miércoles, agosto 17, 2016

Michel  Foucault

Un acercamiento a su pensamiento
                                                    
 “No me preguntéis quien soy ni me pidáis que sea siempre el mismo”       

Foucault  fue y es sin duda una de las figuras más importantes e influyentes del ambiente cultural francés. Nunca quiso expresamente ser un historiador de los ideales ni de las ciencias en el sentido clásico de estos términos. La única denominación que admitía era la de arqueólogo, aquello que da cuenta de forma más profunda de la cultura.      

Introducirse en esta forma de reflexión, en este modo de hacer filosofía, es una experiencia muy enriquecedora. Se está en presencia de un pensamiento envolvente, no se puede salir ileso del choque que representa encontrarse con las obras de Michel Foucault. Tuvo una clara conciencia de eso, lo supo, lo dijo y lo advierte, esto no es simplemente un pensamiento, una doctrina, es un modo de colocarse en la vida, ante la historia, ante todas las realidades que nos rodean.


Una muestra de ello y en referencia a su concepción de la Genealogía, se puede observar en su texto: Nietzsche la Genealogía la Historia de (Microfísica del Poder): "el mundo que conocemos no es esta figura simple en suma, en la que todos los sucesos se han borrado para que acentúen poco a poco los rasgos esenciales, el sentido final, el valor primero y último; es por el contrario una miríada de sucesos entrecruzados (...) Creemos que nuestro presente se apoya sobre intenciones profundas, necesidades estables; pedimos a los historiadores que nos convenzan de ello. Pero el verdadero sentido histórico reconoce que vivimos, sin referencias ni coordenadas originarias, en miríadas de sucesos perdidos"  

Nace en Poitiers, Francia el 15 de octubre de 1926. Su padre era médico así como gran parte de sus antepasados de apellido Foucault, motivación que lo lleva a buscar ingresar en la Escuela Normal Superior en el año 1945 no consiguiéndolo. Por ese motivo comienza a estudiar en el Liceo, donde conoce al filósofo Jean Hyppolite, a partir de 1946 ingresa en la Escuela Normal Superior. Obtiene su licenciatura en Filosofía en la Sorbona, teniendo entre otros a Merlau-Ponty como profesor. Durante ese período conoce a Pierre Bordieu y Jean Paul Sartre entre otros.       

En 1949, Foucault termina la carrera de Psicología y recibe su diploma en Estudios Superiores de Filosofía, presentando una tesis sobre Hegel, con la supervisión de Hyppolite.

En 1950 entra en el partido comunista, permaneciendo poco tiempo al producirse intromisiones del partido en su vida personal así como en la de Althusser. Esta época es muy conflictiva para Foucault, pasando momentos de gran angustia que lo llevan a tentativas de suicidio.      

Durante el año 1951 es profesor de Psicología en la Escuela Normal Superior, siendo su alumno entre otros Derrida. En ese mismo año ingresa al Hospital Psiquiátrico de Saint Anne donde trabajará. Además se dedica al estudio de distintas manifestaciones artísticas entre ellas el surrealismo, estudio que continuará durante 1952 y 1953.

Aproximadamente en esa época participa de un Seminario de Jacques Lacan.        Y personajes como Maurice Blanchot y George Bataille, lo aproximan a Nietzsche.      

Mientras enseñaba en la universidad de Upsala en Suecia, Foucault escribió Locura y Civilización: Una historia de la locura en la edad de la Razón (1961).

Durante 1954 publica: Enfermedad Mental y Psicología, Historia de la Locura en la Edad Clásica, en el año 1961 siendo esta obra la que utiliza para su tesis de doctorado en la Sorbona. Este libro analiza las prácticas médicas durante los Siglos XVII y XVII.

Posteriormente publica: El Nacimiento de la Clínica. En el 66 Las Palabras y las cosas y en el 69 La Arqueología del Saber. Recibe su diploma en Psicología Experimental y se dedica al estudio de Freud, Lacan, Piaget etc. Siendo esta tal vez su fase más productiva como teórico en el sentido académico, fase que se extiende hasta el año 1970.

En el año 1971 asume la cátedra que pertenecía a Jean Hyppolite de Historia de los Sistemas de Pensamiento,  y la clase inaugural fue con: El Orden del Discurso. En el 75 publica Vigilar y Castigar.       

Foucault al concluir el discurso en 1983, un año antes de su muerte, en homenaje a Emmanuel Kant titulado "¿Qué es la ilustración?" afirma que "una ontología de la actualidad (del presente) es una forma de filosofía que desde Hegel a la escuela de Frankfurt, pasando por Nietzsche y Max Weber, ha fundado una forma de reflexión en la que intento trabajar".   

No consigue acabar uno de sus más ambiciosos proyectos: Historia de la Sexualidad; en el año 1976 publica el primero de los seis volúmenes proyectados: La Voluntad de Saber, que no es bien acogido por las críticas. Durante 1984 poco tiempo antes de morir, publica dos volúmenes más después de ocho años de silencio, El Uso de los Placeres y El Cuidado de Sí. Muere el día 25 Junio de 1984, por complicaciones provocadas por el SIDA, debido a una septicemia.   

Discutido y estudiado en varias áreas del saber, Foucault se muestra como un intelectual interesado en el presente que le tocó vivir. Crítica el proyecto de las ciencias humanas modernas demostrando que sus demandas de objetividad son imposibles en un dominio en el cual la verdad en sí misma siempre sea una construcción divagadora. Cualquier período histórico dado comparte las formaciones inconscientes que definen la manera apropiada de pensar la verdad. Su crítica se extiende a los conceptos que intentan explicar la sexualidad y los comportamientos normativos, demostrando cómo el género heterosexual es un fenómeno moderno.     

Michel Foucault describe su propio papel como intelectual, y afirma que “consiste en enseñar a la gente que son mucho más libres de lo que se sienten, que la gente acepta como verdad, como evidencia, algunos temas que han sido construidos durante cierto momento de la historia y que esa pretendida evidencia puede ser criticada y destruida. Cambiar algo en el espíritu de la gente, ese es el papel del intelectual. (Tecnologías del yo; verdad, individuo y poder).   

El concepto de poder en Foucault      

Es importante acuñar una noción de poder que no haga exclusiva referencia al gubernativo, sino que contenga la multiplicidad de poderes que se ejercen en la esfera social, los cuales se pueden definir como poder social. En La verdad y las formas jurídicas, Foucault es más claro que en otros textos en su definición del poder; habla del subpoder, de "una trama de poder microscópico, capilar", que no es el poder político ni los aparatos de Estado ni el de una clase privilegiada, sino el conjunto de pequeños poderes e instituciones situadas en un nivel más bajo. No existe un poder; en la sociedad se dan múltiples relaciones de autoridad situadas en distintos niveles, apoyándose mutuamente y manifestándose de manera sutil. Uno de los grandes problemas que se deben afrontar cuando se produzca una revolución es el que no persistan las actuales relaciones de poder. El llamado de atención de Foucault va en sentido de analizarlas a niveles microscópicos.

Para el autor de La microfísica del poder, el análisis de este fenómeno sólo se ha efectuado a partir de dos relaciones: uno, contrato - opresión, de tipo jurídico, con fundamento en la legitimidad o ilegitimidad del poder; y dos, dominación - represión, presentada en términos de lucha - sumisión.

El problema del poder no se puede reducir al de la soberanía, ya que entre hombre y mujer, alumno y maestro y al interior de una familia existen relaciones de autoridad que no son proyección directa del poder soberano, sino más bien condicionantes que posibilitan el funcionamiento de ese poder, son el sustrato sobre el cual se afianza.

"El hombre no es el representante del Estado para la mujer. Para que el Estado funcione como funciona es necesario que haya del hombre a la mujer o del adulto al niño relaciones de dominación bien específicas que tienen su configuración propia y su relativa autonomía".     

El poder se construye y funciona a partir de otros poderes, de los efectos de éstos, independientes del proceso económico. Las relaciones de poder se encuentran estrechamente ligadas a las familiares, sexuales, productivas; íntimamente enlazadas y desempeñando un papel de condicionante y condicionado. En el análisis del fenómeno del poder no se debe partir del centro y descender, sino más bien realizar un análisis ascendente, a partir de los "mecanismos infinitesimales", que poseen su propia historia, técnica y táctica, y observar cómo estos procedimientos han sido colonizados, utilizados, transformados, doblegados por formas de dominación global y mecanismos más generales.

En Los intelectuales y el poder, Foucault argumenta que después de mayo de 1958, los intelectuales han descubierto que las masas no tienen necesidad de ellos para conocer    - saben mucho más -, pero existe un sistema de dominación que obstaculiza, prohíbe, invalida ese discurso y el conocimiento.

Poder que no sólo se encuentra en las instancias superiores de censura sino en toda la sociedad. La idea de que los intelectuales son los agentes de la "conciencia" y del discurso forma parte de ese sistema de poder. El papel del intelectual no residiría en situarse adelante de las masas, sino en luchar en contra de las formas de poder allí, donde realiza su labor, en el terreno del "saber", de la "verdad", de la "conciencia", del "discurso"; el papel del intelectual consistiría así en elaborar el mapa y las acotaciones sobre el terreno donde se va a desarrollar la batalla, y no en decir cómo llevaría a cabo.

En La microfísica del poder indica que "el poder no es un fenómeno de dominación masiva y homogénea de un individuo sobre los otros, de un grupo sobre otros, de una clase sobre otras; el poder contemplado desde cerca no es algo dividido entre quienes lo poseen y los que no lo tienen y lo soportan.

El poder tiene que ser analizado como algo que no funciona sino en cadena. No está nunca localizado aquí o allá, no está nunca en manos de algunos. El poder funciona, se ejercita a través de una organización reticular. Y en sus redes circulan los individuos quienes están siempre en situaciones de sufrir o ejercitar ese poder, no son nunca el blanco inerte o consistente del poder ni son siempre los elementos de conexión El poder transita transversalmente, no está quieto en los individuos".

Aunque este párrafo pudiera hacer pensar que Foucault disuelve, desintegra el principal tipo de poder, el estatal, o que no lo reconoce, en otro apartado habla del concepto de subpoder, de los pequeños poderes integrados a uno global. Reconoce al poder estatal como el más importante, pero su meta es tratar de elaborar una noción global que contenga tanto al estatal como aquellos poderes marginados y olvidados en el análisis. 

Obras:     

1. Historia de la locura en la época clásica 
El primer libro importante de Foucault, escrito mientras enseñaba francés en Suecia.    En él revisa el desarrollo de la idea de locura a través de la historia.

Empieza analizando la Edad Media, en particular el encierro de los leprosos. De ahí, pasa a la idea del barco de los tontos del siglo XV, y luego al repentino interés en las prisiones del siglo XVII en Francia. Eventualmente, se cree que la locura es una enfermedad del alma, y finalmente, con Freud, una enfermedad mental.

Foucault también pone mucha atención a la manera en la que el loco pasó de ser aceptado como parte del orden social a un individuo destinado al encierro.

También repasa las diferentes técnicas empleadas para tratar la locura, en particular los casos de Philippe Pinel y Samuel Tuke. Argumenta que los tratamientos ofrecidos por ellos no eran menos orientados al control que métodos precedentes. En el método de Tuke, el loco es castigado hasta que aprende a actuar normalmente, efectivamente intimidándolo a volverse como las personas 'normales'. De forma similar, el tratamiento de Pinel consistía en terapia de aversión intensiva, incluyendo tratamientos como duchas heladas y el uso de camisas de fuerza. Para Foucault, este tratamiento equivalía a brutalizar repetidamente al paciente hasta que éste internalizara los patrones de juicio y castigo.   

2. El nacimiento de la clínica     
El segundo trabajo importante de Foucault fue publicado en 1963 en Francia. El libro traza el desarrollo de la medicina, específicamente la institución de la clínica. Uno de los temas centrales es el de la observación o mirada atenta (regard).       

3. Las palabras y las cosas
Publicado en 1966, empieza con una extensa discusión de Las Meninas del pintor español Diego Velázquez, en atención a su complejo juego de miradas, ocultamientos y apariciones. De ahí desarrolla su argumento central: que todos los periodos de la historia poseen ciertas condiciones fundamentales de verdad que constituyen lo que es aceptable como, por ejemplo, discurso científico. Foucault argumenta que estas condiciones de discurso cambian a través del tiempo, mediante cambios generales y relativamente repentinos, de un epistema a otro.
Las palabras y las cosas posicionó a Foucault en el primer plano intelectual de Francia.  Sartre atacó a Foucault como la 'última muralla de la burguesía' a propósito de este texto.

4. La arqueología del saber

Publicado en 1969, representa la principal aventura de Foucault en cuanto metodología. Lo escribió para lidiar con la percepción que se tenía de Las palabras y las cosas. Hace referencia a la filosofía analítica angloamericana, en particular a la teoría del acto discursivo.

Foucault dirige su análisis hacía la oración, la unidad básica del discurso que considera ignorada hasta ese momento. Las oraciones dependen de las condiciones en las que emergen y existen dentro del campo del discurso. No son proposiciones, ni declaraciones ni actos discursivos. En su análisis, Foucault considera los actos discursivos serios en cuanto a su análisis literal, en lugar de buscar algún significado más profundo. Es importante notar que Foucault reitera que su análisis es una táctica más, y que de ninguna manera está tratando de desplazar o invalidar otras formas de analizar el discurso. 

La postura de Foucault respecto a las oraciones es radical. No sólo elimina cuestiones sobre verdad, sino inclusive cuestiones de significado. En lugar de buscar el origen del significado en algún sujeto trascendental o en relación a las prácticas aceptadas, Foucault niega que el significado tenga importancia alguna en su trabajo. Su estrategia es describir a detalle cómo surgen las afirmaciones de verdad, qué fue lo que de hecho se dijo y escribió, y cómo esto encaja en la formación de los discursos. Quiere evitar toda interpretación y alejarse de los objetivos de la hermenéutica.

Esta postura permite que Foucault se aleje del punto de vista antropológico y se enfoque en el papel de las prácticas discursivas.

Renunciar al significado pareciera acercar a Foucault al estructuralismo. Sin embargo, él se rehúsa a examinar a las oraciones fuera de su papel en la formación discursiva y también rechaza examinar posibles oraciones que podrían surgir de tal formación. De aquí surge su identidad como historiador, pues solo le interesa describir oraciones que de hecho ocurrieron en la historia. Todo el sistema y sus reglas discursivas determinan la identidad de la oración; por lo tanto, no tiene sentido distinguir las oraciones posibles de las ocurridas. Solo las oraciones que de hecho ocurren son las que pueden ocurrir en un sistema discursivo. Así que uno debe meramente describir sistemas específicos que determinan que tipos de oraciones pueden surgir.       

5.
Vigilar y castigar 

Surveiller et punir: Naissance de la prison, fue publicado en 1975. El libro empieza con una descripción muy gráfica de la ejecución pública del regicida Damiens en 1757. Contra esta, Foucault yuxtapone una prisión gris de 80 años después. Entonces se busca entender como pudo ocurrir tal cambio en la forma de castigar a los convictos en un período de tiempo tan corto. Estas dos formas de castigo tan contrastantes son dos ejemplos de lo que Foucault llama "tecnologías de castigo". La primera, la tecnología de castigo 'monárquica', consiste en la represión de la población mediante ejecuciones públicas y tortura.

La segunda, el "castigo disciplinario", de acuerdo a Foucault, es la forma de castigo practicada hoy en día. El castigo disciplinario le da a los "profesionales" (psicólogos, facilitadores, guardias, etc.) poder sobre el prisionero: la duración de la estancia depende la opinión de los profesionales.

Foucault compara la sociedad moderna con el diseño de prisiones llamado "Panopticón" de Jeremy Bentham (que nunca fue construido, pero sí fue tomado en cuenta): en el panopticón, un solo guardia puede vigilar muchos prisioneros mientras el guardia no puede ser visto. El oscuro calabozo de la pre-modernidad ha sido reemplazado por la moderna prisión brillante, pero Foucault advierte que "la visibilidad es una trampa". Es a través de esta óptica de vigilancia, dice Foucault, que la sociedad moderna ejercita sus sistemas de control de poder y conocimiento (términos que Foucault considera tan íntimamente ligados que con frecuencia habla del concepto "poder-conocimiento"). Foucault sugiere que por todos los niveles de la sociedad moderna existe un tipo de 'prisión continua', desde las cárceles de máxima seguridad, trabajadores sociales, la policía, los maestros, hasta nuestro trabajo diario y vida cotidiana. Todo está conectado mediante la vigilancia (deliberada o no) de unos seres humanos por otros, en busca de la 'normalización'. 

6. Historia de la sexualidad      
Hasta antes de la muerte de Foucault se habían publicado tres volúmenes de la Historia de la sexualidad. El primero es el más leído, La voluntad de saber y fue publicado en Francia en 1976. Se enfoca en los dos últimos siglos y el funcionamiento de la sexualidad como régimen de poder, en relación a la emergencia del bio-poder. En este volumen, ataca las "hipótesis represivas", la creencia común de que hemos "reprimido" nuestros impulsos sexuales particular-mente desde el siglo XIX.

Los siguientes volúmenes, El uso de los placeres y La inquietud de sí, lidian con el papel del sexo en la antigüedad griega y romana. Los dos fueron publicados el año de la muerte de Foucault, en 1984. Un cuarto volumen que lidiaba con la era cristiana estaba casi terminado a su muerte, pero aún no ha sido publicado.

Disertaciones/Conferencias
Desde 1970 y hasta su muerte en 1984, Foucault dio regularmente un curso de lecturas y seminarios semanales en el Collège de France como requisito para su puesto de académico. Todas estas disertaciones fueron grabadas, y las transcripciones de Foucault también se conservan.

En 1997 se empezaron a publicar estas lecturas en francés, que forman parte de su entorno sistemático.

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