“Crecí entre plomaceras, bombazos y muertos en
El Catatumbo”.
Este es el testimonio de una muchacha 16 años que vivió en medio del terror de la guerra
Las 2Orillas Por: Angie Carolina Cabas Arroyo | septiembre 26, 2016
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Nasly Libeth Bayona Durán llegó a Ocaña hace seis meses
con expectativas de superarse y buscando una alternativa distinta para
sobrevivir. Nació irónicamente en la vereda La Paz, corregimiento de Filo
Gringo en el municipio de El Tarra. Actualmente tiene 16 años y cursa sexto
grado en una institución educativa en la provincia al tiempo que trabaja como
empleada doméstica. Ella ha sido testigo del conflicto armado con los grupos
guerrilleros, especialmente con el ELN. Contando detalles de su infancia le es
imposible contener las lágrimas; considera que todo lo que ha vivido es muy
difícil. Además, revela detalles importantes de la vida entre grupos armados.
“Crecí entre guerra y violencia. Yo recuerdo muchas cosas,
otras mis abuelos me las cuentan, siempre vi niñas y niños de 13 y 14 años con
armas. Crecí con miedo, siempre entre plomaceras, bombazos, además muchos
muertos”. Su madre la tuvo de 18
años, era madre soltera, y le cuenta que estando en dieta “duramos 15 días en
un túnel tratando de refugiarnos por la guerra que allá se vivía. Fue muy duro
todo¨” Es la respuesta que Nasly da sobre su infancia.
Además, en su relato da una noción sobre cómo vive la
gente el conflicto armado y sus consecuencias, afirma que siempre vio personas
extrañas en su casa, a algunos les escuchaba decir que eran gente buena, a otros,
que eran mala. De su parte ninguno le inspiró confianza. Desde pequeña vio cómo
personas armadas entraban a las casas a acabar con todo. En ocasiones los
atendían, sus abuelos los recibían amablemente, dejaban de comer por brindarles
a ellos la comida. Reconocer que en oportunidades ellos les ofrecían ayudas,
como mercados.
Nasly considera que debido a la ausencia del gobierno por
esas zonas, el ELN es la autoridad y ante cualquier problema en la vereda se
pronuncia con sanciones, en la que las personas deben pagar una multa. A su
parecer eso servía para mantener el orden en la comunidad.
A través de esta entrevista se le explicó a Nasly los
importante que era su relato pues escuchando a las víctimas es que se conoce la
historia para no repetir. Por eso se le pidió que contara una situación de su
vida en la que hubiese sentido miedo. La respuestas fue contundente: ¨ Muchas
veces sentí demasiado miedo, hasta el punto de ocultarme debajo de la cama
porque caían balas, bombazos, caía tierra en el zinc de la casa, de repente yo
sentía tiroteos” la familia de Nasly la conforman tres hermanos y su mamá. La
joven, por ser la mayor ayudaba en la crianza. Recuerda que vivían a orillas de
un río. “Una vez hubo un tiroteo muy terrible, yo tenía como seis años, mi mamá
no estaba en la casa, nosotros veíamos muchos muertos y heridos, de tanto miedo
llorábamos, ese día el enfrentamiento empezó a las 10 de la mañana y terminó
hasta las tres de la tarde. Creo que nosotros estamos vivos de milagro¨.
Debido a esto, y a muchos otros factores, Nasly tomó la
decisión de salir de Filo Gringo con la principal intención de rehacer su vida,
estudiando y trabajando.
Conocedora de la región del Catatumbo históricamente
conflictiva, dice que no es fácil vivir en una finca ya que se está expuesto al
peligro donde una de las mayores amenazas es la de de irse a hacer parte de las
filas de los grupos armados: “Nno hay muchas maneras de entretenerse y se opta
por esa decisión”. Los integrantes del Eln, cuenta Nasly, tienen una manera particular
de convencer, invitando a los jóvenes a tomar un fusil para sentirse poderosos.
Varios amigos de ella en la escuela, incluso familiares tomaron ese camino.
Ella a los 15 años decidió lo contrario, y no se equivocó
pues muchos de los que se fueron terminaron mal.
Nasly Libeth Bayona Durán concluyó la conversación
revelando su anhelo de paz, optimista de que algún día los niños de Colombia no
tendrán que dormir intranquilos ni crecer entre guerra y violencia.
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