace ninguna política, sólo se mantienen conversaciones banales y de perogrullo -dijo el editor del London Observer, Will Hutton, que participó en el encuentro en 1997-, pero el consenso al que se llega es el telón de fondo de la política que se hace en todo el mundo.» 

El príncipe Bernardo de Holanda, padre de la reina Beatriz e íntimo del príncipe Felipe de Gran Bretaña, añade que «cuando los representantes de las instituciones occidentales abandonan la reunión se llevan consigo el consenso del grupo. Estos debates liman diferencias y consiguen llegar a posiciones comunes, por eso tienen una gran influencia sobre sus participantes». Lo que suele ocurrir, «casi por casualidad», es que a partir de ese consenso los omnipotentes intereses comerciales y políticos, a través de los medios de comunicación, consiguen que la política de los gobiernos sea la misma aun cuando sus intereses particulares sean ostensiblemente diferentes. 

La lista de invitados

Nadie puede comprar una invitación para uno de los encuentros Bilderberg, aunque muchas multinacionales lo han intentado.5 Es el comité directivo quien decide a quién invita. Lo que el periódico londinense The Guardian denomina “un bilderber-ger” no ha cambiado en los últimos cincuenta años: un socialista fabianoª partidario entusiasta de un orden mundial único. 

 Según una fuente del comité directivo del Grupo, «los invitados deben venir solos, sin esposas, amantes, maridos o novios. Los "asistentes personales" (es decir, guardaespaldas fuertemente armados, normalmenteex miembros de la CÍA, del MI6 y del Mossad) no pueden asistir a las conferencias y deben comer en una estancia aparte. Ni siquiera el "asistente personal" de David Rockefeller puede acompañarlo durante el almuerzo. Queda explícitamente prohibido que los invitados concedan entrevistas a los periodistas». 

Para mantener su aura de hermetismo, los participantes alquilan un hotel completo durante toda la duración del congreso, normalmente de tres a cuatro días. Agentes de la CÍA y del Mossad se encargan de limpiar hasta la última dependencia. Se revisan los planos del establecimiento, se investiga al personal y se manda a casa a cualquiera que levante la más mínima sospecha. 

«Agentes de policía con uniformes negros inspeccionan con perros cada uno de los vehículos de suministros. No queda nada por remover y después escoltan a los transportistas hasta la entrada. Guardias armados patrullan los bosques colindantes y gorilas con micrófonos vigilan todos los accesos. Cualquiera que se aproxime al hotel sin poseer un trozo del globo terráqueo es devuelto por donde ha venido.»   

El gobierno nacional anfitrión se responsabiliza de la seguridad de los asistentes y de su entorno. Ello incluye un generoso despliegue de militares, miembros de los servicios secretos, agentes de la policía local y nacional y guardias privados. Nada es demasiado para proteger la intimidad y la seguridad de los todopoderosos miembros de la élite mundial. Los asistentes no están obligados a seguir las normas y regulaciones que cualquier otro ciudadano mundial tendría que cumplir tales como, por ejemplo, pasar por las aduanas o presentar visados. Cuando se reúnen, nadie de «fuera» tiene permitido acercarse al hotel. La élite lleva a sus propios cocineros, camareros, teleoperadoras, secretarias, limpiadoras y personal de seguridad, que los atienden junto con la plantilla del hotel que ha superado el proceso de investigación previo. 

La conferencia de 2004, por ejemplo, tuvo lugar en el Grand Hotel des lies Borromées en Stresa, Italia, con «174 impresionantes habitaciones decoradas al estilo belle époque, impero o maggiolini. Espléndidas telas y magníficas lámparas de Murano por doquier. La mayor parte de las habitaciones disponen de un balcón privado, los baños están forrados de mármol italiano y cuentan con una lujosa bañera de hidromasaje. Se trata de suites espléndidas en las que no faltan cuadros, estatuas y todo lo que el arte pueda ofrecer».7 Las habitaciones las paga la organización, el Grupo Bilderberg, al modesto precio de 1.200 € por suite. La comida corre a cargo de un chef agraciado con tres estrellas de la guía Michelin. Uno de los criterios a la hora de escoger el hotel es la disponibilidad de los mejores cocineros del mundo. Otro es el tamaño de la ciudad (debe tratarse de núcleos urbanos pequeños que permitan ahuyentarse de las miradas curiosas de los habitantes de las grandes urbes). Las pequeñas ciudades tienen la ventaja adicional de que pem1iten la presencia de «asistentes personales» armados hasta los dientes sin recato. Nadie pregunta. Todos los servicios, teléfono, lavandería, cocina, están pagados. Un miembro del personal del Trianon Palace de Versalles me explicó que en 2003 la factura telefónica de David Rockefeller ascendió a 14.000 € en tres días. Según una fuente que también participó en la conferencia, no sería nada exagerado decir que uno de esos «festivales globalizadores» de cuatro días cuestan unos 10 millones de euros, más de lo que cuesta proteger al presidente de los Estados Unidos o al Papa en uno de sus muchos viajes  internacionales.  Por supuesto,  ni el  presidente ni el Papa son  tan importantes como el gobierno en la sombra que dirige el planeta. 

El Grupo Bilderberg organiza cuatro sesiones de trabajo diarias, dos por la mañana y dos por la tarde, excepto los sábados, cuando sólo hay una reunión vespertina. El sábado por la mañana, entre las 12 y las 15 horas, los miembros del Grupo juegan al golf o nadan, acompañados por sus «asistentes personales», hacen excursiones en el helicóptero. 

La presidencia de la mesa de trabajo sigue un orden alfabético rolatorio. Un año, Umberto Agnelli, ex presidente de Fiat, se sienta al frente. Al año siguiente, Klaus Zumwinkel, presidente de Deutsche Post Worldnet AG y Deutsche Telekom, ocupa su lugar. Estados Unidos es el país con más participantes debido a su tamaño. 

Cada país envía, normalmente, una delegación de tres representantes: un industrial, un ministro o un senador y un intelectual o editor. Países pequeños como Grecia y Dinamarca disponen, como máximo, de dos asientos. Las conferencias reúnen normalmente a un máximo de 130 delegados. Dos tercios de los presentes son europeos y el resto procede de Estados Unidos y Canadá. Los participantes mexicanos pertenecen a una organización hermana menos poderosa, la Comisión Trilateral. Un tercio de los delegados son políticos y los dos tercios restantes, representantes de la industria, las finanzas, la educación, los sindicatos y los medios de comunicación. La mayor parte de los delegados hablan inglés, aunque la segunda lengua de trabajo es el francés. 

La regla de Chatham House

El Royal Institute of Intemational Affairs fue fundado en 1919, tras los Acuerdos de Paz de Versalles, y tiene su sede en la Chatham House de Londres. En la actualidad se usa el nombre «Chatham House» para referirse a todo el instituto. El Royal Institute of International Affairs es el brazo ejecutivo de la política de la Monarquía británica. 

«La Regla de Chatham House consiste en que los participantes de una  reunión pueden divulgar la información que se ha generado en ella, pero deben guardar silencio acerca de la identidad o afiliación de quienes la han facilitado; tampoco se puede mencionar que tales encuentros grupo son privados, y hay que evitar saber qué se está planeando, además de pasar desapercibidos. 

«La Regla de Chatham House permite que la gente hable a título individual sin representar a las instituciones en las que trabaja; esto facilita el libre debate. La gente suele sentirse más relajada si no se la menciona y deja de preocuparse de su reputación o de las implicaciones de sus palabras.» 

En 2002 se clarificó y reforzó la aplicación de la norma: «Los encuentros de la Chatham House pueden llevarse a cabo de forma abierta o bajo la Regla de Chatham House. En este último caso se acordará explícitamente con los participantes que lo expuesto en tal reunión es estrictamente privado y se garantiza el anonimato de quienes hablen entre estos muros; todo esto sirve para asegurar unas mejores relaciones internacionales. Chatham House se reserva el derecho de llevar a cabo acciones disciplinarias sobre cualquier miembro que rompa esa regla.» Traducción: Si te vas de la lengua, te arriesgas a un destino más bien dramático. 

Los participantes 

Los participantes afirman que asisten a las reuniones en calidad de ciudadanos privados y no como representantes oficiales, aunque esta afirmación es bastante cuestionable: en Estados Unidos (por medio de la Ley Logan) y en Canadá es ilegal que un funcionario elegido por el pueblo se reúna en privado con empresarios para debatir y diseñar la política pública. 

La Ley Logan fue creada para evitar que ciudadanos sin representatividad pública interfirieran en las relaciones entre Estados Unidos y los diferentes gobiernos extranjeros. No deja de ser curioso que, en sus doscientos años de historia, no se haya acusado a nadie de vulnerar la Ley. Sin embargo, sí ha habido un buen número de referencias a su vulneración en diferentes juicios' y se suele usar como arma política. Con esto no quiero decir que una persona comente pueda vender ilegalmente armas o drogas a W1 estado extranjero, porque no es asÍ. Pero los que sí pueden hacerlo son los miembros del super-secreto Club Bilderberg, en cuyo caso además se les anima a que interfieran en los asuntos privados de estados independientes. 

Algunas de las personas que han participado en estos encuentros son: Alíen Dulles (CÍA), William J. Fulbright (senador de Arkansas y receptor de una de las primeras becas Rhodes), Dean Acheson (secretario de Estado de Truman), Henry A. Kissinger (presidente de Kissingcr Associates), David Rockefeller (Chase Bank, JP Morgan International Council), Nel-son Rockefeller, Laurance Rockefeller, Gerald Ford (ex presidente de los Estados Unidos), Henry J. Heinz II (presidente de H. J. Heinz Co.), el príncipe Felipe de Gran Bretaña, Robert S. McNamara (secretario de Defensa de Kennedy y ex presidente del Banco Mundial), Margaret Thatcher (ex primera ministra de Gran Bretaña), Valéry Giscard d'Estaing (ex presidente de Francia), Harold Wilson (ex primer ministro de Gran Bretaña),  Edward Heath (ex primer ministro de Gran Bretaña), Donald H. Rumsfeld (secretario de Defensa de los presidentes Ford y George W. Bush), Helmut Schmidt (ex canciller de Alemania Occidental), Henry Ford III (presidente de Ford Motor Co.), James Rockefeller (presidente del First National City Bank) y Giovanni Agnelli (presidente de Fiat en Italia).   

Bilderberg, desde el principio, ha sido administrado por un núcleo reducido de personas, nombradas desde 1954 por un comité de sabios constituido por la silla permanente, la silla americana, las Secretarías y tesoreros de Europa y Estados Unidos. Las invitaciones únicamente se mandan a personas «importantes y respetadas quienes, a través de su conocimiento especial, sus contactos personales y su influencia en círculos nacionales e internacionales, pueden ampliar los objetivos y recursos del Club Bilderberg».  

Los encuentros son siempre abiertos y sinceros y no siempre se llega, a un consenso. Durante los últimos tres años, franceses, británicos y americanos han estado a la greña casi constantemente; el tema de disputa, Iraq. Hace dos años el ministro de Asuntos Exteriores francés, Dominique de Villepin, le dijo abiertamente a Henry Kissinger que «si los americanos hubiesen dicho la verdad acerca de Iraq, es decir, que la auténtica razón para la invasión era el control y gratuidad del petróleo y el gas natural, quizás, ellos, los franceses, no hubiesen vetado sus "estúpidas" resoluciones en la ONU. «Su presidente es un completo idiota», añadió [cita exacta transcrita por tres asistentes a la conferencia y confirmada independientemente].

«Eso no significa que el resto del mundo sea estúpido», replicó a un malhumorado Kissinger al salir de la sala. El nacionalismo británico es otra causa de preocupación. En Tumbuny, Scotland, Tony Blair, primer ministro británico, fue tratado como un niño travieso ante al resto de participantes cuando se le echó en cara, en un tono bastante hostil, no haber hecho lo suficiente para incluir a Gran Bretaña en la moneda única. Según fuentes de Jim Tucker, un legendario periodista reconocido entre los profesionales más honestos por haber perseguido a los miembros del Club durante más de treinta años con un gran coste personal (perdió a varios amigos personales en misteriosos accidentes y a un miembro de su familia que supuestamente se suicidó), «Blair aseguró en Bilderberg que Gran Bretaña aceptaría el euro, pero que antes tenía que resolver ciertos "problemas políticos" debido a "un resurgimiento del nacionalismo  en casa"». 

El 29 de mayo de 1989 la revista Spotlight publicaba en uno de  sus reportajes la siguiente frase que le dijo un funcionario alemán a Blair: «No eres más que una Maggie Thatcher con pantalones.» Se trataba de una dura referencia al hecho de que lady Thatcher fuera defenestrada por su propio Partido Conservador siguiendo las órdenes del Club Bilderberg. Después, el mismo foro colocaría en el puesto a John Majar, un personaje más manipulable. 

Como explica John Williams, algunos miembros de la élite occidental acuden a las reuniones Bilderberg «para reforzar un consenso virtual, una ilusión de globalización, definida bajo sus propios términos: lo que es bueno para los bancos y los grandes empresarios, es bueno para todo el mundo. Es inevitable y revierte en  el beneficio de la humanidad». 

El Club Bilderberg, visto de cerca 

Otto Wolff van Amerongen, presidente y director de Otto Wolff GmbH en Alemania y uno de los miembros fundadores del Club, explicó que los encuentros se .estructuraban de la siguiente manera: se empezaba con unas introducciones cortas sobre' un tema determinado, a lo que seguía el debate general. Wolffvon Amerongen, al que se le reconoce el mérito de entablar relaciones comerciales entre Alemania y el antiguo bloque soviético, hizo las veces de embajador en la sombra de Bonn en Rusia. Sin embargo, no se pueden ocultar sus vínculos con el gobierno nazi, ya que se sabe que intervino en el robo de acciones a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Werner Ruegemer codirigió en 2001 un documental sobre la familia Amerongen en el que se decía que Wolf había sido espía nazi en Portugal; su trabajo consistía en vender el oro saqueado de los bancos centrales europeos y las acciones de los judíos. Wolff también comerciaba con tungsteno, un metal clave para la fabricación de rifles y artillería. En aquella época, Portugal era la única nación que exportaba tungsteno a Alemania. 

Dos delegados que prefieren mantener el anonimato, aunque se cree que son británicos, explicaron que se trabaja en grupos consistentes en un moderador y dos o tres personas más. Tienen cinco minutos cada uno para hablar del tema del día y hay «preguntas de debate, que duran cinco, tres o dos minutos». No hay documentos introductorios ni grabaciones, aunque se anima a los delegados a que preparen sus intervenciones con antelación. La lista inicial de participantes propuestos comienza a circular en enero, y la selección final se hace en marzo. Para evitar filtraciones, el comité directivo del Grupo establece la fecha del encuentro con cuatro meses de antelación, pero el nombre del hotel sólo se anuncia una semana antes. En la apertura del encuentro, el presidente recuerda las reglas del Club y abre el primer tema de debate del día. Bilderberg marca todos los documentos que distribuye a sus miembros con la frase «Personal y estrictamente confidencial. Prohibida su publicación». 

Reclutados por el Club 

Es importante distinguir entre los miembros activos que acuden todos los años y otras personas que son invitadas ocasionalmente. Son unas ochenta las personas que acuden regularmente y un número muy variable los que visitan el Club, principalmente para informar sobre materias relacionadas con su conocimiento y experiencia. Estás tienen escasa idea de que hay un grupo formal constituido y nada saben acerca de la agenda secreta.  También hay algunos invitados selectos  que el comité considera  útiles en sus planes de globalización   y  a  los  que  se  ayuda  a  conseguir  importantísimos  cargos. Entre ellos, Esperanza Aguirre. En algunos casos, estos invitados ocasionales no cuajan en la organización y son definitivamente apartados. Un ejemplo, Jordi Pujol, en 1989, en La Toja, Galicia. 

El ejemplo más claro de «reclutamiento útil» fue el de aquel oscuro gobernador de Arkansas, Bill Clinton, que acudió a su primer encuentro Bilderberg en Badén Badén, Alemania, en 1991. Allí, David Rockefeller le explicó a un joven Clinton en qué consistía el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y le dio indicaciones para apoyarlo. Al año siguiente, el gobernador se convirtió en presidente. 

La asociación con el Club Bilderberg siempre ha arrojado magníficos beneficios: 

1. Bill Clinton. Asistió a la reunión del Bilderberg de 1991. Gana la

nominación del Partido Demócrata y es elegido presidente en 1992. 

2. Tony Blair. Asistió a la reunión del Bilderberg de 1993. 

Asciende a la presidencia del partido en julio de 1994 y a la presidencia nacional en mayo de 1997. 

3. Romano Prodi. Asistió a la reunión del Bilderberg de 1999. Es nombrado presidente de la Unión Europea en septiembre de 1999. 

4. George Robertson. Asistió a la reunión del Bilderberg de 1998.  Consigue la secretaría general de la OTAN en agosto de 1999. 

Francois Mitterrand. El 10 de diciembre de 1980, Francois Mitterrand, un hombre que reiteradamente había fracasado en su intento de conseguir el poder en Francia, fue resucitado por orden del Comité de los 300, el hermano mayor del Club Bilderberg. Según la fuente de inteligencia de Johm Coleman, autor de Conspirators' Hierarchy: The Story 0f the Commitee 0f 300, «Escogieron a Mitterrand y le lavaron la imagen para devolverlo al poder». El propio político francés en su discurso de vuelta a la política dijo: «El desarrollo del capitalismo industrial se opone a la libertad. Debemos poner fin a ello. Los sistemas económicos del siglo XX y XXI usarán máquinas para aplastar al hombre, primero en el dominio de la energía nuclear, que ya está produciendo resultados admirables.»

Las observaciones de Coleman le hacen a uno estremecerse. «El retorno de Mitterrand al Palacio del Elíseo fue un gran triunfo para el socialismo. Demostró que el Comité de los 300 era suficientemente poderoso como para predecir acontecimientos o, mejor dicho, para hacer que sucediesen por la fuerza o por cualquier otro medio. En el caso de Mitterrand, demostró su capacidad de vencer cualquier oposición pues, pocos días antes, había sido totalmente rechazado por un grupo de poder político de París», es decir, por el Frente Nacional de Le Pen y un gran segmento de su propio Partido Socialista. 

Caída del Gobierno turco

Cuatro días después de la vuelta a casa de dos participantes turcos tras el encuentro del Club de 1996, en Toronto, cayó el gobierno Turco al completo. Se trataba de Gazi Ercel, gobernador del Banco Central de Turquía, y Emre Gonensay, ministro de Asuntos Exteriores. 

En unmovimiento sorpresa, el primer ministro turco, Mesut Yilmaz, dimitió de su cargo, disolviendo la coalición entre el Partido delSendero Verdadero, dirigido por la ex primera ministra Conservadora Tansu Ciller, y el suyo propio, el Partido de la Patria. 

Esto permitió a Necmettin Erbakan, líder del Partido del Bienestar Social, formar un nuevo gobierno. Su partido es claramente proislámico. 

Bilderberg 2004, Stresa, Italia 

Según una fuente bien infomada que participó en el encuentro de 2004 los miembros portugueses del Club usaron con habilidad lo que se ha llamado la «táctica portuguesa», es decir, su promoción a alto nivel. 

La asociación con el Grupo Bilderberg reportó los siguientes beneficios al grupo portugués: 

Pedro M. Lopes Santana, el poco conocido alcalde de Lisboa, fue nombrado primer ministro de la República. 

Jose M. Durao Barroso, ex primer ministro, pasó a ser nuevo presidente de la Comisión Europea. 

Jose Sócrates, miembro del parlamento, fue elegido líder del Partido    Socialista después de la dimisión de Eduardo Ferro Rodrigues, a causa de una crisis político-social y oscuras acusaciones de pedofilia. Fuentes cercanas a la investigación confirman que la crisis fue provocada por miembros del Club Bilderberg. 

Otro ejemplo de la influencia que el Club ejerce sobre la política americana se evidenció durante la campaña electoral en EE. UU., cuando el candidato demócrata a la presidencia, John Kerry, eligió a John Edwards como vicepresidente. Este último había sido invitado por primera vez a la reunión del Bilderberg un mes antes. Varias fuentes, cuyos nombres no puedo revelar porque pondría sus vidas en peligro, han confirmado de forma independiente que después de oír el discurso de Edwards durante el segundo día de la conferencia, Henry Kissinger telefoneó a John Kerry con el siguiente comentario: «John, ya te hemos encontrado vicepresidente.» Una extraordinaria serie de coincidencias. 

Líderes de la OTAN controlados por el Club Bilderberg

Para entender quién controla el mando de la OTAN, el operativo militar más grande del mundo, y ahora el Ejército Mundial, sólo tenemos que mirar los estrechos vínculos que existen entre sus secretarios generales y el Club Bilderberg: Joseph Luns (1971-1984), lord Carrington (1984-1988), Manfred Worner (1988-1994), Willy Claes (1994-1995), Javier Solana (1995-1999), lord Robertson (19992004) y Jaap G. de Hoop Scheffer (2004). La OTAN fue creada por el Instituto Tavis-tock cuando el Gobierno Mundial en la sombra decidió crear una superinstitución que controlase la política europea. A su vez, fue el Royal Institute for International Affairs (RILA), que sólo responde ante la reina de Inglaterra, el que fundó el Tavis-tock. El RILA, controla la política exterior británica y es el brazo ejecutor de la política exterior de la monarquía británica. 

Como consecuencia, se hace mucho más fácil aplicar la política de Bilderberg en el Golfo, Iraq, Serbia, Bosnia, Koso-vo, Siria, Corea del Norte, Afganistán, por mencionar sólo los casos más conocidos. 

Tanto Donald Rumsfeld como el general Peter Suther-land, de Irlanda, son miembros del Club Bilderberg. Su-therland es ex comisario europeo y presidente de Goldman, Sachs y British Petroleum. Rumsfeld y  Sutherland  ganaron  un  buen  montón  de  dinero en 2000 trabajando juntos en el consejo de la compañía energética suiza ABB. Su alianza secreta se hizo pública cuando se descubrió que ABB había vendido dos reactores nucleares a un miembro activo del «eje del mal», concretamente a Corea del Norte. Huelga decir que British Petroleum no hace publicidad del asunto cuando anuncia una de sus iniciativas públicas en las que «la seguridad es lo primero». 

Todo primer ministro británico se ha sentido obligado a asistir a los encuentros Bilderberg durante los últimos treinta años. Como anécdota para contar a los amigos, se puede decir que el Club fue una creación del MI6 bajo la dirección del RILA. En concreto, fue idea de Alastair Buchan (hijo de lord Tweedsmuir y miembro del RILA y la Mesa Redonda) y de Duncan Sandys (un importante político, yerno de Winston Churchill, quien a su vez era amigo de Rettinger, un jesuita y masón de grado 33). El MI6 necesitaba a un miembro de la realeza que diese apoyo público al Club y pensó en Bernardo de Holanda, conocido por sus numerosos vínculos con la realeza europea y los más importantes industriales. La conferencia Bilderberg de 1957 fue el inicio de la carrera del líder del Partido Laborista Dennis Healey. Poco después del encuentro, Healey fue «extrañamente» nombrado ministro de Hacienda. Tony Blair acudió a la reunión del 23 al 25 de abril de 1993, en Vouliagmeni, en Grecia, cuando era ministro del Interior en la sombra. 

Meretrices del periodismo 

«Nuestro trabajo es dar a la gente no lo que ellos quieren, sino lo que nosotros decidimos que deben tener.» Dicho por Richard Salant,· ex presidente de la CBS News. 

Uno de los secretos mejor guardados es hasta qué punto un  puñado de conglomerados pertenecientes al Club Bilderberg, eomo el Council on Foreign Relations, OTAN, Club de Roma, Comisión Trilateral, masones, Skull and Bones, (Mesa Redonda, Sociedad Milner) y la Sociedad Jesuita-Aristotélica controlan el flujo de información en el mundo y determinan lo que vemos en televisión, oímos en la radio y leemos en los periódicos, revistas, libros e Internet. 

«Ser testigo de la conferencia anual del Grupo Bilderberg es entender cómo los señores del Nuevo Mundo se reúnen en secreto y conspiran con la convivencia de los medios de comunicación», se lamentaba mi amigo Jim Tucker, enemigo número uno del Club. Tucker sabe de lo que habla. Ha ido detrás de las reuniones del Bilderberg desde hace más de treinta años. 

El Club Bilderberg también representa a la élite de los medios de comunicación a ambos lados del Atlántico. Los empresarios de esos medios asisten a las reuniones prometiendo de antemano que nunca y bajo ninguna condición hablarán del Club. Los editores se hacen responsables de cualquier noticia relacionada con él en sus medios de comunicación. Y, de esta manera, los miembros del Club Bilderberg se garantizan silencio total y absoluto y una identidad invisible tanto en Estados Unidos como en Europa. 

Si hacemos una búsqueda en los principales medios de comunicación del mundo, no encontraremos ninguna noticia sobre un grupo que reúne a los más importantes políticos, empresarios y financieros del planeta, por no mencionar informaciones sobre el inicio de las hostilidades contra Iraq, ni siquiera por la prensa que asistió al encuentro Bilderberg de 2002. Una de las mayores desavenencias entre distintos grupos dentro del Bilderberg se produjo en la reunión de 2002.

Los bilderbergers europeos exigieron la presencia inmediata del secretario de Defensa americano, Donald Rumsfeld, para explicar los planes de la guerra. Rumsfeld, cambiando bruscamente su agenda política, vino a la reunión para prometer, bajo amenazas y presiones, a los asistentes que de ninguna fon11a iban a empezar la guerra hasta febrero o marzo de 2003. Ahora, si yo, por mucho que disponga de contactos privilegiados, supe cuándo iba a empezar la guerra, ¿cómo es posible que los peces gordos del mundo de los medios de comunicación que acudieron a la reunión no supieran algo tan básico?       

El American Free Press, el periódico de Jim Tucker, informó en junio de 2002 de que, según fuentes de la reunión del Club Bilderberg, la guerra de Iraq había sido demorada hasta marzo de 2003, cuando todos los periódicos del mundo anunciaban el ataque para el verano de 2002.  Traducción: El encuentro del Bilderberg 2002 tuvo lugar entre el 30 de mayo y el 2 de junio. Rumsfeld, el secretario de Defensa de Bush,  acudió el 31 de mayo.  Los miembros del Club le arrancaron la promesa de que la administración Bush no empezaría la guerra hasta el año siguiente. ¿No es ésta noticia suficiente para que salga en primera página de todos los periódicos del mundo? Sin embargo, los principales medios, como el New York Times y el Washington Post, cuyos directores son miembros del Club, tenían órdenes de no informar sobre lo que hubiese sido la historia del verano. El corresponsal del American Free Press para las Naciones Unidas, Christopher Bollen, le preguntó en una ocasión a un grupo de periodistas que esperaban el inicio de una conferencia de prensa la razón por la que las noticias sobre el Club son censuradas sistemáticamente por los editores más «respetables». Todo lo que obtuvo por respuesta fueron unas risas irónicas. 

«Hace muchos años nos llegó una orden de arriba diciendo que no había que informar sobre el Club Bilderberg», declaró en una ocasión Anthony Holder, ex periodista del Econo-mist de Londres, especializado en temas relacionados con la ONU. Y recordemos que esta publicación es una referencia mundial en el campo de los medios que tratan sobre economía, Otro experimentado periodista, William Glasgow, que trabaja para el Business Week afirma: «Lo único que sabemos es que el Club existe, pero la verdad es que no informamos de sus actividades.» Como dijo otro periodista: «Es inevitable sospechar de una organización que planea el futuro de la humanidad en absoluto secreto.»

«La implicación de los Rockefeller en los medios de comunicación es múltiple. Así se aseguran de que los medios de desinformación de masas nunca hablen de sus planes para dominar un futuro gobierno mundial. Los medios siempre deciden cuáles son los temas que van a estar de actualidad en un determinado país. Por ejemplo, a veces ponen en primer plano el tema de la pobreza y, otras veces, lo hacen desaparecer. Lo mismo sobre la polución, los problemas demográficos, la paz o lo que sea.

»Los medios pueden tomar a un hombre como Ralph Nader y convertirlo en un héroe al instante. O pueden tomar a un enemigo de los Rockefeller y crear la imagen de que es un cretino, un bufón o un paranoide peligroso» (Gary Alien, El Expediente Rockefeller).

Ralph Nader, perenne  candidato presidencial  «independiente», «muy admirado por su postura contraria a la clase dirigente», es financiado por la red Rockefeller con la intención de destruir el sistema de libre mercado. Los principales valedores de Nader son la Ford Foundation y la Field Foundation, ambos conectados a través del Council on Foreign Relations (en adelante, CFR). Según un artículo del Business Week, reimpreso en el Boletín del Congreso del 10 de marzo de 1971, «John D. Rockefeller IV es consejero de Naden>. 

«Con todo su dinero, los Rockefeller han conseguido el control de los medios de comunicación. La opinión pública ya no es un problema para ellos. Con el control de la opinión pública, a su vez, han conseguido las riendas de la política. Controlando la política, tienen a sus pies a la nación entera.»   

«Durante casi cuarenta años -según David Rockefeller- el Washington Post, el New York Times, el Time Magazine y otros prestigiosos medios corporativos han acudido a nuestros encuentros y respetado su promesa de discreción.» «Habría sido imposible para nosotros desarrollar un plan para el mundo si hubiéramos estado sometidos a la luz de la opinión publica durante todos estos años», añadió. «Pero, gracias a ello, ahora el mundo es más sofisticado y está más preparado para un Gobierno Mundial. La soberanía supranacional de una élite intelectual junto con los principales banqueros es preferible a las ansias de autodetern1inación nacional de los siglos pasados.» 

Algunos de los periodistas invitados a las reuniones del Club son: 

Juan Luis Cebrián del Grupo PRISA (participante habitual); Arthur Sulzberger, editor del New York Times y miembro del CFR; Peter Jennings, presentador y editor del programa de la ABC, «World News Tonight»; y Thomas L. Friedman, columnista del New York Times, ganador del Premio Pulitzer y miembro del CFR y de la Comisión Trilateral. 

El Club Bilderberg usa a los principales grupos de comunicación para crear una opinión que respalde sus objetivos. Así, difunde noticias que influyen tanto en el mundo político como en el ciudadano de a pie. La industria de los medios de comunicación, totalmente controlada, difunde la propaganda. 

Las corporaciones públicas intentan mantener en secreto la lista de participantes  en  las  reuniones  del  Club  y la prensa privada casi no informa del evento. Microsoft, AT&T, Bechtel, Cisco, Compaq y Price Waterhouse Coopers no tienen nada que temer de la prensa. No importa que Microsoft y la NBC codirijan la cadena de cable MSNBC. De hecho, entre los invitados más frecuentes a las reuniones Bilderberg se encuentra Anthony Ridder de KnigbtRidder, Inc., la segunda cadena de periódicos más importante de Estados Unidos, que controla publicaciones como el Detroit Free Press, el Miami Herald y el Philadelphia Inquirer. 

En su edición de agosto/septiembre de 1993, la prestigiosa revista holandesa Exposure publicó un artículo sobre el férreo control existente, sobre cierto tipo de información, que establecen las tres y más prestigiosas cadenas de televisión de Estados Unidos, la NBC, la CBS y la ABC. Las tres surgieron a partir de la RCA. Lo que quiere decir que la política social decidida por el Tavistock parte de la idea de que las masas pueden ser manipuladas. 

Estas organizaciones e instituciones que, teóricamente, compiten las unas con las otras, y que tienen una «independencia». que asegura que los estadounidenses reciban informaciones no sesgadas, están en realidad ligadas a través de incontables empresas y entidades financieras. Se trata de una maraña casi imposible de desenredar. ¿Qué sucedería si el pueblo estadounidense supiese que las tres televisiones más importantes del país transmiten un lavado de cerebro diseñado por el Instituto Tavistock de Relaciones Humanas, y transmitido por el MI6, el instituto de inteligencia más sofisticado del mundo? El artículo de la revista Exposure se apoya en el trabajo de Eustace Mullins, tenaz investigador de lo que se ha venido a llamar Nuevo Orden Mundial (New World Order). 

La NBC es propiedad de General Electric (GE), «una de las corporaciones más grandes del mundo», con una larga historia de actividad antisindical. GE es, a su vez, uno de los más importantes donantes de fondos al Partido Republicano y tiene inmensos intereses financieros en la industria armamentista y nuclear. El ex director general de la empresa, Jack Welch, fue uno de los principales impulsores  del  traslado  de  las  plantas  americanas  a  países de bajo costo como China y México.16  La NBC es una empresa subsidiaria de la RCA, un conglomerado de empresas de comunicación.  En  el  comité  director  de  la  RCA se halla Thornloll Bradshaw, presidente de Atlantic Richfield y miembro de la OTAN, del World Wildlife Fund, del Club de Roma, del Instituto Aspen de Estudios Humanísticos y del CFR. Bradshaw es también presidente de la NBC. La función más importante de la RCA es el servicio que le proporciona a la inteligencia británica. Es importante saber que la dirección de la RCA está compuesta por importante personalidades del poder angloamericano que pertenecen a otras organizaciones como la OTAN, el Club de Roma, el CFR, la Comisión Trilateral, la masonería, la Mesa Redonda, el Club Bilderberg, etcétera.. Cabe destacar que David Sar-noff se fue a Londres al mismo tiempo que sir William Ste-phenson se trasladaba al edificio de la RCA de Nueva Cork. Entre los directores de la NBC nombrados en el ariículo Exposure de Mullins estaban John Brademas (CFR, Club Bilderberg), un director de la Fundación Rockefeller; Peter G. Peterson (CFR), ex ejecutivo de Kuhn, Loeb & Co (Rothschild) y ex secretario de comercio de EE. UU.; Robert Cizik, director de la RCA y del First City Bancorp, identificado en una comparecencia ante el Congreso de EE. UU. como banco perteneciente a Rothschild; Thomas O. Paine, presidente de Nor-thrup Co. (el gran contratista del Ministerio de Defensa estadounidense) y director del Instituto de Estudios Estratégicos de Londres; Donald Smiley, director de dos compañías Morgan, Metropolitan Life y US Steel; Thorton Bradshaw, director de la RCA, director de la Rockefeller Brothers Fund, Atlantic Richfield Oil y el Instituto Aspen de Estudios Humanísticos (estos últimos dirigidos por un miembro del Club, Robeli O. Anderson). Claramente, el comité ejecutivo de la NBC tiene una considerable influencia de los Rockefeller-Roths-child-Morgan, principal eje y promotor del plan de Nuevo Orden Mundial. 

La ABC es propiedad de la Disney Corp., «que fabrica productos en países del Tercer Mundo pagando salarios de miseria en condiciones de trabajo atroces».17 Posee 152 canales de televisión. El Chase Manhattan Bank controla el 6,7 % de la ABC, suficiente para ejercer su control. Aunque se trata de un porcentaje menor, es más que suficiente para censurar y presionar sobre los contenidos de la cadena. El Chase, a través de su departamento de crédito, controla el 14 % de la CBS y el 4,5 % de la RCA. En vez de tres cadenas de televisión  llamadas  BC, CBS y ABC, lo que en realidad tenemos es la Rockefeller Broadcasting Company, el Rockefeller Broadcasting System y el Rockefeller Broadcasting Consortium. 

La CBS es propiedad de Viacom y tiene unos 200 canales de televisión y 255 emisoras de radio afiliadas. Este «enorme conglomerado de empresas de comunicación posee entre otros, a la MTV, Show Time, Nickelodeon, VHl, TNN, CMT, Paramount Pictures y Blockbuster Inc., 39 canales de televisión y 184 emisoras de radio».18 William Paley fue formado en técnicas de lavado de cerebro de masas por el Instituto Tavistock en Inglaterra antes de concedérsele el mando de la CBS. 

La expansión financiera de la tercera cadena de televisión, la CBS, fue supervisada durante mucho tiempo por Brown Brothers Harriman y su socio sénior, Prescott Bush, director de la CBS. El comité ejecutivo de la CBS incluía al presidente William S. Paley (Comité de los 300), Harold Brown (CFR), director ejecutivo de la Comisión Trilateral y ex secretario de Defensa de EE. UD. Y del Ejército del Aire; Michel C. Bergerac, presidente de Revlon y director del Manufacturers Hanover Bank (Rothschild); Newton D. Minow (CFR), director de la Corporación Rand y, entre otras, la Fundación Ditchley, estrechamente vinculada al Instituto Tavistock (especialistas en lavado de cerebro) y al Club Bilderberg. El último ex presidente de la CBS fue el doctor Frank Stanton (CFR), que también es miembro del consejo de administración de la Fundación Rockefeller y de la Institución Carnegie.19 Conviene saber que las familias Rothschild y Rockefeller son las familias líderes en el férreo control sobre las comunicaciones y responden directamente ante Bilderberg. 

Según James Tucker, «los bilderberger están convencidos de que la opinión pública siempre sigue los pasos de los individuos influyentes. Los miembros del Grupo prefieren trabajar a través de un número reducido de personas de confianza y no a través de grandes campañas de publicidad». 

La Fox News Channel (una de las cinco grandes) es propiedad de Rupet Murdoch, «propietario de una parte significativa» de los principales medios de comunicación del mundo. Su red tiene «vínculos estrechos» con el Partido Republicano y entre sus «equilibrados  y  justos»  analistas  se  encuentra  Newt  Gingrich,  ex portavoz del Partido Republicano estadounidense. 

Es evidente que las cinco redes de medios de comunicación están estrechamente relacionadas con Bilderbergs, el CFR y la Comisión Trilateral. ¿Cómo se puede afirmar entonces que las cinco grandes televisiones de Norteamérica, de donde la mayoría de los ciudadanos obtienen la información, son independientes? 

Objetivos del Club Bilderberg 

«El Club Bilderberg anda en busca de una era del posnacionalismo: ese momento en que ya no haya países, sólo regiones y valores universales, es decir, sólo una economía universal, un Gobierno Universal (designado, no elegido) y una religión universal. Para asegurarse esos objetivos, los miembros del Club Bilderberg abogan por un enfoque más técnico y menos conocimiento por parte del público. Esto reduce las probabilidades de que la población se entere del plan global de los amos mundiales y organice una resistencia organizada.»20 Su objetivo final es el control de absolutamente todo en el mundo, en todos los sentidos de la palabra. Actúan como si fueran Dios en la Tierra. Entre sus planes figura establecer: 

•Un solo gobierno planetario con un único mercado globalizado, con un solo ejército y una única moneda regulada por un Banco Mundial. 

•Una Iglesia universal que canalizará a la gente hacia los deseos del Nuevo Orden Mundial. El resto de religiones serán destruidas. 

•Unos servicios internacionales que completarán la destrucción de cualquier identidad nacional a través de su subversión desde el interior. Sólo se pem1itirá que florezcan los valores universales. 

•El control de toda la humanidad a través de medios de manipulación mental. Este plan está descrito en el libro Technotronic Era (Era tecnotrónica) de Zbigniew Brzezinski, miembro del Club. En el Nuevo Orden Mundial no habrá clase media, sólo sirvientes y gobernantes. 

•Una sociedad posindustrial de crecimiento cero», que acabará con la industrialización y la producción de energía eléctrica nuclear (excepto para las industrias de los ordenadores y servicios). Las industrias    canadienses    y    estadounidenses    que    queden    serán  exportadas a países pobres como Bolivia, Perú, Ecuador, Nicaragua, etc., en los que existe mano de abra barata. Se hará realidad, entonces, uno de los principales objetivos del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte). 

•El crecimiento cero es necesario para destruir los vestigios de prosperidad y dividir a la sociedad en propietarios y esclavos. Cuando hay prosperidad, hay progreso, lo cual hace mucho más difícil la represión. 

•Cabe incluir en ello la despoblación de las grandes ciudades, según el experimento llevado a cabo en Camboya por Pol Pot. Los planes genocidas de Pot fueron diseñados en Estados Unidos por una de las instituciones hermanas de Bilderberg, el Club de Roma. 

•La muerte de cuatro mil millones de personas, a las que Henry Kissinger y David Rockefeller llaman bromeando «estómagos inservibles» por medio de las guerras, el hambre y las enfermedades. Esto sucederá hacia el año 2050. «De los dos mil millones de personas restantes, 500 millones pertenecerán a las razas china y japonesa, que se salvarán gracias a su característica capacidad para obedecer a la autoridad» es lo que afirma John Coleman en su libro Conspirators' Hierarchy: The Story of the Committee of 300. El doctor Coleman es un funcionario de inteligencia retirado que descubrió un informe encargado por el Comité de los 300 a Cyrus Vanee «sobre cómo llevar a cabo el genocidio». Según la investigación de Coleman, el informe fue titulado «Global 2000 Report», «aprobado por el presidente Cárter, en nombre gobierno de Estados Unidos y refrendado por Edwin Muskie, secretario de Estado». Según este informe, «la población de Estados Unidos se verá reducida a 100 millones hacia el año 2050». 

•Crisis artificiales para mantener a la gente en un perpetuo estado de desequilibrio físico, mental y emocional. Confundirán y desmoralizarán a la población para evitar que decidan S11 propio destino, hasta el extremo de que la gente «tendrá demasiadas posibilidades de elección, lo que dará lugar a una gran apatía a escala masiva». 

•Un férreo  control  sobre la educación con el propósito de destruirla. Una de las razones de la existencia de la UE (y la futura Unión  Americana  y  Asiática)  es  el  control  de  la  educación  para «aborregar» a la gente. Aunque nos resulte increíble, estos esfuerzos ya están dando «buenos frutos». La juventud de hoy ignora por completo la historia, las libertades individuales y el significado del mismo concepto de libertad. Para los glo-balizadores es mucho más fácil luchar contra unos oponentes sin principios. 

•El control de la política externa e interna de Estados Unidos (cosa ya conseguida a través del Gobierno de Bush), Canadá (controlada por Inglaterra) y Europa (a través de la Unión Europea). 

•Una ONU más poderosa que se convierta finalmente en un Gobierno Mundial. Una de las medidas que conducirán a ello es la creación del impuesto directo sobre el «ciudadano mundial». 

•La expansión del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del N arte) por todo el hemisferio occidental como preludio de la creación de una Unión Americana similar a la Unión Europea. 

•Una Corte Internacional de Justicia con un solo sistema legal. 

•Un estado del bienestar socialista donde se recompensará a los esclavos obedientes y se exterminará a los inconformistas. 

Bilderberg y la guerra de las Malvinas 

El Club Bilderberg tiene ya el poder y la influencia necesarios para imponer su política en cualquier nación del planeta, Es decir, controla al presidente de los Estados Unidos, al primer ministro de Canadá, a los principales medios de comunicación del mundo libre, a los políticos, financieros y periodistas más importantes, a los bancos centrales de los principales países, a la Reserva Federal de los Estados Unidos y su suministro de dinero, al FMI, al Banco Mundial y a las Naciones Unidas y destruyen a cualquiera, grande o pequeño, que se oponga a sus planes de construir un Nuevo Orden Mundial, como demostraré con numerosos ejemplos que ponen la piel de gallina. Jan Ronson escribió un libro titulado Adventures with Extremists (Picador, 2001), en el que describe cómo durante la guerra de las Malvinas el gobierno británico pidió que se aplicaran sanciones internacionales contra Argentina, pero se encontró «con una dura oposición. En un encuentro Bilderberg en Sandefiord, Noruega, David Owen, miembro del Parlamento británico, pronunció un encendido discurso a favor de las mismas. Ese discurso torció muchas  voluntades.   Estoy   seguro  de  que  muchos   ministros   de  Asuntos Exteriores volvieron a sus países para transmitir el mensaje de Owen. Por supuesto, las sanciones llegaron». La hermosa historia de la cooperación internacional entre países es simplemente una falsedad. La realidad es mucho más macabra, con muchos muertos «desparramados en el camino de los universalistas». 

La guerra de las Malvinas, un conflicto totalmente manufacturado entre una «nación agresora», la dictadura de Argentina, y un país «amante de la libertad», Gran Bretaña, dio al Nuevo Orden Mundial la oportunidad de mostrar su impresionante arsenal y así advertir a cualquier nación de las consecuencias de no someterse totalmente. «El sometimiento del Gobierno argentino, seguido del caos económico y político de la nación, estuvo planeado por Kissinger Associates, en asociación con lord Carrington»,22 según confirman mis propias fuentes de investigación, en este caso uno de los principales agentes del MI6 convertido ahora en un cruzado anti Nuevo Orden Mundial. 

La operación argentina fue diseñada por el Instituto Aspen de Colorado que, a su vez, está controlado por los Rockefeller. Si la caída del sha de Irán tuvo que ver con el comercio de drogas, en la guerra de las Malvinas el asunto tenía que ver con la energía nuclear y el necesario objetivo de los bilderbergs de conseguir el crecimiento cero. El objetivo del Club es desindustrializar al mundo mediante la supresión del desarrollo científico, empezando por Estados Unidos. Por eso, no le convienen los experimentos sobre fusión como posible fuente de energía nuclear. Como dice otra vez John Coleman en Committee of 300, «el desarrollo de una fuente de energía como la fusión nuclear no interesa, ya que echaría por la borda el argumento de los "recursos naturales limitados". Esta fuente de energía, debidamente empleada, podría crear recursos naturales ilimitados a partir de sustancias ordinarias. El beneficio para la humanidad rebasa la comprensión del público».

¿Por qué los seudodefensores del medio ambiente financiados por las multinacionales odian tanto la energía nuclear? Porque las centrales de energía nuclear podrían producir electricidad abundante y barata, «lo cual es clave para sacar a los países del Tercer Mundo de la pobreza». 

Coleman explica  que  «los  países  del Tercer Mundo se  independizarían   gradualmente   de   Estados Unidos,  ya  que  no  necesitarían ayuda externa. Esto les permitiría afirmar su soberanía». Menor ayuda externa significa menor control externo de los recursos naturales de un país y mayor independencia de su pueblo. La idea de que los países se manejen por sí mismos simplemente les revuelve el estómago a todos los miembros del Club y a sus adláteres. 

Los bilderbergs vieron que sus planes de crecimiento cero posindustrial se iban a pique y decidieron «dar una lección ejemplar a Argentina y los demás países latinoamericanos. Debían olvidarse de cualquier idea de nacionalismo, independencia e integridad soberana». La elección de Argentina no fue casual. Se trata del país más rico de Sudamérica y proporcionaba tecnología nuclear a México, lo cual disgustaba a los miembros del Club. La guerra de las Malvinas acabó con esa colaboración. Sin duda, es mucho mejor tener a México como fuente de mano de obra barata que como un interlocutor comercial al mismo nivel. 

Debido al constante bombardeo de propaganda negativa, pocos estadounidenses se dan cuenta de que Latinoamérica es un mercado potencial muy importante para Estados Unidos. Allí pueden vender de todo, desde tecnología a bienes industriales pesados. Como John Coleman afirma indignado, «actividades que dan trabajo a miles de estadounidenses y que inyectan dólares a todo tipo de empresas»  Otras intervenciones del Club sobre política internacional: 

•Bilderberg propuso y decidió establecer relaciones formales con China, antes de que Nixon lo hiciera. 

•En un encuentro en Saltsjóbaden, Suecia, en 1973, el Club accedió a incrementar el precio del petróleo en 12 dólares el barril, un 350 % de aumento sobre su precio anterior. La idea era crear el caos económico en EU y Europa Occidental para hacer más receptivos a esos países. 

•En 1983, el Club consiguió el compromiso secreto por parte del ultraconservador presidente Reagan de transferir 50 mil millones de dólares de dinero de los contribuyentes americanos a los países comunistas y del Tercer Mundo a través de sus conductos preferidos, el FMI y el BM. Ese compromiso fue llevado a cabo y conocido como el Plan Brady. 

 

•Bilderberg decidió también echar a Margaret Thatcher como primera ministra británica porque se opuso a entregar la soberanía de Inglaterra al supraestado europeo diseñado por el Club. Y, con incredulidad, veíamos cómo su propio partido la aniquiló a favor de uno de sus perros falderos, John Majar. 

•En 1985 se les ordenó a los miembros del Club Bilderberg que apoyaran por todo lo alto la Iniciativa Estratégica de Defensa (Guerra de las Galaxias), antes incluso de que llegara a ser la política oficial del Gobierno americano, con el fundamento de que proporcionaría a los amos del mundo un potencial de ganancias sin límite. 

•En su encuentro de 1990 en Glen Cave, Nueva York, decidieron que debían subirse los impuestos para pagar la deuda a los banqueros internacionales. Bilderberg ordenó al presidente George Bush que incrementase los impuestos en 1990 y contempló cómo éste firmaba el acuerdo presupuestario de subida de impuestos que le haría perder las elecciones. 

•En la reunión de 1992, el Grupo debatió la posibilidad de «condicionar al público para aceptar la idea del ejército de la ONU que podría, utilizando la fuerza, imponer su voluntad en las cuestiones internas de cualquier Estado», 

•La venta multimillonaria de la eléctrica Ontario Hydro, cuyo propietario era el Gobierno canadiense, se debatió por primera vez en la reunión del Bilderberg en King City, Toronto, en 1996. Poco tiempo después, Ontario Hydro se dividió en cinco empresas independientes y se privatizó. 

•Durante y después de la conferencia de Bi1derberg de 1996, se decidió reelegir a Bill Clinton como presidente de Estados Unidos porque era una marioneta más útil que Bob Do1e. Este último fue además investigado por financiación ilegal de su campaña electoral. 

•En relación a Kosovo, los miembros del Club Bi1derberg decidieron la formación de un Estado a1banés independiente y el desmembramiento de Yugoslavia (con la entrega de su provincia más septentrional a Hungría) para crear un nuevo mapa que asegurase la continuidad del conflicto. La reconstrucción, valorada en miles de millones de dólares, correría a cargo de los impuestos occidentales. 

•Filtraciones sobre el encuentro del año 2004 revelan que la guerra en Iraq fue pospuesta hasta marzo de 2003. Todos los periódicos del mundo esperaban el ataque para el verano de 2002. 

•La OTAN dio carta blanca a Rusia para bombardear Chechenia en 1999, tal y como informe en 1998. 

•En 1999, Kelmeth C1arke, miembro del Parlamento, Martín S. 

Fe1dstein, presidente del Consejo Nacional de Investigación Económica; Stan1ey Fisher, subdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI), Ottmar Issing, miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo, y Jean-Claude Tri-chet, gobernador del Banco de Francia, debatieron sobre la «dolarización», como paso posterior a la moneda única europea. 

•Se planeó la formación de un bloque asiático bajo e1liderazgo de Japón. Se establecería una moneda única, e1libre comercio y una unión política parecida a la de la UE. 

Se planeó la formación de una Unión Americana similar a la Unión Europea. 

•Se  planificó  la  división  de  Canadá  para  1997,  pero la inesperada investigación del periódico Toronto Star, el rotativo más importante  de  Canadá,  durante  el  encuentro  de 1996 en King City, obligó a los globalizadores a posponer su plan para 2007. 

El Club sancionó económicamente a Austria por organizar unas elecciones democráticas en las que resultaba ganador el Partido Nacionalista de Jórg Haider. 

Humillación de Ronald Reagan por parte del Club Bilderberg 

Los que pensaron que la América conservadora y tradicional había ganado las elecciones de 1980 no podían imaginarse lo equivocados que estaban. Todos los cargos de importancia en la Administración Reagan estaban ocupados por fabianistas, recomendados por la Heritage Foundation de Bi1derberg/Rockefeller.  En 1981, Peter Vickers Hall, el principal fabianista de Estados Unidos y miembro del Instituto Tavistock, pronunció un ilustrador discurso en Washington que expondremos con detalle en el capítulo 2. En él «predice» el hundimiento de la economía e industria norteamericanas: 

«Existen dos Norteaméricas. Una es una sociedad industrial que procede del siglo XIX y la otra, una sociedad pos industrial en crecimiento que, en algunos casos, está construida con los fragmentos de la antigua Norteamérica. La crisis entre estos dos mundos producirá, en la próxima década, una catástrofe económica y social. Estos dos mundos se hallan en oposición y no pueden coexistir. Al final, la sociedad posindustria1 borrará del mapa a la otra.» 

Uno no puede dejar de preguntarse cómo es posible que una persona como Vickers pueda haber estado tan cercana de la presidencia de los Estados Unidos. La única respuesta es que alguien puso en la Casa  Blanca a un  «obediente»  Reagan con la expectativa de que siguiese sus órdenes.  

Anthony Wedgewood Benn, miembro del Parlamento británico y del Comité de los 300, le dijo a los participantes en la Internacional Socialista de Washington, el 8 de diciembre de 1980: «Podéis prosperar con el desplome del sistema de préstamos de Volcker (director de la Reserva Federal) si informáis (traducción: "laváis el cerebro") a Reagan sobre el tema.» Como anécdota, Ronald Reagan prometió  destituir a Volcker si era reelegido. Después, lo obligaron a comerse sus palabras, para sorpresa de los conservadores. Bilderberg impuso, una vez más, a su hombre. En su libro, Conspirators Hierarchy: The Story of the Committee of 300, el doctor John Coleman escribe que «los consejos de Vickers aplicados a la administración Reagan fueron los responsables del derrumbe de las industrias ban-caria y emprestitaria». Coleman añade que Milton Friedman, un economista americano defensor del laissez-jaire capitalista, sinónimo de la economía de mercado más estricta, revivio los planes del Club para desindustrializar Norteamérica, «usando la presidencia de Reagan para acelerar la caída de la industria del acero y después, la de la construcción y el automóvil». 

Así pues, los cacareados principios de Reagan pertenecen a los que le pagan. Cuando en 1966 consiguió, por primera vez, la nominación republicana como candidato a gobernador de California, Ronald Reagan, el más conservador entre los conservadores, se distanció del ala dura y puso a la gente de Roc-kefeller como sus consejeros. 

Es totalmente aterrador pensar que los miembros del Club Bilderberg son una fuerza omnipotente ya que no tienen oposición. Después de ser destronada, lady Thatcher le confesó a Jim Tucker, de la revista The Spotlight, que ella consideraba que ser denunciada por el Club era todo un «tributo», porque ni Gran Bretaña ni ningún otro país deberían entregar su soberanía. Sin embargo, se puede decir que lady Thatcher tiene suerte de seguir con vida. No se puede decir lo mismo del destino de Aldo Moro, primer ministro italiano, o de Ali Bhutto, presidente de Pakistán, como veremos a continuación. 

El asesinato de Aldo Moro 

En 1982, John Coleman, un ex funcionario de Inteligencia con acceso a las más altas esferas del poder, demostró que el primer ministro italiano A1do Moro, «un miembro leal del Partido Democristiano que se oponía al crecimiento cero y a las reducciones de población planeadas para su país», fue asesinado por órdenes del Grupo Masón P2, con el objetivo de alinear Italia al Club de Roma y al Bilderberg. El país transalpino debía ser desindustrializado y ver reducida su población. Coleman afirma en su libro que los globalizadores  querían  usar Italia para desestabilizar Oriente Medio,  su principal objetivo: «Los planes de Moro para estabilizar Italia a través del pleno empleo y la paz industrial y política habrían reforzado la oposición católica al comunismo y hecho mucho más difícil la desestabilización de Oriente Medio.» 

Coleman describe en su libro, con mucho detalle, aquella secuencia de eventos que paralizaron a la nación italiana; cómo Moro fue secuestrado por las Brigadas Rojas en la primavera de 1978 a plena luz del día para después ser brutalmente tiroteado junto a sus guardaespaldas. El 10 de noviembre de 1982, Corrado Guerzoni, un buen amigo del primer ministro asesinado, declaró en el juicio que Moro había sido «amenazado por un agente del Royal Institute for International Affairs (RILA)», miembro también del Club, «mientras esa persona todavía era secretario de Estado de Estados Unidos». 

Coleman explica también cómo en el juicio a los miembros de las Brigadas Rojas, «varios de ellos declararon que sabían que importantes personalidades de Estados Unidos se hallaban implicadas en el complot para matar a Moro». 

En junio y julio de 1982, da viuda de Aldo Moro declaró que el asesinato de su marido se produjo tras unas amenazas llevadas a cabo por "una figura de la política americana de alto rango". Cuando el juez le preguntó en qué consistía la amenaza, la señora Eleanora Moro repitió la misma frase que Guerzoni atribuye a Kissinger en su testimonio: "O abandonas tu línea política o lo pagarás con tu vida." En una de las páginas más escalofriantes de su libro, Coleman escribe lo siguiente: "El juez le preguntó a Guerzoni si podía identificar a la persona de la que hablaba la señora Moro. Guerzoni contestó que se trataba de Henry Kissinger, como ya había declarado"» . 

¿Por qué querría un diplomático estadounidense de alto rango amenazar a un político de una nación independiente europea? La respuesta es que, obviamente, Kissinger no estaba representando los intereses de Estados Unidos, sino que «actuaba siguiendo instrucciones» recibidas por parte del Grupo Bilderberg.  

-El testimonio de Guerzoni, potencialmente dañino para las relaciones entre Estados Unidos e Italia, fue instantáneamente emitido en toda Europa Occidental el mismo 10 de noviembre de 1982. Katherine  Graham,  directora del Washington Post y C. L. Sulzberger, del New York Times, recibieron instrucciones de la Fundación Rockefeller para suprimir esa información en todo Estados Unidos. Ninguna televisión estimó que la noticia mereciera la atención del público, aun cuando Kissinger era acusado de unos crímenes gravísimos. Come veremos en el capítulo 2 sobre el CFR, todo esto no debe sorprendernos; Las noticias que los estadounidenses obtienen de la televisión, los periódicos y la radio están controladas por el entramado Bilderberg/CFR. 

El 17 de diciembre de 1981, el general del ejército de Estados Unidos, James L. Dozier, el oficial de más alto rango del cuartel general de la OTAN en Verona, Italia, fue secuestrado por terroristas de las Brigadas Rojas. El 28 de enero de 1982 fue liberado por un equipo de carabineros de élite de una «prisión popular» de Padua. Dozier tiene órdenes de no revelar lo que sucedió. Si se decidiese a hablar, sin duda sufriría el mismo destino que el primer ministro. 

Asesinato de Ali Bhutto (Pakistán) 

Aldo Moro no fue el único líder que sufrió en sus carnes la ira de los bi1derbergers. Según John Coleman, Kissinger también amenazó a Ali Bhutto, presidente de Pakistán. Por lo que respecta al Orden Mundial, el «crimen» de Bhutto era mucho más serio que el de Moro. Bhutto quería desarrollar arn1as nucleares como arma disuasoria contra «las continuas agresiones israelíes en Oriente Medio». «Bhutto fue asesinado judicialmente en 1979 -escribe Coleman- por el representante del CFR en el país, el general Zia ul Haq.» Bhutto fue condenado por jueces de un Alto Tribunal formado mayoritariamente por punjabis abiertamente hostiles a él, especialmente el responsable de Justicia, Maulvi Mushtaq. Bhutto fue condenado a la horca aun cuando el veredicto de la Corte Suprema fue de cuatro a favor de la horca y tres a favor de la absolución inmediata. Más aún, fue la primera vez que se hada efectiva una sentencia de muerte con un veredicto dividido y, menos aún, uno como éste, que ganó por una justísima mayoría. Mohammad Asghar Khan, antiguo comandante en jefe de las Fuerzas del Aire de Pakistán, escribió el 4 de abril de 2002 en un periódico paquistaní llamado Dawn: «Fue improcedente que a pesar de las apelaciones de la práctica totalidad de los jefes de Estado  de los países islámicos, fuese ejecutado. A quien debería haberse colgado es al presidente actual de la Conferencia Islámica. Sin duda, debió de haber alguna compulsión irrefrenable que lo llevó a dar ese paso sin precedentes. Me pregunto cuál fue esa compulsión.» 

La investigación del doctor Coleman mostró años más tarde que «Ul Haq pagó con su vida por intervenir en la guerra con Afganistán. Su Hércules C-130 fue golpeado por ondas eléctricas de baja frecuencia (ELF) poco después de despegar, lo que produjo su colisión mortal». 

El Servicio Secreto turco advirtió al general Ul Haq que no viajase en avión. El general invitó a un grupo de funcionarios americanos entre los que se encontraba el general brigadier Herber Wassom para que le acompañasen como «seguro de vida». 

En el libro de Coleman Terror in the skies (1989) se explica gráficamente lo que ocurrió en los fatales segundos que precedieron al accidente. «Poco antes de que el C-130 de Ul Haq despegara de una base militar de Pakistán, se vio a un sospechoso camión en las inmediaciones del hangar del C-130. La torre de control advirtió a la base, pero ya era tarde: el avión ya estaba en el aire y el camión había desaparecido.» 

«Unos minutos más tarde, el avión hizo un rizo hasta que dio en el suelo, para explotar acto seguido en una inmensa bola de fuego. No se explica que le pueda suceder algo así a un avión de esas características. La investigación conjunta llevada a cabo por Pakistán y Estados Unidos reveló que no había habido ningún error mecánico o de estructura, ni tampoco fallo humano. “Rizar el rizo" es una maniobra común en los casos de ataque por ELF.» 

Bhutto fue asesinado porque si su programa de energía nuclear hubiera tenido éxito, Pakistán se habría convertido en pocos años en un estado industrializado moderno. Las ambiciones nacionalistas de Bhutto eran una amenaza directa a la política de crecimiento cero propugnada por el Bilderberg. 

El sha de Irán

Otro caso que necesita un análisis en perspectiva es la caída del sha de Irán, el advenimiento del ayatolá Jomeiní y sus estudiantes del Islam   y   el   secuestro   de   los   ciudadanos  estadounidenses  en  la embajada de EE. UU. en Teherán. La realidad es muy diferente de la ficción que nos contó la prensa estadounidense controlada por el CFR/Bilderberg. De hecho, Jomeini fue una creación de la VI División de Inteligencia Militar británica, popularmente conocida como MI6. 

Las fuentes de Coleman fueron de inestimable ayuda para desvelar la secuencia de acontecimientos que condujeron a que el sha fuera primero depuesto y después eliminado por el gobierno de Estados Unidos. Cuando finalizó la investigación, la respuesta fue la más predecible: todo había sido por causa de las drogas. El sha había restringido el lucrativo comercio británico de opio iraní. Según Coleman, «cuando el sha se hizo con el poder en Irán, la cifra de adictos al opio/heroína en el país era de un millón». 

En el curso de su investigación, Coleman descubrió que, después de que Jomeini ocupara la embajada americana en Teherán, «el presidente Reagan no interrumpió la venta de armas a Irán, aun cuando los rehenes estadounidenses se consumían en cautividad». ¿Por qué? La respuesta es del todo lógica: por el comercio de drogas, más concretamente, de opio. «Si Estados Unidos hubiese cerrado el grifo de las am1as, Jomeini hubiese acabado con el monopolio británico del comercio de opio en su país.» Según las estadísticas de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud, la producción de opio de Irán en 1984 excedía de 650 toneladas al año; como resultado de la ambivalente actitud de Jomeini, la producción y el consumo de opio se elevó de manera exponencial hasta llegar a los dos millones de adictos. 

En su libro, What Really Happenedin Irán (Lo que sucedió realmente en Irán), Coleman detalla cómo «el comercio de armas con Irán fue acordado por Cyrus Vanee, empleado del Club Bilderberg, y el doctor Hashemi, estrechamente vinculado al Servicio Secreto de los Estados Unidos. La fuerza aérea estadounidense empezó un inmediato suministro de armas que no cesó ni siquiera durante la parte álgida de la crisis de los rehenes. El ejército americano enviaba la mercancía desde sus almacenes en Alemania, aunque también hubo envíos desde Estados Unidos, que repostaban en las Azores». 

Éste es un buen ejemplo del poder del Gobierno en la sombra.  Una entidad que trasciende fronteras, regiones, culturas y leyes. La única   ley  es  la  del  Nuevo  Orden  Mundial.  El  presidente  Cárter,   demócrata, y el presidente Reagan, conservador, siguieron los dictámenes del poderoso Club Bilderberg. Si hubiesen desobedecido, habrían sufrido, como veremos a continuación, consecuencias similares a las que se cernieron sobre dos presidentes: Kennedy, demócrata, y Nixon, conservador. 

En lo que respecta a la política y las finanzas, el periodista Jim Tucker es categórico sobre el hecho de que «Bilderberg se halla en lo más alto de la pirámide. Es el ojo que todo lo ve, encargado de construir un Nuevo Orden Mundial». Este sistema de gobierno único, que se mueve en las sombras, emplea un lenguaje florido que habla de «la aldea global», pero sólo pretende poner en manos de unos pocos todo el poder político y económico del mundo. 

¿Debe sorprendemos entonces que el Nuevo Orden Mundial intente con tanto ahínco eliminar todas y cada una de las constituciones existentes sobre la Tierra? 

El Nuevo Orden Mundial y el Watergate 

Como veremos a continuación, en el caso Watergate hay una Tremenda confusión de identidades y la justicia brilla por su ausencia. La verdad detrás del asunto nunca ha sido revelada porque los culpables son los mismos que causaron la caída del sha, la guerra de las Malvinas, la muerte de Aldo Moro y la de Ali Bhutto. Nixon no hizo un uso ilegítimo de sus poderes como presidente. Al contrario de lo que siempre ha afirmado el Washington Post, no hubo ninguna «evidencia» de que Nixon abusase de su poder. Si cometió algún crimen fue no defender la Constitución de los Estados Unidos de América, tal y como juró en la ceremonia de posesión de su cargo. Para ello hubiese tenido que proceder contra Katherine Meyer Graham, directora del Washington Post, y contra Ben Bradley, editor jefe, por conspiración e insurrección. En su libro, Conspirators'Hierarchy: The Story of the Committee of 300, John Coleman, funcionario de inteligencia con acceso a los documentos más confídenciales del mundo, como ya he dicho, afirma que Katherine Graham asesinó a su marido Philip L. Graham, un suceso clasificado oficialmente como «suicidio» por el FBI. El hecho de que una acusación tan grave como ésa no fuese jamás contestada en los tribunales, especialmente en un país tan litigante como Estados Unidos, es prueba suficiente de que Katherine Graham (miembro del Club Bilderberg, del CFR y de la Comisión Trilateral, además de multimillonaria), era consciente de que no hubiese podido convencer nunca a un jurado, compuesto por «la sucia masa» que tanto desprecian los globalizadores, de que John Coleman la había difamado. 

Según fuentes presentes en las reuniones de Bilderberg durante la década de 1970, el papel del Washington Post era mantener la atención sobre Nixon con una «revelación» después de otra, y engendrar un clima de desconfianza pública hacia el presidente, aun cuando «no hubiese ni un ápice de evidencia que apoyase tales acusaciones» . 

El caso Watergate muestra el inmenso poder que tiene la prensa o los que controlan los medios de comunicación estadounidenses, es decir, el CFR, del que hablaremos ampliamente en el capítulo 2. La fabricada crisis del Watergate hirió de muerte a la Oficina de la Presidencia y asaltó las instituciones sobre las que se levanta la República de los Estados Unidos. Todo ello, debidamente planificado por los miembros del Club y el Nuevo Orden Mundial. Una Norteamérica fuerte e independiente, con un jefe de Estado incorruptible, hubiese hecho irrealizables los planes del Nuevo Orden Mundial de conquistarlo todo. Otros traidores fueron Morton H. Halperin, miembro sénior del CFR, Brookings Institution y director del Consejo de Planificación Política para la Seguridad Nacional, institución a favor del Orden Mundial; Daniel Ellsberg, autor de los papeles del Pentágono (véase más adelante para más detalles), y David Young, jefe de los famosos «fontaneros» del Gobierno, agentes que trabajaban para la Unidad de Investigaciones Especiales de la Casa Blanca, creada por Nixon, esto es, por Kissinger con dinero de Pennzoil y otros socios de George Bush. Después de hacerse público el escándalo, Nixon fue obligado a dimitir por causa de unas grabaciones en las que hablaba de frustrar las investigaciones del Watergate. Fue David Young, que trabajó para los Rockefeller y fue designado por Kissinger, quien hizo las grabaciones que fueron reveladas por Butterworth, el vínculo de la Casa Blanca con el servicio secreto dirigido por Kissinger. Así mismo hay que incluir a James McCord, ex agente de la CIA y del FBI, director de Seguridad del Comité para la Reelección del presidente Nixon, responsable de dejar,  accidentalmente,  la  tristemente  famosa  cinta  magnetofónica en una puerta del edificio Watergate que alertó a un guardia de seguridad. McCord fue detenido la noche del robo junto con otros cuanto hombres. Fue condenado por seis cargos. Más tarde, escribiría una carta a John J. Sirica, el juez del caso Watergate, afirmando que se había cometido perjurio. Las alegaciones de McCord de que la Casa Blanca sabía del allanamiento y que intentó esconderlo fueron cruciales para que las investigaciones siguiesen adelante. También Joseph Califano, consejero legal de la Convención Nacional Demócrata y uno de los lacayos de la reina de Inglaterra de mayor poder en Estados Unidos, así como también el célebre profesor Noam Chomsky del IPS, Instituto de Estudios Políticos, pues uno de los principales objetivos del IPS, diseñado por el Instituto Tavistock, era extender los «ideales» del socialismo nihilista de izquierdas como movimiento base en EE. UU. a fin de crear caos y malestar; y los funcionarios de la CÍA que fueron a la vivienda de McCord, espía del Watergate, para quemar todos sus documentos. 

El Watergate demuestra, una vez más, que el Club Bilderberg ejerce un control total sobre Estados Unidos. 

Los dos nombres que faltan de la lista son los más viles traidores de Estados Unidos, culpables de la más alta sedición. Uno de ellos es el general Alexander Haig. Este militar, arribista y trepador, que no ha dirigido a un solo soldado en el campo de batalla, ha tenido «la carrera más meteórica de toda la historia militar de Estados Unidos», dejando atrás a más de 400 generales de diferentes países de la OTAN y Estados Unidos. Todo gracias a los servicios prestados a un gobierno paralelo e invisible que lo ha convertido en general de cuatro estrellas. 

Haig es el producto de la Mesa Redonda, un grupo paralelo al de Bilderberg. En su Tavistock lnstitute: Sinister and Deadly, el primer libro en hablar sobre los siniestros planes del principal instituto de lavado de cerebro del mundo, John Coleman desvela los acuerdos secretos entre el gobierno invisible, los políticos estadounidenses y la Prensa sometida. Coleman escribe: «Haig fue encontrado por el miembro de la Mesa Redonda,. Joseph Califano, uno de los estadounidenses en quien más confía su majestad (la reina de Inglaterra). Califano, consejero legal de la Convención Nacional Demócrata,  había entrevistado  en  realidad a Alfred Baldwin, uno de  los espías del Watergate un mes antes de que el allanamiento de las oficinas demócratas en el hotel Watergate tuviese lugar. Califano fue lo suficientemente estúpido para escribir un memorándum sobre su entrevista con Baldwin, en la que proporcionaba información sobre McCord, otro de los espías, y por qué éste había seleccionado a Baldwin para entrar en el "equipo".» 

«Aún más dañino, el memorándum de Califano contenía todos los detalles sobre las transcripciones de las grabaciones entre Nixon y el comité de reelección, todo ello antes de que ocurriese el allanamiento.» Coleman concluye que «Califano debería haber sido acusado por crímenes federales pero, en vez de ello, salió ileso de toda su actividad criminal». 

En 1983 le llegaron a Coleman unos manuales secretos del Instituto Tavistock en los que se detallaba la metodología usada para destruir al presidente Richard Nixon. De ahí salió el libro The Tavistock lnstitute: Britain's Control of US. Policy. 

Coleman explica que «la manera en la que el presidente Nixon fue primero aislado, rodeado de traidores y después, confundido, seguía al pie de la letra el método Tavistock de obtener el control de una persona desarrollado por el doctor Kurt Lewin, el principal teórico del Instituto». La caída del presidente Richard Nixon es un caso de manual de la metodología de Lewin. La descripción de ese proceso que Coleman encontró en estos manuales secretos decía: «Una de las principales técnicas para romper la moral a través de una estrategia de terror consiste en mantener a la persona confusa acerca de lo que quiere y lo que puede esperar de las circunstancias. Además, si se le aplican medidas disciplinarias severas y promesas de buen trato al mismo tiempo, junto con noticias contradictorias, la estructura cognitiva de la situación se vuelve todavía más confusa. El sujeto ya no sabe qué plan lo lleva hacia su objetivo o lo aleja de él. Bajo estas condiciones incluso las personas con unos objetivos muy definidos y dispuestas a correr riesgos se paralizan por los conflictos internos que sufren acerca de lo que se debe hacer.» 

Así de exitosas eran las tácticas de terror y el lavado de cerebro del Tavistock y así se pudo eliminar a todo un presidente de Estados Unidos. Además, los estadounidenses empezaron a creer todas las mentiras, distorsiones y pruebas falsas de los conspiradores cuando, de  hecho,  «el  Watergate  fue  una  mentira  diabólica  de principio a  fin». 

Nixon y sus dos ayudantes más cercanos, Haldeman y Ehrlichnan, ignoraban absolutamente lo que estaba sucediendo. No eran rivales a la altura de la fuerza combinada del Club Bilderberg, el RILA y el Instituto Tavistock, bajo la dirección de la Inteligencia británica, el MI6 y, por lo tanto, la familia real britanica (el Ml6 es el aparato de Inteligencia que protege a la Corona británica. Su presupuesto anual es secreto y se mueve alrededor de los 350-500 millones de dólares. Es significativo que el Parlamento británico no tenga jurisdicción sobre el MI6). Haldeman y Ehrlichman estaban completamente superados. Por ejemplo, ni siquiera sabían que «David Young, graduado en Oxford y empleado de Kissinger a través de organizaciones como el Milbank Tweed, estaba trabajando en los sótanos de la Casa Blanca, supervisando "filtraciones"». 

La «confesión» de James McCord al juez Jolm Sirica debería haber advertido a Nixon de que lo estaban golpeando desde dentro. Pero un confundido y paralizado Nixon respondió perfectamente al plan trazado por el Instituto Tavistock para romper la moral de una persona siguiendo una estrategia de terror. 

El general Haig, al que se le dio un curso rápido en el Tavistock, «jugó un papel fundamental en la estrategia de confusión y lavado de cerebro del presidente Nixon, y, en efecto, fue Kissinger quien dirigió la Casa Blanca durante ese período». El «valiente» reportaje del Washington Post no fue más que una completa mentira preparada por las fuerzas del Nuevo Orden Mundial. La legendaria fuente «Garganta Profunda» no era sino el mismo Haig. • Al equipo de periodistas, Woodward y Bernstein, ambos miembros del CFR, les fueron dando toda la información que publicaban. No hubo ninguna investigación ni ningún encuentro secreto. El Washington Post, un importante miembro del comité director del Club Bilderberg, el propio Club y el Comité de los 300, presionaron a Nixon siguiendo a pies juntillas el manual del Instituto Tavistock. 

Coleman escribe que «por la insistencia del RILA, Haig se hizo con  el  control  del  gobierno  de  Estados  Unidos,  la  Casa  Blanca,  después del golpe de estado de abril de 1973». Haig colocó en los cien puestos más importantes de Washington a hombres del Instituto Brookings, del Institute of Policy Studies y del CFR, quienes, «como él mismo, estaban a las órdenes de un poder extranjero», es decir, a las órdenes de aquellos que habían impuesto los intereses del orden mundial global sobre los de los Estados Unidos de América. 

«La humillación de Nixon fue una lección y una advertencia para el futuro presidente de Estados Unidos», para que se le quitase de la cabeza que podía desafiar al Gobierno Mundial en la sombra. Kennedy fue brutalmente asesinado «por la misma razón, a la vista de todo el pueblo americano». 

Pero John Coleman y Lyndon LaRouche (este último candidato demócrata a la presidencia en el pasado y editor de la excelente Executive Intelligence Review [EIR]) llevaron a cabo su propia investigación sobre el Watergate y los Papeles del Pentágono y llegaron a la misma conclusión; el propósito de la humillación quedó mucho más claro en el episodio de los Papeles del Pentágono y la subsiguiente «designación de Schle-singer (en la comisión de la energía atómica) dentro de la Administración Nixon, cuyo objetivo era detener el desarrollo de la energía atómica». El lector ya habrá deducido que todo ello eran factores claves para la desindustrialización de Estados Unidos, tal y como planeaban el Club Bilderberg, el Club de Roma y el Comité de los 300. John Coleman añade en Cons-pirators Hierarchy: The Story of the Committee of 300 que «en este punto se halla el inicio generador de la recesión/depresión de 1991 que [ ... ] le ha costado el empleo a treinta millones de estadounidenses». 

Según las fuentes de Inteligencia de Coleman, en la primavera de 1970, William McDennott, del FBI, fue a ver al principal encargado de la seguridad de Rand (el instituto del lavado de cerebro de Estados Unidos), Richard Best, para advertirle que Daniel Ellsberg había aparentemente «sacado de Rand estudios sobre Vietnam que esta institución había llevado a cabo». En posteriores encuentros con el doctor Henry Rowan, director de Rand - y mejor amigo de Ellsberg, cosa que no sabía el FBI-, éste les dijo a Best y McDennott que estaba en marcha una investigación del Departamento de Defensa y que «por ello recomendaba que el FBI dejase de investigar a Ellsberg».  De hecho,  Coleman  había   descubierto  que  «no    había  ninguna investigación en marcha. Ellsberg siguió manteniendo su capacidad operativa en Rand y continuó copiando documentos sobre la guerra de Vietnam hasta que estalló todo el asunto de los Papeles del Pentágono, lo cual golpeó duramente los cimientos de la Administración Nixon». 

El segundo traidor era, como los lectores más astutos habrán imaginado ya, el propio consejero de Seguridad Nacional de Nixon, Henry Kissinger. A mediados de la década de 1970, el Club había colocado a Kissinger en la dirección de un pequeño grupo compuesto por James Schlesinger, Alexander Haig y Daniel Ellsberg. «Cooperaba con este grupo el Instituto de Estudios Políticos (IPS), con Noam Chomsky como principal teórico.» Los objetivos del IPS vienen dictados por la Mesa Redonda británica y el Instituto Tavistock. Coleman explica en su libro IPS Revisited que la principal agenda era «crear la Nueva Izquierda, un movimiento de base para engendrar conflictos y extender el caos, expandir los "ideales" del socialismo nihilista... y convertirse en el gran "azote" del orden gubernamental y político de Estados Unidos», como factores claves en la desindustrialización de ese país a través de la estrategia de crecimiento cero postindustrial. Cuando Kissinger fue colocado C0l110 consejero de Seguridad Nacional, «Ellsberg, Haig y Kissinger pusieron en marcha el plan del RILA del Wa-tergate para derrocar al presidente Nixon, pues había desobedecido instrucciones directas», lo que quiere decir que Nixon había declarado públicamente que no aprobaba el GATT o Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio, una afirmación que había enfurecido a David Rockefeller. El GATT se mostraría más tarde como una auténtica erosión de la soberanía nacional de Estados Unidos y se halla en el proceso de crear una destrucción total social, económica y cultural, tal y como el Senado de Estados Unidos había advertido en 1994 a través del millonario y miembro del Parlamento Europeo, sir James Goldsmith (que murió repentinamente -y no sabemos si por casualidad- después de testificar ante el Comité del Senado de Estados Unidos). 

De hecho, por órdenes de  Andrew  Schoeberg,  presidente de la RI LA, la sociedad secreta que controla la política exterior británica, Kissinger y su personal recibían «toda la información de inteligencia del interior y exterior del país antes que el propio presidente; incluso la  información  de  la  Quinta  División  del FBI, la más secreta». No  hay duda de que los dos hombres a los que Nixon confiaba su vida, Haldeman y Ehrlichman, no entendían lo que estaba pasando a su alrededor: el MI6 (el Instituto de Inteligencia británico), tenía el control sobre toda la información que podía llegar al presidente Nixon. 

Coleman concluye que «con estos metodos, Kissinger se impuso a la presidencia de Nixon, y después de que Nixon fuese deshonrado y defenestrado por el grupo de Kissinger, éste emergió con poderes enormes, como nunca se había visto antes o después del Watergate». 

Con la dimisión de Nixon, el Club Bilderberg consiguió por fin tener a su «presidente» en el cargo. Gerald Ford (perteneciente al Bilderberg y al CFR), seda la nueva marioneta del Nuevo Orden Mundial movida por Hemy Kissinger, agente de David Rockefeller, que a su vez estaba al servicio del Club y del Comité de los 300. 

Poco después de la caída de Nixon, el nuevo presidente Gerald Ford puso su sello de aprobación a la política exterior de Kissinger. Gary Alien, en su libro El expediente Rockefeller escribe: «El presidente Ford dio su aprobación a la política exterior que había diseñado el secretario de Estado Henry Kissinger. Su objetivo era establecer una suerte de Gobierno mundial antes del final de la década de 1970. Mediante la demanda de una estrategia global sobre los alimentos y el petróleo dentro de la estructura de las Naciones Unidas, el presidente firmó su aceptación del "nuevo orden internacional" que había estado persiguiendo Kissinger.» 

La creación de Bill Clinton 

Como anécdota final, cabe decir que el presidente Bill Clinton fue «ungido» como candidato a la presidencia en la conferencia de Bilderberg de 1991 en Baden-Baden, a la que asistió. Lo que es completamente desconocido para la mayor parte de los Estados Unidos y los medios de comunicación del mundo es que Clinton hizo un inesperado viaje a Moscú directamente desde el encuentro Bilderberg. 

El martes 9 de junio se entrevistó durante una hora y media con el ministro del Interior soviético, Vadim Bakatin. El señor Bakatin, ministro en el condenado gabinete del presidente Mijaíl Gorbachov, se hallaba inmerso en la campaña de la enconada elección presidencial  que  tendría  lugar  sólo  seis días después. Pero, aun así, dedicó una hora y media de su apretada agenda al desconocido gobernador de Arkansas. ¿Por qué? 

La carrera posterior del señor Bakatin puede damos una pista. 

Aunque Gorbachov perdió las elecciones, Bakatin, considerado un «reformador», fue recompensado por el presidente Yeltsin con un cargo preferente en la KGB. Podría ser que el presidente Clinton fuese enviado directamente a Moscú por el Club Bilderberg para conseguir que «enterrasen» los informes del KGB sobre la juventud del propio Clinton y sus actividades en contra de la guerra del Vietnam dos meses y medio antes de anunciar su candidatura a la presidencia. 

Uno de los pocos periódicos estadounidenses que cubrió esta historia fue el Arkansas Demacrat, que la tituló «Clinton tiene un poderoso amigo en la URSS: el nuevo jefe del KGB». No sorprenderá, por lo tanto, que, según fuentes de la Inteligencia, el presidente Clinton, arropado por los bilderbergers, prometiera al presidente Yeltsin que, después de haber ganado las elecciones de los Estados Unidos, los barcos de guerra rusos obtendrían combustible y otros privilegios portuarios en todas las zonas navales estadounidenses. 

Según Rick Lacey, «los planes de los bilderbergers no se limitan al establecimiento de un Nuevo Orden Mundial y el control semisecreto, entre bastidores, de toda la humanidad. Sus planes incluyen el dominio total del planeta, incluida su atmósfera, océanos, continentes y todas las criaturas, sean grandes o pequeñas y ya existentes o por crear». 

Samuel Berger, ex consejero de Seguridad Nacional de Bill Clinton, dijo recientemente en el Instituto Brookings que «la globalización económica, cultural, tecnológica y política, no es una elección. Es un hecho que ya está sucediendo. Es una realidad que avanzará inexorablemente, con o sin nuestra aprobación. Es un hecho que a veces ignoramos con el consiguiente peligro para nosotros». 

Eso es cierto. Como me dijo una vez Jim Tucker, «Dios puede haber creado el universo pero, en lo que respecta al planeta Tierra, el mensaje del Club Bilderberg a Dios es sencillamente éste: "Gracias,  pero  a  partir de ahora nos encargaremos nosotros"». 

El Club Bilderberg, desenmascarado 

Por otra parte, Thomas Jefferson, uno de los padres fundadores de la democracia de Estados Unidos, lo definía de la siguiente manera: «Ciertos actos de tiranía pueden adscribirse a la opinión accidental de un día; pero toda una ser1e de opresiones que empezaron en un período concreto y que se mantuvieron inalterables con todos los ministros [presidentes] existentes, demuestran demasiado claramente que existe un plan sistemático y deliberado para reducimos a la esclavitud.» 

Esta estrategia corporativa en su forn1a global es, en palabras que pronunció David Rockefeller en el encuentro Bilderberg de junio de 1991 en Baden-Baden, Alemania «La soberanía supranacional de una élite intelectual y banquera es absolutamente preferible a la autodeterminación nacional practicada durante los siglos pasados.» 

«Tal estructura funciona mediante los mismos mecanismos financieros y comunicativos que pusieron a Tony Blair y George Bush Jr. en el poder dándoles la mayoría de votos. Las corporaciones transnacionales han llevado a cabo una publicidad muy potente y han financiado a estos líderes políticos, para asegurarse la cautividad de los Estados. Los Gobiernos ya no pueden gobernar para el interés común sin infringir las nuevas leyes de comercio e inversión que sólo benefician a las corporaciones trasnacionales», como se lee en Why is there a war in Afghanistan?, de John McMurtry, en el Forum sobre cómo debería responder Canadá al terrorismo y a la guerra, 9 de diciembre de 2001. 

Lo que me sorprende más es ¿por qué los demás no ven este peligro? ¿Se debe a que el conocimiento conlleva una responsabilidad y clama por una respuesta decisiva? Si somos conscientes de que, de hecho, existe un poder mucho más potente que la presidencia elegida democráticamente, una autoridad «moral» más poderosa que el Papa, más omnipotente que Dios, un poder invisible que controla el aparato militar mundial y el sistema de inteligencia, que controla el sistema bancario internacional, que controla el sistema propagandístico más eficiente de la historia, debemos concluir forzosamente que la democracia es, en el mejor de los casos, una ilusión, y, en el peor, el preludio de una dictadura que se conocerá como Nuevo Orden Mundial que nos conducirá a una esclavitud total. 

Michael Thomas, un banquero de inversiones de Wall Street, que alcanzó fama mundial como escritor y como el analista más incisivo de la etapa Reagan-Bush dijo en una ocasión: «Si los bilderbergs parecen ahora más discretos que nunca es, entre otras razones, porque sus propuestas, llevadas a cabo por sus serviles agencias, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, han causado más devastación en los últimos años que todos los desastres de la Segunda Guerra Mundial juntos.» 

 «El funesto resultado -escribe el ex periodista de la BBC, Tony Gosling- es una visión de la democracia occidental subvertida, en la que las personas que toman las decisiones se ponen de acuerdo no para cosas que son importantes para la gente ordinaria -justicia social, interés común y calidad de vida- sino para reforzar la austeridad económica y conseguir aún mayores ganancias para la élite empresarial y política.» 

Con toda la evidencia en sus manos, la mayoría aún cree que «tiene demasiados problemas personales para molestarse con teorías conspirativas». Eso es exactamente lo que el Tavis-tock perseguía. Acorralados por el caos, reaccionamos como lo hizo Nixon cuando fue aislado, confundido y después destruido por los planificadores de la globalización. Desmoralizados y confusos, con. poca autoestima, con un futuro incierto, la gente es mucho más proclive a aceptar la aparición repentina de un «mesías», un Nuevo Orden que promete la eliminación de las drogas, la pornografía, la prostitución infantil, el crimen, las guerras, el hambre y el sufrimiento, y que garantiza una sociedad bien ordenada en la que la gente vive en armonía. 

El problema es que esa nueva «armonía» devorará nuestras libertades, los derechos humanos, nuestro pensamiento independiente y su mera existencia. «Armonía» significará una sociedad del bienestar que nos convertirá en números dentro del, enorme sistema burocrático del Nuevo Orden Mundial. Los no conformistas, como yo mismo, seremos barridos con la simple pulsación de una tecla de ordenador, internados en uno de los más de 600 campos de concentración que ya están en pleno funcionamiento en la actualidad en los Estados Unidos, a no ser que la gente del mundo libre (o lo que queda de él), la «resistencia leal», se levante para defender los ideales nacionales, en vez de dejarlos en manos de los gobiernos, los representantes  de  la  Comisión  Europea,  las  Naciones  Unidas  y la  realeza, que ya nos han traicionado. 

Esos elegantes y siempre correctos miembros de las familias reales europeas, sus educadas damas y gallardos caballeros que han trocado sus reales vestiduras por trajes de tres piezas son, en realidad, completamente despiadados. Usarán el sufrimiento de las naciones y su riqueza para proteger su privilegiada forma de vida. Estas fortunas de la aristocracia están «inextricablemente relacionadas y entretejidas con el tráfico de drogas, oro, diamantes y armas, con los bancos, el comercio y la industria, con el petróleo, los medios de comunicación y la industria del entretenimiento». 

¿Cómo podemos verificar estos hechos? Es virtualmente imposible penetrar en el Club Bilderberg. Algunas de las pruebas no están a nuestro alcance porque la infom1ación sale directamente de los archivos de inteligencia y sólo una minoría privilegiada puede verlos. No espere nunca que los medios de comunicación mencionen la conspiración en los telediarios de la noche. La prensa está totalmente bajo el control de las hermosas damas y caballeros que dedican la mayor parte de su tiempo a empresas filantrópicas. La mayoría de la gente cree que, como no puede ver una motivación detrás de las cosas que he descrito, como todo esto no aparece en las noticias, debe de tratarse de una más de las muchas teorías de la conspiración a la que despreciar, frecuentemente ridiculizar y finalmente rechazar. La gente quiere pruebas definitivas yeso es lo más difícil de conseguir. Eso es lo que el Instituto Tavistock ha hecho con la raza humana. El Nuevo Orden Mundial ha neutralizado la única amenaza real que las «sucias masas», es decir, nosotros, hemos podido oponer a sus planes. Este libro puede ser una excepción. Su objetivo es quitarle la máscara al Nuevo Orden Mundial para mostrarlo como realmente es. En este libro hay muchos documentos y fuentes que pueden verificar, al menos, parte de los hechos y que dejarán al lector inteligente preguntándose si ahí detrás hay más de lo que se ve a simple vista. 

La siguiente información es fruto de muchos años de investigación, de miles de documentos y fuentes consultadas. Algunas personas increíblemente valientes han arriesgado su vida (y otros han muerto intentándolo) para tener acceso a parte del material en el que se detalla el terrible futuro que nos espera.

 

CAPÍTULO 2 

El Council on Foreign Relations (CFR) 

La Comisión Trilateral no dirige secretamente el mundo. Esó lo hace el CFR. 

Sir Winston Lord, presidente del CFR (1978) y asistente del secretario de Estado de los Estados Unidos. 

Durante mucho tiempo, el Club y yo hemos estado jugando al escondite. Habitualmente, realizo mis investigaciones sobre este grupo de manera absolutamente discreta. Sin embargo, una vez al año, salgo de mi escondite y penetró en la boca del lobo. La reunión internacional de los amos del mundo, en la que los únicos periodistas invitados son los adeptos, es demasiado tentadora para mí. Así que Stresa, Italia, era mi próximo destino. 

Para acceder a este tranquilo pueblo turístico, que vive de jubilados alemanes de pieles quemadas por el sol y británicos e irlandeses incapaces de hablar otra cosa que no sea su idioma, se debe volar hasta el Aeropuerto Internacional de Malpensa, en Milán. 

Me gusta Milán. Puedo imaginar en el hueco de la vocal que separa a la M de la L, una réplica en miniatura de su famosa catedral: la humedad de sus puestas de sol en primavera, los ecos de las pisadas marcando un ritmo staccato en sus plazas adoquinadas. 

Así que me sentía feliz de volver a esa ciudad, de caminar en dirección opuesta a las hordas de turistas que ya regresaban a sus hogares. Turistas incapaces de apreciar la elegancia de la ciudad y su esplendor oculto. 

Mientras recorría la terminal del aeropuerto, mi mente deambuló soñolienta sobre algo que había leído en la revista del avión, un sencillo artículo sobre Novodevichy o «el Convento de las Nuevas Doncellas», el cementerio más reverenciado de Moscú. El artículo se veía  forzado  a  compartir el espacio de la página  con una mujer fatal con un escotado vestido rojo, que se llevaba una botella de licor celestial a sus húmedos y carnosos labios, y una útil lista de visitas imprescindibles elaborada por el Departamento ruso de Turismo. Entre lo más destacable, el mausoleo de Lenin, el cuartel general del KGB en Lublianka y el GUM, «el centro comercial más grande del mundo». 

¡Novodevichy! Algunos de los escritores y poetas rusos más venerados están enterrados allí. Chejov fue uno de los primeros en residir en el lugar, en 1904, y los restos de Gógol fueron trasladados allí desde el monasterio de Danilov poco después. Los escritores del siglo XX, Mayakovsky y Bulgakov, están sepultaos en él, así como los reconocidos directores y fundadores del Teatro del Arte de Moscú, Nemírovich-Danchenko y Stanislavsky. 

Pensé en la ulterior imprevisibilidad del futuro. El pasado era para mí no una rígida sucesión de hechos, sino algo así como un almacén de imágenes recordadas y pautas ocultas que contienen la clave del misterioso diseño de nuestra vida. 

Visité en mi imaginación la tumba de Gógol, simbólicamente vinculada a la de otro famoso escritor, Bulgakov, autor de El maestro y Margarita. La tumba de Gógol fue, en un momento dado, trasladada dentro del mismo cementerio de Novodevichy. En el traslado se renovó parte de la piedra original, quedando una gran losa almacenada durante años, hasta que la esposa de Bulgakov la vio y la incorporó a la última morada de su esposo. Más tarde se descubrió que aquella piedra había pertenecido a la sepultura de Gógol. 

Belleza y luminosidad, por un lado; meditación filosófica, por otro... 

-Buona sera. ¿Sería tan amable de acompañamos, por favor? Una voz aguda y penetrante dispersó mis pensamientos que fluían, plácidamente y sin propósito, por los confines de mi imaginación.  Alcé la vista. 

Un tipo, embutido en una gabardina se dirigía hacia mí. Me sorprendió su atuendo considerando que el cielo era de un azul muy intenso. Entre los pliegues de su gabardina pude ver el brillo de una arma automática. 

Como  la  estrella  invitada  de  un espectáculo de feria, rodeado de jorobados, enanos y mujeres barbudas, este insignificante hombre, comparsa perfecta en cualquier carnaval, invadió mi espacio personal, chasqueó los talones y se llevó dos dedos a la frente presentándose a sí mismo. 

-Soy el detective fulanito de tal-dijo en un perfecto tetrámetro iámbico--. Haga el favor de acompañamos, si no le importa. 

Una intensa sensación de tragedia anunciada o, más exactamente, una sombra pesada, se cernió sobre mi mente recordándome el peligro que envolvía a mi forma de ganarme la vida. 

El detective y yo, flanqueados por dos guardias locales y un agente de narcóticos con un dobernan, entramos en una diminuta sala de detención donde agentes de aduanas y guardias de seguridad solían zarandear a pequeños y grandes delincuentes esperando la recompensa de sus rivales del hampa. La sala albergaba un escritorio, absurdamente ancho, y cerca de él una mesa baja con una lámpara. Todo parecía asombrosamente tranquilo. Se podía oír el viento contra el cristal, el sonido ametrallante de una serie de sollozos seguida de rítmicos gemidos y pesados pasos recorriendo el pasillo. -Puede quitarse el abrigo -dijo uno de los guardias moviendo la cabeza en dirección a una percha clavada a la pared. 

Me desabroché mecánicamente el anorak que llevaba. 

En retrospectiva, me avergüenzo de cómo me dejé arrinconar e intimidar, de la ansiedad que sentí. 

Me estiré para colgar el paravientos en la percha pero, como estaba mal puesta, se cayó tirando dos chaquetas y una americana al suelo. Los cuatro objetos se desplomaron haciendo un ruidó embarazoso. 

-Lei come si chiama? (¿Cómo se llama?) Respondí con mi nombre. 

-¿Cuál es su nacionalidad? 

Se la dije. 

-Di che parte di Canadá e lei? (¿De qué parte de Canadá es usted?) Lei dove abita? (¿Dónde vive?) Qual e il suo numero di telefono? (¿Cuál es su número de teléfono?) (¿Desde dónde vuela?) É la prima volta che viene in Ltalia? (¿Es la primera vez que visita Italia?) 

Durante  todos  estos  años  que  he estado cubriendo las reuniones

del Club Bilderberg he aprendido a evitar el innecesario enfrentamiento con los intimidantes guardias de fronteras y policías. He conocido a varios periodistas que han sido devueltos a casa sólo por irritar a la autoridad. 

-Nos gustaría examinar su equipaje. Tenemos razones para creer que puede estar transportando drogas --dijo el detective. 

-Si tiene drogas, es mejor que nos lo diga antes de que abramos la maleta -.-se sumó el agente de narcóticos. 

No estaba preocupado por las drogas, porque simplemente no tomo drogas, no las fumo y mucho menos las transporto a otro país en una maleta. 

Sin embargo, estaba cubriendo el encuentro anual del Club Bilderberg y mi nombre era conocido por todas las divisiones del servicio secreto, desde el Mossad al KGB, del MI6 a la CÍA. Todos los periodistas que cubren estos encuentros secretos anuales son fotografiados, se registran sus datos personales y toda esa información pasa de la Interpol, controlada por los Rockefeller, a todas las agencias de protección internacional. No sería la primera vez que alguien intentaba comprometer mi seguridad. En Toronto, en 1996, un agente encubierto intentó venderme un arma robada. En Sintra, en 1999, me enviaron a la habitación del hotel a una mujer que había sido programada mediante técnicas de hipnosis y lavado de cerebro, con el mandato de desnudarse y tirarse inmediatamente por la ventana, después de recibir una cierta llamada telefónica. Su intención era acusarme de asesinato (es una técnica más habitual de lo que pensamos en las luchas de poder de los grandes). Por suerte para todos, rechacé sus insinuaciones. No me pregunten por qué. Una de las habilidades que he desarrollado siguiendo a los bilderbergs por todo el mundo es el sexto sentido. Sonidos extraños en el coche, ruidos repetitivos, caras que me suenan familiares, amigos repentinos que se ofrecen para ayudar... uno aprende a ir con cuidado. Había algo fuera de lo normal en la conducta de esa mujer. Demasiado voluntariosa, demasiado forzada. Su lenguaje corporal no coincidía con su lenguaje verbal. Pensé, ¡eso es! Lo que me llamó la atención fue su aparente falta de coordinación entre su cuerpo y su discurso. Cuando oí los golpes en la puerta, pensé que era el servicio de habitaciones, con

el pollo con almendras y la tarta de manzanas que había pedido para cenar. En vez de eso, al abrir la puerta me encontré con una mujer escultural, con el pelo largo, negro y rizado y unos ojos verdes que parecían embotellar rayos de luna. 

-Daniel, por fin te encuentro -me dijo mientras se deslizaba dentro de la habitación-, confía en mí ... necesitaba verte ... estoy obsesionada contigo ... y apoyándose ligeramente sobre la mesa de madera que estaba ahora enfrente de mí, fue deslizando suavemente las manos por sus curvilíneas caderas, mientras hacía subir y bajar la seda de su vestido rojo para dejarme ver sus muslos envueltos en encaje negro-. Siento que sin ti no hay nada ... te deseo ... quiero que dejes tus huellas en mi piel... te necesito ... soy tuya y tú eres mío. 

Subía las manos para acariciarse los pechos y se iba desabrochando los botones del escote, dejándome entrever unos pezones pequeños y oscuros. 

-Me muero de deseo ... follame como no has fallado a nadie ... dijo avanzando hacia mí despacio. Su mirada era muy extraña. Cuando no me miraba a mí, dejaba los ojos fijos, absortos en el recuerdo; podría haberse puesto delante de ella el mismo Satanás y no hubiera advertido su presencia. No sé cómo, vino a mi mente en ese momento la mujer fatal de la botella de líquido celestial. Marketing, publicidad, mentira, manipulación. 

Volviendo a Milán, a aquella habitación de la comisaría del aeropuerto y a las miradas de los policías sobre mí, me pregunté, ¿es posible que me hayan metido drogas en la maleta? 

Cubriendo los bilderbergs, siempre tomo todas las precauciones. 

Nunca embarco el equipaje. Sólo llevo una maleta de mano, que nunca pierdo de vista. Volviendo de Escocia en 1998 (que constituyó una de mis investigaciones sobre el Club Bilderberg más provechosa, pues Jim Tucker, de American Free Press, y yo descubrimos los planes de guerra del Club Bilderberg en Kosovo. Primero, iban a despertar las hostilidades entre Grecia y Turquía por Chipre, para después extenderla a los Balcanes) tuve la sensación de que alguien había estado revolviendo en mi equipaje: lo dejé en el aeropuerto con toda mi ropa y documentos de la conferencia de Turnbeny ... 

Así que, moviéndome hacia un lado de la sala, me encontré en la parte sombría del ancho escritorio.

El detective que estaba sentado en el borde del banco observaba atento todos mis movimientos, las manos apoyadas en el cañón de su arma. De repente, se puso de pie y con la punta de su bota dobló una esquina del grueso felpudo que arrugaba el dobernan. 

Uno de los guardias desapareció dentro de mi maleta. Todo lo que podía ver eran los agudos ángulos de sus codos moviéndose arriba y abajo. 

  Noté un peso en mi corazón. Buscaba algo positivo en mi mente, pero no pude encontrar una brizna de alegría. Lo mejor que me podía pasar era que me metieran en un avión de vuelta a casa. 

De repente, el guardia me miró, dio un grito mezcla de curiosidad e incertidumbre y sacó de la maleta un delgado y usado volumen en ruso de Fet, gran escritor ruso del siglo XIX. Todo el mundo empezó a hablar a la vez. 

Un joven guardia con gafas cogió el libro diciendo que había estado en Rusia y sabía hablar un poco el idioma. Por ejemplo, sabía decir borsch (sopa de remolacha), raduga (arco-iris) y privet (hola). Al menos, la actitud de ese guardia hacia mí cambió completamente. 

Registrando los más profundos rincones de su memoria, intentó en vano unir aquellos retazos idiomáticos en una frase coherente. Me resultó imposible entender lo que decía. Escuché con atención y la boca medio abierta: su conocimiento de ruso me recordaba la vasta estepa, una palabra, una casa, esa isla de esperanza entre la enormidad del vacío. El paradójico proceso de intentar entender mi dócil lenguaje me causaba dolor. 

El detective, que se había aproximado al guardia, se sentó a mi lado. Yo estaba todavía de pie, apoyado contra la pared, y sentí su desagradable calidez. Se puso un caramelo de menta en la boca y le arrebató el libro al guardia. 

Pasó los dedos por el lomo del libro, lo abrió y empezó a husmear entre las páginas. Como todo aquel que lee poco, bisbiseaba siguiendo con los labios la lectura. 

Aprovechando la calma de la conversación, hice un estudio detallado del hombre: corpulento, moreno, no muy joven, nariz afilada, bien peinado, párpados prominentes y uñas mordidas. 

En la habitación de al lado, alguien reía sonoramente. Una silla atravesó  violentamente  la  estancia en la sala de enfrente. El hombre con el dobernan llevaba unos pantalones estrechos y apretados que cubrían unas piernas 1arguiruchas. Le murmuró algo al guardia, aunque las palabras se perdieron en el conjunto de las voces. 

La puerta, cuya existencia había pasado por alto, se abrió de repente con fuerza. Un hombre vestido de paisano entró de repente con un arma. El guardia lo vio primero, soltó un grito y levantó las manos con sus diez dedos danzando en el aire. El y el detective, que ya se había cansado de hojear mi libro, pues no llevaba fotos, se saludaron efusivamente, con palmadas y apretones de manos fervorosos. 

Empezó una breve conversación. En ese momento, el detective, el hombre de paisano, los dos guardias y el manifiestamente pasivo agente de narcóticos formaban una pina. El doberman dormía sobre el felpudo. 

La conversación transcurría en un tono discreto, lo que suponía una monumental hazaña para cualquier italiano, y de ella pude captar fragmentos aislados de frases:

«Cosa vuol di-re... ? (¿Qué quiere decir... ?)», «Non capisco nulla (¡No entiendo nada!) «Chi cerca (¿A quién busca?)». 

Después de un breve intercambio, todo el mundo se puso cómodo. El detective se sentó frente a mí, los guardias recuperaron su puesto en la puerta y el policía de narcóticos se sentó sobre el escritorio. El hombre de paisano se apoyaba contra la pared. 

-Déjeme ver de dónde le conozco -empezó. 

La voz aterciope1ada del detective añadía una sensación dramática a esa obra teatral cuyos mal dibujados protagonistas no acertaban a animarse. 

-Dove siete alloggiati? (¿Dónde se aloja?) 

Me pidió los billetes de avión y la reserva del hotel. Se los entregué rebuscando entre el habitual desorden de mi equipaje. 

-¿ Qué razón podría usted tener para venir a Stresa en esta época del año? 

Sopesaba todas y cada una de las palabras que decía para darles todo el sentido común que podía. Yo no respondí. En ese momento, mis nervios estaban inusua1mente receptivos después de una inacabable hora de interrogatorio. 

Mecánicamente, alcancé mi Fet, mi única  fuente  de  calidez  y seguridad. Inmediatamente, el detective me pidió que dejase el libro y prestase atención. 

El detective sacó una fotografía de la carpeta roja que sostenía con la mano derecha. Apenas podía creerlo. Enfrente, tenía una copia en blanco y negro de la fotografía de mi carnet de identidad español.

¿Qué ha venido a hacer a Stresa? -repitió en un perfecto inglés.  Me habían descubierto. No había otra posibilidad. Alguien del Ministerio del Interior español les había facilitado mi fotografía a las fuerzas de seguridad italianas. Los italianos sabían de mi venida y me estaban esperando. Y lo que era peor, el Ministerio del Interior español estaba colaborando con el Club Bilderberg para detener mi investigación. ¿Quién podía haber sido? ¿Cómo sabían dónde esperarme? ¿Fue la compañía aérea quien les había facilitado mis datos (que eran confidenciales) a los italianos? ¿Quién los había pedido? ¿Qué habían obtenido a cambio? 

Miré intensamente un pedazo de papel de aluminio que había en el suelo. 

De repente, entendí algo que había estado intuyendo sin ser consciente: la razón de que me hubiesen detenido, de que me estuviesen interrogando, de que me hiciesen perder el tiempo. No me podían retener porque no había hecho nada. Tampoco me podían dejar ir, porque tenían órdenes de dejarme en la estacada. Los guardias de fronteras, sin saberlo, formaban parte de la invisible maquinaria del Club Bilderberg. 

Me levanté. 

-Señores – dije -, tienen dos opciones. O me detienen y me  imputan algún cargo o me dejan ir. Se ha acabado esta mascarada. Ustedes saben perfectamente por qué estoy aquí y yo sé que ustedes saben que conozco su juego. 

Me fijé en la sombra que proyectaba el trozo de papel de aluminio del suelo. Hastiado de todo aquello, enfadado de mí, del mundo, de que la gente no supiese nada, de que no quisiese saber nada, de que no les importase nada. Intenté fundir aquel objeto insignificante en la ordenada existencia del momento. 

De nuevo, discutieron entre todos el próximo movimiento. Sin embargo,  ahora,  ya  sabía que en unos minutos un coche me estaría  llevando a las orillas del lago Maggijre, a Stresa y a la conferencia anual del Club Bilderberg; allí me encontraría con un grupo de investigadores indomables, mis amigos. Personas que, contra todo pronóstico, se las habían arreglado para llegar a esa perdida ciudad. Pocos sabían las adversidades que habían tenido que superar para conocer el plan maestro para el Gobierno Mundial del Club Bilderberg. 

-Queda usted libre para irse, señor Estulin -dijo el detective-o Pero recuerde, sabemos dónde encontrarlo. Ahora está en Italia. Si se mete en algún problema, irá a parar a la cárcel. Eso, se lo prometo. Recogí mi maleta, metí mi libro en uno de los bolsillos laterales y dije «Da svidania, daragoy» (Adiós, amigo). La cara del guardia se iluminó momentánea-mente y miró con recelo al detective. Sin detenerme a mirar, seguí mi camino. Por fin, libre. 

Mientras caminaba por la terminal del aeropuerto, pensé en la veleidad de la fortuna y en las exigencias de la amistad. Una y otra vez, el peligro y la muerte llamaban a mi puerta, aunque mi misión seguía inalterada. Un joven de cabello rubio con ropas orientales y la nariz vendada entró en un café. Cerca, un camarero limpiaba las mesas con un paño húmedo. 

En el escaparate de una tienda de recuerdos, un desgastado cartel anunciaba la visita de un circo. Una de las esquinas del papel estaba suelta. Había una mosca muerta en el alféizar de la ventana. 

Salí a la calle. No había viento, aunque el aire era cálido y olía ligeramente a gasolina. 

Un hombre, blandiendo el periódico local, se sentó en un banco frente a mí. Por alguna inexplicable razón, se quitó los zapatos y los calcetines. 

-Qual é il prezzo a Stresa? (¿Cuánto cuesta ir a Stresa?) Possono portarmi il bagaglio? (¿Puede usted llevar mi maleta?) El taxista, que poseía una enorme nariz, accedió a llevarme y cargó mis pertenencias en su Mercedes Benz. 

Me encanta el proceso de' viajar y los medios de transporte: el cómodo asiento de piel, la anticipación de nuevos descubrimientos, el lento desfilar de las luces del aeropuerto. 

El  taxista,  que  tenía  una  pequeña y pálida cara y, por la forma de

su nariz, se diría que era aficionado a la bebida, empezó una conversación. Me explicó que su yerno trabajaba en una próspera aseguradora de Roma. En el salpicadero se podía ver una gastada fotografía de una mujer mayor y corpulenta, de nariz roja y ojos cerrados. La mujer del taxista. El hombre se quejaba de ser pobre; tener que trabajar demasiadas horas y no ver lo suficiente a su familia. 

Esa era la historia de su vida, una vida con poco sentido, la precaria e insulsa existencia de la tercera generación de inmigrantes napolitanos. 

En algún recóndito compartimento de mi mente podía oír el intrincado sonido de su parloteo; sin embargo el resto de mi consciencia había pasado a otro mundo, mi tan preciado universo privado ... 

Alguien dijo una vez que escribir no es estar ausente, sino adquirir la ausencia; ser alguien para después irse, dejando sólo trazas. 

(C, mi amor y mi vida. Tú eres mi cielo y mi infierno. Sólo podrías ser ambos. Tú eres mi felicidad, mi vida entera, aunque también el encuentro violento entre dos lenguajes. Porque el lenguaje, incluso la más brillante lengua, es una especie de sinrazón, el gemido al que aspira la más perfecta felicidad. No porque nuestra felicidad esté condenada, o porque el destino sea injusto, sino porque la felicidad es inteligible sólo bajo la amenaza; tan inteligible como su propia amenaza.) 

Intenté concentrarme en lo que me estaba esperando en Stresa. 

Días de veintidós horas de trabajo, llamadas para comprobar fuentes, ser continuamente seguido por el Servicio Secreto, amenazas, registros no autorizados, reuniones y más reuniones con aquellos pocos valientes que amenazaban revelar los preciosos secretos del Club Bilderberg y su diabólico plan. Pero, simplemente, no podía concentrarme. Me venían a la mente incoherentes imágenes del más intenso honor moral. Esclavitud Total. Hambrunas provocadas por el ser humano que se llevaban millones de vidas a la tumba. Sufrimiento, más sufrimiento. Un sacrificio inhumano indescriptible. ¿Por qué? ¿Es posible que alguien pueda infligir tanto mal sólo por su propio beneficio? Luchaba para no derramar lágrimas mientras recordaba  que  la  búsqueda  de  la verdad es una reivindicación de la  decencia a expensas de la crueldad. 

Pensé en un final feliz para un cuento, aún por escribir, sobre el paraíso perdido: nuestro afligido mundo. ¿Cómo sería que se disipase la felicidad para siempre? El paraíso y su pérdida se complementan. No sólo es cierto que los paraísos son siempre paraísos malogrados, sino que también es indudable que no hay edén sin su pérdida. Si no puedes perderlo, no se trata de un paraíso. 

Bilderberges una metáfora del miedo, la imagen misma de la locura. Más allá de todo, está la comprensión, por supuesto, de que el tiempo y el espacio, como el amor y la muerte, nos alteran y nos afirman, se nos pegan y nos exploran, implican lo irrevocable y nos convierten en lo que somos. 

 Qué es el tiempo sino un pasaje brutal, una decadencia y una forma de consciencia. El nacimiento de la consciencia que se sabe temporal. Y menos aún entiendo cuál es el propósito de un destino que se empeña en unir mi vida a la del Club Bilderberg. 

No debería sorprendemos el hecho de que exista a nivel internacional una organización equivalente al Club Bilderberg. Este grupo se llama a sí mismo CFR, es decir, Council on Foreign Relations (Consejo de Relaciones Exteriores). El CFR forma parte de un grupo internacional ya citado y que se llama Round Table o Mesa Redonda. Otras de sus sucursales son el Royal Institute of International Affairs del Reino Unido y los Institute of International Affairs de Canadá, Australia, Sudáfrica, India y Holanda, y los Institute of Pacific Relations de China, Rusia y Japón. 

El CFR tiene su cuartel general en la ciudad de Nueva York, en el edificio Harold Pratt House, una mansión de cuatro pisos en la esquina de Park Avenue y la calle 68, que fue donada por la viuda del señor Pratt, heredera de la fortuna de la Standard Oil Rockefeller. El CFR se compone de aproximadamente 3.000 miembros de la élite de poder estadounidense. Aunque el CFR tiene mucha influencia en el Gobierno, son muy pocos los americanos medios que conocen su existencia, en realidad menos de uno de cada diez mil, y muchos menos aún son conscientes de su propósito real. 

Durante sus primeros cincuenta años de existencia, el CFR prácticamente no apareció en los medios de comunicación. Y si tenemos en cuenta que entre los miembros del CFR figuran los más importantes ejecutivos del New York Times, el Washington Post, Los Angeles Times, el Wall Street Journal, la NBC, la CBS, la ABC, la FOX, Time, Fortune, Business Week, US News & World Report, y muchos otros, no hay duda de que tal anonimato no es accidental; es deliberado. 

Para valorar las dimensiones del poder que manejan las organizaciones secretas más importantes del mundo, es decir, el Club Bilderberg, el CFR y la CT, basta con recordar que controlan a todos los candidatos a la presidencia de ambos partidos, a la mayor parte de los senadores y congresistas de EE. UD., la mayoría de los puestos relevantes para la política del país (especialmente en el campo de los Asuntos Exteriores), a la mayor parte de la prensa, a todos los componentes de la CÍA, el FBI y el IRS (Hacienda Pública), y a la mayoría del resto de organizaciones gubernamentales de Washington. Casi todos los puestos de trabajo del gabinete de la Casa Blanca están ocupados por miembros del CFR. Todos estos datos provienen de un informe de 1987 publicado por el propio CFR, disponible para el público en su sitio web. Obviamente uno se pregunta, ante la actual proliferación de libros sobre sociedades secretas, cómo es posible que una organización secreta tan poderosa, que controla la política exterior de EE. UU., publique abiertamente sus informes. Pero el lector debe ser consciente de que esa información es la que ellos quieren que usted vea para quitarle importancia al asunto. Las decisiones realmente diabólicas se toman en esferas internas de la organización, como veremos a lo largo de este capítulo, en que podemos imaginar la inmensidad de la filtración del CFR en la sociedad. Según se dice en ese informe, 262 de sus miembros son «periodistas, corresponsales y directivos de empresas de comunicación». 

Pregunte a cualquiera de estas personas qué sucedió en el último encuentro social del CFR y probablemente se encuentre con que su preocupación por la libertad" de prensa se ha evaporado. Katherine Graham, la legendaria editora del Washington Post, por ejemplo, afirmó en un encuentro de la CÍA, una organización que ha estado bajo  el  control  virtual  del  CFR  desde  su  creación:  «Hay  algunas  sobre nosotros que el público no necesita ni debería saber.» 

Todos los directores de la CÍA han sido miembros del CFR, a excepción de James R. Schlesinger, que ocupó brevemente el cargo en 1973. Schlesinger, sin embargo, era un protegido de Daniel Ellsberg, miembro del CFR, famoso por haber hecho públicos los «Papeles del Pentágono» sobre el Vietnam. Por lo tanto, su nombramiento también estaba manipulado por el hombre clave del CFR, Henry Kissinger. 

Cada cuatro años, los estadounidenses tienen el privilegio de escoger a su presidente. En 1952 y 1956, Adlai Stevenson (miembro del CFR) se enfrentó a Eisenhower (también miembro del CFR). En 1960, la batalla la libraron Nixon (miembro del CFR) y Kennedy (también miembro del CFR). En 1964, el ala conservadora del Partido Republicano «dejó aturdida al estamento del poder» nominando como candidato a Barry Goldwater por delante de Nelson Rockefeller. Rockefeller y el ala CFR de su partido pintaron a «Barry Goldwater como un peligroso radical que quería abolir la seguridad social, tirar bombas atómicas sobre Hanoi y convertirse en una reencarnación de Mussolini» (Gary Alien, El expediente Rockefeller). En las siguientes elecciones, Lyndon Johnson consiguió una victoria aplastante sobre un humillado Goldwater. En 1968 se enfrentaron una vez más dos miembros del CFR, Nixon frente al demócrata Hubert Humphrey. En 1972, el presidente Nixon se impuso sobre el candidato demócrata George McGovem (también miembro del CFR). En 1976, el presidente republicano, Gerald Ford, del CFR, se enfrentó a Cárter (miembro del CFR y la CT) y salió derrotado. En 1980, el presidente Cárter fue derrotado por Ronald 

Reagan que, aunque no era miembro del CFR, tenía a George Bush como vicepresidente, que sí 10 era. Lo primero que hizo Reagan al estrenar el cargo fue nombrar rápidamente en su gabinete a 313 miembros del CFR. El tercer candidato independiente en las elecciones de 1980 fue Jo1m Anderson, también miembro del CFR. En 1984, el presidente Reagan derrotó al candidato demócrata del CFR, Walter Móndale. En 1988, el contendiente republicano George Bush, ex jefe de la CÍA y miembro del CFR ganó a Michael Dukakis, gobernador poco conocido de Massachussetts y, por supuesto,  miembro del CFR. En 1992, el presidente Bush tuvo como competidor a un oscuro gobernador de un estado poco importante, Arkansas, de nombre Bill Clinton, miembro del Club Bilderberg y del CFR. En 1996, Clinton tuvo a un duro competidor en Robert Dole, veterano republicano y miembro del CFR. En 2000, el demócrata Al Gore (también miembro del CFR) se enfrentó al gobernador de Texas, el republicano George W. Bush. Bush hijo no es miembro del CFR pero, como ha sido siempre el caso, está bien representado por el estamento del poder. Todo el equipo de Bush, Condoleezza Rice, Dick Cheney, Richard Perle, Paul Wolfowitz, Lewis Libby, Colin Powell y Robert Zoellick, son miembros del CFR. En 2004, como ya mencioné anteriormente, el presidente en ejercicio Bush derrotó al demócrata John Kerry, miembro del CFR y el Club Bilderberg. 

De hecho, desde 1928 a 1972, siempre ha ganado las elecciones presidenciales un miembro del CFR (excepto en el caso de Lyndon Johnson que compensó con creces al estamento del poder colocando en puestos clave del Gobierno a miembros del CFR). 

El engaño público es completo porque aunque cambian las administraciones, que pasan sucesivamente de republicanos a demócratas, los puestos los ocupan siempre miembros del CFR. Como escribió, enjulio de 1958, el conocido periodista Joseph Kraft en la revista Harper: «El Council desempeña un papel fundamental en el acercamiento de los dos grandes partidos, aportando, de forma extraoficial, un elemento de continuidad cada vez que se da un cambio de guardia en Washington.» No es nada sorprendente. 

El presidente Clinton, también miembro del CFR, el Club Bilderberg y la Comisión Trilateral, empleó a casi cien miembros del CFR en su administración. 

George Bush padre tenía a 387 miembros del CFR y la CT en su administración. Ronald Reagan, 313. Nixon, al inicio de su administración, colocó a 115 miembros del CFR en las posiciones claves de su equipo ejecutivo. De los 82 primeros nombres que formaron parte del gabinete del presidente Kennedy, 63 pertenecían al CFR, según un informe del 1 de septiembre de 1961 de Arnold Beichman para Christian Science Monitor, titulado simplemente «CFR». El CFR ha sido una auténtica agencia de empleo para los gobiernos demócratas y republicanos.  Como  verá el lector una y otra  vez a lo largo de este capítulo, la mayor parte de los puestos en la administración americana, sea bajo presidente republicano o demócrata, están ocupados por miembros del CFR. El equipo de Clinton y Gore fue financiado y apoyado también por el CFR. 

El presidente del CFR es David Rockefeller. Los presidentes de los gobiernos van y vienen, pero el poder del CFR, y sus objetivos, pcrn1anecen. George Wallace, candidato presidencial demócrata en cuatro ocasiones en la década de 1960-1970, hizo famoso el eslogan de que no hay un gramo de diferencia entre los partidos demócrata y republicano. ¿No se ha preguntado nunca por qué no cambian las políticas gubernamentales a pesar de que se hayan producido cambios en la «filosofía» de gobierno? Independientemente de que se trate de un demócrata, un republicano, un conservador o un liberal el que esté en el poder, la diferente retórica que emplean los candidatos parece tener muy poca influencia en quién gana realmente las elecciones, que es siempre la misma gente que mueve los hilos de las marionetas. La razón de esto, afirma Gary Alien en su brillante y agotado éxito de ventas El expediente Rockefeller, es «que mientras demócratas y republicanos de base generalmente tienen diferentes visiones sobre economía, actividades federales y demás acciones políticas, a medida que se sube la pirámide política, los dos partidos se parecen más y más». 

¿ Qué están intentando conseguir los Rockefeller con su CFR? De hecho, como veremos a continuación, el objetivo del círculo de poder del CFR no ha cambiado desde su fundación en 1921 en el Hotel Majestic de París. 

En el número de celebración del 50 aniversario de Foreign Affairs, la publicación trimestral oficial del CFR, Kingman Brewster Jr., embajador estadounidense en el Reino Unido y presidente de la Universidad de Yale, escribió el artículo principal titulado «Reflexiones sobre nuestro propósito nacional». Y no se contuvo a la hora de definir ese propósito: «Nuestro propósito nacional debería ser abolir la nacionalidad americana y, al mismo tiempo, arriesgamos invitando a otros países a compartir su soberanía con nosotros ... » Dichos «riesgos» incluyen el desarme hasta el punto de que Estados Unidos no podría hacer nada contra la «Fuerza de Paz» del Gobierno

Global de la ONU. Estados  Unidos  debería  entregar  felizmente  su soberanía al Gobierno Mundial en interés de lo que él llama la «Comunidad Mundial», sinónimo de lo que a los medios de comunicación les gusta denominar ahora «la Comunidad In-

ternacional». Estas propuestas secretas reflejan el trabajo de docenas de diferentes agencias y comisiones, que describiremos detalladamente más adelante en este capítulo, aunque ahora podemos encontrar un avance de todo ello en el informe Nuestro Vecindario Global de la Comisión del Gobierno Global, un proyecto que dibuja  el futuro papel de la ONU como Supergobierno Global (la cursiva es mía). 

Richard N. Gardner, ex asistente del secretario de Estado, escribió en abril de 1974, en la revista Foreign Affairs, que «en breve, "la Casa del Orden Mundial" tendrá que construirse de abajo a arriba y no al revés ... una erosión paulatina de la soberanía nacional dará muchos más frutos que el típico asalto a la antigua». James Warburg, hijo del fundador del CFR Paul Warburg y miembro del Equipo de Pensadores de Franklin D. Roosevelt (formado por personas externas al Gobierno, entre los que se incluían profesores, abogados y otros, que iban a Washington a aconsejarlo sobre cuestiones económicas), declaró ante el Comité de Asuntos Exteriores del Senado, el 17 de febrero de 1950, que «tendremos un Gobierno Mundial queramos o no, con nuestro consentimiento o sin él». Y todavía lo dice más claramente el mismo Henry Kissinger, en un discurso pronunciado en la reunión del Club Bilderberg de Evian, Francia, el 21 de mayo de 1992, transcrito de una grabación llevada a cabo por uno de los delegados suizos cuyo nombre no puede ser revelado por las terribles represalias que se tomarían contra él: «Los estadounidenses de hoy se indignarían si tropas de la ONU entraran en Los Ángeles· para restaurar el orden, ¡pero qué duda cabe que al día siguiente esas mismas personas nos lo agradecerían!, y más aún si se les dijese que hay una amenaza externa en algún lugar, real o inventada, que pone en peligro la existencia de todos. La gente suplicaría entonces la intervención de los líderes mundiales para librarlos de tal amenaza. Todo ser humano teme a lo desconocido. Si les presentamos ese escenario, estarán más que dispuestos a cedemos sus derechos individuales para que un Gobierno Mundial les garantice el bienestar»

En. su libro, The Future of Federalism, Nelson Rockefeller proclamó: «Ninguna nación puede defender hoy su libertad o satisfacer las necesidades y aspiraciones de su propio pueblo desde dentro de sus propias fronteras o a través de sus únicos recursos ... Y así, la nación-estado, sola, amenazada de tantas formas, nos parece tan anacrónica ahora como las ciudades-estado griegas en los tiempos antiguos.» 

De hecho, el CFR ha estado planificando el Nuevo Orden Mundial desde antes de 1942. Un editorial publicado en la página 2 del Baltimore News-Post del 7 de diciembre de 1941, el día del. ataque a Pearl Harbour, muestra cómo los pensamientos del CFR se insinúan en las mentes de las masas, a veces, mucho antes de que se hable explícitamente de los temas en cuestión. 

Según el número del 7 de diciembre de este periódico, Wright cree que la nueva liga mundial formulará una «declaración básica de los derechos humanos» y, efectivamente, esa declaración fue más  tarde adoptada por las Naciones Unidas. Así es como trabaja la insinuación. Wright explica en el artículo, escrito en 1941, que «para proteger esos derechos, el sistema se reservará el poder de castigar a las personas en determinados casos». Hasta ahora, la ley internacional trataba casos relativos a naciones, dejando la regulación de las personas individuales a las autoridades nacionales. Ahora, la ONU tiene el derecho de secuestrar a determinados individuos y llevarlos a juicio ante el Tribunal de La Haya. Ante tal travestismo de la justicia, no hay protestas internacionales, eso sí, hasta que uno de los miembros de nuestra familia es secuestrado y asesinado por comentar algo que el Nuevo Orden Mundial encuentra ofensivo a sus intereses más remotos. 

El doctor Quincy Wright, profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Chicago, hizo la más clara y temprana declaración sobre el Nuevo Orden Mundial cuando en 1941 describió el Nuevo Orden Mundial como lo contrario al Nuevo Orden de Hitler. Wright dejó claro que la soberanía nacional y la independencia de las naciones individuales estarían limitadas por un Gobierno Mundial. Terry Boardman, en su charla sobre el Nuevo Orden Mundial en la Rudolf Steiner House de Londres, el 25 de octubre de 1998, explicó a un  auditorio  de  1500 personas  que el doctor Wright se refería en su  tiempo a los tres sistemas continentales, unos «Estados Unidos de Europa», un Sistema Asiático y una Unión Panamericana. Wright también predijo que cada sistema continental tendría una fuerza militar común y que los ejércitos nacionales serían drásticamente reducidos o directamente prohibidos. 

La escritora estadounidense J. Miriam Reback(1900-l985), que escribió bajo los seudónimos Taylor Caldwell, Marcus Holland y Max Reiner, fue una combativa patriota que luchó vigorosamente por la libertad y la justicia, por lo tanto, en contra del Club Bilderberg y el CFR. Esta autora escribió durante muchos años en la única publicación norteamericana libre e independiente, Liberty Lobby (antiguos propietarios de la ahora difunta revista Spotlight, que renació de sus cenizas para asumir un nombre incluso mejor, American Free Press, donde trabaja mi amigo James Tucker Jr., auténtico sabueso del Club Bilderberg). En uno de sus últimos artículos en The Review o/ the News (predecesor de The New American), el 29 de mayo de 1974, poco antes de sufrir la embolia que la dejó sorda e incapaz de hablar en 1980, dijo: «Muchos de nosotros todavía nos atrevemos a protestar y continuaremos haciéndolo mientras Dios nos dé aliento. Para ser eficaces, sabemos que debemos dirigir nuestros ataques a los auténticos criminales, a los ricos y poderosos, a esa élite secreta que conspira día y noche para esclavizamos. Incluso nuestro propio Gobierno es ahora su víctima, ya que son ellos quienes escogen a nuestros gobernantes, los nominan y los defenestran mediante el asesinato o la calumnia. He luchado contra esos enemigos de la libertad en todos los libros que han escrito. Pero pocos son los que me han escuchado a mí o a quienes han hablado de esta conspiración. Y ya empieza a ser tarde. Los estadounidenses deben escuchar y actuar o asumir la oscura noche de esclavitud que nos acecha y que será peor que la muerte.» 

El plan, según dijo la escritora, es gradual y astuto: «Los conspiradores del CFR saben bien que los estadounidenses arman la libertad y que nunca aceptarán voluntariamente el yugo de la esclavitud de un Superestado Mundial. Ésa es la razón de que hayan desarrollado un plan tan taimado y enrevesado durante todos estos años. La libertad no es gratuita. Cuesta tiempo, dinero y esfuerzo. La esclavitud sí lo es.» 

De todas formas, con el advenimiento de un Gobierno Mundial, un Ejército Mundial, una Religión Universal y Moneda Única, ¿por qué querría la familia Rockefeller someter una soberanía, un poder gubernativo y una riqueza estadounidense que ya controla en aras de un Gobierno Mundial? ¿Ese Gobierno Mundial no amenazaría su poder financiero? ¿No es esa posibilidad, por lo tanto, la última cosa que desearían? A no ser, por supuesto, que los Rockefeller, el Club Bilderberg y el CFR esperen controlar también el Gobierno Mundial! ¿Podría ser que el último objetivo del Gobierno Mundial fuese crear un solo Mercado Globalizado, controlado por un Gobierno Mundial, que controlase a su vez los tribunales, las escuelas, los hábitos de lectura y los pensamientos de las personas, vigilado por un Ejército Mundial, regulado financieramente por un Banco Mundial a través de una sola moneda global y poblado por una población conectada a un Ordenador Global a través de micro-chips? ¿Podría ser que Taylor Caldwell estuviese en lo cierto cuando afirmaba que solamente la esclavitud es gratis?

Es importante entender que las conferencias y encuentros del CFR, el Consejo de las Américas, el RIIA, el Instituto de Relaciones Pacíficas, la Comisión Trilateral, la Fundación Gorbachov, la Fundación Bill Gates, etcétera, no son los lugares donde se toman las decisiones más importantes o se definen las nuevas estrategias. Esos encuentros sociales capitalizan el trabajo de los grupos de discusión y estudio del CFR. Según el capítulo «How The Power Élite Make Foreign Policy» del libro The Higuer Circles (1970), de G. William Domhoff, un escritor e investigador de los métodos usados por las organizaciones elitistas para conseguir el consenso, el CFR ha operado históricamente de la siguiente manera: «Pequeños grupos de unos 25 líderes procedentes de las seis categorías confabuladas (industriales, financieros, ideólogos, militares, especialistas profesionales (abogados, médicos, sindicatos ... ) se reúnen para hablar de diferentes temas de asuntos exteriores. Estos grupos de debate exploran los temas de una manera general, intentando definir problemas y alternativas. Tales grupos frecuentemente conducen a la ulterior creación de un grupo de estudio. Los grupos de estudio trabajan bajo los auspicios de una Beca -del Council (financiada por Carnegie, Ford y Rockefeller) o un miembro del personal.» 

G. William Domhoff cita al politólogo Lester Milbrath en su libro, según el cual el CFR, financiado por la Fundación Ford, ha funcionado históricamente de la siguiente forma: «El CFR, aunque no esté financiado por el Gobierno, trabaja tan estrechamente con él que es difícil distinguir lo que hace autónomamente de lo que hace estimulado por el Gobierno ... La fuente de ingresos del CFR la constituyen las empresas y fundaciones más importantes del país.» En cuanto a las fundaciones, la mayor financiación ha procedido de la Fundación Rockefeller, la Corporación Carnegie y la Fundación Ford. 

G. William Domhoff concluye diciendo que «todas las fundaciones que apoyan al CFR están, a su vez, dirigidas por hombres de la Bechtel Construction, del Chase Manhattan, de Kimberly-Clark, de Monsanto Chemical y docenas de otras empresas. Y, más aún, para completar el círculo, la mayor parte de los directores de esas fundaciones son miembros del CFR. A principios de la década de 1960, Dan Smoot halló que doce de los veinte miembros del Consejo de la Fundación Rockefeller, diez de los quince miembros de la Fundación Ford y diez de los catorce miembros de la Corporación Carnegie eran miembros del CFR». 

En 1968, el ex directivo de la Fundación Ford y ex agente de la CÍA, Bissell, le dijo al grupo de discusión del CFR lo siguiente: «Para que la agencia sea eficaz, tendrá que hacer un uso creciente de instituciones privadas, aunque las relaciones ya muy deterioradas no puedan resucitarse. Necesitamos trabajar con un mayor nivel de secretismo y prestar más atención al uso de intermediarios. La cara exterior de la CÍA, su contacto con el mundo exterior, necesita ser protegida. Si los diferentes grupos no hubiesen conocido la fuente de sus ingresos, el perjuicio subsiguiente de las revelaciones hubiera sido mucho menor. Por lo tanto, debe mejorarse el punto de contacto entre la CÍA y los grupos privados, incluidas asociaciones de estudiantes y empresarios.» La CÍA se relaciona con varios grupos privados, como explica Richard Cummings en su libro The Pied Piper sobre «Allard K. Lowenstein y el sueño liberal», un congresista de los EE. UU. que destacó en las décadas de 1960 y 1970 por reclutar a blancos en el Movimiento de los Derechos Civiles y por liderar  al  grupo opositor  a  la   reelección   del  presidente Johnson. 

Esclavitud global 

La siguiente parte trata del compromiso secreto del Gobierno de los EE. UU., apadrinado por el CFR, para ceder irrevocablemente los medios de protección de su soberanía nacional a las Naciones Unidas y, en última instancia, confiscar todas las armas, propiedad de sus propios ciudadanos, como parte de un programa de futuro desarme global. ¡El problema es que el «futuro», en lo que respecta a este programa en particular, parece estar muy cerca! 

Aunque oficialmente elaborados en septiembre de 1961, es extremadamente difícil seguirles la pista a estos documentos debido a su delicada naturaleza o a sus amplias implicaeiones. 

Por ejemplo, tomemos la Publicación 72-77 del Departamento de Estado, publicada en su versión íntegra, de 35 páginas, con el título «Programa para la carrera hacia la paz» por la Agencia para el control de las Armas y el Desarme (Publicación Núm. 4, Serie . General Núm. 3, mayo de 1962). Desde su publicación en 1962 el documento ha estado «no disponible», según numerosas investigaciones que he llevado a cabo en la CÍA, la Marina, el Ejército de los EE. UU., etcétera. Finalmente, el capitán de una división de Contrainteligencia de los EE. UU. me los enseñó arriesgando su empleo y su vida en ello. 

Su título completo: «Liberarse de la guerra: programa de los EU para el desarme general y completo en un mundo de paz, publicación 72-77 del Departamento de Estado», elaborado en septiembre de 1961: 

INTRODUCCIÓN

Este nuevo programa plantea la reducción progresiva de la capacidad de las naciones para entablar guerras y el desarrollo simultáneo de las instituciones internacionales para dirimir disputas y mantener la paz. Se basa en tres principios considerados esenciales para la consecución de un progreso práctico en el terreno del desarmamento: 

Primero. Debe producirse una inmediata acción de desarme.

Debe llevarse a cabo un esfuerzo ininterrumpido y tenaz hacia el objetivo del desarme general y completo; al mismo tiempo, es importante poner en marcha medidas específicas tan pronto como sea posible. 

Segundo. Todo compromiso de desarme debe estar sujeto a controles internacionales eficaces. 

La organización de control tiene que disponer de los medios humanos y materiales necesarios para asegurar las reducciones o limitaciones que se acuerden. 

Tercero. Debe establecerse una adecuada maquinaria para el mantenimiento de la paz. 

Existe una relación inseparable entre la reducción progresiva del armamento de las naciones y el desarrollo de unos mecanismos internacionales para el mantenimiento de la paz. Probablemente, las naciones no cederán sus medios de autoprotección si faltan vías alternativas de salvaguarda de sus legítimos intereses. Ello sólo se logrará a través del progresivo desarrollo de instituciones internacionales bajo el mando de la ONU y mediante la creación de una fuerza de paz de las Naciones Unidas que asegure la paz a medida que se desarrolla el proceso de desarme. 

Objetivos generales y específicos del desarme 

El objetivo global de los Estados Unidos es crear un mundo libre, seguro y pacífico de estados independientes con criterios comunes sobre justicia y conducta internacional, sujetos al mandato de la ley; un mundo que haya conseguido un desarme completo y general bajo un efectivo control internacional; y un mundo en el que la adaptación al cambio se lleve a cabo de acuerdo a los principios de las Naciones Unidas. 

. Para hacer posible tal objetivo general, el programa establece los siguientes objetivos específicos hacia los que las naciones deberían dirigir sus esfuerzos: 

•La disolución de todas las fuerzas armadas nacionales y la prohibición  de  su  restablecimiento en cualquier forma,  a  excepción  de  lo  necesario  para  garantizar  el orden interno del país  contribuir a la fuerza de paz de las Naciones Unidas. 

•La eliminación de los arsenales nacionales de todo tipo de arn1amento, incluidos las armas de destrucción masiva y los medios para su distribución, a excepción de las requeridas por la fuerza de paz de las Naciones Unidas y para el mantenimiento del orden interno del país. 

•La institución de medios efectivos para asegurar el cumplimiento de los acuerdos internacionales, la resolución de disputas internacionales y la defensa de los principios de las Naciones Unidas. 

•El establecimiento y funcionamiento efectivo de un Departamento de Desarme Internacional dentro del marco de las Naciones Unidas para asegurar el cumplimiento, en todo momento, del compromiso de desarme. 

Principios de actuación 

A medida que los estados renuncien a sus armas, las Naciones Unidas deben reforzarse progresivamente para mejorar su capacidad y asegurar la seguridad internacional y la resolución pacífica de disputas. 

Fases del desarme 

El programa establece unas medidas progresivas de desarme que tendrán lugar en tres fases, lo cual permitirá el desarrollo simultáneo de las instituciones internacionales. 

Primera fase 

La primera fase contempla medidas que reducirán significativamente la capacidad de las naciones para entablar guerras agresivas. 

•Se  reducirán  los  ejércitos:  las  fuerzas  armadas  de  los EU  y la Unión Soviética estarán limitadas a 2,1 millones de hombres cada una (con niveles apropiados, que no excedan  de  esa  cantidad,   para   otros  estados  importantes  a  nivel militar; los niveles de am1amento serán reducidos en correspondencia, y su producción limitada). 

•Se reforzará el poder de la Fuerza de paz de las NU: se tomarán medidas para aumentar la capacidad de las Naciones Unidas para el arbitrio, para el desarrollo de una ley internacional y para el establecimiento de la segunda fase de una fuerza de paz permanente de la ONU. 

•Se establecerá una organización internacional para el desanne y la verificación efectiva del programa de desarme: se ampliarán progresivamente sus funciones a medida qué avance el desarme. Se certificará a todos los estados que las reducciones acordadas están teniendo lugar y que los ejércitos y fuerzas remanentes no excederán los límites permitidos. 

•Se determinará la transición de una fase a otra 

•Se llevarán a cabo reducciones ulteriores de las fuerzas armadas, armamento y medios militares de los estados, incluidos los vehículos para las armas estratégicas nucleares y las armas de contraataque. 

•Se prohibirá la fabricación de armas a excepción de los tipos y cantidades que necesite la Fuerza de Paz de la ONU y las necesarias para el mantenimiento del orden interno de los países. El resto de armamento será destruido o reconvertido para propósitos pacíficos. 

•La capacidad de las Naciones Unidas para mantener la paz será lo bastante fuerte y los compromisos de todos los estados suficientemente ambiciosos como para asegurar la paz y la resolución justa de diferencias en un mundo desarmado. 

Resumen de los objetivos de un programa de desarme completo y general en un mundo pacífico: 

a)La disolución de todas las fuerzas armadas nacionales y la prohibición de su restablecimiento en cualquier forma, a excepción de lo necesario para garantizar el orden interno del país y contribuir a la Fuerza de Paz de las Naciones Unidas. 

b)A  medida  que  los  Estados  renuncien a sus armas, las Naciones   Unidas   deben   reforzarse  progresivamente  para  mejorar su capacidad y asegurar la seguridad internacional y la resolución   pacífica   de   las   disputas,   así   como  para  facilitar  él  desarrollo de la cooperación internacional en tareas comunes para el beneficio de la humanidad. 

Trama de la Operación Jardín 

Plan antidisturbios civiles de los Estados Unidos 55-2 

Aunque fue des catalogado bajo la Ley de la Libertad de Información del 30 de marzo de 1990, tardé más de tres años en obtener una copia completa de la Trama de la Operación Jardín del Gobierno de los Estados Unidos. La publicación original es del 1 de junio de 1984. Todos los materiales presentados aquí han sido des clasificados y, según el Plan de «Guía para la Clasificación» de las Fuerzas Aéreas, este documento de unas 200 páginas «no se entrega bajo la normativa de protección de información de la Seguridad Nacional pues reemplaza al Operations Plan 355-10 del 16 de julio de 1973».  La información es facilitada por las Fuerzas Aéreas de EE. UD. i (USAF) bajo la supervisión del general Alexander K. Davidson, director del Departamento de Operaciones. Según las Fuerzas Aéreas de EE. UD., «aunque el documento está desclasificado, está destinado solamente a uso oficial según la normativa AFR 12-30. Este plan contiene información para uso interno del Departamento de Defensa y su distribución pública facilitaría la violación de la ley». 

Apéndice 5 del Anexo E del Plan 55-2 Anexo Z Antidisturbios civiles. 

Otras referencias: 10 United States Codes 331, 332, 333, 8500, 1385, MARC 105-1, MARC 105-18, AR 115-10, AFR 105-3, PDD-25. 

Este documento des clasificado, pero extremadamente difícil de conseguir, cuyo fin es «controlar los disturbios civiles», es el plan principal por el cual la Guardia Nacional de cada Estado de los Estados Unidos elaborará su propio plan operacional para enfrentarse a los disturbios de gran envergadura y llevar a cabo detenciones en masa. 

En este documento firmado por la Secretaría del Ejército, se asigna como agente ejecutivo del Departamento de Defensa (DOD) para el control   de   operaciones   de   los   disturbios   civiles.   Bajo  el Plan 55-2 puede usar apoyo logístico y aéreo para asistir a los comandantes militares de los cincuenta estados, del distrito de Columbia, del país asociado de Puerto Rico y de las posesiones y territorios estadounidenses o cualquier subdivisión política posterior. 

El nombre oficial de este proyecto es Trama de la Operación Jardín 

El Anexo A, Sección B, de la Trama de la Operación Jardín define a los grupos de milicianos, los cultos religiosos, los manifestantes por la reducción de impuestos y, en general, cualquiera que di sienta con el Gobierno como de «elementos perturbadores». Ello conduce al uso de la fuerza contra cualquier extremista o disidente que perpetre cualquier forma de desorden civil. 

Bajo la Sección D, una Orden Ejecutiva Presidencial autorizará e indicará al secretario de Defensa que use las Fuerzas Armadas para restaurar el orden en los Estados Unidos. 

Apéndice 1 al Anexo USAF del Plan 55-2 Antidisturbios Civiles por SGH, JCS Pub 6, Vol 5, AFR 160-5, por el cual se proporciona un programa para la colaboración entre el Ejército de Estados Unidos y la Guardia Nacional junto con las Naciones Unidas en dichas operaciones. Esto vincula a las unidades seleccionadas de la Guardia Nacional con los ministerios de Defensa de la «Asociación para la Paz». Este programa es un esfuerzo por proporcionar apoyo militar a las autoridades civiles en respuesta a emergencias civiles. 

Bajo la Directiva Presidencial Número 25, este programa sirve para cimentar la relación entre los ciudadanos de los Estados Unidos y el Ejército Global de las Naciones Unidas de las democracias emergentes de los países de Europa Central y del Este. Esto pone a todas las fuerzas amadas bajo jurisdicción de las Naciones Unidas. 

Planes secretos 

¿Qué relación real existe entre los cierres precipitados de las bases militares estadounidenses y canadienses (y reducciones de las fuerzas armadas) y el Nuevo Orden Mundial y esta Nueva Policía Mundial? ¿Por qué algunas de estas bases estadounidenses, destinadas al cierre, están siendo sometidas ahora a caras reformas y ampliaciones? ¿Por qué, de repente, el control armamentístico es una prioridad política, acelerada y generalizada a nivel legislativo? 

La respuesta está en una copia del Volumen 9 de la edición de 1982 (no la edición actual reemplazada) del Código de EE. UD. (el conjunto de leyes de ese país). Huelga decir que, sin los contactos apropiados dentro del mundo del espionaje sería absolutamente imposible descifrar los cambios e implicaciones de las omisiones. Para descifrar esos datos conté con la ayuda de un conocido de mi abuelo (ambos fueron coroneles de la KGB). Váyase a la página 554, donde se encontrará el inicio de la Ley Pública número 87-297 (1961). Esta información adicional me ha sido confirmada independientemente por el director de la excelente página web sobre Inteligencia con base en Toronto, New World Order Intelligence Update. Desafortunadamente, esta persona sufrió un atentado y ahora permanece  escondida. Esta ley fue firmada por el presidente Kennedy  en  1962.  Ha  sido  sometida a 18 enmiendas posteriores y, entonces, todos los presidentes han ido aplicando gradualmente sus disposiciones. La ley hace un llamamiento a la eliminación de las fuerzas nacionales de EE. UD. Y declara que «nadie puede poseer un arma de fuego o letal a excepción de la policía o el personal militar». 

Los pasos progresivos de su aplicación son: 

•La reducción de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos a 2,1 millones de efectivos. 

•La irrevocable fusión con las fuerzas chinas y rusas, en dos fases, para formar el Ejército Mundial (el 50 % de la fuerza total de EE. UD. se unirá en la primera fase; el 50 % restante en la segunda). 

•La irrevocable rendición de la autoridad de esas fuerzas en favor del secretario general de las Naciones Unidas (que ya tiene una plantilla de 80 generales trabajando en cuestiones de planificación). 

•La confiscación de todas las armas de fuego que están en manos privadas. 

Esta ley se enseña y se explica en la National War College y las distintas academias militares de las Fuerzas Armadas de EE. UD. El Nuevo Orden Internacional requerirá de un ejército y seguramente, nosotros, la gente del mundo, nos veremos sujetos a la autoridad de tropas extranjeras bajo la bandera de la ONU, que adicionalmente tendrán el derecho de detenemos si no cumplimos con las normas del Nuevo Orden Mundial. Lector, le recuerdo nuevamente el artículo del doctor Wright de 1941 donde dice que «: .. el sistema se reservará el poder de castigar a las personas en determinados casos». Según los acuerdos, el comandante de este ejército debe ser siempre ruso! Véase más abajo la documentación que demuestra este hecho insólito. Recuerde, el Nuevo Orden Mundial ama el socialismo, no porque Rockefeller y compañía sean socialistas, sino porque será bajo un monopolio socialista que lo controlarán a usted y a todo el mundo. Ahora, debe darse cuenta de que los Rockefeller no planean compartir sus bienes con usted, sino más bien que usted comparta sus bienes con ellos, como verá en el próximo capítulo sobre los Rockefeller y la Comisión Trilateral. El juego consiste en unir en un Gobierno Mundial Único el capitalismo americano y el socialismo ruso. 

John Whitley, director de New World Order Intelligence Update, que ahora se ve obligado a ocultar su paradero, me ha dirigido la atención a las páginas y secciones más relevantes: la página 554; la página 555 (en la parte derecha de la misma define «desarme» como eliminación de las fuerzas de los Estados Unidos y hace un llamamiento a la restricción absoluta de las «armas mortales» en manos privadas); la página 557, secciones (a) y (d), donde de nuevo se requiere que los Estados Unidos eliminen sus Fuerzas Armadas; la página 558 trata de la «formulación de las medidas políticas» (por ejemplo, del cumplimiento de esos objetivos). George Bush dijo que el traspaso de autoridad al secretario general de la ONU estaba «en transición»; la Corte Suprema dictaminó que la constitución de EE. UU. y sus disposiciones estuviesen bajo el fuero de la ONU y las resoluciones de las Naciones Unidas. Y las Fuerzas Armadas de EE.UU. están actuando, en el ínterin, como «Policía Mundial». 

Las disposiciones de esta ley se hallan explicadas con más detalle en la Publicación 72-77 del Departamento de Estado, también especificadas de forma completa en el documento de 35 páginas que lleva por título «Programa para la carrera hacia la paz» de la Agencia para el Control de las Armas y el Desarmamento (Publicación Núm. 4, Serie General Núm. 3, mayo de 1962). Puede parecer todo increíble, pero allí está, ¡en negro sobre blanco! Las implicaciones son impresionantes, y el continuo cierre de bases militares por todo EE. UU. adquiere una nueva perspectiva cuando se ve la agenda a seguir que dicta la ley al gobierno de EE.UU. (una ley canadiense de 1995 requiere que en Canadá se registren los 7 millones de rifles y demás armas antes de 2004). Según el último informe público de la Comisión de Armas de Fuego de Canadá, esto es, el de 2003, -se han registrado ya 6.818.073 armas de fuego restringidas, no restringidas y prohibidas, de acuerdo con la Ley de Armas de Fuego. La persona que no cumpla con esta obligación habrá cometido un grave delito. Muchos canadienses y estadounidenses ven, acertadamente, este hecho como el preludio a la confiscación de armas al por mayor. 

Desde su creación, el North American Free Trade Agreement (Tratado de Libre Comercio, TLC o NAFTA en sus siglas en inglés) entre EE. UU., México y Canadá, por el cual las tres naciones constituyen una unión aduanera a imagen y semejanza de lo que fue la Comunidad  Económica Europea durante sus tres primeras décadas  de existencia, ha sido una pequeña pero vital parte de algo mucho más grande, ¡primero de la Unión Continental y después del Federalismo Mundial! (véanse los apéndices sobre las reuniones del Club Bilderberg). 

John Whitley me ha advertido que no me deje confundir por el término Formulación de Políticas de la página 558 del volumen 9 del Código de EE. UU. de 1982. Según Whitley y varias fuentes independientes dentro de la CÍA, «fue reescrito en 1963 para pacificar a los objetores y prohíbe la retirada de armas de fuego a la población o la reducción de la fuerza armada nacional "a no ser que se lleve a cabo en conformidad de un tratado al que llegue el presidente o sea autorizado por el Congreso!"». Los fueros de la ONU son considerados como un tratado vinculante, así que todo lo que se requiere es una resolución de la ONU o una ley del Congreso que prohíba el armamento de los «ciudadanos». El padre de George Bush, Preston, ayudó a que el Congreso aprobase esta ley (87-297). 

Cuando Alger Hiss que en 1945 acudió a la Conferencia de Yalta, donde trabajó en la negociación de lo que iban a ser las Naciones Unidas y ejerció como secretario general temporal de las Naciones Unidas y como presidente de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, una organización que ha estado presente en todos los encuentros Bilderberg-, tras pasar 44 meses en prisión condenado por actividades de espionaje soviético, fue puesto en libertad en noviembre de 1954, montó las Naciones Unidas con sus colegas del Departamento de Estado de los EE. UU. y creó el Departamento de Asuntos sobre Seguridad y Política de la ONU, que tendría jurisdicción sobre todas las operaciones militares futuras de la ONU, lo cual puede verse escrito en la letra pequeña de las leyes y regulaciones (véase http://www . un.org/Depts/dhl/landmark/pdf/apv35.pdf) que gobiernan la ONU. Durante los últimos 45 años, una intensa propaganda a favor de la ONU ha convencido a muchos estadounidenses (y a muchas otras personas) de que las palabras «Paz» y «Naciones Unidas» son virtualmente intercambiables. Lo paradójico es que en ella se halla la norma de que el jefe de este departamento de la ONU será siempre un ciudadano soviético, militar o persona designada por los soviets. Y así ha sido durante los primeros  53 años. 

Desde  1946,  cuando en el 35 Encuentro Plenario que tuvo lugar el jueves 24 de octubre de 1946, fuera escogido Arkady Sobolev, 14 comunistas han presidido este puesto vital en la ONU, esto es, el de vicesecretario general del Departamento de Asuntos de Política y Seguridad. 

Todos eran ciudadanos soviéticos, excepto Kieran Prendergast, miembro del Club Bilderberg (Tumberry, Escocia, 1998). «y si piensas que el ejército de la ONU será benigno -me advirtió John Whitley -  cambiarás rápidamente de opinión cuando las tropas de la ONU bajo, en última instancia, una dirección rusa se planten en tu vecindario para suprimir cualquier oposición al sistema, detener a los disidentes o "restaurar el orden" bajo el Nuevo Orden Mundial» 

¡Y eso no es todo, sin embargo! Según un informe de la Environmental Conservation Organization de enero/febrero de 1996, «la Comisión sobre el Gobierno Global cree que los eventos mundiales, desde la creación de las Naciones Unidas en 1945, junto con los avances de la tecnología, la revolución de la era de la información y la nueva conciencia medioambiental global, crearán" un clima en el que la gente de todo el mundo reconocerá la necesidad y los beneficios de un Gobierno Global. El Gobierno Global sigue un procedimiento concreto y tiene unos objetivos concretos para los que  emplea toda una variedad de métodos, ninguno de los cuales le ofrecen al gobernado la oportunidad de votar "sí" o "no" a lo que se decide. Las decisiones las toman los cuerpos administrativos o los cuerpos de delegados "asignados" o las organizaciones civiles secretas "acreditadas" y, de hecho, ya están aplicando muchas de las recomendaciones publicadas por la Comisión. El Gobierno Global se basa en la creencia de que el mundo está preparado para aceptar "una ética civil global" basada en "un conjunto de valores fundamentales que pueden unir a las gentes de todas las procedencias culturales, políticas, religiosas o filosóficas"». Para una lectura impresionante sobre el tema véase Our Global Neighborhood (Nuestro vecindario global), Oxford University Press, 1995,410 págs. 

«Se darán algunas afirmaciones particulares de la identidad nacional que serán, en parte, una reacción contra la globalización, la homogeneización, la modernización y la secularización. Sean cuales fuesen las causas, el sello común que las caracteriza es la intolerancia». La responsabilidad personal y el logro individual se enfrentan al valor del «respeto mutuo», según sugiere The Robert Muller School World Core Curriculum Manual, escrito por Robert Muller, rector de la Universidad de la ONU y ex vicesecretario general de tres secretarías generales de la ONU. Muller dice: «La idea de crear esta escuela surge del deseo de proporcionar a los estudiantes experiencias que les permitan convertirse en ciudadanos auténticamente planetarios a través de una educación de enfoque global.» El primer principio del currículo es: «Promover el crecimiento de las ideas grupales, de tal manera que el bienestar, la buena voluntad, el entendimiento y la interrelación grupal reemplacen a todos los objetivos limitados y centrados a las personas; para llegar a una consciencia grupal.» Lo que significa que en ese futuro global no habrá sitio para aquellos que no se adhieran a las ideas grupales; esto es lo mismo que decir que sólo habrá esclavos, borregos y ninguna persona libre. 

Pero todavía se pone peor la cosa; en la Conferencia Global de 1998 sobre Gobierno Global, la Comisión hizo públicas unas propuestas que tenían que aplicarse hacia el año 2000 (con un plazo ampliado hasta el 2007). Entre esas recomendaciones se cuentan propuestas específicas  para ampliar la autoridad de las Naciones Unidas sobre: 

•impuestos globales; 

•un Ejército de la ONU (conseguido: Kosovo, Nigeria, misiones en África Occidental, etcétera); 

•un Consejo de Seguridad Económica; 

•una Autoridad sobre Asuntos Globales comunes; 

•la anulación del derecho de veto por parte de los miembros pennanentes del Consejo de Seguridad; 

•un nuevo Cuerpo Parlamentario de representantes de la llamada «sociedad civil» (ONG), aprobado en un informe provisional sobre «Nuevas Disposiciones Institucionales», tema del Fórum del Milenio de ONG de diciembre de 1999, William Pace, World Federalist Movement;

•un nuevo Consejo de Demandas, cuyo papel será reforzar la participación de las ONG; 

•un nuevo Tribunal de Justicia Criminal (un cuerpo que dirima las disputas entre naciones, conseguido en julio de 1998 en Roma); 

•el establecimiento de un Tribunal Criminal Internacional, un tribunal permanente que persiga a aquellos que cometan genocidios, delitos contra la humanidad y crímenes de guerra (conseguido en 2002); 

•acatamiento de los veredictos vinculantes del Tribunal Internacional de Justicia; 

•ampliar la autoridad del secretario general. 

Estas propuestas reflejan el trabajo de muchos años de docenas de diferentes agencias y comisiones, pero es ahora cuando la Comisión para el Gobierno Global está avanzando más en ellas, como se aprecia en su informe, Nuestro vecindario global? acerca del futuro papel de la ONU como Supergobierno Global. 

Nuestro vecindario global presenta eufemísticamente este revolucionario principio: «La soberanía y la inviolabilidad territorial de los Estados-naciones han sido firmes premisas del Sistema Mundial. Los Estados las han tenido por fundamentales para la protección de su independencia y su legitimidad. Los estados pequeños y menos poderosos, en particular, han visto en' estos principios su principal defensa contra países más poderosos y depredadores  y  han  pedido  a  la  comunidad  mundial que preserve  estas normas. 

»En un mundo cada vez más interdependiente en el que las viejas nociones de territorialidad, independencia e intervención han perdido parte de su significado, estos principios tradicionales necesitan adaptarse. Las naciones se ven forzadas a aceptar que en ciertos campos la soberanía tiene que ser ejercida colectivamente, especialmente en relación a asuntos' comunes. El principio de soberanía debe ser adaptado de manera que armonice los derechos de los estados con los derechos de la gente y los intereses de las naciones con los intereses de la Comunidad Global.» 

¿Empieza a ver cuál es la pauta aquí?' Los gobiernos ya no ejercerán el control de nada significativo, a no ser que la ONU les permita compartir la gobernanza. Antes, si alguien te invadía, podías esperar que la Comunidad Mundial viniese en tu rescate; pero, ahora, si intentas salirte del nuevo Sistema Globalizador o defiendes posturas diferentes, será la misma comunidad mundial la que llevará a cabo la invasión, ¡Eso es lo que significa soberanía ejercida colectivamente! ¿Por qué? Porque usted forma parte de un Estado Global que sólo responde a un poder, el de las Naciones Unidas. Y, los estados, debilitados hasta el punto de la no resistencia, estarán ocupados explicando a sus ciudadanos que la gente es más importante que los estados, calificándose a sí mismos de meras «naciones». Oh, ¡bienvenida sea la Comunidad Global! 

Junto con sus recomendaciones de desarme global-excepto para la ONU, que mantendrá una impresionante, leal y fuertemente armada Fuerza de Reacción Rápida, léase Nuevo Ejército Mundial, que dejará a los estados militarmente indefensos frente a las agresiones internacionales que se perpetren bajo el disfraz de «Policía del Mundo»--, encontramos en Nuestro vecindario global la siguiente tranquilizadora recomendación: «Debemos luchar por asegurar que la Comunidad Global del futuro se caracterice por la ley y no por la carencia de leyes; por leyes que todos debemos respetar... que nadie, ni siquiera el más poderoso, esté por encima de la ley. La ausencia de un Tribunal Criminal Internacional desacredita la ley ... nos gustaría que se instituyese con la máxima prioridad un Tribunal Criminal Internacional. También deben reforzarse los poderes de seguridad del Sistema Legal Internacional. En los últimos años se ha hecho evidente la necesidad de un seguimiento eficiente del cumplimiento de la ley. Un paso adelante es hacer que la ley internacional pueda aplicarse en tribunales locales.

En nuestro Vecindario Global todos debemos vivir según una nueva ética apuntalada en la cultura de la ley. Si, por alguna razón, se incumple la ley, el Consejo de Seguridad de la Corte Mundial aplicará las medidas legales internacionales correspondientes.» 

Y, lector, no habrá posibilidad de salirse del sistema, porque: «En un mundo ideal, la aceptación de la jurisdicción obligatoria de la Corte Mundial será un requisito para ser miembro de la ONU.» 

Y si usted es un disidente, un rebelde, un «fuera de la ley» en nuestra nueva Comunidad Global, recuerde que, «podrá correr, pero no se podrá esconder. ¡En el próximo IV Reich, se dedicarán todos los esfuerzos necesarios para la comprobación y obtención de la conformidad en todo lugar!». 

Y, ¿quién pagará por todo ello? Por supuesto, usted. Nada es gratis en esta hermosa nueva comunidad, a excepción de muchas nuevas responsabilidades impuestas a la fuerza, a cambio de un escaso puñado de derechos que, de hecho, ya disfrutábamos antes de que el Gobierno Mundial nos los arrebatase, como se dice explícitamente en Nuestro vecindario global: «Debemos empezar a cambiar el funcionamiento del financiamiento global para propósitos globales, entre los que se incluyen el uso de recursos globales como las rutas de vuelo, las marítimas, las zonas de pesca y la recaudación de impuestos globales.

Todo bajo acuerdos globales, que se aplicarán por medio de tratados. Debemos estudiar la posibilidad de un impuesto internacional sobre las transacciones de moneda extranjera y la creación de un impuesto internacional para empresas multinacionales. Es hora de que desarrollemos un consenso sobre los impuestos globales para satisfacer las necesidades de la Comunidad Global.» 

Justo cuando pensábamos que ya habíamos visto suficiente, aparece otra sorpresa en la aldea global definida por los estatutos de Nuestro vecindario global. La idea de propiedad privada' es excesiva para el Nuevo Orden Mundial. La riqueza debe compartirse con el resto del planeta. ¿Exactamente qué riqueza cree usted que los Rockefeller y compañía van a compartir? Ciertamente, no la suya.  ¡Lo que es suyo es suyo y lo que es de usted es de todo el mundo! Nuestro vecindario global es ahora la autoridad absoluta en temas globales, otro paso significativo en la creación de una nueva forma de gobierno. De acuerdo con el informe de la Environmental Conservation Organization de enero/febrero de 1996, «The Commission on Global Governance» vemos que un «miembro de la sociedad civil debidamente cualificado» significa un representante de una ONG acreditada. El estatus de ONG es elevado incluso más allá, según recomienda la Comisión. Como se verá a continuación, el objetivo último es suprimir la democracia. Entre las actividades de las ONG se incluye la agitación a nivel local, la agrupación por intereses a nivel nacional, la elaboración de estudios para justificar los impuestos globales a través de ciertas organizaciones de la ONU como Global Plan. La estrategia es avanzar hacia el Objetivo del Gobierno Global con programas para desacreditar a individuos y organizaciones que provoquen «presión política interna» o «acciones populistas», que no apoyen a la nueva ética global. 

«Aquí, sin embargo, por primera vez, se les da a los activistas mcdioambientales, elegidos a dedo, una posición de autoridad gubernamental en la agencia que controla el uso de la atmósfera, el espacio exterior, los océanos y, en general, la biodiversidad. Esta invitación de participación de la "Sociedad Civil" en el Gobierno Global se describe como una ampliación de la democracia.» 

En el número de enero/febrero de 1996 de la revista Eco-logic se explica que «el programa medioambiental de las Naciones Unidas, junto con todos los tratados medioambientales bajo su jurisdicción, serán, en último extremo, gobernados por un cuerpo especial de activistas medioambientales, escogidos sólo entre ciertas ONG acreditadas. Estas ONG serán seleccionadas por delegados de la Asamblea General que, a su vez, serán elegidos por el presidente de los Estados Unidos». La Comisión dice: «El paso más importante que debe tomarse es conceptual. Ha llegado la hora de que nos demos cuenta de que la seguridad del planeta es una necesidad universal que debe atender el sistema de las Naciones Unidas.» 

Para asegurarse de que la participación de las ONG se convierte una ventaja, la Comisión recomienda la creación de «un nuevo "Derecho    de    Petición"    disponible    por    la    sociedad     civil  internacional». Esta recomendación sugiere la creación de un Consejo de Peticiones, que se definee como «Un grupo de alto nivel de cinco a siete personas, independientes de gobiernos y seleccionados por su capacidad personal. Serán nombrados por la Secretaría General con la aprobación de la Asamblea General. Debe tratarse de un Consejo que mantenga en fideicomiso la "seguridad de la gente" y hará recomendaciones a la Secretaría General, al Consejo de Seguridad y la Asamblea General». Un informe de enero/febrero de 1996 de la Organización para la Conservación del Medio Ambiente afirma que «este nuevo mecanismo proporciona una vía directa de comunicación entre los afiliados de base de las ONG nacionales e internacionales y los niveles más altos del Gobierno Global». Y concluye con este ejemplo: «La Greater Yellowstone Coalition, un grupo de ONG afiliadas, hizo recientemente la petición al Comité del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco de intervenir en los planes de una empresa privada para explotar una mina de oro en terrenos privados cerca del parque de Yellowstone. El comité de la Unesco intervino e inmediatamente calificó al parque de Yellowstone de "Patrimonio Mundial en Peligro". Bajo los términos de la convención del Patrimonio Mundial, los Estados Unidos tienen que proteger el parque, incluso más allá de los límites del mismo, sobre terrenos privados si es necesario.» Esta información fue confirmada independientemente por tres fuentes que no se conocían mutuamente; una trabaja para Human Rights Watch, otra había trabajado en la administración Clinton y la tercera, un periodista con contactos en las Naciones Unidas. 

Sólo se permitirá participar en la adopción de estrategias a las ONG «acreditadas» y a sus afiliados. Y, más importante aún, sólo 10 serán los delegados nombrados por el presidente de los Estados Unidos, controlado por la Asociación Rockefeller-CFR-Bilderberg. 

Las conclusiones del informe de la Environmental Conservation Organization de enero/febrero de 1996 son escalofriantes: «La maquinaria de Gobernancia G16bal de las ONG ya está en funcionamiento en Estados Unidos. Su actividad incluye la agitación a nivel local, la agrupación por intereses a nivel nacional, la elaboración de estudios para justificar los impuestos globales y el pago de anuncios de televisión que elevan la imagen de la ONU.» La  estrategia para acelerar el Gobierno Global incluye programas para desacreditar a individuos y organizaciones que provoquen una «presión política interna» o «acciones populistas», que no apoyan la nueva ética global. Los medios de comunicación nacional, controlados por CFR/Bilderberg, han estado pintando sistemáticamente a las voces críticas como extremistas de extrema derecha y fanáticos de las milicias. «Las voces que hablan ahora en representación de todos los estadounidenses ante las Naciones Unidas apoyan a las fuerzas que quieren acabar con la soberanía nacional y hacer de la libertad individual y los derechos de propiedad privada reliquias del pasado. Si las voces que, en estos momentos, están representando a los Estados Unidos continúan trabajando con exito por el Gobierno Global, el mundo estará abocado sin remedio a una transformación social más radical que la Revolución Bolchevique en Rusia.» 

El párrafo final del artículo pone los pelos de punta a cualquier amante de la libertad: «Las recomendaciones de la comisión sobre Gobernancia Global si se aplican, llevarán a todos los pueblos del mundo a una Comunidad Global dirigida por una burocracia de amplitud universal, bajo la autoridad directa de un puñado de sujetos nombrados a dedo, con un brazo ejecutor formado por miles de individuos pagados por unas ONG acreditadas, que apoyen determinado sistema de creencias, por muy increíble e inaceptable que resulte para mucha gente.» El objetivo último de todo ello es suprimir la democracia. 

¿Cómo se siente ahora que conoce los planes futuros de la asociación Rockefeller-CFR-Bilderberg-ONU? Y, por cierto, no se o/vide de que el agua y el aire son «Recursos Globales», como lo es el espacio vital; en estos momentos los obtiene de forma gratuita, o prácticamente gratuita. Pero prepárese para el día en que tenga que pagar un impuesto por cultivar tomates en su propio jardín: ese suelo es un «Recurso Global»; ¡le pertenece al planeta, no a usted! La naturaleza de los impuestos es crecer y crecer, aunque su efecto sea el de empobrecemos a todos. Si piensa que su nivel de vida ya: ha bajado, espere a que esos nuevos impuestos golpeen su bolsillo. Muy pronto estará pagando un alquiler, a través de una plétora de impuestos globales, sólo por vivir sobre la Tierra.

«Pero -debe estar pensando-, si las cosas se ponen realmente mal, habrá una revolución. Y antes de que llegue a la conclusión de que cualquier programa como ése sería vehementemente rechazado por un electorado estadounidense muy enfadado, recuerde que, en el momento en que se aplique el programa, la ONU tendrá un ejército preparado para saquear Estados Unidos.» 

«La importancia de la seguridad de la gente requiere que el mundo estudie el tema de la cultura de la violencia en la vida cotidiana, lo cual es una importante fuente de inseguridad para las personas de todo el planeta. La cultura de la violencia, tan patente en la vida cotidiana, especialmente contra mujeres y niños, o en las pantallas de la televisión, es una auténtica infección tanto en los países industriales como en los que están en vías de desarrollo, ya sean ricos o pobres, aunque se lleve a cabo de diferente manera. Debemos realizar un importante esfuerzo, a nivel local e internacional, para invertir esta tendencia y cultivar las semillas de una cultura de la no violencia. Por lo tanto, recomendamos fervientemente que se lleven a cabo iniciativas para proteger la vida individual, animando al desarme de los civiles, creando una atmósfera de seguridad en todos los vecindarios.» Gary Alien, en El expediente Rockefeller, explicaba así lo que sucedió hace más de cuarenta años: «El mismo mes que salió a la luz la Publicación 7277 del Departamento de Estado, el Congreso creó la Agencia para el Desarme y el Control de Armas. En 48 horas, la nueva -agencia presentó su Plan de Desarme a las Naciones Unidas.

Naturalmente, era una copia a carbón de la propuesta soviéticaCFR presentada un año antes a la ONU por los comunistas. Mientras la televisión y los periódicos habían estado cacareando incesantemente sobre el desarme, no se dijo ni una palabra sobre la otra cara de la moneda: ¡todas estas propuestas iban dirigidas a la creación de un Ejército de las Naciones Unidas!» 

En octubre de 1968, la Agencia para el Desarme publicó una. revisión de la propuesta titulada: «Control armamentístico y seguridad nacional», que declaraba: «Desde 1959, el objetivo final de las negociaciones ha sido el desarme general y completo, por ejemplo, la eliminación total de todos los ejércitos y armamento, a excepción de lo necesario para mantener el orden interno dentro de 

los estados y dotar a las Naciones Unidas de una Fuerza de Paz [..] mientras se lleve a cabo la reducción de armas, se establecerá y desarrollará una Fuerza de Paz de la ONU que, en el momento en que se complete el plan, será tan poderosa que ninguna nación podrá amenazada.» Fíjese en que el documento dice «desde 1959». La Agencia para el Desarme y el Control de Armas no fue creada hasta septiembre de 1961. Pero fue el 25 de noviembre de 1959 cuando se elaboró el Estudio No. 7 del CFR, «que describe los verdaderos objetivos de la organización transmitiendo su contenido a los soviets». Esto es 10 que decia: « ... construir un Nuevo Orden Internacional [que] dé respuesta a las aspiraciones mundiales de paz [y] cambio social y económico [ ... ] un orden internacional [ ... ] que incluya a los estados que se llaman a sí mismos socialistas». 

¿Por qué? Porque el objetivo del CFR, desde su creación, ha sido debilitar la capacidad defensiva de Estados Unidos permitiendo que los soviéticos los «alcanzasen». Esto creará las condiciones favorables para un monopolio, propiedad del combinado BilderbergCFR-Rockefeller, con sus liderazgos entrelazados y sus beneficios acumulativos. 

Según una persona que ha sido miembro del CFR durante 15 años, el contraalmirante Chester Ward, antiguo juez de la Marina y abogado de 1956 a 1960 y autor del libro de 1975 Kissinger on the Couch, los objetivos globales de Bilderberg-CFR son: «Las camarillas más poderosas de esos grupos elitistas tienen un objetivo en común: quieren acabar con la soberanía y la independencia nacional de los Estados Unidos [ .. .]. La mayor parte de los miembros del CFR son ideólogos del Gobierno Mundial Único cuyos objetivos a largo plazo fueron resumidos en el Documento 72-77 del Departamento de Estado de septiembre de 1961: [ ... ] la eliminación total de todos los ejércitos y armamento, a excepción de 10 necesario para mantener el orden interno dentro de los estados y dotar a las Naciones Unidas de una Fuerza de Paz [ ... ] en el momento en que se complete el plan, [el" Gobierno Global de la ONU] será tan poderoso que ninguna nación podrá amenazado. Ese objetivo de conseguir el desarme y la pérdida de soberanía e independencia nacional de EE. UU, para establecer un gobierno mundial todopoderoso, es el único objetivo revelado al 95 % de los 1.551 miembros del CFR [en 1975].

Existen otros dos propósitos ulteriores del CFR, pero es improbable que lo sepan más de 75 miembros o que esos propósitos hayan sido nunca puestos por escrito.» 

Secretarios de defensa del CFR 

La Ley de Seguridad Nacional de 1947 estableció la oficina del Secretario de Defensa.

Desde 1947 ha habido 14 secretarios de defensa pertenecientes al CFR y/o la Comisión Trilateral. 

Desde 1940, todos los secretarios de Estado de EE. DU. (excepto el gobernador James Byrnes de Carolina del Sur) han sido miembros del CFR y/o su hermano menor, la Comisión Tri1ateral. También desde 1940, todos los secretarios de Guerra o de Defensa han sido miembros del CFR. Prácticamente, desde hace ochenta años, todos los consejeros clave de Seguridad Nacional y Asuntos Exteriores de Lista secreta de miembros del CFR en el Ejército: [Nota: las implicaciones de la siguiente lista son asombrosas. ¿Se da usted cuenta de que casi todos los generales, almirantes, vicealmirantes, coroneles y capitanes de la Junta General de Mandos del Ejército, el grupo de veteranos de guerra con cuyo consejo el presidente decide todas las iniciativas militares, está en manos y bajo control de la organización asociada al Club Bilderberg, el CFR]. El general David Jones, el vicealmirante Thor Hanson, el lugarteniente general Paul Gorman, el mayor general R. C. Bowman, el brigadier general F. Brown, el lugarteniente coronel W Clark, el capitán Ralph Crosby, el almirante Crowe, el coronel P. Dawkins, el coronel W. Hauser, el coronel B. Hos-mer, el mayor R. Kimmitt, el capitán F. Klotz, el general W. Knowlton, el vicealmirante J. Lee, el capitán T. Lupter, el coronel D. Mead, el mayor general Jack Merritt, el general E. Meyer, el coronel E. Odom, el coronel L. Olvey, el coronel K. Osborn, el mayor general J. Pustuay, el capitán P. A. Putignano, el lugarteniente general E. L. Rowny, el capitán Gary Sick, el mayor general J. Siegal, el mayor general Dewitt Smith, el brigadier general Perry Smith, el coronel W. Taylor, el mayor general J. N. Thompson, el vicealmirante C. A. H. Trost, el almirante S. Tumer, el mayor General J. Welch. 

El secretario del Tesoro es el principal consejero económico y financiero del gobierno y es nombrado por el presidente de los Estados Unidos. 

Los siguientes secretarios del Tesoro son miembros del CFR: 

Robert B. Anderson (Eisenhower), Douglas C. Dillion (Kennedy/Johnson), Henry Hamill Fowler (johnson), David M. Kcnnedy y George P .. Schultz (Nixon), William Edward Simón (Nixon/Ford), W Michael Blumenthal (Cárter), G. William Miller (Cárter), James A. Baker III(Reagan), Nicholas F. Brady (Reagan/Bush), Lloyd M. Bentsen (Clinton), Robert E. Rubin (Clinton), Paul H. O'Neill (G. W. Bush), John W Snow (G. W.Bush). 

El secretario del Tesoro confía en gran medida en la información clasificada que recibe del Consejo de Seguridad Nacional.

Dicha información clasificada le permite al Departamento del Tesoro contribuir «a la consecución de los objetivos de la Segundad Nacional y a generar el clima de opinión que Estados Unidos pretende conseguir en el mundo», explica el doctor Richard J. Boylan, científico conductista, profesor asociado (emérito) e investigador en el número de verano de 2001 de True Democracy. 

El difunto Gary Alien, uno de los mejores periodistas de investigación estadounidenses, escribió en El expediente Rockefeller: «Los Rockefeller han hecho del Departamento del Tesoro una auténtica sucursal del Chase Manhattan Bank.» 

Todos los miembros de la Corte Suprema han sido o nombrados por presidentes miembros del CFR o presidentes cuyas decisiones estaban influidas por cien o más miembros del CFR de su gabinete que trabajaban juntos (en lo que se ha llamado «El Grupo Especial» o «El Equipo Secreto»). Cuando se retira un juez del Tribunal Supremo, el presidente designa a una persona para reemplazarlo. Como regla general, el designado refleja las creencias políticas y religiosas del presidente que lo nombra. Seguramente sorprenda, una vez más, al público en general que aunque aparentemente sea un presidente republicano o demócrata quien escoja al juez, con la aprobación del Congreso de los Estados Unidos, la realidad es muy distinta. ¿Y si le dijesen que el presidente no escoge en realidad al juez, sino que le indican claramente a quién poner en el cargo, se fiaría usted del sistema judicial estadounidense? ¿Qué opinión le merecería una institución como la Corte Suprema, el último garante de sus derechos individuales, si supiese que sus miembros trabajan para los intereses del CFR? A través de los jueces escogidos por el Ejecutivo del Gobierno de los Estados Unidos, controlado por el CFR, la Corte Suprema promociona las decisiones que van a favor del CFR y la opinión general que quieren imponer en el mundo. El decisivo caso de Roe contra Wade que permitió el derecho al aborto de las mujeres fue decidido por nueve jueces escogidos por presidentes pertenecientes al CFR.7 

El CFR y las operaciones psicopolíticas 

Según el Volante número 525-7-1 del Departamento de Defensa, «el  arte  y  la  ciencia de las operaciones psicológicas», el «secretario  de Defensa es el principal asistente del presidente en todas las materias relacionadas con el Departamento de Defensa y ejerce la dirección, la autoridad y el control del Departamento. El secretario de Defensa es miembro del Consejo Nacional de Seguridad. Entre los asistentes militares y consejeros civiles del secretario, se encuentra su asistente para Asuntos de Seguridad Internacional, que tiene responsabilidades sobre las operaciones psicológicas.

Hadley Cantril, un exitoso sociólogo e investigador de la década de 1940 explicó en su libro de 1967, The Human Dimensión:  Experiences in Policy Research, publicado por la Rutgers University Press, lo siguiente: «Las operaciones psicopolíticas son campañas de propaganda que usa el CFR y el Club Bil-derberg y que están diseñadas para crear tensiones perpetuas y manipular a los diferentes grupos de personas para aceptar el particular clima de opinión que quieren imprimir en el mundo.» 

«Lo que la mayoría de los estadounidenses creen que es la "opinión pública" es, en realidad, una propaganda cuidadosamente elaborada y orquestada para provocar determinada respuesta conductual en el público», explica Ken Adachi, editor de la excelente página web www.educate-yourself.org; esto es, conseguir que la gente se comporte de la manera que a uno le interesa convenciéndola de que todo ello es en su interés. Las encuestas de opinión pública son estudios cualitativos que investigan en profundidad las motivaciones, los sentimientos, las reacciones de determinados grupos sociales con respecto a su aceptación de los programas planificados por el CFR. La aplicación de la propaganda y la manipulación de la" opinión pública (con técnicas de control mental) es ejecutada en los Estados Unidos por más de 200 think tanks (grupos de generación de ideas políticas) como la Corporación RAND, la Corporación de Investigación para la Planificación, el Instituto Hudson, el Instituto Internacional para las Ciencias del Comportamiento Aplicadas, la Fundación Heritage y el Instituto Brookings, «supervisados y dirigidos por la principal organización de control mental del Nuevo Orden Mundial en Estados Unidos, el Instituto de Investigación Stanford (SRI) de Menlo Park, California», explica Ken Adachi, hecho que confirma independientemente el doctor John Coleman, un ex agente secreto del MI6 con acceso a material secreto y autor de Conspirators Hieranhy: The store of the Committee of 300. 

Esto es lo que el doctor John Coleman escribe: «El Instituto Tavistock opera en la actualidad a través de una red de fundaciones en EE. UD. que maneja 6 mil millones de dólares al año. Todo ese dinero procede de los impuestos de los contribuyentes estadounidenses. Existen diez instituciones bajo su control directo, con 400 sucursales y 3.000 grupos de estudio y think tanks, que dan lugar a muchos tipos de programas para incrementar el control del Orden Mundial sobre el pueblo estadounidense. El Instituto de Investigación Stanford, junto con el Instituto Hoover, es una institución de 3.300 empleados y un presupuesto de 150 millones de dólares al año. Lleva a cabo programas de vigilancia para Bechtel, Kaiser y otras 400 empresas e importantes operaciones de inteligencia para la CÍA. Es la institución más grande de la Costa Oeste en el campo del control mental y las ciencias de la conducta.» 

El Instituto RAND, fundado por Rockefeller, y el Institúto Tavistock (en Inglaterra: 30 Tabernacle Street, London EC2A 4DD), financiado por Rockefeller, investigan la «dinámica de la evolución», esto es, la lógica detrás del porqué la gente de diferentes procedencias culturales, intereses, lealtades y niveles informativos mantienen cierta opinión. Los elitistas del poder lo llaman «la Ingeniería del Consentimiento». Como dice claramente el doctor John Coleman en su libro citado: «Todas las técnicas de las fundaciones estadounidenses y el Tavistock tienen un único objetivo: acabar con la fuerza psicológica del individuo y hacerla incapaz de oponerse a los dictadores del Orden Mundial.» 

En 1991, B. K. Eakman publicó Educando para el Nuevo Orden Mundial,  un libro sorprendentemente revelador que desenmascara a las fuerzas   que moldean la educación estadounidense para llevamos a todos, en última instancia, a un futuro orwelliano. En el libro, Eakman escribe: «Las diversas políticas específicas de RAND que han llegado a ser operativas incluyen medidas sobre asuntos nucleares, análisis de empresas, cientos de proyectos militares y programas para alterar la mente mediante drogas como el peyote y el LSD» (la encubierta operación MKULTRA, creación de Richard Helms, que más tarde sería director de la CÍA, es el nombre codificado del programa de investigación de control mental de la CÍA desde la década de 1950 a la década de 1970. Los «médicos», comandados por el psiquiatra Ewen Cameron y ex científicos nazis, usaron algunas de las técnicas investigadas por los «doctores» nazis, como el electrochoque, la privación del sueño, la implantación de recuerdos, la extirpación de recuerdos, la modificación sensorial y los experimentos con drogas psicoactivas. Lo más irónico del caso es que el doctor Cameron fue miembro del tribunal de Nuremberg contra los médicos nazis, que duró 20 años). 

El doctor Byron T. Weeks, coronel retirado de la Fuerza Aérea estadounidense, en una investigación excepcional, meticulosamente documentada, para www.edueate-yourself.org, explica que: «La ideología de las fundaciones estadounidenses fue creada por el Instituto Tavistock de Relaciones Humanas de Londres. En 1921, el duque de Bedford, marqués de Tavistock, cedió un edificio al Instituto para estudiar el efecto de los bombardeos en los soldados británicos durante la Primera Guerra Mundial. Su propósito era establecer el punto de ruptura de los hombres bajo el estrés, bajo la dirección del British Army Bureau of Psychological Warfare, comandado por sir John Rawlings-Reese.» 

En Conspirators' Hierarchy: The Store of  the Comité of 300, el doctor John Coleman explica que «una red de grupos secretos, la Sociedad Mont Pelerin, la Comisión Tlilateral, la Fundación Ditchley y el Club de Roma siguen las instrucciones de la red tavistock. 

En la edición de febrero de 1971 de una revista rusa con base en Moscú, lnternational Affair, se publicó un artículo titulado «Ways and Means of US Ideological Expansión» (Medios y maneras de expansión    ideológica     estadounidense), donde se explicaba el significado de esas operaciones: «Las operaciones psicopolíticas se subdividen en operaciones estratégicas psico-políticas, que enfocan la propaganda en pequeños grupos de personas, como académicos o expertos capaces de influir en la opinión pública, y operaciones tácticas psicopolíticas, que elaboran propaganda para las masas a· través de los medios de comunicación (por ejemplo, periódicos, radio, televisión, libros de texto, material educacional, arte, entretenimiento, etcétera).»9 «Ambas fonnas de propaganda son utilizadas para manipular a la opinión pública y obtener objetivos de política exterior en un período dado», escribe un grupo de expertos en un panfleto titulado «El arte y la ciencia de las operaciones psicológicas: casos prácticos de aplicación militar, volumen 1»*, publicado en 1976 por el Headquarters Department del Ejército Estadounidense. 

Thomas R. Dye, uno de los autores americanos más prolí-ficos sobre los entresijos del EE. UU. moderno escribe en «Who's Running America? Institutional Leadership in the United States» que «esta opinión es formulada por los miembros dominantes del CFR que pertenecen a un círculo más estrecho llamado "Grupo Especial" que planea y coordina las operaciones psicopolíticas utilizadas para manipular la opinión pública estadounidense. Utilizan una infraestructura oculta intragubernamental llamada "Equipo Secreto" que incluye a funcionarios legislativos, ejecutivos y judiciales de la secretaría del Estado, la secretaría de Defensa, la secretaría del Tesoro y la dirección de la CÍA; a las personas que controlan la televisión, la radio y los periódicos; a los presidentes de los grandes, gabinetes de abogados; a los directores de las universidades y think tanks más prestigiosos; a los presidentes de las fundaciones privadas y las empresas públicas más importantes».!! 

El «Equipo Secreto» del CFR sigue las mismas pautas organizativas que todas las sociedades secretas. El organigrama de la organización se estructura en CÍrculos dentro de Circulos y la capa exterior (el «Equipo Secreto») siempre protege a los miembros del Circulo doininante (el «Grupo Especial») que coordina las operaciones psicopolíticas. Los objetivos, las identidades y los roles desempeñados por los miembros de un «Equipo Secreto» permanecen ocultos, incluso entre ellos, y así el «Grupo Especial» del CFR se protege a sí mismo de hipotéticas acusaciones simplemente negando su participación en la operación. Para mayor seguridad, el CFR no revela a todos los miembros del Consejo qué operaciones psicopolíticas tiene preparadas o cuál es su papel exacto cn cada operación. El Club Bilderberg, más exclusivo, opera bajo los mismos criterios. 

El [CFR] está convencido de que « ... es inminente el control absoluto de la conducta [ ... ] sin que el género humano se dé cuenta de que hay una crisis al caer. La Asociación para la Supervisión del Desarrollo, del currículo de la Asociación Liberal de Educación Nacional, alaba la eficiencia de la sofisticada versión actual del antiguo proceso dialéctico hegeliano, el tuétano del sistema de lavado de cerebro soviético. Existen tres grandes reglas en la práctica de la influencia sobre· la conducta: primero, el engaño cuidadosamente elaborado debe contener algo de verdad; segundo, debe ser lo suficientemente enrevesado como para hacer imposible hallar pruebas y hechos tangibles. Esto se puede conseguir ocultándole infonnación clave al público. «La parte que se ha decidido obviar oculta infonnación elave que podría hacer que la opinión pública se opusiese a los planes del Consejo. En la operación rsicopolítica del Plan Marshall, Kennan apoyaba el plan y Lippmann estaba en contra. La parte de Kennan ganó, pero años después, en sus memorias, éste diría que, en retrospectiva, Lippmann estaba en lo cierto», escribe Dale Keiger, un escritor de la revista Johns Hopkins Magazine que cubre temas de humanidades, política internacional; y tercero, el uso del engaño no debería desacreditar una fuente que puede tener un valor potencial en el futuro, lo que significa que los medios, en gran medida propiedad de empresas controladas por el CFR, deben jugar la carta de la credibilidad. Con la ayuda de los medios de comunicación, por ejemplo, el CFR ha persuadido ya a elites de todo el mundo de que «el resurgir" del nacionalismo, el crecimiento de los fundamentalismos y la intolerancia religiosa» es una amenaza global. El CFR  crea  y  pone  en  marcha operaciones psicopolíticas manipulando la realidad de la gente a través de la «táctica del engaño», y colocando a miembros del Consejo en ambas partes de una discusión. El engaño es completo cuando el público llega a creer que se trabaja por sus intereses cuando, de hecho, lo que se lleva a cabo es simplemente la política del CFR. 

Puesto que el CFR controla los sistemas legales, legislativos y judiciales, no tiene nada que temer de ninguna «investigación oficial». Por lo tanto, no tiene ningún problema para hacer creer al público general, incapaz de percibir la magnitud del engaño, que se cumple la ley. Los funcionarios de justicia y los legisladores elegidos, apoyados y protegidos por el Consejo, están cometiendo descaradas ilegalidades para que los objetivos del CFR lleguen a buen puerto o para ocultar sus incorrecciones. Saben perfectamente que, si tales manejos saliesen a la luz pública, la gente de a pie podría ponerse en contra de los deseos del CFR. 

Según el Resumen Ejecutivo de la Investigación sobre el caso Irán-Contra del gobierno de los Estados Unidos, disponible en el US National Archives & Records Administration para los años 19861993: «En octubre y noviembre de 1986, el Gobierno de EE. UU. llevó a cabo dos operaciones secretas con actividades ilegales que implicaban a funcionarios de la Administración Reagan: la asistencia militar a las operaciones de la Contra nicaragüense durante el período de octubre de 1984 a octubre de 1986, cuando estaba específicamente prohibida dicha ayuda y la venta de armas estadounidenses a Irán, contraviniendo la política de EE. UU. sobre la materia de exportación de armamento. Esas operaciones recibieron el nombre del asunto Irán-Contra.» La Operación Irán consistió en la venta, en 1985 y 1986, de armas estadounidenses a Irán, a pesar del embargo sobre tales ventas, para obtener la liberación de rehenes estadounidenses retenidos en Oriente Medio. Las operaciones de la Contra, desde 1984 y la mayor parte de 1986, consistieron en el apoyo secreto a las actividades militares y paramilitares de la Contra en Nicaragua, a pesar de la prohibición expresa del Congreso. Las operaciones en Irán y en Nicaragua confluyen porque los fondos producidos por la venta de armas en Irán se dedicaron al apoyo a la Contra pero, aunque este «desvío de dinero sea la parte más espectacular del caso Irán/Contra, es importante destacar que ambas operaciones, separadamente, violaban la política y la ley de los Estados Unidos, esto es, la Ley de Control y Exportación de Armas». A finales de noviembre de 1986, funcionarios de la Administración Reagan anunciaron que «algunos de los beneficios de la venta de armas a Irán habían sido desviados a la Contra». Según la información del US National Archives & Records Administration para los años 1986-1993, disponible para el público, el informe del the Office of Independent Counsel, responsable de la investigación, dice que «es importante subrayar que las dos operaciones, Irán y contra, separadamente, violaron las leyes y política de Estados Unidos». 

El 26 de noviembre de 1986, el Fiscal General ordenó al FBI abrir una investigación sobre el episodio Irán/Contra. El 19 de diciembre de 1986, Lawrence Walsh fue elegido Consejero Independiente para llevar a cabo la investigación. Pero mi pregunta es: ¿Hizo Lawrence Walsh su labor como Consejero Independiente o él también formaba parte de una conspiración mucho más grande? En 1969, Walsh se integró en el equipo de Kissinger durante las conversaciones sobre Vietnam que tuvieron lugar en París. En 1981, Walsh trabajó para lino de los bufetes de abogados más antiguos de Oklahoma, Crowe y Dunlevy, fundado en 1902 para representar a compañías petrolíferas y aseguradoras dirigidas por miembros del CFR. 

Los miembros del «Grupo, Especial» del CFR, George H. W. Bush (vicepresidente), Donald T. Regan (Jefe del Gabinete del presidente), Elliot Abrams (asistente del secretario de Estado para Asuntos Exteriores), John Poindexter (consejero de Seguridad Nacional de EE.UU.), Casper Weinberger (secretario de Defensa), Robert M. Gates (subdirector de la CÍA), William J. Casey (director de la CÍA), y Robert C. McFarlane (asistente del presidente para Asuntos de Seguridad Nacional) aconsejaron a Reagan seguir con el Plan IránContra. El 24 de diciembre de 1992, según informa Associated Press, seis años después de que estallase el asunto Irán contra, aprovechando las Navidades y la consecuente falta de atención de los medios de comunicación, el presidente George H. W. Bush indultó a los miembros del CFR, Weinberger, McFarlane, Abrams, y a los tres jefes de la CÍA, Fiers, George y Clarridge. ¿Nadie se da cuenta de que hay  un  conflicto de  intereses  en  este perdón y de que los miembros del CFR que pertenecen al Departamento de Seguridad Nacional ya la Inteligencia han influido en la decisión del presidente de los Estados Unidos de América para desobedecer las leyes de un país con el objetivo de seguir los planes secretos del CFR a través de una enorme infraestructura oculta intragubernamental llamada «Equipo Secreto»? ¿Por qué la «prensa libre» no llevó este travestismo de la justicia a los hogares de América? La respuesta puede estar, como veremos, en que la prensa forma parte de la operación, parte del sistema del gobierno en la sombra. 

Como nota aparte, después de siete años de investigación que costaron millones de dólares a los contribuyentes americanos, sólo una persona, un don nadie de segunda fila, fue inculpado y enviado a prisión ... por no pagar sus impuestos. 

Una tercera «táctica del engaño» que ha usado el CFR para conseguir sus propósitos es financiar y «supervisar» estudios legítimos, llevados acabo por organizaciones respetadas, con el propósito expreso de manipular a la opinión pública mediante el uso inteligente del lenguaje. 

El CFR usa fundaciones, libres de impuestos, como principal conducto para financiar sus procesos de manipulación. Gracias a Thomas R. Dye, sabemos que casi el 40 % de los activos destinados a fundaciones estaban controlados por las 10-11 fundaciones más importantes, las cuales, a su vez, estaban controladas por el CFR. y continúa: «Los directores o síndicos tienen una gran libertad a la hora de usar el dinero de la fundación, para financiar investigaciones sobre problemas sociales, crear think tanks, ayudar a museos, etcétera.» 

Una cuarta «táctica del engaño» es el uso orwelliano del doble discurso. 

Rene Wonnser escribió en Foundations: Their Power and Influence que «el Instituto RAND para la Investigación de la Defensa Nacional es un think thank del CFR patrocinado por la Oficina del Secretario de Defensa y dirigido por el miembro del CFR, Michael D. Rich. Entre sus clientes se incluye el Pentágono, A T &T, Chase Manhattan Bank, IBM, el Partido Republicano, las Fuerzas Aéreas Estadounidenses,  el Departamento de   Energía de EE.UU. y la NASA. Las relaciones entre los síndicos de Randy las fundaciones Ford, Rockefeller y Carnegie es un ejemplo clásico del modus operandi de CFR-Bilderberg. La Fundación Ford donó un millón de dólares a Rand en 1952, en una época en la que el presidente de la Fundación Ford era simultáneamente el presidente de Rand».16 Dos tercios de la investigación de RAND están relacionados con temas de seguridad nacional y son, consecuentemente, clasificados como secretos. El tercio restante de la investigación de la Corporación Rand está dedicada al estudio del control de poblaciones (demografía aplicada). Una de las áreas clave del trabajo de Rand está relacionada con cómo desinformar y manipular a grandes cantidades de personas. 

En julio de 1992, influido por la incertidumbre de la disolución de la Unión Soviética y alarmado por los crecientes cambios en la Europa del Este, el Instituto RAND reunió a los mejores expertos mundiales para debatir sobre los problemas en el nuevo ambiente mundial. El documento resultante fue «revisado» para molde arlo a los objetivos de RAND y publicado en el informe de verano del instituto con el título «Peace-keeping and Peacemaking After trie Cold War». Según el informe, el secretario general de la ONU «define la construcción de la Paz como una acción posterior a los conflictos... El secretario general ha vinculado la diplomacia preventiva al despliegue de fuerzas militares preventivas». RAND subraya que, «la Secretaría General, en su Agenda por la Paz [ ... ] subraya la necesidad de que los gobiernos compartan información sobre situaciones políticas o militares y, al hacerla así, está pidiendo una mayor comunicación entre los Servicios de Inteligencia ... ». Una vez más, debo señalar que una de las cualidades más importantes de RAND es su capacidad para desinformar y manipular a grandes grupos de personas. 

En el artículo de la revista Johns Hopkins Magazine, «Una forma diferente de capitalismo», el escritor sobre temas internacionales y política pública, Dale Keiger, escribió: «En 1947, los miembros del CFR, George Kennan, Paul Nitze y Dean Acheson participaron en una operación psicopolítica para que el público estadounidense aceptase el Plan Marshall. El PSYOP incluía una carta "anónima" dirigida a Mr. X, que apareció en la revista Foreign Affairs del CFR.

La  carta abrió  la puerta para que la Administración Truman, controlada por el CFR, tomara serias medidas contra la amenaza de la expansión soviética. El público no llegó a saber que el autor de aquella carta era George Kennan. El Plan Marshall debería haber sido denominado el Plan del CFR. El llamado Plan Marshall y la subsiguiente OTAN, definieron el papel de los Estados Unidos en la política mundial para el resto del siglo.» 

El CFR y el Plan Marshall 

El Plan Marshall recibió su nombre en honor al discurso que dio el 5 de junio de 1947 el entonces secretario de Estado, general Marshall, en la Universidad de Harvard. Marshall propuso una solución a la desintegración económica y social a la que se enfrentaban los europeos en la posguerra de la segunda guerra mundial. Bajo su programa, los Estados Unidos proporcionarían ayuda para evitar el hambre en grandes zonas del continente, repararían la devastación en el menor tiempo posible e invitarían a los países europeos a integrarse en un plan cooperativo para su reconstrucción económica. Según el folleto disponible en la librería del Congreso de los Estados Unidos, «América también se benefició del plan desarrollando unos valiosos socios comerciales y unos aliados de confianza entre las naciones de Europa Occidental. Y más importantes fueron los muchos lazos de amistad individual y colectiva que se desarrollaron entre los Estados Unidos y Europa». 

Lo que se desconoce del Plan son sus implicaciones económicas.  Es decir, los requerimientos explícitos de que Estados Unidos se adhiriese a un liberalismo comercial y a un incremento de la productividad, «para asegurarse la americanización de Europa, ya que las élites políticas y económicas europeas quedaron ligadas a sus homólogos americanos, lo cual hacía imposible ningún desarrollo económico o político significativo sin la aprobación de EE.UU.», explica el periodista político británico Richard Greaves en su ensayo Who really runs the worid? 

La Fóreign Assistance Act de 1948 puso en pie la Agencia para la Cooperación Económica (ECA) que administraría el Programa de Recuperación Europea (PRE). Entre los años 1948-1951, en los cuales funcionó el Plan, el Congreso asignó 13,3 mil millones de dólares en ayudas a 16 países de Europa Occidental. 

El comentarista político Mike Peters, en un artículo de la revista Lobster 32 titulado «The Bilderberg Group and the pro-ject of European Unification», escribe: «Este ejercicio de generosidad internacional sin precedentes (calificado por Churchill como "el más noble acto de la historia") beneficiaba directamente a los propósitos económicos de las empresas estadounidenses orientadas internacionalmente que lo promocionaron. 

William Clayton (CFR), por ejemplo, el subsecretario de Economía, cuya gira por Europa y las cartas que enviaba a Washington desempeñaron un papel fundamental en la preparación del Plan, y quien lo defendió ante el Congreso, sacó un provecho personal de 700.000 dólares al año; y su propia compañía, Anderson, Clayton & Co., consiguió 10 millones en pedidos hasta el verano de 1949 (Schuman 1954; pág. 240). General Motors también obtuvo, de forma similar, 5,5 millones de dólares en pedidos entre julio de 1950 y 1951 (14,7 % del total) y la Ford Motor Company, 1 millón (4,2 % del total).» 

Kai Bird, editor y columnista de la reconocida revista La Nación, describe en « The Color of Truth: McGeorge Bundy and William Bundy: Brothers in arms» los aspectos ocultos del Plan: [En 1949] «McGeorge Bundy, ex presidente de la Fundación Ford, inició un proyecto con el CFR en Nueva York para estudiar el Plan Marshall de ayuda a Europa [ ... ] El grupo de estudio del consejo incluía a algunas de las autoridades en política internacional del establishment. Trabajando con Bundy en el proyecto estaban Alien Dulles, David Lilien-thal, Dwight Eisenhower, Will Clayton, George Kennan, Richard M. Bissell y Franklin A. Lindsay [ ... ] que en poco tiempo se convirtieron en funcionarios de alto rango de la nueva Agencia Central de Inteligencia [ ... ] sus encuentros eran considerados tan delicados que la habitual transcripción off the record no se distribuía a los miembros del Consejo. Había una buena razón para ese secretismo. Ésos eran probablemente los únicos ciudadanos particulares que sabían que había una parte encubierta en el Plan Marshall. En concreto, la CÍA [controlada por el CFR] se apropió de palie de los 200 millones de dólares anuales de los fondos en moneda local de los receptores del Plan Marshall. Ese dinero no justificado fue   usado  por  la  CÍA  para  financiar  actividades  electorales anticomunistas en Francia e Italia y apoyar a los periodistas, líderes sindicales y políticos amigos.» 

Orígenes del Plan Marshall 

Los orígenes del Plan Marshall se encuentran en las redes de formación política instituidas por el CFR en 1939, antes de la segunda guerra mundial. Michio Kaku y Daniel Axelrod explican en «To win the Nuclear War. The Pentagon's Secret War Plans,» que «las actas de los encuentros secretos que mantuvieron el Departamento de Estado y el CFR, que empezaron en 1939, detallan explícitamente el papel de EE. UU. como fuerza invasora y una sustitución del Imperio Británico». 

Mike Peters, en uno de los pocos libros que mencionan en su título al terrorífico Club Bilderberg, The Bilderberg Group and the project o/ European Unification, escribió: «El plan que Marshall presentó en su discurso de Harvard había sido previamente trazado por un Grupo de Estudio del CFR de 1946 dirigido por el abogado Charles M. Spofford y David Rocke- feller, que incluso elaboró un proyecto titulado "Reconstruction in Western Europe…». 

A través del Comité para el Plan Marshall, formado en 1947, explica G. William Domhoff en «The Powers that Be», publicado por Vintage Books en 1978, se llevó a cabo otro esfuerzo «para combatir a los aislacionistas americanos de derechas. Presidiendo el comité se hallaba Henry L. Stimson, ex secretario de Defensa y de Estado, miembro del CFR desde la década de 1920. Cinco de los siete miembros del comité ejecutivo estaban afiliados al CFR. 

El movimiento para formar una Europa unida era parte de un plan más amplio para establecer un Gobierno Mundial. Carroll Quigley, profesor de Historia de la Foreign Service School de la Universidad de Georgetown en Tragedy and Hope, libro que explica la evolución del establishment (dícese del futuro Nuevo Orden Mundial en el siglo XX), afirmó que «la integración de Europa Occidental empezó en 1948 motivada precisamente por el Plan Marshall [ .. .]. Estados Unidos había ofrecido la ayuda del Plan Marshall con la condición· de que la recuperación europea se llevase a cabo bajo un esquema de colaboración. 

Esto  condujo  a  la  Convención  para la Cooperación Económica Europea [ ... ] firmada en abril de 1948 y el Congreso de La Haya para la Unión Europea, que tuvo lugar al mes siguiente». 

El Congreso de La Haya apostaba por una Unión Europea y elaboró siete resoluciones sobre diferentes aspectos de esa unión política. La séptima decía: «La creación de una unión europea debe ser entendida como un paso esencial hacia la creación de un Mundo Unido», según escribe Dennis Behreandt en el número del 6 de septiembre de 2004 de la revista The New American, en un artículo titulado «Abolishing Our Nation-Step By Step». 

Behreandt sigue explicando que «el Plan Marshall, aparte de ayudar a levantar a Europa, condujo en 1950 al Plan Schuman cuando el ministro de Asuntos Exteriores francés, Robert Schuman, propuso que toda la producción de carbón y acero de Francia y Alemania fuese puesta bajo la autoridad de un cuerpo supranacional, que, a su vez, conduciría a la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA) y después al Eura-tom y el Mercado Común». 

El profesor Quigley afirmaba que «se trataba de una organización auténticamente revolucionaria que tenía poderes soberanos, entre los que se incluía la autoridad para recaudar fondos fuera del poder del Estado, controlar precios, canalizar inversiones, asignar suministros de carbón y acero durante épocas de escasez y detener la producción en tiempos de abundancia». En resumen, «la CECA (Comunidad Europea del Carbón y Acero) era un gobierno rudimentario». Fundado en 1951, el acuerdo unió los recursos de esos materiales de seis naciones (Francia, Alemania Occidental, Italia, Bélgica, Luxemburgo y Holanda) bajo una única autoridad, levantando toda restricción sobre importaciones y exportaciones, creando un mercado laboral unificado, adoptando una política económica conjunta y armonizando los niveles de vida de los estados miembros, lo cual podría ayudar a prevenir otra guerra. 

Oculto por el general Marshall y la gente del CFR estaba el hecho de que la CECA era el primer paso concreto hacia una unificación política, la primera piedra en la construcción de un Imperio, el Imperio del Gobierno Único Mundial. Con la firma del Tratado de Roma, que facilitaría el establecimiento de la Comunidad Económica Europea en 1957, se dio el siguiente paso hacia el futuro Gobierno Mundial. El tratado de Roma  empezó  a funcionar el 1 de enero de 1958. 

De nuevo, en el artículo del 6 de septiembre de 2004 de Dennis Behreandt para la revista The New American, puede leerse: «Las organizaciones regionales intergubernamentales y los cuerpos reguladores mundiales son el producto de una planificación a largo plazo y el trabajo de un esforzado grupo de internacionalistas... » Lo cual coincide con los pensamientos de Ambrose Evans-Pritchard en su artículo de septiembre de 2000 del Telegraph ojLondon: « ... la Inteligencia de EE. UU. [Alien Dulles (CÍA, al servicio de Rockefeller) y el general Walter Bedell Smith (CÍA), ambos miembros influyentes del CFR] dirigieron una campaña durante la década de 1950 y 1960 para crear el ambiente propicio para la futura Unión Europea. De hecho, fundaron y dirigieron el movimiento federalista europeo.» Así pues, no sería aventurarse mucho el decir que el Gobierno europeo actual fue facilitado por el CFR a través del Comité Americano para una Europa Unida, dirigido por William Donovan, antiguo director de la OSS, precursora de la CIA. 

¿Por qué el papel del CFR en la historia ha sido deliberadamente ocultado y gradualmente reemplazado por una versión completamente falsa de los hechos? ¿Por qué no hay universidades, los centros del liberalismo americano, que ofrezcan créditos para estudiar una de las organizaciones privadas más influyentes del país, que trabaja tan estrechamente con el Gobierno para moldear la política exterior en pos de sus objetivos privados? ¿Cómo es posible que periodistas de investigación, ganadores de Premios Pulitzer, profesores universitarios, historiadores, escritores, hombres de estado, políticos e investigadores no se hayan percatado de lo que sucede? 

El fin 

Una curiosidad concerniente al CFR tiene que ver con el hecho de que la gente encuentra difícil de creer que una organización secreta como el CFR ofrezca una copia de su informe anual que contiene una lista de todos sus miembros. ¿No estaré exagerando acerca del secretismo, la falta de piedad y los objetivos a largo plazo de esa organización? 

El  CFR  le permitirá  ver  su  informe anual, revisar la lista de sus  miembros, leer su página web y suscribirse a su publicación Foreign Affairs. A diferencia del Club Bilderberg, tiene una secretaría que educadamente responde a la mayor parte de nuestras preguntas. Sin embargo, todo es un engaño. La traducción literal de sus auténticas intenciones puede encontrarse dentro de las páginas del mismo informe anual que tan cortésmente ofrecen al público. La Traducción, como sucede con el Club Bilderberg es: «Será mejor que no diga nada a nadie sobre lo que hacemos o decimos aquí.» 

En el Informe Anual del Council on Foreign Relations de 1992 se dice claramente, en 20 lugares diferentes y con distintas palabras, que los miembros no deben hablar de lo que sucede dentro. 

El Comité Asesor Internacional del CFR, según la propia página web del CFR, «está invitado a comentar los programas institucionales, las instrucciones estratégicas y las oportunidades prácticas de colaboración entre el CFR y las instituciones extranjeras», y consiste en 44 miembros escogidos de Europa, EE. UU., Sudamérica, África, Asia y Oriente Medio. El 90 % de los mismos, «sorprendentemente», pertenecen a la CT (controlada por Rockefeller), al CFR o al Club Bilderberg. ¿Si no se trata de una organización secreta, entonces por qué dar tanta importancia, citándola de veinte maneras diferentes, a la no-atribución (traducción: mejor no digas nada) en su propio informe anual? 

El Título 50 del Artículo 783 sobre la Defensa Nacional de los Estados Unidos dice: «Irá contra la ley cualquier persona que conspire, acceda o se asocie con cualquier otra persona para llevar a cabo cualquier acto que contribuya sustancialmente al establecimiento dentro de los Estados Unidos de una dictadura totalitaria, cuya dirección y control sea ejercida por o bajo la dominación de un gobierno extranjero.» 

El CFR, por manipular secretamente el proceso del electorado en Estados Unidos; planear la rendición de la soberanía de EE. Uu. al Gobierno Mundial; usar grupos de debate y de estudio para hacer avanzar sus políticas diabólicas de conquista y esclavitud mundial; planificar" el desarme de Estados Unidos contra el deseo expreso de los Padres Fundadores, a los cuales un comerciante globalizador como Bill Clinton llamó radicales; situar a sabiendas fuerzas militares bajo    el   mando   de   la   ONU,    lo   cual    va   en   contra   de     la constitución de EE, UU.; y usar operaciones subversivas psicopolíticas con el objetivo de crear tensiones perpetuas y manipular a diferentes grupos de personas para que acepten su visión del Orden Mundial, es culpable de todos los cargos. 

 

 

CAPÍTULO 3 

La conspiración de los Rockefeller y la Comisión Triláteral

Independientemente de su precio, la Revolución China ha tenido un éxito evidente no sólo a la hora de crear una administración más eficaz y entregada, sino también a la hora de fomentar una moral alta y un propósito común [ ... ] el experimento social llevado a cabo en China bajo el mandato del presidente Mao es uno de los éxitos más importantes de la historia de la humanidad. 

                                                      DAVID ROCKEFELLER   

Toronto, hogar de más de cinco millones de personas, es el mayor centro financiero de Canadá y el cuarto mayor de América del Norte. Sólo Nueva York, Chicago y Los Ángeles son más importantes a nivel financiero. Es la sede de la Bolsa de Toronto, la tercera de América del Norte en valor negociado, la novena del mundo y la única de América del Norte con un sistema de cotización y comercio completamente computarizado. Las leyes de Taranta y Canadá se basan en la ley británica y en el sistema parlamentario inglés.

A menos de una hora en coche de Toronto se encuentra la mayor concentración de industria y fabricantes automovilísticos de todo Canadá. Toronto cuenta además con el único castillo de verdad de toda América del Norte, una construcción magnificente erigida sobre una colina con vistas al centro de la ciudad, conocido como el castillo Casa Loma. 

La Canadá Trust Tower, en el centro del distrito financiero de Toronto, una versión reducida del famoso Wall Street de Nueva York, es uno de los rascacielos más característicos de la ciudad, una

Estructura  de  cincuenta y tres pisos y doscientos sesenta y un metros  de altura construida en 1990 por el famoso arquitecto español Santiago Calatrava. 

Treinta y cinco kilómetros al noroeste del centro de Toronto está el CIBC Leadership Centre, en King City, la sede de la conferencia Bilderberg de 1996. El centro CIBC está, de hecho, fuera de King City, en King Township, una región de grandes y exclusivos criaderos de caballos en la que se acoge a los miembros de la familia real británica cuando visitan Canadá. Este maravilloso centro, propiedad de uno de los mayores bancos canadienses -el Canadian Imperial Bank of Commerce - se ubica sobre cinco kilómetros de senderos naturales que atraviesan bosques y colinas. No es sorprendente que los bilderbergers se decidieran por este selecto lugar. 

Los medios y agencias de noticias de Taranta fueron puestos sobre aviso de esta reunión por una serie de faxes, llamadas y memorándums que mandamos Jim Tucker y yo mismo, especialmente después de que supiéramos por fuentes internas a la reunión que la conferencia de 1996 iba a utilizarse como escenario para tratar la inminente fractura de Canadá a través de una Declaración Unilateral de Independencia en Quebec a principios de 1997. El objetivo era fraccionar Canadá para facilitar una Unión Continental con Estados Unidos hacia el año 2000. Este objetivo hubo de posponerse hasta 2005 y luego hasta 2007. Como regla general, las reuniones Bilderberg jamás se mencionan en la prensa, pues la prensa generalista es propiedad de los bilderbergers. Este velo de secretismo fue rasgado el 30 de mayo de 1996, el primer día de la conferencia, por un artículo en la primera plana de uno de los periódicos de mayor circulación y prestigio de Canadá, el Taranta Star. 

Bajo el titular «Black acoge a líderes mundiales», John Deverell, un periodista de la sección de negocios del periódico, subrayó que no sólo el editor canadiense lord Conrad Black había ofrecido doscientos noventa  y  cinco  millones  de  dólares  para  hacerse con el control de  la  mayor  cadena  de  periódicos  canadienses  sino  que, además « ... ahora  es  el  anfitrión  de  una  reunión de cuatro días fuertemente protegida por guardias a la que acuden líderes mundiales y  monarcas  al  norte  de  Taranta». Deverell nombró a algunos de los 100 asistentes elegidos a dedo de todo el mundo, extraídos de la lista que Tucker y yo le suministramos. 

Esta fue la primera vez en la historia de las conferencias Bilderberg en que un periódico importante les dedicó su atención. habitualmente las reuniones Bilderberg ni siquiera se mencionan en los grandes medios. Los bilderbergers no están acostumbrados a tener que dar explicaciones a nadie, especialmente dado que algunos de sus miembros controlan importantes periódicos, cadenas de periódicos y agencias de noticias. 

Pero la conferencia de 1996 no fue una conferencia común ni Canadá es un país cualquiera. Cuando los principales medios comenzaron a confirmar la información a través de sus fuentes privadas y gubernamentales, les quedó inmediatamente claro que Canadá, uno de los estados más ricos y bellos del mundo, iba a ser despiadadamente troceado por los bilderbergers y el Nuevo Orden Mundial.

Los bilderbergers deberían haber sabido que, cuando lo que está en juego es la propia libertad, la mera posesión de los medios no puede impedir que los editores, correctores, articulistas, asistentes y periodistas de investigación de la televisión, radio y de la prensa escritas difundan la verdad entre el público. Lo que los bilderbergers habían considerado meramente una fuga se convirtió rápidamente en una inundación y luego en una avalancha que se llevó a todo el mundo por delante. Sólo en la conferencia de 1999 en Sintra, Portugal, relajaron los bilderbergers las extremas medidas de seguridad que impusieron tras su mayor derrota: la conferencia de Toronto. A las 7:45 de la mañana del 30 de mayo de 1996, el legendario locutor de 680-NEWS Dick Smythe, el más seguido en el area metropolitana de Taranta, emitió el siguiente informe, que fue transmitido a intervalos regulares como parte de sus noticias:  «Bien, esto parece el guión de una película de conspiraciones, en la que los importantes y poderosos del mundo se reúnen en secreto. Conrad Black celebra su conferencia Bilderberg anual. Doy paso a Karen Parons, reportera de 680 ... "Alrededor de cien notables, entre ellos los reyes de Holanda y España, Henry Kissinger, el secretario de Defensa de Estados Unidos William Perry y nuestro primer Ministro se han reunido para la conferencia. También han venido los presidentes de la Ford, la Xerox, el Bank of Commerce y Reuters.

Black dice que están prohibidos los periodistas para que los debates sean íntimos y sinceros. Dice que "las discusiones pueden ser bastante acaloradas," Se exige a los participantes que presten voto de silencio. La conferencia del año pasado se celebró en tres hoteles de lujo en las cumbres de las montañas suizas. Este año se celebra en un balneario de lujo de sesenta millones de dólares en King City.» La prensa canadiense también distribuyó un breve informe sobre el hasta entonces secreto encuentro, que ha sido publicado hoy, entre otros periódicos, por el Taranta Sun, que cuenta con más de trescientos cincuenta mil suscriptores. La libertad y su pérdida ... a veces no pienso en ella durante los intervalos de nuestro destino. ¿Qué estoy haciendo persiguiendo a esa gente por todo el mundo? ¿Qué es lo que busco? Tiene que haber una forma más sencilla de ganarse la vida ... pero se lo debo a mi padre. 

El 19 de abril de 1975 fue la última vez que vi a mi padre vivo, un hombretón en bata y zapatillas. Desde la fotografía me miran mis ojos desesperados, los ojos de un niño de nueve años, asustado, incapaz de imaginar, de comprender, no lo suficientemente mayor para ponerme en el lugar de este hombre barbudo, que sólo unas horas antes me abrazaba pero que ahora se ha ido. 

Los médicos dictaminaron la muerte clínica de mi padre diecisiete días después, el 6 de mayo de 1975. Fue un científico famoso, un hombre de gran dignidad y honor que pasó su vida entera luchando por el derecho de los hombres a decir 10 que piensan. Quizá eso no parezca algo extraordinario en cualquier país en que la libertad de expresión forme parte fundamental del entramado básico de la sociedad, pero no era así en la vieja dictadura de la Unión Soviética. Mi padre sobrevivió diecisiete días de tortura brutal, diecinueve horas de dolor diarias cada uno de esos días. Trescientas veintitrés horas de sufrimiento inhumano provocadas por la Policía Secreta soviética. Le aplastaron los testículos, le rompieron la mano derecha por ocho sitios y sufrió una perforación en un pulmón como consecuencia de los golpes que le daban los cinco bestias que le apalizaron. Me gustaría decides que se mantuvo firme, que no se le oyó ni un suspiro, que se rió de sus torturadores, que ... 

¿Puede que mi obsesión sea un eterno y fútil esfuerzo de cambiar la  dirección  en  que  avanzo  en  el tiempo, de caminar hacia atrás al  pasado atrincherado en lugar de hacia el cambiante futuro con la intención de liberar a aquel hombre de aquel sufrimiento injusto?

Pero por mucho que lo intente, no conseguiré alcanzarle. 

El 1 de junio, «Big» Jim Tucker y yo, junto con un pequeño grupo de activistas a tiempo parcial, celebramos lo que se estaba convirtiendo en un éxito extraordinario. Todos los grandes periódicos del país querían entrevistamos, las cadenas de televisión buscaban constantemente nuevas noticias y las cadenas de radio nos se guían por toda la ciudad. Nos reuníamos en la Horseshoe Tavem de Queen Street. 

Antes, ese mismo día recibí una llamada de una de mis fuentes que me pidió que nos viéramos urgentemente antes de las reuniones del día siguiente. Quedamos en la Galería de Calatrava, junto a Ia Trust Tower, uno de los lugares menos sospechosos de todo Toronto debido a su inmensidad y a las ingentes cantidades de turistas que pasan por allí fotografiando y grabando en vídeo la principal atracción arquitectónica de Toronto. 

Llegué allí cruzando el Mercado de Kensington, equivalente a lo que sería en Madrid el Rastro. Al doblar la esquina vi a mi contacto hojeando los periódicos en un quiosco con una bolsa de plástico en la mano izquierda y una revista enrollada en la derecha. 

Tras un breve cruce de miradas y sin que diéramos muestras de reconocer al otro, me moví silenciosamente hacia la entrada de la torre, donde un amigo que trabajaba en el mercado inmobiliario me había conseguido una sala en uno de los últimos pisos del edificio, con unas vistas maravillosas a la ciudad. Me subí en un ascensor, mirando nerviosamente tras de mí. Mi contacto me siguió cinco minutos después. Habíamos conseguido mucho en los últimos días. Por una vez, le habíamos ganado claramente la mano a los Bilderbergers. La cobertura mediática había sido tremenda y Kissinger estaba muy enfadado, lo que era buena señal. Los planes para la inminente disgregación de mi país de adopción fueron temporalmente aplazados. ¿Qué más se podría haber logrado en tan poco tiempo? Aun así, yo sabía que se' trataba sólo de una victoria temporal. Aquella gente volvería y habría aprendido la lección querían aplastar toda resistencia, regir el mundo sin el consentimiento de éste, por la fuerza de las armas o del pan.

A doscientos cuarenta metros sobre el suelo la ciudad estaba quieta. Las ventanas me aislaban de los sonidos de la urbe. En ese momento me sentí como si mirara hacia adentro desde afuera. ¿Serviría para algo todo aquello? ¿Comprendería la gente que nos enfrentábamos a un peligro inminente? 

Un discreto golpe en la pesada puerta de madera interrumpió mis pensamientos. 

-Pase - dije, apenas levantando la voz. 

Mi fuente, que llevaba guantes de piel, cruzó lentamente el umbral que separaba el desnudo pasillo de la decoración art deco de la suite. Se movió instintivamente hacia la ventana, contemplando momentáneamente la extraordinaria vista del área en que el centro de Toronto se encuentra con el lago. 

-Esta vez les has parado - dijo la fuente, sopesando cada sílaba como si una pequeña alteración en el registro pudiera haber cambiado el significado--. La disgregación de Canadá sigue en marcha. Sólo es cuestión de tiempo. 

-Quizá -dije-o Por ahora todo está bien y así seguirá hasta el próximo encuentro. Quizá para entonces unos cuantos de ellos hayan muerto de viejos o por accidentes o causas fortuitas. 

-¿Fortuitas? ¿Fortuitas para quién? -contestó la fuente. De la revista que mantenía férreamente agarrada sacó una serie de notas manuscritas, garabatos que yo apenas habría sido capaz de descifrar solo. 

-Creí que no se permitía tomar notas --dije, sonriéndole de oreja a oreja. 

-Tomar notas no se recomienda, amigo -me corrigió. 

Eché un vistazo a la página. Podría descifrarlo. Conocía muy bien esa letra: las «t» apenas trazadas y las «r» retorcidas, todo diligentemente escrito en los confines de un papel pautado. Reflexioné un instante sobre lo que aquel valiente arriesgaba al reunirse conmigo y entregarme esa valiosísima información. ¿Por qué no había más personas como él en el mundo? Quizá las haya, sólo que no sabemos de la lucha que mantienen calladamente a miles de kilómetros de nosotros. 

-Debo irme -me dijo lentamente la fuente sin levantar la mirada.

Extendí mecánicamente mi mano abierta en dirección de la fuente. Justo cuando iba a encajar su mano en la mía, me abalancé sobre él y le di un abrazo de oso. 

-No le haré perder el tiempo dándole las gracias porque ningún agradecimiento será suficiente para compensar lo que ha hecho por nosotros. 

La fuente levantó la mirada.

 -Debo irme. 

-Nos iremos igual que hemos entrado --dije-, con un intervalo  de cinco minutos. Yo me iré primero. 

-No se preocupe. He dejado mi coche en el parking subterráneo. 

Podemos bajar juntos en el ascensor. 

La fuente se ajustó sus guantes de piel y apretó el botón del ascensor. La luz azul brilló a través de su superficie transparente. Pude oír el sonido sibilante del ascensor hidráulico acelerando desde las entrañas del edificio a seis pisos por segundo. 

-¿Cuándo volveré a verle? 

Sonó la campanilla y las puertas se abrieron. Di un paso adelante para entrar en el ascensor. 

-¡Cuidado! -gritó la fuente, agarrándome con fuerza del brazo y tirándome hacia atrás. " 

Miré mecánicamente hacia el ascensor. Frente a mí se abría el sobrecogedor vacio del hueco del ascensor, doscientos metros de caída y muerte hubieran sido mi destino si la fuente no me hubiera apartado del abismo. Me estremecí. Un escalofrío subió por mi columna vertebral. 

-El suelo -murmuré - ¿dónde está el suelo? 

-tenemos que salir de aqui ahora mismo! -dijo la fuente- 

Alguien ha manipulado el sistema. ¡Le esperaban! Escuche. No tome el ascensor. No es seguro. Baje por las escaleras y llame a la Policía. Cuando lleguen aqui, aprovecharé el momento y bajaré en ascensor hasta el garaje. ¡Rápido! ¡Vaya ahora mismo! 

     Bajé los escalones de dos en dos agarrándome a la barandilla y aprovechando la inercia para girar más rápidamente. Mi corazón latía alocadamente, como consecuencia de haber estado al borde de la muerte y de tratar de descender doscientos metros lo más rápido posible.  En  uno  de  los  pisos  bajos  pude  oír  la  trabada voz de un guardia de seguridad inmigrante que subía las escaleras hacia mí. 

- … er, … ter, … señor, ¿esta usted bien? ¿Qué ha sucedido? Me han llamado en el intercomunicador del segundo piso ... alguien ha hecho que el ascensor se detenga manualmente ... sólo se puede hacer en una emergencia ... 

Le agarré por el brazo .. 

-Por favor, llame a la Policía lo más rápido que pueda -le dije. El hombre sacó su walkie talkie y pude oír que alguien le contestaba. Seguí corriendo. Cinco, cuatro, tres, dos, uno ... llegué al suelo. Abrí las pesadas puertas de metal que conducían al vestíbulo principal del edificio. Afuera ya había aparcados dos coches de policía y se comenzaban a reunir los primeros curiosos al otro lado de las puertas giratorias. 

-¿Es usted el hombre que se ha quedado atascado en el ascensor? preguntó el oficial de policía de Toronto apuntándome con el índice y el corazón. 

-No exactamente -murmuré, sacudiendo la cabeza con incredulidad-o He estado a punto de entrar en un ascensor al que le faltaba una parte, es decir, el suelo. 

El policía dejó escapar una exclamación. Su compañero, bajo, de rasgos marcados, bigote recortado y muñeca peluda se interesó: 

-Sabe, hijo, tiene mucha suerte de estar vivo. Sólo los ciegos sobreviven a estas situaciones. Un ciego jamás entraría en un ascensor sin asegurarse primero de que el suelo está allí. Nosotros, sin embargo, damos siempre por supuesto que lo está. Por eso es un milagro que haya sobrevivido. Cuando la mafia quiere cargarse a alguien, éste es uno de sus métodos favoritos. 

Era el 1 de junio de 1996. Estaba a punto de cumplir treinta años. 

Era demasiado joven para morir. Le di al agente, que me miraba incrédulo de vez en cuando, todos los detalles. El guardia de seguridad me preguntó otra vez si estaba bien. Varias personas en la acera recordaron haber visto a un hombre fornido de unos cuarenta años salir del edificio cinco minutos antes de que llegara la policía. Llegó una furgoneta de policía y" dos agentes en motocicletas. El espectáculo había comenzado. 

Sin duda, el Club Bilderberg es el foro a la sombra del poder más importante  que  existe,  pero  también  la   Comisión   Trilateral,  una entidad poco entendida, desempeña un papel fundamental en el esquema del Nuevo Orden Mundial y su voluntad de conquista global, como voy a explicar en este capítulo. 

La Comisión Trilateral fue creada en 1973. Su fundador y principal impulsor fue el financiero internacional David Rockefeller, por largo tiempo presidente del Chase Manhattan Bank, institución controlada por la familia Rockefeller. El primer encuentro tuvo lugar en Tokio entre el 21 y el 23 de octubre de 1973. Sesenta y cinco personas pertenecían al grupo estadounidense. De ellos, 35 tenían relaciones entre cruzadas con el CFR. 

Regreso al futuro 

Durante el primer año y medio, la comisión produjo seis informes llamados «Informes del Triángulo». Estos informes se han convertido en el sello característico de la CT y han servido como directrices del desarrollo de sus planes y como antena para evaluar la opinión del público: dos de ellos en el encuentro de Tokio de octubre de 1973, tres en el encuentro de Bruselas en junio de 1974 Y uno en el encuentro de Washington de diciembre de 1974. Gary Alien, en El expediente Rockefeller, publicado en 1975, escribió lo siguiente: «Si los "documentos del triángulo" son indicación de algo, podemos decir que existen cuatro ejes principales en el control de la economía mundial: el primero, en la dirección de crear un renovado sistema monetario mundial», algo ya conseguido: el Club Bilderberg, la TC y el CFR han creado tres bloques económicos regionales: la CE, la Unión de las Américas y la Unión Monetaria Asiática, que se está formalizando en la actualidad; «el segundo, en la dirección del saqueo de nuestros recursos para una ulterior radicalización de las naciones desposeídas», también conseguido: Rockefeller y compañía enviaron miles de millones en tecnología estadounidense a la URSS y a China como requisito del futuro Gobierno Mundial Único y su Monopolio; «el tercero, en la dirección de un comercio escalonado con los comunistas», conseguido: distensión con los chinos y los rusos, y «el cuarto, en la dirección de explotar la crisis energética para ejercer un mayor control internacional», conseguido: la crisis energética de 1973 y el subsiguiente temor a la escasez energética, los movimientos de defensa del medio ambiente y la guerra de Iraq. 

La Comisión Triláteral -exclusivamente dedicada a hacer realidad la visión del orden mundial de David Rockefeller, a conseguir la uniformidad ideológica del mundo y al compromiso con el internacionalismo liberal- está compuesta por las tres regiones claves a nivel comercial y estratégico del planeta: Norteamérica, Japón y Europa Occidental Normalmente tiene alrededor de 325 miembros que trabajan durante un período de tres años. Holly Sklar afirma en Trilateralism: The Trilateral Commission y Élite Planning for World Management que «su propósito es dirigir la interdependencia global entre esas tres grandes regiones de manera que los ricos salvaguarden los intereses del capitalismo occidental en un mundo explosivo, probablemente desalentando el proteccionismo, el nacionalismo y cualquier respuesta que pudiese poner a la élite en contra de la élite. La presión económica será desviada hacia abajo, en vez de lateralmente»? Paul Volcker, miembro de la CT y ex presidente de la Reserva Federal lo dijo más claramente si cabe: «El nivel [ de vida] del americano medio tiene que disminuir.» Volcker, por cierto, procede del propio Chase Manhattan Bank de Rockefeller.   

Rockefeller introdujo por primera vez la idea de la Comisión Trilateral en un encuentro del Club Bilderberg en Knok-ke, Bélgica, en la primavera de 1972, después de haber leído el libro Between Two Ages, escrito por el profesor Zbigniew Brze-zinski de la Universidad de Columbia. El libro coincidía con la visión de Rockefeller de que «la gente, los gobiernos y las economías de todas las naciones deben servir a las necesidades de los bancos y las empresas multinacionales». 

Dos meses más tarde, en julio de 1972, David Rockefeller, miembro del Club y presidente del CFR, prestó su famosa residencia de Pocantico Hills, en las afueras de Nueva York, como cuartel general de los primeros encuentros organizativos de la Comisión Trilateral. El propósito aparente de la CT desde su inicio fue «crear y mantener la asociación entre las clases dirigentes de Norteamérica, Europa Occidental y Japón», como se ve un propósito de índole trilateral, porque según los hombres doctos que dirigían la CT, «el público y los líderes de la mayor parte de los países continúan viviendo en un universo mental que ya no existe, un mundo  de  naciones separadas, y tienen [ ... ] dificultades para pensar en [ ... ] perspectivas globales ... ». 

La Comisión Trilateral está compuesta por presidentes, embajadores, secretarios de Estado, inversores de Wall Street, banqueros internacionales, ejecutivos de fundaciones, miembros de think tanks (generadores de ideas), abogados de lobbies (grupos de intereses), líderes militares de la OTAN y del Pentágono, ricos industriales, dirigentes de sindicatos, magnates de los medios de comunicación, presidentes e importantes profesores de universidad, senadores y congresistas, así como emprendedores adinerados. Algunos de ellos en funciones, otros retirados. Holly Sklar añade que «la participación de representantes de los trabajadores ayuda a controlar el aislamiento popular y a reducir la distancia que separa a los miembros de la CT de las masas de gente ordinaria». La diferencia entre el Club Bilderberg y la CT es que el Club, mucho más antiguo, se limita a los miembros de la OTAN, es decir, a  Europa Occidental, Estados Unidos y Canadá. Ahora, con la ampliación de la UE y la OTAN, los ex representantes del pacto de Varsovia están siendo admitidos en el Club. 

Es interesante reseñar como anécdota que en 1998, en la cena del 5° aniversario de la Comisión Trilateral, Henry' Kis-singer reveló cómo y quién la había creado: «En 1973, cuando era secretario de Estado, David Rockefeller vino un día a mi oficina a decirme que había pensado que yo necesitaba un poco de ayuda. Debo confesar que, en aquel momento, yo no lo veía tan claro. Así, propuso crear un grupo de americanos, europeos y japoneses que viesen el futuro con antelación. Y le pregunté "¿Y quién te va a dirigir ese asunto, David?" Rockefeller respondió, "Zbig Brzezinski". Sabía lo que quería decir. Había dado con algo importante. Cuando reflexioné sobre ello, vi que había una necesidad real.»

Sin embargo, en sus memorias, Rockefeller no menciona los objetivos clave de la formación de la Comisión Trilateral -aparte del obvio, que tampoco Kissinger mencionó en su discurso: crear un nuevo cuerpo global que incluyese al CFR, debilitado por la división de  sus miembros a causa de la guerra del Vietnam- tales como «tomar las riendas de la administración Nixon, que se había aprovechado  de  las  divisiones  del   establishment  para  rechazar el  programa internacionalista liberal, y finalmente, fomentar la unidad de los poderes industrializados como una alternativa temporal a las Naciones Unidas, crecientemente dominadas por los estados radicalizados del Tercer Mundo, de manera que juntos pudiesen conseguir su objetivo de "una política global y una estructura económica más integrada,,». Rockefeller estaba muy disgustado con la Nueva Política Económica (NPE) que Nixon puso en marcha en 1971 y que iba encaminada a imponer la dirección gubernamental de los elementos más básicos del mercado a través del control de los precios y de los salarios y el incremento de los aranceles. La NPE congeló temporalmente, durante un período de 90 días, los salarios y los precios para controlar la inflación. La posición de Nixon se enfrentaba con la de Rockefeller, como subraya éste en sus propias memorias y como bien apunta John B. Judis en su revista, The Wilson Quarterly: «El gobierno debe permitir que los mercados tengan mucha más rienda suelta.» Según afirman los autores Daniel Yergin y Joseph Stanislaw, en The Comman-ding Heights, el establishment, representado por la CT, el CFR y el Club Bilderberg, estaba indignado con que «los funcionarios del gobierno se pusiesen ahora a establecer los precios y los salarios». Mientras tanto, el intento de Rockefeller de meter en vereda a un «errático» Nixon mediante un encuentro privado para discutir la «visión del comercio y la economía internacional», fue rechazado por el jefe de Gabinete de Nixon, H. R. Haldeman. Joan Hoff, en Nixon Reconsidered, explica que después de que finalmente consiguiese ese encuentro con el presidente, la postura de Rockefeller fue rechazada por uno de los funcionarios del gobierno por «no ser especialmente innovadora». Esto debió ser la humillación definitiva y la gota que colmó el vaso. Nixon y su heterogéneo equipo ya estaban de patitas en la calle. La mayor parte de la NPE fue finalmente abolida en abril de 1974, después de 17 meses de vida. Cuatro meses más tarde Nixon dimitiría de su cargo.   

Comisión Trilateral, una organización particularmente sofisticada 

«¿Cómo se explica la sutil interdependencia que mantiene el Norte industrial con el Tercer  Mundo?», pregunta Holly Sldar. En 1991, el economista Doug Henwood, colaborador de la importante publicación estadounidense The Nation, dijo en el Left Business Observer, un boletín informativo fundado por él en 1986: «Cada miembro de la tríada ha reunido bajo su seno a un puñado de países pobres que le proporciona mano de obra barata, asentamientos y minas para explotar: Estados Unidos tiene a Latinoamérica; la CE, a África y a Europa del sur y del este; y Japón, al sudeste de Asia. En algunos pocos casos, dos miembros de tríadas diferentes comparten un país: Taiwan y Singapur están divididos entre Japón y EU; Argentina, entre EU y la Comunidad Europea; Malasia, entre la Comunidad Europea y Japón; y la India, entre los  tres ...» 

Will Banyon añade, en el periódico de investigación australiano Nexus, que «la estrategia de Rockefeller también revela algo fundamental acerca de la riqueza y el poder: no importa cuánto dinero se tenga; el poder real de una gran fortuna no sale a la luz hasta que se emplea para secuestrar y controlar a las organizaciones o a la gente que produce las políticas y las ideas que guían a los gobiernos».

David Rockefeller, presidente del Chase Manhattan Bank, escribió el 20 de agosto de 1980 una carta al editor del New York Times explicando que «la Comisión Trilateral es, en realidad, un grupo de ciudadanos responsables interesados en generar una más amplia comprensión y colaboración entre aliados internacionales». 

El lector tendrá otra impresión, sin embargo, si lee las palabras del senador de los Estados Unidos, Barry Goldwater, sensiblemente menos eufemísticas. En su libro, With No Apologies, calificó a la Comisión Trilateral de «la última conspiración internacional de David Rockefeller, y añadió: «Su objetivo es consolidar, a nivel multinacional, los intereses comerciales y financieros de las grandes empresas a través del control de la política del Gobierno de los Estados Unidos.» 

El senador Barry Goldwater añade: «David Rockefeller y Zbigniew Brzezinski encontraron en Jimmy Cárter a su candidato Ideal. Lo ayudaron en su designación y en su presidencia.» Efectivamente, la candidatura de Cárter tenía sólo el 4 % de apoyo del Partido Demócrata   y,  de la  noche a la mañana,  el  de  Georgia  se convirtió en el candidato a la presidencia. «Para conseguido, movilizaron el dinero necesario tocando a la puerta de los banqueros de Wall Street, consiguieron la influencia intelectual de la comunidad académica (siempre dependiente de los fondos de las grandes fundaciones libres de impuestos) y dieron órdenes a los medios de comunicación miembros del CFR y la CT.» 

La crónica de los hechos fue concretamente la siguiente: en 1973, Cárter fue invitado a Tarrytown, en el estado de Nueva York, propiedad de David Rockefeller. Zbigniew Brzezinski, haciendo el papel de cazatalentos de Hollywood, ayudaba a Rockefeller a buscar perfiles con buena imagen pública para la Comisión Trilateral. El encanto sureño de Cárter causó una impresión muy positiva en los dos «caballeros». Tanto Brzezinski como Rockefeller «estaban impresionados de que Cárter hubiese abierto oficinas comerciales del estado de Georgia en Bruselas y Tokio. Esto parecía encajar perfectamente en el concepto de la Trilateral». Jimmy Cárter se convirtió así en miembro fundador de la Comisión Trilateral y, poco después, en el siguiente presidente de los Estados Unidos. 

Como anécdota, cabe mencionar que los discursos de la campaña de Cárter para las presidenciales de 1976 decían principalmente que «ha llegado el momento de reemplazar la política de equilibrio de poder con la política del Orden Mundial» y «buscar una sólida asociación entre EE. UD., Europa Occidental y Japón». ¿Suena familiar, verdad? 

El hecho de que Jimmy Cárter fuese elegido presidente a dedo ilustra magníficamente el gran poder que posee el Club Bilderberg, la Comisión Trilateral y el CFR, desconocidos para la mayor parte del mundo. Estos grupos de poder, supersecretos y estrechamente vinculados, pueden colocar o defenestrar a cualquier presidente o candidato a la presidencia. N o sorprende, pues, que cada uno de los presidentes y candidatos a la presidencia «pertenezcan» a las sociedades secretas que los promocionan. Ellos construyeron la figura de Jimmy Cárter (de la misma forma que hicieron a Ford, Mitterrand, Felipe González, Clinton, Karzai, etcétera) y abortaron las pretensiones de llegar a la presidencia del senador Barry Goldwater, un confeso detractor de la globalización, de la misma forma que arremetieron contra Margaret Thatcher. Tanto John Kerry como George W. Bush pertenecen a la misma combinación de asociaciones: el CFR y el Club Bilderberg. Realmente no importa quién gane. El verdadero poder siempre sigue estando en manos de los globalizadores, a los que les guía una sola misión llamada Gobierno Único Mundial. 

No debería sorprendemos, a la luz de toda la evidencia que hemos mostrado hasta el momento en este libro, que desde su fundación esa triada globalizadora llamada Comisión Trilateral haya estado trabajando para ver el final de la soberanía de los Estados Unidos. La siguiente selección de citas de Between Two Ages muestra la cercanía del pensamiento de Brzezinski a la del fundador del CFR, el marxista Edward Mandell House. 

En la página 72, Brzezinski escribe: «El marxismo es simultáneamente una victoria del hombre activo sobre el hombre pasivo, de la razón sobre la creencia.» En la página 83 afirma: «El marxismo, diseminado a nivel popular en forma de comunismo, representa el mayor avance en la habilidad del hombre para conceptualizar su relación con el mundo.» Y en la página 123 encontramos: «El marxismo proporciona la mejor comprensión de la realidad contemporánea.» 

En la primera parte de su libro, The Insiders: 1979 The Cárter Years, John McManus de The John Birch Society (una organización dedicada a restaurar y preservar la libertad que propugna la constitución de los Estados Unidos) escribe: «En ningún lugar dice el seríor Brzezinski a sus lectores que el marxismo "en forma de comunismo", el cual él elogia, ha sido responsable del asesinato de aproximadamente 100 millones de seres humanos durante el siglo XX, de la esclavitud de mil millones más y de la necesidad, privación y desesperación de todos sus ciudadanos, a excepción de unos pocos criminales que dirigieron las naciones comunistas.» 

La completa convergencia entre los planes de la Comisión Trilateral y la administración del presidente Cárter para poner fin a la soberanía de Estados Unidos queda todavía más clara en el siguiente conjunto de citas incriminatorio. 

En la página 260 del libro de Brzezinski, su autor propone: «La dirección deliberada del futuro de los Estados Unidos […] con el […] planificador  como  legislador  y  manipulador social clave.» Es decir,  el monopolio y el control de masas, las prácticas habituales de la familia Rockefeller. John D. Rockefeller, el padre de David, odiaba la competencia. Enseñó que la única competencia que valía la pena tener era aquella en la que tú controlas las dos partes de la ecuación. De ahí el amor de John y David por el monopolio globalizador como, por ejemplo, los planes de Rockefeller de que la CT uniese a los bloques económicos de la Comunidad Europea, el norte y el sur de. América y Asia bajo el paraguas de un gobierno mundial controlado por Rockefeller y compañía. 

Finalmente, en la antepenúltima página del libro, Brzezinski nos dice lo que significa todo. El objetivo de la Comisión Trilateral (los objetivos de Rockefeller) son «conseguir el Gobierno Mundial». 

   Así que, mientras muchos biógrafos, a través de cambios, alteraciones, medias verdades y mentiras completas han hablado de  la fabulosa riqueza de la familia Rockefeller y de su prácticamente ilimitado poder económico y político, que según la propaganda oficial se emplea en alimentar a los hambrientos de los países del Tercer Mundo, en educar a los pobres a través de una miríada de benevolente s fundaciones y sociedades, y en la construcción de la infraestructura de las naciones subdesarrolladas y devastadas a causa de las guerras, muy pocos autores han dado con el aspecto más destacable de la familia: su resuelta intención de destruir a los EU y, al tiempo, reconstruir el poder de los soviets (si le parece increíble siga leyendo) como país independiente, como explica Eustace Mullins, en su sorprendente trabajo Murder By Injeetion: The Medieal Conspiraey Against Ameriea, que sucede a través de su «plan de fomento del monopolio, con el establecimiento de fundaciones para ganar poder sobre los ciudadanos americanos» y finalmente la subyugación de todo el mundo al poder de la dictadura mundial uniendo al mundo bajo el estandarte de un Gobierno Mundial. 

De hecho,  aunque los paralelismos entre los Rockefeller y los soviets hace mucho que han sido suprimidos, el secreto más grande de todos, que la financiación de la revolución bolchevique procedió de los supercapitales estadounidenses, sigue enterrado porque la familia Rockefeller, a través de sus organizaciones, la CRF, la CT y el   Club   Bilderberg,   etcétera,   poseen  los   principales   medios de  comunicación y empresas editoriales de Estados Unidos. El doctor Anthony Surton, en Wall Street and the Bolshevik Revolution, explica: «No se ha escrito prácticamente nada acerca de la estrecha relación que tuvieron, en el siglo pasado, los Rockefeller con sus supuestos archienemigos, los comunistas. Ha existido una alianza continua, aunque escondida, entre los capitalistas y los revolucionarios socialistas por su mutuo beneficio.» Sutton lleva a cabo un trabajo muy destacable documentando la insidiosa traición de la élite estadounidense de los archimillonarios, entre los que se encontraban John D. Rockefeller y los banqueros de Wall Street, al financiar la Revolución y al Gobierno más brutal de todos los tiempos. Si alguna vez se ha preguntado por qué los más ricos desearon tener relaciones con el comunismo, aquí está la respuesta que buscaban. Gary Alien; en El expediente Roekefeller, se hace eco de los descubrimientos y sentimientos de Sutton, quien afirma: «y lo más sorprendente es la cantidad de pruebas públicas que ya existe al respecto.» 

¿Por qué multimillonarios como los Rockefeller financian y colaboran con unos comunistas y marxistas que han jurado públicamente acabar con ellos?, se pregunta el periodista de investigación Gary Alien en su ya citado libro. Las ventajas de los comunistas son obvias. Pero, ¿qué beneficio sacaría Occidente, el adalid del capitalismo y de la libertad, de todo eso? 

La palabra mágica es monopolio, «un monopolio que lo abarca todo, no sólo el control del gobierno, el sistema monetario y todas las propiedades, sino también un monopolio que, como las empresas que emula, se autoperpetúa y es eterno». 

Gary Alien sigue hablando de la existencia «de evidentes influencias» detrás de los comunistas cuando dice: «Mientras que el objetivo de J. P. Morgan era el monopolio y el control de la industria, a finales del siglo XIX, J. D. Rockefeller, el alma mater de Wall Street, entendió que la mejor manera de conseguir un monopolio inamovible era por la vía geopolítica; hacer que la sociedad trabajase en favor de los monopolistas con la excusa del interés público.» 

Frederick C. Howe explica en Confessions of a Monopolist (1906) cómo funciona la estrategia en la práctica: «Éstas son las reglas de los grandes negocios: consigue un monopolio y haz que la sociedad. trabaje para ti. En tanto creamos que los revolucionarios y los capitalistas internacionales están a la greña, dejarremos de ver un punto crucial [ ... ] la asociación entre el capitalismo monopolista internacional y el socialismo revolucionario para su mutuo beneficio.» 

El plan Marburg 

El plan Marburg -el diabólico plan de la banca para controlar entre bastidores el socialismo internacional-, desarrollado a principios del siglo XX, fue financiado por Andrew Carnegie, de la Fundación Carnegie, hoy bajo control del Club Bilderberg. Estos financieros internacionales, apolíticos y amorales, según explica el doctor Anthony Sutton in Wall Street and the Bolshevik Revolution, «buscaban mercados que pudiesen explotar monopolísticamente sin miedo a la competertcia». Sutton no deja piedra por remover cuando afirma que en 1917 los banqueros pusieron su mirada sobre Rusia, su «mercado cautivo de elección». 

El objetivo del plan, escribe Jennings C. Wise en Woodrow Wilson: Disciple o/ Revolution, era unificar a los «financieros y socialistas internacionales en un movimiento que diese lugar a la fonl1ación de una liga [la Liga de las Naciones, la precursora de la ONU] para reforzar la paz [ ... ] y controlar las organizaciones gubernamentales [y así] hallar un remedio para. todas las enfenl1edades políticas de la humanidad». Esto coincide con las palabras de Zbigniew Brzezinski: «La dirección deliberada del futuro de los Estados Unidos [ ... ] con el [ ... ] planificador como legislador y manipulador social clave.» ¿Cuántos millones murieron en el proceso? La palabra clave es monopolio. Piense sencillamente en la antigua Unión Soviética, donde el estado lo controlaba y supervisaba todo. Como planificadores sociales, los soviéticos apenas tenían problemas laborales, ya que la legislación social estaba controlada por el estado central. Eso es exactamente lo que Rockefeller, y por extensión su perrito faldero Brzezinski, ansían. 

No hace falta decir que, para «garantizar la paz» se necesita el prerrequisito de la guerra. (Ahora ya sabe por qué los globalizadores necesitaban de la Revolución Rusa.) Como explica el doctor Sutton, «Rusia  era  entonces,  y es ahora, el mercado sin explotar más grande  del mundo. Rusia, entonces y ahora, constituía la amenaza potencial más importante para la primacía industrial y financiera estadounidense. Wall Street debe de tener escalofríos cuando ve a Rusia como segundo gigante industrial mundial. Pero, ¿por qué permitir que Rusia se convierta en un competidor y ponga en peligro la supremacía estadounidense? A finales del siglo· XIX, Morgan/Rockefeller y Guggenheim ya habían demostrado su querencia por el monopolismo. En Railroads and Regulation, Gabriel Kolko demostró que eran los propietarios del ferrocarril, y no los granjeros, quienes querían que el estado controlase el ferrocarril con la intención de preservar su monopolio y acabar con la competencia. Así que la explicación más simple con nuestros datos es que todo fue obra de un sindicato de financieros de Wall Street, que decidieron ampliar sus ambiciones monopolistas a escala global. El gigantesco mercado ruso tenía que convertirse en un mercado cautivo y una colonia a explotar por unos pocos financieros estadounidenses y las empresas bajo su control. Lo que no podían conseguir la Comisión Interestatal del Comercio y la Comisión Federal del Comercio en Estados Unidos, podía obtenerlo un gobierno socialista en el extranjero, 'con el apoyo y los incentivos de Wall Street y Washington D.C». 

La Revolución Rusa 

Según un testimonio del Congreso de los EU de octubre de 1919-20 el apoyo financiero de John D. Rockefeller (a Lenin y Trotsky) provocó la (fracasada) Revolución Comunista de 1905. La biografia de Rockefeller omite un detalle «insignificante», esto es, la afinl1ación hecha en público por parte del banquero inversionista de la familia Rockefeller y presidente de la empresa de inversiones de Nueva York, Kuhn, Loeb & Co, el jesuita Jacob Schiff, también fundador de la Reserva Federal, de que sin su influencia financiera la revolución rusa nunca hubiese tenido éxito. Es decir, según los documentos del Congreso del doctor Sutton, en la primavera de 1917, Jacob Schiff empezó a financiar a Trotsky con el propósito de que prosperase la Revolución Socialista en Rusia. ¡La manera en que Sutton descubrió esos increíbles documentos es realmente  sorprendente!  Esos  preciosos  documentos se encontraron  en un expediente más del Departamento de Estado de los EU. El documento más importante data del 13 de noviembre de 1918. Sin embargo, lo que es más increíble todavía es el hecho de que en privado Schiff estaba en contra del apoyo al Régimen Bolchevique, como se ha demostrado, y de nuevo, documentos reservados descubiertos por el doctor Sutton (como el Documento nº 3) demuestran que Jacob Schiff, de Kuhn, Loeb y Company, también había financiado secretamente a los japoneses en su guerra contra Rusia. 

Otro hecho omitido es que el emisario personal de John D. Rockefeller, George Kennan, pasó veinte años promocionando la actividad revolucionaria contra el zar de Rusia según el libro Rape of the Constitution; Death of Freedom de Gyeorgos C. Hatonn. ¿Quién financió a Kelman y por qué? ¿A qué coste? Aparte del deseo de crear un monopolio globalizador, ¿tenía John D. Rockefeller alguna razón personal para desear la caída del zar y apoyar la revolución? Después de todo, Rockefeller no era ningún adolescente idealista. 

La respuesta sigue hoy tan de actualidad como hace cien años: ¡por el petróleo! Antes de la Revolución Bolchevique, Rusia sucedió a EU como mayor productor de petróleo del mundo. En 1900, los campos de aceite de Bakú en Rusia producían más petróleo crudo que todo EU y en 1902 más de la mitad de las extracciones mundiales eran rusas. 

El caos y la destrucción de la revolución destruyeron la industria petrolífera rusa. En su libro, Wall Street and the Bolshevik Revolution, el doctor Sutton escribe: «Hacia 1922 la mitad de los pozos estaban parados» y la otra mitad apenas funcionaba debido a la falta de tecnología para hacerlos productivos. 

La otra razón, que tampoco se menciona en la biografía de Rockefeller, es la competencia. Como afirma Gary Alien, «la revolución eliminó durante varios años la competencia rusa de Standard Oil en los que la empresa americana pudo mover ficha y hacerse con parte del negocio del petróleo ruso». 

Moviendo las piezas del tablero 

Cuando la revolución de 1905 fracasó, los banqueros reaccionaron. En  su libro, Rape of the Constitution; Death of Freedom, Gyeorgos C. Hatonn explica cómo «Lenin fue "almacenado" en Suiza hasta 1907 [fuera de peligro]. Trotsky fue llevado a EU, donde vivió sin pagar alquiler en una propiedad de la Standard Oil en Bayonne, Nueva Jersey». Como anécdota, el doctor Anthony Sutton explica en Wall Street and the Bolshevik Revolution que León Trotsky visitó España después de ser expulsado de Francia, en septiembre de 1916, por escribir artículos «incendiarios» en un periódico parisino escrito en ruso. Fue, según Sutton, «escoltado educadamente hasta la frontera española». Algunos días después, la policía de Madrid lo detuvo para internarlo en una «celda de primera clase» a un precio de una peseta y media al día. Después, Trotsky fue trasladado a Cádiz y después a Barcelona, «donde finalmente subió a bordo del Montserrat, un vapor de la Compañía Trasatlántica Española. Trotsky y su familia cruzaron el Atlántico y desembarcaron en Nueva York el 13 de enero de 1917. 

Cuando el zar abdicó en 1916, Trotsky -con diez mil dólares de Rockefeller para gastos de viaje- fue conducido al Kristianiafiord (dejó Nueva York el 26 de marzo de 1917) con trescientos revolucionarios comunistas de Nueva York. ¿De dónde sacó Trotsky su pasaporte? ¿Quién se lo pagó? ¿Quién le arregló el trámite y por qué? Fue el mismo Rockefeller quien consiguió un pasaporte especial para Trotsky a través de Woodrow Wilson, el presidente de los Estados Unidos, y envió a Lincoln Steffens, un comunista estadounidense al servicio de Rockefeller, «con él para asegurarse de que volvía sano y salvo a Rusia».

Según archivos desclasificados del Gobierno canadiense, el 13 de abril de 1917, cuando el barco se detuvo en Halifax, funcionarios del Servicio Secreto canadiense y personal de la marina británica se llevaron inmediatamente a Trotsky (bajo instrucciones oficiales recibidas por cablegrama de Londres el 29 de marzo de 1917) para confinarlo en Amherst, Nueva Escocia, como prisionero de guerra alemán. El cablegrama advertía de la presencia de Trotsky en «Kristianiafjord [diciendo que debería ser] retenido a la espera de más instrucciones, [ya que] esos socialistas' rusos viajan con el propósito de empezar una revolución en contra del actual gobierno ruso, en razón de lo cual, Trotsky lleva consigo 10.000 dólares donados por los socialistas». 

Pero ¿por qué fue detenido? «Porque el servicio secreto había sido informado de que Trotsky iba a sacar a Rusia de la guerra, liberando así a los ejércitos alemanes para atacar a las tropas ( ... ) del frente occidental», matiza Eustace Mullins. 

Lo que sucedió después, se asemeja al clima político actual en el erróneamente llamado «Canadá Libre». Como en el Canadá de hoy la influencia de los Rockefeller está tras los movimientos separatistas de Quebec los políticos de entonces estaban bajo la influencia de la familia Rockefeller. 

Gyeorgos C. Hatonn en el ya citado libro Rape of the Constitution; Death of Freedom explica: «El primer ministro Lloyd George envió órdenes urgentes por cable desde Londres al Servicio Secreto canadiense para que liberasen inmediatamente a Trotsky, pero aquél hizo caso omiso. Trotsky fue finalmente liberado gracias a la intervención de uno de los títeres más fieles a Rockefeller, el ministro canadiense Mackenzie King, un antiguo "especialista en laborismo" de los Rockefeller. King obtuvo personalmente la liberación de Trotsky y lo destacó como emisario de los Rockefeller con la misión de ganar la Revolución Bolchevique. Por lo tanto, el doctor Annand Hammer, que proclamaba en voz alta su influencia en Rusia como amigo de Lenin, jugó un papel insignificante en comparación con el respaldo que le dio Rockefeller al comunismo mundial.» 

¿Por qué apoyó el implacable John D. Rockefeller a Trotsky? Porque Trotsky, el revolucionario bolchevique, como John D. y el resto de su familia abogaba por la «revolución y la dictadura mundial, por su uniformidad ideológica y su compromiso con el internacionalismo liberal. Los bólcheviques y los banqueros, entonces, tienen algo en común: el internacionalismo», explica una y otra vez Anthony Sutton. Tanto Alien como el doctor Sutton llegan a la misma conclusión: la revolución y las finanzas internacionales tienen los mismos objetivos comunes: la erradicación de los poderes descentralizados, mucho más difíciles de controlar, y el establecimiento de un Gobierno Mundial Único, un monopolio del poder que se perpetúe en el tiempo. 

Gracias al heroico trabajo de las otras impresionantes obras del doctor  Sutton,  las pruebas  de la implicación de los Rockefeller en la  «organización, patrocinio y apoyo a la revolución bolchevique son tan innumerables y avasalladoras que simplemente no admiten discusión». 

Quizá, podría resumir el grado de crueldad con un ejemplo: «Para los Rockefeller el socialismo no es un sistema para redistribuir la riqueza (y mucho menos para redistribuir su propia riqueza), sino un sistema para controlar a la gente y a la competencia. El socialismo, pone todo el poder en manos del gobierno. Y como los Rockefelled controlan los gobiernos, eso significa que ellos tienen el control. ¡de hecho de que usted no lo sepa, no significa que ellos no lo sepan!» Como curiosidad, Trotsky se casaría después con la hija de uno de los banqueros más ricos, 1ivotovsky, quien también respaldó la Revolución Bolchevique.   

Tecnología estadounidense en manos de los comunistas 

En 1926, la Standard Oil de Nueva York, de Rockefeller, y su subsidiaria, la Vacuum Oil Company, a través del Chase National Bank «cerró un acuerdo para vender petróleo soviético en los países europeos». En ese momento se informó de que John D. Rockefeller había hecho un préstamo a los bolcheviques de 75 millones de dólares, «parte del precio del acuerdo». Como resultado del trato, dice Alien, «en 1927, el socio secreto de Rusia, la Standard Oil de Nueva York, construyó una refinería de petróleo en Rusia». Por lo tanto, John D. Rockefeller, concluye el autor, el adalid del capitalismo, ayudó «a la recuperación de la economía bolchevique». El Gobierno de los EU no reconoció oficialmente al Estado soviético hasta 1933. ¿Cómo es posible que ciudadanos privados, por muy ricos e influyentes que sean, hayan colaborado con el régimen soviético asesino cuando ello iba explícitamente en contra de la ley, según el Congreso de los EU? Además, no sólo fueron ciudadanos privados los que colaboraron en la creación del monopolio soviético, sino que el mismo presidente Wilson aprobó tal colaboración. El doctor Sutton añade en su libro, «ésta fue, la primera inversión de los EU en Rusia desde la revolución». 

Esto es lo que el congresista de los Estados Unidos Louis

McFadden, presidente del Comité Bancario de la Cámara de  Representantes, que se opuso valientemente a los manipuladores del sistema de la Reserva Federal en la década de 1920 y 1930, tenía que decir en un discurso a los congresistas el 10 de junio de 1932: «Abran los libros de Amtorg, la organización comercial del Gobierno soviético en Nueva York, los de Gostorg, la oficina general de la Organización del Comercio Soviético, y los del Banco Estatal de la URSS, y se sorprenderán de cuánto dinero americano ha salido del Tesoro de los Estados Unidos en beneficio de Rusia. Averigüen qué transacciones se han llevado a cabo entre el Banco Estatal de la URSS y el Chase Bank de Nueva York.» Como nota aparte cabe señalar que la persistente oposición de McFadden a la Reserva Federal, una entidad ilegal que controla el Tesoro de los Estados Unidos, le costó tres atentados. Finalmente, murió en condiciones todavía no aclaradas. 

¿Cómo se sentiría si le dijesen que los EU financiaron y ayudaron a construir el imponente poder de los soviets, el mismo estado comunista que asesinó a unos setenta millones de sus ciudadanos? ¿Y que el poder en la sombra responsable de ello era también la primera familia banquera de los EU que representa los ideales de la sociedad capitalista? ¿Que los EU transfirieron secretamente a Rusia la tecnología más sofisticada y cara del momento para así crear un enemigo visible para justificar los nuevos métodos de coerción y terror y ahora lo hacen con China, a expensas de sus propios compatriotas? 

Tristemente, todo eso forma parte del gran diseño del Nuevo Orden Mundial. Para conseguir el Gobierno Mundial Único,

controlado por los globalizadores, deben unirse diferentes naciones.   Para que el público general acepte inicialmente los «beneficios» del Gobiemo Mundial Único/CE, debe venderse la idea de que tal unión tiene ventajas y beneficios, como que el bloque de comercio libre no supondrá  una pérdida de soberanía. El problema es que ya hoy hemos perdido nuestra soberanía. La CE ha invadido todos los aspectos de nuestra vida, atándonos a unos tratados desconocidos, unas leyes y unas regulaciones oscuras, muy difíciles de comprender. El Tratado de Maastricht es muy complejo y para entenderlo mínimamente debe leerse en conjunción con el Tratado de Amsterdam,  el  Tratado  de  Roma  y  la Ley Única Europea.

¿Es que  los miembros de las Cortes han tenido el tiempo y los conocimientos necesarios para estudiarlos? ¿Cuántos saben realmente qué implican? Como ilustración sólo diré que en el debate parlamentario que hubo en Inglaterra acerca de los tratados mencionados (un paso que suponía nada menos que sustraer las libertades a los ciudadanos para transferirlas al organismo europeo), se les dio a los miembros del Parlamento británico un resumen de dos páginas de dichos tratados y se supone que debían tomar una decisión en base a ese único material. 

¿Cómo se crea esa cacareada igualdad entre naciones y simultánea-mente se convierte a los Estados Unidos en una provincia más del Nuevo Orden Mundial? En primer lugar, usando el dinero de los contribuyentes, el saber tecnológico y, tal como explica Gary Alien, «el equipamiento del que sólo uno dispone, para alimentar a la competencia, y al mismo tiempo usar todas las taimadas estrategias imaginables para debilitar y empobrecer a tu país»31 y al tiempo que se fortalece al enemigo, se asusta a la población diciéndole que la cooperación es necesaria porque sin acuerdos bilaterales el enemigo nos atacará. 

Ahora ya sabe por qué, desde la Revolución Rusa -que no fue un levantamiento espontáneo- los defensores del Orden Mundial han defendido y llevado a cabo políticas dirigidas a incrementar el poder de la Unión Soviética. En esencia, la Comisión Trilateral de Rockefeller fue fundada para acelerar la consecución del objetivo globalizador. 

El profesor Anthony Sutton, el mayor experto en el estudio de la contribución de la tecnología occidental a la creación del Estado Soviético, ofrece una evidencia irrefutable33 de que la capacidad industrial y militar soviética plasmada en «camiones, aviones, petróleo, hierro, petroquímicas, aluminio, ordenadores y demás, fue construida a expensas de los contribuyentes americanos para beneficio de la Unión Soviética, el mismo país que había jurado destruir a los Estados Unidos.

Todo con el propósito de fabricar un enemigo y crear la paridad que permitiría, eventualmente, la convergencia en un Superestado, conocido como Gobierno Mundial Único». Como dice Gary Alien, «nadie ha intentado siquiera refutar las fuertes palabras de ese estudioso llamado Sutton». 

En Wall Street and the Bolshevik Revolution, Surton, afirma: «La tecnología soviética no existía en realidad. El 90-95 % procedía directa o indirectamente de los EU y sus aliados.» ¿Cuántos miles de millones se gasta los EU para defenderse contra un enemigo fantasma, creado, alimentado y mantenido por ellos mismos? ¿Los costes justifican los medios? ¡Por supuesto que sí! Recuerde, la Gran Fusión será controlada por el mismo Grupo Bilderberg-CFR-CT que está orquestando entre bastidores los bloques regionales y las uniones monetarias «temporales»   

«Aunque parezca extraño -reflexiona Surton- parece que los EU quieren que el enemigo siga siendo el enemigo.» Sin un enemigo visible y justificable, ninguna población, a pesar de la manipulación, cederá voluntariamente sus derechos y libertades individuales. Sutton ofrece miles de pruebas documentales de sus hallazgos. Por ejemplo, la Marina Mercante Soviética, en el momento de escribir su libro, era la más grande del mundo, con unos 6.000 barcos. Anthony Sutton declaró en 1972 ante un subcomité del Partido Republicano para decir: «Unos dos tercios fueron enteramente construidos fuera de la Unión Soviética y cuatro de cada cinco motores de esos barcos fueron construidos también fuera del país.

Y continúa Sutton, «todos los automóviles, camiones, [armas, tanques, aviones] y tecnología soviética procede de Occidente. La organización Gorki, construida por las empresas Ford y Austin, produjo la mayor parte de los camiones utilizados para llevar el armamento suministrado por los soviéticos a Ho Chi Minh. Las empresas de automóviles también pueden utilizarse para construir tanques. La misma organización Gorki, bajo el disfraz de un "comercio pacífico", produjo en 1964 el primer sistema antitanque guiado. Los soviéticos tienen la planta de hierro y acero más grande del mundo. Fue construida por la Corporación McKee. Es una copia de una fábrica de acero de Indiana, en Estados Unidos». 

Surton sostiene que el gobierno de los EU es responsable directo del asesinato de 100.000 soldados estadounidenses muertos por medio de tecnología americana, como afirma  de  manera  tajante:  «La  única  respuesta de Washington y la  Administración [de EU] es esforzarse por esconder el escándalo.»   

Nada de lo que digo tiene sentido si creemos las mentiras propagadas por el poder acerca de los «malvados» comunistas. A no ser, por supuesto, que el comunismo sea un señuelo necesario, la herramienta de una conspiración mucho más grande para dejar el mundo en manos de multimillonarios ávidos de poder, entonces todo aparece como perfectamente lógico. 

Rockefeller, sin embargo, no es en absoluto un poder independiente. Como explica Eustace Mullins en Murder by Injection: The Medical Conspiracy against America, «los Rockefeller operan bajo esferas de influencia claramente definidas. Las organizaciones "caritativas", las empresas y los grupos de influencia política, trabajan siempre conjuntamente. Ningún departamento del Grupo toma iniciativas por sí mismo o formula una política independiente. No hay justificación para eso, porque todo funciona bajo el control de la estructura financiera mundial, lo que significa que, cualquier día, toda la abundancia de una persona u organización puede verse reducida a cero mediante una hábil manipulación financiera. Éste es el control final que asegura que nadie pueda salirse de la organización. No sólo se le retirarían todos sus recursos, sino que entraría inmediatamente en la lista de un asesino a sueldo». 

El congresista Larry McDonald, en su prólogo al libro El expediente Roekefeller, escribió: «Ésta es una exposición concisa y escalofriante, de la que ha sido seguramente la historia más importante de nuestro tiempo: la idea de los Rockefeller y sus aliados de crear un Gobierno Único Mundial que combine el supercapitalismo y el comunismo bajo un mismo techo, todo bajo su control [ . .,] los Rockefeller y sus aliados llevan al menos cincuenta años siguiendo un cuidadoso plan para controlar EU y el resto del mundo haciéndose con el poder político a través de su poder económico.» El 31 de agosto de 1983, McDonald murió en un «accidente» a bordo de un avión comercial de Korean Airlines 007 en espacio aéreo soviético. 

 


















No hay comentarios:

Publicar un comentario