En filosofía se suele decir que el ser viene primero y la descripción después.
¿Será esa la razón por la cual se complica definir el concepto de conciencia? Descúbrelo en este artículo.
por Jennifer Rojas
Revisado y aprobado por
el psicólogo Sergio De Dios González.
La conciencia es un tema complejo y fascinante desde la perspectiva de la filosofía. La misma ha sido objeto de debate y reflexión hasta la actualidad. Así, este artículo explora el concepto en el orden filosófico, abarcando sus particularidades, utilidad y aquello que lo diferencia de otras dimensiones.
Una
primera aproximación a la definición de conciencia es lo que Schopenhauer
denomina «nudo del mundo», explicado como una conexión entre la experiencia
subjetiva y el mundo exterior. El conflicto comienza acá, pues como señalan
Edelman y Tononi en el libro El Universo de la Conciencia, su problema es justo
deshacer la atadura.
De
acuerdo con la filosofía, ¿Qué es la conciencia?
Filósofos coinciden en que la
conciencia se trata experiencia de vida en lugar de una teoría.
Conceptualizar
la conciencia desde la filosofía es un asunto controvertido y que motiva
debates apasionados. Hasta ahora no se ha encontrado una única respuesta
satisfactoria. Sin embargo, distintos filósofos comparten una intersección,
entre ellos Husserl y Heidegger.
Esta
intersección es la conciencia como experiencia de vida y no como una teoría. De
ahí su dificultad de ser atrapada por el lenguaje y crear una definición sólida
sobre la misma, refiere una publicación de los Archivos de Medicina. Esta
particularidad es la que también da pie a la discusión filosófica que se
plantea a continuación.
El presente siempre está naciendo del pasado; un
presente determinado, naturalmente, de un determinado pasado. O mejor: un
determinado flujo viene una y otra vez a discurrir, el ahora actual se hunde y
da paso a un nuevo ahora. Edmun Husserl.
Experiencia
del sujeto
La
conciencia pensada como experiencia significa que es percibida de manera
corporal. Es decir, ella se visibiliza e invisibiliza de modo constante,
generando una dinámica entre la conciencia activa y pasiva. Cuando eres
consciente de algo, se hace visible; cuando lo dejas de vivenciar, se vuelve
invisible.
Eso
quiere decir que la conciencia muestra detalles de su existencia. Si bien no
hay regularidades en su forma de hacerse presente ante el sujeto, es posible
advertir el momento en que aparece.
Por
ejemplo, cada vez que no prevés un determinado fenómeno y luego reparas en él,
ahí hay una manifestación de la conciencia. Por lo tanto, puedes asociar la
conciencia con la atención, es decir, cuando prestas atención a lo que te rodea
o a tus pensamientos la conciencia aparece.
Autoreflexión
La libertad de meditar y reflexionar hace que la filosofía
otorgue una concepción de conciencia distinta a la de otras ciencias.
Desde las Meditaciones metafísicas de Descartes, se sabe que la actividad de la conciencia es el pensamiento, es decir, ella piensa. Aquí nace un debate sobre qué es la conciencia para el sujeto: ¿Es un elemento esencial y constituyente de los individuos? ¿Es una facultad o capacidad corporal?
El
filósofo Gilbert Ryle sostiene que lo distinguible de la conciencia es su
capacidad para autopensarse. Según este, el autopensamiento es lo que distingue
a la conciencia de otros procesos mentales; en palabras distintas, lo que la
hace única es su poder para reflexionar sobre sí misma y estar consciente de
sus propios procesos.
Conciencia
y vida cotidiana
En la
actividad desenfrenada del día a día, las personas no suelen preguntarse sobre
la conciencia. En este sentido, se ha convertido en una especie de mito
reforzado, porque, a menudo, se asocia con definiciones abstractas y capaces de
consumir buena parte de la energía mental por la profundidad de sus
implicaciones.
Pero
como ya se ha mencionado, la conciencia se manifiesta de distintas maneras. Uno
de esos modos tiene que ver con la responsabilidad de los seres humanos sobre
sus comportamientos. Esto significa que la conciencia diferencia lo bueno de lo
malo, siendo de utilidad en la cotidianeidad.
Filosofía de la conciencia frente a otras
concepciones
En la actualidad, se retoman los antiguos debates para resolver el problema de la conciencia desde la filosofía. Discusiones estimuladas desde la neurociencia proponen una definición a partir de estudios empíricos del cerebro. Incluso, en los últimos años surgió una nueva disciplina denominada neurofilosofía, orientada a llevar claridad conceptual a los debates filosóficos.
De
todas maneras, la filosofía presenta ciertas ventajas frente a las ciencias
tradicionales. La principal tiene que ver con la libertad de la que goza el
campo filosófico, para meditar y reflexionar sobre temas difíciles de ser
estudiados científicamente, por ejemplo, la conciencia. Y se debe a que no está
obligada a demostrar lo que dice, como es el caso de la ciencia.
A pesar de ello, persiste el debate. Un artículo de la Revista Chilena de Neuropsicología menciona que la pregunta filosófica anima a pensar en modos de llevar a conceptos aquello incomprendido. Pero necesita que la ciencia acuda a su auxilio para clarificar y conceptualizar de manera científica los cuestionamientos y debates planteados por los filósofos. Al menos en lo que refiere al tema tratado.
https://lamenteesmaravillosa.com/que-es-la-conciencia-desde-la-filosofia/
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