lunes, abril 11, 2016

La fiebre del petróleo de esquisto
 deja secuelas en Argentina


La historia se repite, puntual: el descubrimiento de grandes reservas de un recurso natural engendra furor. Riadas humanas confluyen en el sitio del yacimiento y transforman el aspecto de regiones antes apacibles. La historia recuerda las fiebres del oro en Norteamérica, de diamantes en África y Canadá, del petróleo en Estados Unidos… La euforia suele dar paso a la decadencia y el olvido. 

Vaca Muerta promete la independencia energética y el ahorro de miles de millones de dólares a Argentina (AFP)

El entusiasmo que despertó el hallazgo de enormes volúmenes de petróleo y gas de esquisto en la Patagonia argentina podría concluir como otras fiebres. El derrumbe de los precios del crudo ha golpeado a la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), obligada a frenar las inversiones y hacer ajustes en su fuerza de trabajo para reducir las pérdidas.

La caída del oro negro también amenaza los sueños de miles de habitantes de Añelo, la “capital nacional de hidrocarburos no convencionales”, y de millones de argentinos que creyeron en la promesa de la autosuficiencia energética.   

Añelo ha recibido los beneficios del entusiasmo de Neuquén y Buenos Aires por la explotación petrolera en Vaca Muerta (Ministerio de Salud de Neuquén - Flickr).

Destemplanza en Añelo

Hasta 2013 Añelo era un pueblo de calles polvorientas sin futuro en la Patagonia argentina. Tres mil almas habitaban en ese rincón, cuyo nombre en lengua mapuche significa “el paraje del muerto”. En apenas dos años la población se duplicó y la municipalidad lanzó un lema quizás demasiado optimista: “El futuro encontró su lugar”.  

Cuando YPF confirmó los estudios de la Administración de Información Energética de Estados Unidos y las reservas de Vaca Muerta encendieron la ilusión, Añelo reapareció en el mapa. Como el espejismo de un oasis que encarnara en palmeras y manantiales. Las autoridades locales imaginaron una pequeña ciudad moderna de 25.000 habitantes a la vuelta de 15 años.

El gobierno de la provincia de Neuquén hizo planes para erigir una constelación de urbes petroleras servidas por autopistas, parques industriales, centros de salud, escuelas…

Y el progreso llegó pronto, o al menos su avanzada: los camiones, los remolques cargados con maquinaria, las camionetas llevando y trayendo personal de YPF, los lujosos autos de los ejecutivos de la compañía y sus socios extranjeros; y también la ampliación de los colegios, una planta potabilizadora, las mejoras en los servicios de alcantarillado, la construcción de un hospital…

Pero la promesa del desarrollo arrastra sombras.

Según el diario ‘La Nación’, Neuquén ha escalado a la segunda posición por el número de máquinitas tragamonedas per cápita. Uno de los casinos se levanta en Añelo. En declaraciones a la prensa el intendente de la localidad, Darío Díaz, ha reconocido el reto de manejar el derrame de miles de hombres con mucho dinero y poco entretenimiento. Voces críticas del boom petrolero afirman que la prostitución, la violencia y la corrupción han crecido a la par de la producción de barriles de crudo. El precio de los terrenos y los alquileres se ha disparado y con ellos la desigualdad social.
El desplome del precio del petróleo amenaza con abortar el alumbramiento de Añelo como la capital del no convencional. Quienes invirtieron sus ahorros en negocios -pequeños hoteles, restaurantes, comercios-para servir a los hombres de YPF ya no miran al futuro con tanto optimismo. 

Bajo el desierto reposa una gigantesca riqueza cuya extracción aún genera polémica en Argentina (AFP)

El espectro de Vaca Muerta
A principios de marzo YPF anunció que reduciría el ritmo de las inversiones en Vaca Muerta y haría ajustes en su fuerza de trabajo. Con un barril por debajo de los 50 dólares, la rentabilidad de la compañía argentina ha sufrido al punto de reducir sus ganancias a la mitad en 2015. Y el repunte del mercado de los hidrocarburos no se avizora en un futuro cercano.

Bajo la superficie de Vaca Muerta reposan 16.200 millones de barriles de petróleo y 308 billones de metros cúbicos de gas, un maná que satisfaría la demanda argentina. Extraer esa riqueza exige una inversión a largo plazo estimada en 10.000 millones de dólares anuales durante la próxima década. La crisis actual del sector energético en el mundo ha ahuyentado a potenciales inversionistas, que prefieren esperar al impredecible ascenso de los precios.

Por otra parte, militantes ecologistas y representantes de grupos indígenas cuestionaron la apuesta del anterior gobierno por desarrollar la prospección petrolera en la Patagonia. Las críticas alertan sobre la trampa de depender de un recurso no renovable y muy contaminante, en lugar de invertir en energías limpias.    

Tal vez el mercado dé la razón temporalmente a los seducidos por el oro negro. Pero ese futuro construido sobre los combustibles fósiles podría desvanecerse como la leyenda de El Dorado en el sueño de los conquistadores de ayer.                          Boris Leonardo Caro, 8 de abril de 2016


https://es-us.noticias.yahoo.com/petroleo-esquisto-argentina-230522623.html







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