domingo, abril 10, 2016

El justo equilibrio entre ciencia y ética


El experimento de un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Seúl, en Corea del Sur, al  efectuar  la clonación de células madre de embriones humanos con fines terapéuticos reactiva el debate sobre la manipulación genética. Lo que hay en el fondo es una cuestión bioética de trascendencia inestimable, así como unas consideraciones éticas y jurídicas esenciales. Dichos investigadores, han advertido que el trabajo se orienta a desarrollar nuevos métodos para tratar una amplia gama de males degenerativos.

Se trata de la clonación en su modalidad terapéutica. Ha habido defensores y opositores. Como lo hemos sostenido, la clonación humana no debe rechazarse en forma categórica, los avances científicos no son buenos o malos por sí solos, son sus aplicaciones las que pueden ser o no ser éticas. Siempre ha habido, y habrá, uso adecuado y uso indebido de los progresos de la ciencia.

Deben analizarse medios y fines; clonación llamada terapéutica, no hay duda, permitirá prevenir y curar muchas enfermedades que hoy son incurables, hacer trasplantes de órganos vitales sin el riesgo del rechazo, porque no será un órgano ajeno, sino creado del mismo ser que lo necesita. Sí es obvio que un científico sin ética podría utilizar ese avance para fabricar humanos exclusivos, conforme con los gustos del cliente.

La llamada clonación reproductiva puede servir para que las personas infértiles realicen el sueño (sueño divino y humano) de tener hijos. Por supuesto que podrían ocurrir abusos de científicos inescrupulosos interesados sólo en conseguir fines utilitarios y mercantilistas. La que sí debe condenarse sin reservas ni atenuantes, insistimos, es la reproducción con fines replicativos, es decir la que intenta fabricar seres humanos en serie, en cadena, que serían programados y entrenados para desempeñar un oficio y hasta para inferirle daño a la humanidad. Pensemos  en lo que significaría hoy la reproducción en masa de Hitler. Recordemos los experimentos hechos por el médico nazi Joseph Mengele con gemelos judíos, prisioneros en el campo de concentración de Auschwitz.

En conclusión, a los avances científicos no hay que temerles. Lo que sí es necesario es vigilar para que redunden en beneficio de la humanidad y de la Creación, dentro de un marco ético. Así se observe el principio de la buena fe en la tarea científica, el desarrollo de las investigaciones y los experimentos genéticos impone la necesidad y la urgencia de una normatividad supranacional y la creación de un organismo judicial competente para conocer y juzgar sobre los asuntos de la bioética. Esos controles ético-jurídicos permitirían impedir desafueros y manejos inmorales e ilícitos, al margen de los propósitos y finalidades científicas, y guiados por intereses incompatibles con los fines humanitarios y altruistas. Es el razonable equilibrio entre la ciencia y la ética, en beneficio de la especie humana.
                       

Responda con análisis y argumentos:

1.            ¿Cuál su posición frente a lo planteado en el Editorial?

2.            ¿Qué piensa de los experimentos sobre la clonación y la manipulación genética?

3.            ¿De qué forma se puede ejercer control y supervisión de este tipo de experimentos?

4.            ¿No cree que es muy delicado y peligroso que los humanos realicen este tipo de experimentos?

        
Tomado de: Periódico El Colombiano. Editorial del 15 de febrero de 2004.
                                                                





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