El día que todo cambió
Hoy, hace 68 años, la violencia marcó la historia colombiana
Semana Educación le
explica por qué.
El 9 de abril de 1948 fue asesinado en Bogotá el
candidato único del Partido Liberal para las elecciones de 1949. Juan
Roa Sierra le disparó tres veces a Jorge Eliécer Gaitán cuando salía de su
despacho. Al oír lo ocurrido, los seguidores indignados se tomaron las calles
de Bogotá. Hubo saqueos e incendios. Y al poco tiempo, la noticia se transmitió
a las regiones por las emisoras, y el país se sumió en el caos.
Desde entonces, la historia de Colombia ha
cambiado, hasta tal punto que el gobierno decidió escoger este acontecimiento
por encima de cualquier otro como ‘El día de las víctimas’.
Semana Educación le explica cuatro razones por las que el país se
transformó.
Cultura de los horrores
Desde el 9 de abril los índices de homicidios se
dispararon en Colombia. Algunos historiadores calculan que fueron asesinadas
alrededor de 300.000 personas en diez años. La muerte estuvo acompañada por el
terror: “en Puerto Tejada, los liberales decapitaron a algunos conservadores y
luego jugaron fútbol con sus cabezas en la plaza del pueblo.” Así lo cuenta
David Bushnell en su libro de historia de Colombia.
Hay muchas otras historias sobre la brutalidad de
una guerra entre los miembros de los partidos tradicionales, en las que fueron
desplazadas y asesinadas miles de familias. Es muy conocido, por ejemplo, cómo
liberales y conservadores le cortaban el cuello a sus víctimas para simular una
franela. Desde entonces, el país conoció unos niveles enfermos de sadismo, que
nunca antes habían ocurrido en Colombia.
El Problema de la Tierra se agravó
Desde el siglo XIX ha existido un problema
por la posesión de las tierras. Según lo sostiene la historiadora Catherine Le
Grand, la mayor parte de las tierras del Estado terminaron en las manos de los
hacendados y no de los campesinos, en especial en las zonas de colonización.
Pero todo se agravó durante la época de la Violencia: los asesinatos en muchos
casos tenían el objetivo de desplazar para despojar de las tierras.
Ahí se agudizó una situación que contribuyó a que
El Banco Mundial afirmara que Colombia era uno de los países con mayor
concentración de la tierra. Y esto tuvo implicaciones en que un grupo como las
FARC, que surgió después de la época de la Violencia, como una guerrilla
liberal, hiciera del problema agrario una de sus principales reivindicaciones.
Transformación urbana
Según el historiador David Bushnell, una gran
parte del centro histórico de Bogotá quedó destruida después de que los
seguidores de Gaitán se tomaron las calles. Los conventos, las iglesias, los
periódicos, las casas de ricos y pobres, no se salvaron. El tranvía se acabó:
lo quemaron. Lo mismo ocurrió en otras ciudades, como Cali y Medellín, aunque
el caso de Bogotá ha sido mucho más documentado.
Después de ese día se acabó gran parte del
patrimonio de Bogotá. Desde entonces, empezó una nueva era urbana: se ampliaron
las vías, se construyeron grandes bloques residenciales, y se legisló sobre la
propiedad. Empezó “la jungla de concreto de grandes moles”, según lo afirman
Amparo de Urbina, investigadora de la Universidad del Externado, y Fabio
Zambrano, de la Universidad Nacional.
Estigmatización de la oposición
La versión oficial responsabilizó al comunismo por
los acontecimientos ocurridos durante el 9 de abril. Según David Bushnell, esto
ocurrió porque había altos dignatarios extranjeros que se encontraban en Bogotá
por la Conferencia Panamericana. Entonces, era necesario encontrar a un
culpable y la Unión Soviética era un buen candidato.
Ayudó, para justificar la hipótesis, que algunos de
los seguidores de Gaitán se tomaron las emisoras y empezaron a gritar que iban
a hacer la revolución, y que se formaron juntas revolucionarias a lo largo de
país. No obstante, los especialistas dudan que hubiera habido un plan liberal o
socialista para derrocar al gobierno. Se trató más de una mezcla entre
indignación, desorden y delincuencia.
Sin embargo, lo que ocurrió desde entonces, fue que
todos los movimientos que hicieran reclamos o que exigiera reivindicaciones
fueran asociado con la delincuencia y el vandalismo. En este sentido, el 9 de
abril fue utilizado por el establecimiento para deslegitimar todas las
transformaciones propuestas por los sectores marginados. Así lo afirma el
historiador Ricardo Arias.
Cada 9 de abril es un día para reflexionar sobre lo
que desde la educación se debe hacer: conocer la historia para no repetirla y
trabajar en procesos educativos que nos lleven a la tolerancia y el respeto en
medio de las diferencias.
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