domingo, abril 03, 2016

Cornelius Castoriadis: sus conceptos


María Josefa Erreguerena  Albaitero

fragmento
 Resumen.

El objetivo de este trabajo es tratar de explicar quién fue Cornelius Castoriadis y definir algunos de sus conceptos. El Imaginario Social es una teoría que cada vez adquiere más relevancia. Se utiliza para tratar de explicar los mitos, los medios de comunicación,  la psique, la historia o la economía; tal vez justamente por ser una obra tan extensa y abarcativa sus conceptos atraviesan toda su teoría y entenderlos tiene cierta dificultad. Cabe aclarar que sus términos pueden entenderse en la lectura de su obra, pero él nunca realizó un  glosario.

Los conceptos definidos son: imaginario social, institución, lógica de los magmas, imaginación y creación histórica, imaginación radical, desfuncionalización, monada psíquica, fase triádica, individuo social, reflexión, autonomía heteronomía y significaciones imaginarias sociales. También exponemos una breve biografía de Castoriadis.

Este trabajo no  es una interpretación  exclusivamente mía, es el resultado del análisis de la teoría del imaginario social y de la búsqueda en internet de investigaciones y personas que analizan la obra de tan destacado autor.

La preocupación central de Castoriadis fue siempre entender la interrelación que existe entre el sujeto y la sociedad; por lo tanto tuvo que conocer profundamente al sujeto y a la sociedad. Castoriadis fue un hombre siempre comprometido con su tiempo y su sociedad; filósofo, psicoanalista, sociólogo, militante y músico, dicen que buen jazzista, crítico siempre del poder establecido y de ideas preconcebidas sobre los sujetos y las sociedades.

Un hombre, una vida

Cornelius Castoriadis nació en Estambul, llamado Constantinopla, en 1922. Desde niño vive en Atenas, Grecia, donde gobierna el dictador Metazas; posteriormente a la Segunda Guerra Mundial, sufre la ocupación Nazi. Se une a la Juventud Comunista Griega a los quince años y más adelante pasó al troskismo. En 1945 es sentenciado a muerte por los fascistas y los comunistas  y se muda a París.
De 1945 a 1965 fundó el grupo-revista  Socialismo o Barbarie, con Claude Lefort, donde también participaron Edgar Morin y Jean François Lyotard, entre otros.

Para algunos Castoriadis fue inspirador del movimiento del 68. Siempre se destacó por una actitud crítica de las diferentes corrientes del marxismo, de la Escuela de Frankfurt, o del estructuralismo. En los años setenta se convierte en psicoanalista y publica La institución imaginaria de la sociedad, donde conjunta el pensamiento social-histórico- político-filosófico y psicoanalítico. En 1979 fue electo director en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París. Muere en 1997 en París.

Imaginario social

Es Castoriadis (1993:29) quien acuña el término imaginario social, el cual representa la concepción de figuras/formas/imágenes de aquello que los sujetos llamamos “realidad”, sentido común o racionalidad en una sociedad. Esta “realidad” es construida, interpretada, leída por cada sujeto en un momento histórico social determinado. Esta concepción de figuras/formas/imágenes es una obra de creación constante por parte de cada sujeto inmerso en una sociedad, de este modo ejerce su libertad, se transforma  y va transformando el mundo que lo rodea. Pensemos, por ejemplo, en la reivindicación de las mujeres a lo largo de este siglo; en la lucha de las sufragistas inglesas y en la igualdad laboral las cuales llevaron necesariamente  a transformaciones en la familia, educación y política que cambió la vida cotidiana y el imaginario social tanto de hombres como de mujeres. Podemos decir, entonces, que el imaginario social es una capacidad imaginante, un orden de sentido, una producción de significaciones colectivas que al ser producida se va transformando (Franco, 1999).

Castoriadis propone la formación de las subjetividades. Mediante el imaginario social sabemos quiénes somos y qué papel debemos desempeñar en la sociedad. Es por medio  de la creación que cada sujeto va transformando la idea que tiene de sí, su papel y su lugar en la sociedad (1994:69).

Para el autor, las significaciones son imaginarias porque no corresponden a elementos racionales o reales y no quedan agotadas por referencia a dichos elementos, sino que están dadas por creación y son sociales porque están instituidas y son objeto de participación de un ente colectivo impersonal y anónimo (ibid.:68).

Institución

La creación constante es lo que puede explicar cómo frente a una sociedad instituida y a los tipos tradicionales de ser, existe una sociedad o imaginario instituyente, donde los sujetos crean “otro sujeto, otra cosa u otra idea” que difiere de lo establecido.

Así, toda sociedad crea su propio mundo donde se enfrentan lo instituido y lo instituyente. La identidad de un sujeto o de una nación es un sistema de interpretación de ese mundo que el sujeto o la sociedad crea. Por lo cual todo lo que cuestione o transforme ese sistema de interpretación es vivido, por la sociedad o el individuo, como un peligro frente a su propia identidad (ibid.:69).

Pero si el imaginario social es una creación constante, entonces ¿cómo podría existir continuidad en la historia?, ¿cómo podría explicarse la homogeneización en los discursos y en las prácticas sociales? Lo que hace posible la continuidad son las insti- tuciones sociales, que son parte del imaginario y al mismo tiempo son conformadas por él. Las instituciones marcan una dirección de sentido que los sujetos viven como normas, valores, lenguaje, imágenes y formas; así, las instituciones no son sólo herra- mientas de creación sino formadores de subjetividades. Castoriadis propone que las instituciones sociales producen, a partir de la materia prima humana, subjetividades que permiten ver a la sociedad como totalidad.

El concepto de institución significa “normas, valores, lenguaje, herramientas, procedimientos y métodos  de hacer frente a las cosas y de hacer cosas y, desde luego, al individuo mismo” (ibid.:67). Para Castoriadis las instituciones se imponen, sólo en algunos casos, mediante la cohesión y las sanciones. Pero, finalmente, tanto las instituciones como sus “mecanismos” de continuidad se incorporan en el sujeto mediante la producción de subjetividades.

Los sujetos son fragmentos ambulantes de la institución llamada sociedad. Por un lado reproducen sus discursos, imágenes, mitos y prácticas; por el otro tienen la capacidad creativa de leer o interpretar a la sociedad para transformarla. Pensemos otra vez en el ejemplo de las mujeres. Cada mujer tiene la capacidad de optar por la maternidad, pero ésta dependerá de su concepción y actitud frente a las condiciones socioeconómicas que la rodean; la transformación de la generación de los años cincuenta más los adelantos médicos en los diferentes métodos anticonceptivos hicieron que las mujeres cambiaran su visión de la maternidad y de sí mismas, y al mismo tiempo transformaron a la familia y a otras instituciones particulares con su incorporación  al trabajo en todos los ámbitos de la sociedad.

La institución está hecha de múltiples instituciones particulares que forman un todo coherente. Es una unidad total, es la cohesión de una red casi infinita de significaciones que tienen una dirección de sentido para los diversos sujetos e instituciones que componen la sociedad (ibid.:68).

Esta red es lo que Castoriadis (ibid.:73) llama magma de las significaciones sociales.

El magma da unidad, cuerpo y orden a lo que parece fragmentado y caótico. Por nombrar algunas: la religión, el dinero, los mitos, los héroes, los dioses, el capitalismo, la modernidad, la nación, el partido, la democracia; y también el papel que debemos desempeñar: hombre, mujer, madre, hijo, hermano, hermana, alumno o profesor, etcétera. Es un tipo de organización que contiene conjuntos pero no es reducible a ellos, el todo es mucho más que las partes.

Lógica de los magmas

Para Castoriadis, la lógica de los magmas, basada en las nuevas formas que se producen permanentemente, es la multiplicidad  de significaciones sociales a las cuales un sujeto tiene y al mismo tiempo se expone. Lo magmático, a este nivel, es la capacidad de pensar lo que es como estratificación de un tipo hasta ese momento desconocido, como organización en planos ligados de adherencias parciales, estratificación y sucesión de capas del ser, organizadas siempre de modo parcial y momentáneo (Franco, 1999:1).
Junto con la imaginación radical, lo histórico-social y las significaciones imaginarias sociales, hacen de los fundamentos lo más importante del pensamiento de Castoriadis.

¿A qué alude un título tan enigmático?, ¿cómo definir algo que no es definible, ya
que no pertenece al terreno de la lógica formal, siendo su opuesto y complemento?

Indudablemente que Castoriadis se ve llevado a esta noción a partir del psicoanálisis y el modo de funcionamiento del inconsciente. De hecho, en éste se trata de un magma de representaciones, así como en la sociedad de un magma de significaciones imaginarias sociales. Asimismo, el sujeto tiene a su disposición la totalidad de las representaciones que le pertenecen.  Este es uno de los ejemplos que da Castoriadis para esta lógica: antes de denominarla magma pensaba en montón, multiplicidad inconsistente (tomando una proposición de Cantor). Invita Castoriadis a que se piense en la totalidad de representaciones, sean recuerdos, fantasías, sueños. Y pregunta si se podrían ordenar, contar, separar, recortar. O en la totalidad de las enuncianciones de cualquier idioma. En ese último caso se trataría de un número finito, ya que responde a combinaciones sobre un número de elementos dados de antemano o con escasa variación. El magma es indeterminado, a diferencia de cualquier conjunto o entidad matemática. De un magma pueden extraerse, o se pueden construir, organizaciones conjuntistas, en un número indefinido, no pudiendo ser reconstituido -el magma- a partir de dichas composiciones conjuntistas (http://www.magma- net,com.ar/glosario.htm:1).

Imaginación y creación histórica

Uno de los conceptos clave para entender el imaginario social es la imaginación creadora. Cuando un sujeto social interpreta, vive o actúa dentro de la sociedad, lo hace a partir de su visión particular, mirando al imaginario efectivo (el establecido) pero produciendo, por su interpretación, un imaginario radical o instituyente (Castoriadis, 1993:220). Para el autor, ésta transforma la teoría del saber y del ser, lo que lleva necesariamente  al cambio en la historia.

Vera (1998) llega a dos conclusiones significativas. La primera se refiere a que la imaginación  es el origen de la representación,  el pensamiento,  y lo racional.

La segunda es que la imaginación libre y desfuncionalizada es propiedad funda-
mental del ser humano.

Histórico-social: es uno de los dominios  del hombre;  es una de las creaciones de
Castoriadis, donde muestra la indisociabilidad e irreductibilidad de la psique y la sociedad. Sociedad e historia no tienen existencia por separado. Lo social se da como autoalteración, como historia. Esta es la emergencia de la institución, en un movimiento que va de lo instituido a lo instituyente, y viceversa, mediante rupturas y de nuevas posiciones emergentes del imaginario social instituyente.  Este crea a partir del magma de significaciones imaginarias sociales y ese magma es el que constituye a la sociedad como un mundo de significaciones. De este modo, cada sociedad se autoinstituye. El ser de lo histórico-social está dado por esas significaciones, que da un determinado sentido siempre arbitrario a la vida social. Este dominio se mantiene unido gracias a la urdimbre producida por el magma de significaciones imaginarias sociales. La burguesía, por ejemplo, produce su propia definición de la realidad, que tiende a ser tomada como canónica por los sujetos, debido a la habitual heteronomía en la cual se hallan las sociedades. La autonomía implica el cuestionamiento  de la institución imaginaria de la sociedad y abre la posibilidad de modificaciones en el dominio de lo histórico-social (http://www.magma-net,com.ar/glosario.htm:4).

Imaginación radical


Capacidad de la psique de crear un flujo constante de representaciones, deseos y afectos. Es radical en tanto es fuente de creación. Esta noción se diferencia de toda idea de la imaginación como señuelo, engaño, etcétera, para acentuar la poiesis, la creación. Señala Castoriadis que tal vez haya sido el más importante descubrimiento freudiano -ex- presado en “La interpretación  de los sueños”- pero que fue acallado por él mismo, para ser aceptado por la ciencia oficial. Dice Castoriadis que había sido previamente descubierta y ocultada por Aristóteles, reproduciéndose  la misma situación con Kant, reapareciendo en Heidegger, para recalar en Sartre que resalta su característica de algo ficticio, especular, lo que no es ni tiene consistencia. Está claro que para Castoriadis (1994:10) es la característica central de la psique: lo que es, es producido por la imaginación radical. Ésta hace surgir representaciones ex-nihilo, de la nada, que no están en lugar de nada, ni son delegadas de nadie. Implica creación y no sólo repetición o combinaciones sobre una cantidad predeterminada y finita de representaciones. La psique tiende a interrumpir este flujo de imaginación radical debido a las demandas de socialización; la reflexión a la que se adviene en un tratamiento psicoanalítico, permite liberarla de un modo lúcido (http://www.magma-net.ar  /glosario.htm:2).

http://148.206.107.15/biblioteca_digital/capitulos/32-1112kfr.pdf

1 comentario:

  1. Para usted, cual sería el concepto que tiene cornelius castoriadis de cultura?

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