domingo, agosto 21, 2016

Las asignaturas pendientes de los colegios colombianos 

                                                                                        Autor: Cindy Catalina Florez López 


Resultado de imagen para logo elmundo.com medellinUrbanidad, Civismo, Ética, Historia, Comportamiento y Salud son algunas de las materias, que si bien no han desaparecido completamente de los currículos escolares, son cada vez menos aplicadas en los colegios del país. 


Geografía fue una de las asignaturas que luego de la reforma de 1984 se incluyó en el área de Ciencias Sociales.

La falta de conocimientos de fechas, sucesos y personajes históricos con los que los estudiantes ingresan a la educación superior ha sido una queja constante de los docentes e instituciones universitarias. Puesto que, según los expertos, no se puede aprender de la evolución ni de los problemas actuales de la sociedad sino se reconoce su historia.

Entre tanto, los historiadores aseguran que debido a que las clases y los libros de historia se quedaron en los anaqueles de las bibliotecas, los estudiantes han perdido el interés de conocer el pasado del país, puesto que desde hace más de 30 años la asignatura fue eliminada de los currículos escolares.

Al respecto, Queipo Timaná, profesor emérito de la Universidad de Antioquia y doctor en Educación, indicó que en este momento es muy difícil que los estudiantes tengan el conocimiento de que en el siglo XIX se levantaron en el país más de 19 guerras civiles y 46 guerras regionales, que entiendan el porqué y el cómo se crearon las guerrillas y de que en 1850 se definieron los partidos políticos.

Por ejemplo, Juan Andrés Gallo, un estudiante de séptimo grado, afirmó no conocer la historia del Florero de Llorente, o por qué el 11 de noviembre se celebra que Cartagena declaró su independencia absoluta de España.

Óscar Almario García, doctor en Antropología Social de la Universidad de Sevilla (España), precisó sobre este tema que “las características del país, su complejidad y conflictos sólo se pueden comprender si existe una buena visión histórica, y eso se perdió cuando se suprimió su enseñanza, cosa que no sucede en ningún país serio. Esa reforma, cuando Colombia entraba en una etapa de narcotráfico y apertura económica, fue una desvalorización de la historia como un instrumento formador de la persona y su valor social”.

Visón que es compartida por el experto Timaná, quien además agregó que “quien desconoce la historia de este país, desconoce cómo se construyó, cuál es nuestro proceso y nuestro papel en la evolución y también no sabe hacia dónde se dirige”.

Precisamente, estas visiones apoyan lo planteado por la senadora Viviane Morales, quien radicó el pasado 20 de julio en el Senado, un proyecto de ley que pretende modificar la Ley General de la Educación (115 de 1994) para restablecer la enseñanza obligatoria de la historia en todas las instituciones educativas colombianas.

“Hay analfabetismo histórico en las nuevas generaciones. Como decía Leonardo da Vinci, uno no puede amar lo que no conoce. Los jóvenes de estratos altos que estudian en colegios bilingües, terminan conociendo más la historia de esas naciones que la propia. De eso me di cuenta como profesora de Derecho”, afirmó la senadora.

Morales agrega que en esta etapa que emprende el país, en la que se quiere superar un conflicto armado de más de medio siglo, es importante saber, de manera crítica, lo vivido para construir alternativas diferentes en el presente.

Entre tanto, la senadora Sofía Gaviria  manifestó a medios nacionales su apoyo a esta propuesta, al considerarla clave en la búsqueda de la identidad de los colombianos. “Las juventudes podrían conocer los diferentes matices del pensamiento político de nuestros prohombres, que los llevó a desarrollar acciones extraordinarias. Esto ayudará a que se impregnen de honestidad, conocimiento y compromiso social”. 

Sin embargo, no sólo la asignatura de Historia ha estado ausente de los tableros, los cuadernos y de las aulas de clase, ya que disciplinas como Antropología, Sociología, Psicología y Geografía fueron unidas en un área llamada “Ciencias Sociales”, de la cual a veces se desprenden algunos vestigios de lo que se conocía también como ciudadanía o civismo.

Lo mismo pasa cuando se habla de las asignaturas de Ética y Valores, Urbanidad, Comportamiento y Salud, entre otras que se han ido borrando de los Planes Educativos Institucionales (PEI).

Otras materias pendientes

Hace poco más de cinco años, el representante a la Cámara por Santander, Miguel de Jesús Arenas, del Partido Liberal,  presentó ante esta corporación un proyecto de ley que buscaba incorporar nuevamente en el sistema educativo los lineamientos que según indicó “se han perdido y tienen hoy a la sociedad colombiana en una crisis de valores”. Con esto se refirió a la implementación en los planteles de la cátedra de educación cívica y urbanidad o como es comúnmente conocida los manuales de Carreño.

En estos documentos, publicados en 1853 por Manuel Antonio Carreño Muñoz, un pedagogo venezolano, se estipulaban las normas de “civilidad y etiqueta que deben observarse en las diversas situaciones sociales”.

Según una investigación de la Universidad de Santander, la lectura de estos manuales de urbanidad fue una constante en la educación colombiana a lo largo de todo el siglo XX. Estos textos significaron para el sistema educativo un referente claro sobre las formas correctas de comportamiento tanto para hombres como para mujeres y crearon los lineamientos precisos para definir a los buenos ciudadanos. 

Como libros pedagógicos, su función fue la de estipular cuáles son las acciones, incluso los pensamientos, que merecen aprobación por parte de los demás, y cuáles deben reprocharse, ocultarse o simplemente borrarse de la cotidianidad colectiva. “Los manuales de urbanidad, por tanto, han estipulado qué puede entenderse por bueno, correcto y digno de reproducirse”.

Entre tanto, Timaná afirmó que “la enseñanza de la urbanidad es el acercamiento a la ética y a la moral y esta tendría que estar enfocada ahora, si es que se replantea su papel en el salón de clase, en generar espacios de no agresión en donde a través del diálogo y de la argumentación se fomente el respeto por sí mismo, por el otro y por el Estado”.

Para Juan David Alzate, docente de la Universidad de Antioquia y licenciado en Ciencias Sociales, más que la implementación de las asignaturas que ya estaban por fuera del sistema es la reformulación de las mismas al contexto actual.

“Por ejemplo, en historia hay que pasar de los acontecimientos heroicos, de las fechas y de los sucesos a enseñar a los estudiantes a que entiendan los procesos por los cuales se llegó a esa situación. Darles una mirada histórica  distinta, hacia otros actores y sucesos. Igualmente, en lo cívico, en la urbanidad, en la salud, hay que darles la vuelta y traerlas al siglo XXI, no es lo mismo la urbanidad que se dictaba desde la Iglesia a las pautas de comportamiento que se tienen en la actualidad”.


Estos expertos aseguran que lo sucedido bajo el Gobierno de Belisario Betancur, en la que en una sola asignatura encerraron diversas disciplinas,  fue la muestra de “que en ese momento en el país no habían personas preparadas para regular un sistema educativo”, pero que ahora respaldan las iniciativas como la de la senadora Morales y avalan la inclusión de otras disciplinas en el currículo escolar siempre y cuando sean reformadas, con contenidos adecuados y traídas al contexto actual.

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