domingo, abril 10, 2016

El día que todo  cambió

Hoy, hace 68 años, la  violencia marcó la historia colombiana

Semana Educación le explica por qué.



El 9 de abril de 1948 fue asesinado en Bogotá el candidato único del Partido Liberal para las elecciones de 1949. Juan Roa Sierra le disparó tres veces a Jorge Eliécer Gaitán cuando salía de su despacho. Al oír lo ocurrido, los seguidores indignados se tomaron las calles de Bogotá. Hubo saqueos e incendios. Y al poco tiempo, la noticia se transmitió a las regiones por las emisoras, y el país se sumió en el caos.
Desde entonces, la historia de Colombia ha cambiado, hasta tal punto que el gobierno decidió escoger este acontecimiento por encima de cualquier otro como El día de las víctimas. Semana Educación le explica cuatro razones por las que el país se transformó. 
Cultura de los horrores
Desde el 9 de abril los índices de homicidios se dispararon en Colombia. Algunos historiadores calculan que fueron asesinadas alrededor de 300.000 personas en diez años. La muerte estuvo acompañada por el terror: “en Puerto Tejada, los liberales decapitaron a algunos conservadores y luego jugaron fútbol con sus cabezas en la plaza del pueblo.” Así lo cuenta David Bushnell en su libro de historia de Colombia.
Hay muchas otras historias sobre la brutalidad de una guerra entre los miembros de los partidos tradicionales, en las que fueron desplazadas y asesinadas miles de familias. Es muy conocido, por ejemplo, cómo liberales y conservadores le cortaban el cuello a sus víctimas para simular una franela. Desde entonces, el país conoció unos niveles enfermos de sadismo, que nunca antes habían ocurrido en Colombia. 
El Problema de la Tierra se agravó
 Desde el siglo XIX ha existido un problema por la posesión de las tierras. Según lo sostiene la historiadora Catherine Le Grand, la mayor parte de las tierras del Estado terminaron en las manos de los hacendados y no de los campesinos, en especial en las zonas de colonización. Pero todo se agravó durante la época de la Violencia: los asesinatos en muchos casos tenían el objetivo de desplazar para despojar de las tierras.
Ahí se agudizó una situación que contribuyó a que El Banco Mundial afirmara que Colombia era uno de los países con mayor concentración de la tierra. Y esto tuvo implicaciones en que un grupo como las FARC, que surgió después de la época de la Violencia, como una guerrilla liberal, hiciera del problema agrario una de sus principales reivindicaciones.
Transformación urbana
 Según el historiador David Bushnell, una gran parte del centro histórico de Bogotá quedó destruida después de que los seguidores de Gaitán se tomaron las calles. Los conventos, las iglesias, los periódicos, las casas de ricos y pobres, no se salvaron. El tranvía se acabó: lo quemaron. Lo mismo ocurrió en otras ciudades, como Cali y Medellín, aunque el caso de Bogotá ha sido mucho más documentado.
Después de ese día se acabó gran parte del patrimonio de Bogotá. Desde entonces, empezó una nueva era urbana: se ampliaron las vías, se construyeron grandes bloques residenciales, y se legisló sobre la propiedad. Empezó “la jungla de concreto de grandes moles”, según lo afirman Amparo de Urbina, investigadora de la Universidad del Externado, y Fabio Zambrano, de la Universidad Nacional.
Estigmatización de la oposición
La versión oficial responsabilizó al comunismo por los acontecimientos ocurridos durante el 9 de abril. Según David Bushnell, esto ocurrió porque había altos dignatarios extranjeros que se encontraban en Bogotá por la Conferencia Panamericana. Entonces, era necesario encontrar a un culpable y la Unión Soviética era un buen candidato.
Ayudó, para justificar la hipótesis, que algunos de los seguidores de Gaitán se tomaron las emisoras y empezaron a gritar que iban a hacer la revolución, y que se formaron juntas revolucionarias a lo largo de país. No obstante, los especialistas dudan que hubiera habido un plan liberal o socialista para derrocar al gobierno. Se trató más de una mezcla entre indignación, desorden y delincuencia.
Sin embargo, lo que ocurrió desde entonces, fue que todos los movimientos que hicieran reclamos o que exigiera reivindicaciones fueran asociado con la delincuencia y el vandalismo. En este sentido, el 9 de abril fue utilizado por el establecimiento para deslegitimar todas las transformaciones propuestas por los sectores marginados. Así lo afirma el historiador Ricardo Arias.
Cada 9 de abril es un día para reflexionar sobre lo que desde la educación se debe hacer: conocer la historia para no repetirla y trabajar en procesos educativos que nos lleven a la tolerancia y el respeto en medio de las diferencias.

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