El justo equilibrio entre ciencia y
ética
El experimento de un grupo de investigadores de la Universidad Nacional
de Seúl, en Corea del Sur, al
efectuar la clonación de células
madre de embriones humanos con fines terapéuticos reactiva el debate sobre la
manipulación genética. Lo que hay en el fondo es una cuestión bioética de
trascendencia inestimable, así como unas consideraciones éticas y jurídicas
esenciales. Dichos investigadores, han advertido que el trabajo se orienta a
desarrollar nuevos métodos para tratar una amplia gama de males degenerativos.
Se trata de la clonación en su modalidad terapéutica. Ha habido
defensores y opositores. Como lo hemos sostenido, la clonación humana no debe
rechazarse en forma categórica, los avances científicos no son buenos o malos
por sí solos, son sus aplicaciones las que pueden ser o no ser éticas. Siempre
ha habido, y habrá, uso adecuado y uso indebido de los progresos de la ciencia.
Deben analizarse medios y fines; clonación llamada terapéutica, no hay
duda, permitirá prevenir y curar muchas enfermedades que hoy son incurables,
hacer trasplantes de órganos vitales sin el riesgo del rechazo, porque no será
un órgano ajeno, sino creado del mismo ser que lo necesita. Sí es obvio que un
científico sin ética podría utilizar ese avance para fabricar humanos
exclusivos, conforme con los gustos del cliente.
La llamada clonación reproductiva puede servir para que las personas
infértiles realicen el sueño (sueño divino y humano) de tener hijos. Por
supuesto que podrían ocurrir abusos de científicos inescrupulosos interesados
sólo en conseguir fines utilitarios y mercantilistas. La que sí debe condenarse
sin reservas ni atenuantes, insistimos, es la reproducción con fines
replicativos, es decir la que intenta fabricar seres humanos en serie, en
cadena, que serían programados y entrenados para desempeñar un oficio y hasta
para inferirle daño a la humanidad. Pensemos
en lo que significaría hoy la reproducción en masa de Hitler. Recordemos
los experimentos hechos por el médico nazi Joseph Mengele con gemelos judíos,
prisioneros en el campo de concentración de Auschwitz.
En
conclusión, a los avances científicos no hay que temerles. Lo que sí es
necesario es vigilar para que redunden en beneficio de la humanidad y de la
Creación, dentro de un marco ético. Así se observe el principio de la buena fe
en la tarea científica, el desarrollo de las investigaciones y los experimentos
genéticos impone la necesidad y la urgencia de una normatividad supranacional y
la creación de un organismo judicial competente para conocer y juzgar sobre los
asuntos de la bioética. Esos controles ético-jurídicos permitirían impedir
desafueros y manejos inmorales e ilícitos, al margen de los propósitos y
finalidades científicas, y guiados por intereses incompatibles con los fines
humanitarios y altruistas. Es el razonable equilibrio entre la ciencia y la
ética, en beneficio de la especie humana.
Responda con análisis y argumentos:
1.
¿Cuál
su posición frente a lo planteado en el Editorial?
2.
¿Qué
piensa de los experimentos sobre la clonación y la manipulación genética?
3.
¿De qué forma se puede ejercer control y
supervisión de este tipo de experimentos?
4.
¿No cree que es muy delicado y
peligroso que los humanos realicen este tipo de experimentos?
Tomado de: Periódico El Colombiano. Editorial del 15 de febrero de 2004.
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