La fiebre del petróleo de esquisto
deja secuelas en Argentina
La historia se repite, puntual: el
descubrimiento de grandes reservas de un recurso natural engendra furor. Riadas
humanas confluyen en el sitio del yacimiento y transforman el aspecto de
regiones antes apacibles. La historia recuerda las fiebres del oro en
Norteamérica, de diamantes en África y Canadá, del petróleo en Estados Unidos…
La euforia suele dar paso a la decadencia y el olvido.
Vaca Muerta promete la independencia energética y
el ahorro de miles de millones de dólares a Argentina (AFP)
El entusiasmo que despertó el hallazgo de enormes
volúmenes de petróleo y gas
de esquisto
en la
Patagonia argentina
podría concluir
como otras fiebres. El derrumbe de los precios del crudo ha golpeado a la
estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), obligada a frenar las
inversiones y hacer ajustes en su fuerza de trabajo para reducir las pérdidas.
La caída del oro negro también amenaza los sueños
de miles de habitantes de Añelo, la “capital nacional de hidrocarburos no
convencionales”, y de millones de argentinos que creyeron en la promesa de la
autosuficiencia energética.
Añelo ha recibido
los beneficios del entusiasmo de Neuquén y Buenos Aires por
la explotación
petrolera en Vaca Muerta (Ministerio de Salud de Neuquén - Flickr).
Destemplanza en
Añelo
Hasta 2013 Añelo era un pueblo de calles
polvorientas sin futuro en la Patagonia argentina. Tres mil almas habitaban en
ese rincón, cuyo nombre en lengua mapuche significa “el paraje del muerto”. En
apenas dos años la población se duplicó y la municipalidad lanzó un lema quizás
demasiado optimista: “El futuro encontró su lugar”.
Cuando YPF confirmó los estudios de la
Administración de Información Energética de Estados Unidos y las reservas de
Vaca Muerta encendieron la ilusión, Añelo reapareció en el mapa. Como el espejismo
de un oasis que encarnara en palmeras y manantiales. Las autoridades locales
imaginaron una pequeña ciudad moderna de 25.000 habitantes a la vuelta de 15
años.
El gobierno
de la
provincia de
Neuquén hizo
planes para
erigir una constelación de urbes petroleras servidas por autopistas, parques
industriales, centros de salud, escuelas…
Y el progreso llegó pronto, o al menos su avanzada:
los camiones, los remolques cargados con maquinaria, las camionetas llevando y
trayendo personal de YPF, los lujosos autos de los ejecutivos de la compañía y
sus socios extranjeros; y también la ampliación de los colegios, una planta
potabilizadora, las mejoras en los servicios de alcantarillado, la construcción
de un hospital…
Pero la promesa del desarrollo arrastra sombras.
Según el diario ‘La Nación’, Neuquén ha escalado a
la segunda posición por el número de máquinitas tragamonedas per cápita. Uno de
los casinos se levanta en Añelo. En declaraciones a la prensa el intendente de
la localidad, Darío Díaz, ha reconocido el reto de manejar el derrame de miles
de hombres con mucho dinero y poco entretenimiento. Voces críticas del boom
petrolero afirman que la prostitución, la violencia y la corrupción han crecido
a la par de la producción de barriles de crudo. El precio de los terrenos y los
alquileres se ha disparado y con ellos la desigualdad social.
El desplome del precio del petróleo amenaza con
abortar el alumbramiento de Añelo como la capital del no convencional. Quienes
invirtieron sus ahorros en negocios -pequeños hoteles, restaurantes, comercios-para
servir a los hombres de YPF ya no miran al futuro con tanto optimismo.
Bajo el desierto reposa una gigantesca riqueza cuya
extracción aún genera polémica en Argentina (AFP)
El espectro de
Vaca Muerta
A principios de marzo YPF anunció que reduciría el
ritmo de las inversiones en Vaca Muerta y haría ajustes en su fuerza de
trabajo. Con un barril por debajo de los 50 dólares, la rentabilidad de la
compañía argentina ha sufrido al punto de reducir sus ganancias a la mitad en
2015. Y el repunte del mercado de los hidrocarburos no se avizora en un futuro
cercano.
Bajo la superficie de Vaca Muerta reposan 16.200
millones de barriles de petróleo y 308 billones de metros cúbicos de gas, un
maná que satisfaría la demanda argentina. Extraer esa riqueza exige una
inversión a largo plazo estimada en 10.000 millones de dólares anuales durante
la próxima década. La crisis actual del sector energético en el mundo ha
ahuyentado a potenciales inversionistas, que prefieren esperar al impredecible
ascenso de los precios.
Por otra parte, militantes ecologistas y
representantes de grupos indígenas cuestionaron la apuesta del anterior
gobierno por desarrollar la prospección petrolera en la Patagonia. Las críticas
alertan sobre la trampa de depender de un recurso no renovable y muy
contaminante, en lugar de invertir en energías limpias.
Tal vez el mercado dé la razón temporalmente a los
seducidos por el oro negro. Pero ese futuro construido sobre los combustibles
fósiles podría desvanecerse como la leyenda de El Dorado en el sueño de los
conquistadores de ayer. Boris Leonardo Caro, 8 de abril de 2016
https://es-us.noticias.yahoo.com/petroleo-esquisto-argentina-230522623.html
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