Similitudes y Diferencias entre las ideas Heráclito y Parménides
Taller Filosofía
Grado 10°
Devenir
Término con el que se designa el proceso de
ser, bajo el que se incluyen todos los tipos de cambio, (movimiento,
alteración, generación, corrupción...) y que suele ir asociado a expresiones
como "llegar a ser".
En general, y a partir de la filosofía griega clásica, el hablar del ser como "devenir" marca la oposición a una concepción del ser como algo estático, y se suele considerar las posturas defendidas por Heráclito y Parménides como representativas de una y otra posición, respectivamente. Se ha entendido, pues, que el "devenir" sea oponía al "ser", en el sentido de que el proceso de ser, o de "llegar a ser" algo, se opone a la inmovilidad del ser. La afirmación del devenir, del ser como proceso, se identifica con una concepción dinámica de la realidad, de la que suele considerarse a Heráclito de Éfeso como su más representativo defensor.
En general, y a partir de la filosofía griega clásica, el hablar del ser como "devenir" marca la oposición a una concepción del ser como algo estático, y se suele considerar las posturas defendidas por Heráclito y Parménides como representativas de una y otra posición, respectivamente. Se ha entendido, pues, que el "devenir" sea oponía al "ser", en el sentido de que el proceso de ser, o de "llegar a ser" algo, se opone a la inmovilidad del ser. La afirmación del devenir, del ser como proceso, se identifica con una concepción dinámica de la realidad, de la que suele considerarse a Heráclito de Éfeso como su más representativo defensor.
Ser
La noción de ser es
una de las más complejas que podamos encontrar en filosofía. Podemos distinguir dos usos del término
"ser": un uso como verbo y otro como sustantivo. En cuanto verbo,
tendría una función meramente copulativa al relacionar un sujeto con un
predicado, función que, al no haber sido observada convenientemente, fue causa
de muchos malentendidos.
En la historia de la
filosofía ha prevalecido, preferentemente, su consideración como sustantivo,
como nombre abstracto, adquiriendo un valor existencial, absoluto, que ha sido
objeto de distintas especulaciones metafísicas.
En esta última
acepción, como nombre abstracto, podemos considerar de un modo muy general que
el ser (en singular) remite a "lo que es", a cualquier realidad
individual a la que llamamos ente, y a la que consideramos un "ser",
independientemente de que su existencia sea o no física, material; pero también
podemos considerar que remite a lo que hace que una cosa sea, es decir, al
elemento común que comparten todas las cosas que son, de las que decimos que
"tienen ser", y en este sentido consideramos al ser como el
fundamento último de la realidad. En este sentido, es el objeto de estudio
tradicional de la metafísica, el estudio "del ser en cuanto tal",
considerando que el ser es la categoría suprema de la realidad, o que es algo
más que una categoría de la realidad, a la que necesariamente han de referirse
todos los seres que existen.
Son muchas las interpretaciones
del ser, a lo largo de la historia de la filosofía, de Parménides a Heidegger. Y también las críticas a dichas concepciones, entre
las que destacan, entre otros, las de la filosofía analítica y el positivismo
lógico, que consideran esas elaboraciones como el resultado de equívocos
lingüísticos.
Paradigma
Es el conjunto de
creencias y preconcepciones (tanto filosóficas como de otra índole) que en una época determinada
comparte una comunidad científica. En un sentido amplio, equivale a punto de
vista o enfoque.
Este término empezó a
utilizarse en filosofía de la ciencia a partir de la obra de Thomas Kuhn
"La estructura de las revoluciones científicas" (1962) en donde se
defendía la tesis de que en la historia de la ciencia podemos encontrar, como
en la historia de las sociedades y de la política, momentos en los que domina
un conjunto de ideas, momentos en los que compiten varios modelos explicativos,
y momentos en los que un nuevo punto de vista sustituye al anterior. En la
historia de la ciencia podemos encontrar épocas críticas o revolucionarias en
los que un modelo teórico se sustituye por otro, como de modo muy claro ocurrió
a finales del Renacimiento con la sustitución de la física medieval por la
moderna o de la teoría astronómica tradicional (geocéntrica) por la nueva
astronomía de Copérnico y Galileo (heliocéntrica).
Thomas Kuhn incluía en la
noción de paradigma elementos no estrictamente científicos (estéticos,
religiosos y filosóficos, por ejemplo), elementos que sin embargo pueden llegar
a determinar el éxito social de una teoría. Al mostrar que en los cambios de
teorías científicas son también importantes las dimensiones no racionales de la
ciencia (que con frecuencia se han llamado "contexto de
descubrimiento"), junto con las dimensiones puramente objetivas y
científicas ("contexto de justificación"), las tesis de Kuhn llevaron
a la filosofía de la ciencia a poner en cuestión la objetividad del conocimiento
científico y a posiciones relativistas o subjetivistas.
Uno
Término con el que
nos referimos a la unidad primordial del ser como "lo uno". Lo uno
representa, en este sentido, la identidad, la simplicidad y la uniformidad del
ser, en contraposición a "lo otro", a lo múltiple, a la diversidad,
respectivamente.
En este sentido utiliza el término
Parménides de Elea, refiriéndose al ser como "lo uno", reflexión que
será continuada por Platón y por los neoplatónicos y, posteriormente, por la
filosofía cristiana.
El tratamiento de
"lo uno" ha sido objeto de consideraciones ontológicas y lógicas,
fundamentalmente, en la filosofía antigua. En la filosofía moderna se adoptará
una posición preferentemente gnoseológica, llegando a adquirir su estudio una
importancia considerable en filosofías como la hegeliana, con el tratamiento
dialéctico que hace de la unidad de los opuestos.
Todos los seres,
cuando han llegado ya a su perfección, engendran, y, por tanto, lo eternamente
perfecto engendra eternamente algo eterno. Y engendra algo inferior a sí. ¿Qué
decir pues acerca de lo más perfecto? Que nada viene de Él a no ser lo que
solamente por Él es superado en perfección. Ahora bien, lo más grande después
de Él y, por tanto, lo segundo es la inteligencia; y es que la inteligencia lo
contempla y necesita solamente de Él. Él, sin embargo, no necesita de ésta. La
inteligencia es, pues, engendrada tras lo que es más perfecto que la
inteligencia y la inteligencia es el más perfecto de los seres, ya que todos
ellos vienen detrás de ella. Así, por ejemplo, el alma es palabra y acto de la
inteligencia al igual que la inteligencia lo es del Uno. Ahora bien, la palabra
del alma es confusa. Así pues, en la medida en que es una imagen de la
inteligencia, el alma debe mirar hacia esta y del mismo modo la inteligencia
debe mirar hacia el Uno a fin de ser inteligencia. Y lo ve sin estar separada
de Él ya que está inmediatamente tras Él y nada hay entre ambos como tampoco lo
hay entre la inteligencia y el alma. Todo lo engendrado desea y ama a su
progenitor y muy en especial cuando lo engendrado y el progenitor están solos.
Y cuando el progenitor es lo más perfecto, necesariamente lo engendrado está
con él y sólo están separados en la medida en que son distintos”.
http://www.webdianoia.com/glosario/display.php?action=view&id=303&from=action=search%7Cby=U
Lee
todo en: Plotino: El uno y la inteligencia | La guía de Filosofía
http://filosofia.laguia2000.com/filosofia-en-roma/plotino-el-uno-y-la-inteligencia#ixzz4KojBaI00
http://es.slideshare.net/leandroborton/cuadro-diferencias-y-similitudes-entre-herclito-y-parmnides
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