Valores y Fundamento Filosófico
Es necesario recalcar que en
la trayectoria, experiencia y praxis de la formación del docente está
igualmente presente la educación holística, como aprendizaje holístico y/o
educación integral, que es una filosofía educacional y forma constructivista
basada en la premisa de que toda persona encuentra su identidad y el
significado y sentido de su vida a través de nexos con la comunidad, el mundo
natural y valores como la paz y la compasión, y que, como educación completa e
integradora, busca despertar una devoción intrínseca por el respeto a la vida y
la pasión por el aprendizaje.
Lo anterior siguiendo el
Manual de Convivencia, cuando plantea en el Desarrollo Integral:
§ Crecimiento en las diferentes esferas del ser humano: En lo cognitivo (conocimientos, información, conceptos), en lo afectivo (valores y actitudes) y en lo procedimental (cómo se hace, cómo se ejercita).
§ En la Disciplina escolar: Obligación
que tiene la Comunidad Educativa de seguir un código de conducta conocido por
lo general como Manual de Convivencia.
Teniendo en cuenta los valores socializados y contextualizados desde el inicio de clases: disciplina, orden, autoridad y respeto. Incluyendo los valores institucionales, descritos en el Manual de Convivencia institucional, Valores: «Entendidos como las virtudes civiles y morales necesarias para la práctica de la democracia.
Lo metodológico y pedagógico.
La metodología implementada se planteó como un propósito de transformación direccionada para favorecer el pensamiento crítico en los alumnos.
En este sentido, se encontró que la pedagogía crítica mejora y propicia la trasformación de la realidad de los alumnos a través del desarrollo del pensamiento crítico favoreciendo la autonomía en ellos.
Pero
¿en qué consiste realmente la Pedagogía Crítica?
Se
trata de desarrollar el pensamiento crítico del estudiante, analizando las
estructuras sociales desde una vertiente social, ética y política, de manera que
se estén planteando continuamente interrogantes sobre la información que les
llega y sean conscientes de la responsabilidad que tienen como individuos
dentro de la sociedad.
Por lo
tanto, el objetivo de los docentes de la Pedagogía Crítica es la de conseguir
que el alumnado sea un intérprete critico de su sociedad, haciéndolos así
partícipes de su proceso de enseñanza-aprendizaje, de manera que consigamos que
sean agentes activos del cambio y vean que son parte de dicho cambio.
De
esta forma el papel del docente es el de ser un guía, un apoyo para el
alumnado, por medio de una metodología participativa en la que el alumnado sea
el protagonista en todo momento de su aprendizaje.
Educar
con criterio y conseguir un espíritu reflexivo y crítico en los jóvenes es algo
fundamental para crear la sociedad del futuro. Debemos educar a nuestro
alumnado para que sepan juzgar con un espíritu crítico toda la información que
les llega y que sepan opinar de manera crítica si es información contrastada o
si desean incorporarla en su vida.
Para
Freire (2004) la importancia del rol del profesor no es solo enseñar
contenidos, sino enseñar al estudiante a pensar correctamente; el docente tiene
la capacidad de establecer relaciones entre lo que sabe y entre las
circunstancias que le rodean para producir nuevo conocimiento, sin desvirtuar
que ese proceso tiene historicidad, que hay un conocimiento existente y que en
esa relación con el mundo se produce uno nuevo. “Enseñar no es transferir
conocimiento, sino crear las posibilidades de su producción, de su
construcción”, por lo cual plantea que, en el proceso de enseñanza, también se
aprende y viceversa, dado que carece de validez cualquier proceso de enseñanza
que no resulte en un aprendizaje. (Rafael Lucio 2018).
Quien
desea aprender, debe tener una curiosidad académica e intelectual permanente
por aprender, un interés consciente y estimulante; ir más allá de los
condicionantes que le rodean.
El
ambiente escolar y familiar debe garantizar unas mínimas condiciones necesarios
para que el estudiante se aproxime al conocimiento de una manera crítica. Es
decir, en ese proceso de enseñanza aprendizaje tanto profesor como estudiante
como su entorno familiar, deben procurar las condiciones necesarias para que el
aprendizaje se dé; por tanto, el educando debe hacer uso de su experiencia en
la producción de ciertos saberes y en el proceso se van dando las condiciones
para que los estudiantes se transformen y construyan nuevos saberes acompañados
por el profesor.
Por lo
tanto, el acto de enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las
posibilidades para su propia producción o construcción, así, la educación
verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para
transformarlo (Freire 2013).
También
en la praxis del docente de ciencias sociales está presente la propuesta
pedagógica de Wolfang Klafki, autor que una propuesta dentro de la pedagogía
‘crítico-constructiva’, recalcando la necesidad de proceder de manera crítico -
ideológica, es decir, de manera dinámica, edificante, donde el educador
impregne vida y espíritu a su labor de enseñanza y donde el educando comprenda
que no basta con memorizar, con aprender por el momento un determinado
contenido y que por el contrario, dichos elementos de clase logren formar una
persona integral, responsable y con visión, capaz de manejar situaciones y
llegar a realidades con la madurez requerida (Durán Guerrero 2015).
Así
mismo, se retoman algunos elementos básicos del aprendizaje significativo y del
constructivismo.
Donde
se pretende que el estudiante utilice conocimientos previos para
adquirir conocimientos nuevos, lo que requiere de una
participación activa del estudiante. En cuanto al constructivismo, plantea que
el conocimiento es resultado de un proceso dinámico e interactivo a través del
cual la información externa es interpretada y reinterpretada por la mente del
estudiante.
Un
factor a tener en cuenta, es que, como institución educativa de carácter
público, nuestros materiales y recursos en general son limitados, escasos y
desactualizados (tecnológicos, instrumentales y didácticos, entre otros), lo
cual circunscribe, acorta y condiciona el ámbito didáctico y metodológico del
trabajo en el aula, influyendo en la dinámica del proceso
enseñanza-aprendizaje.
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