Filósofo griego originario de Mileto. Según
Apolodoro, tenía setenta y cuatro años en el segundo de la Olimpiada 58 y murió
poco después, lo que fija su nacimiento el año 610 a. de C. y su muerte poco
después de 547. Contemporáneo de Tales, aunque más joven que él, ambos
pertenecen a la escuela denominada jónica, que busca el principio de todas las
cosas en una explicación naturalista. Se atribuyen a Anaximandro varios hechos de importancia e influencia en la vida
pública, entre ellos el de la fundación de una colonia. Se afirma que fue el
primero que trazó un mapa y que divulgó entre los griegos el uso del cuadrante
solar, consagrándose después a estudios astronómicos. Posible es que los
descubrimientos atribuidos a Anaximandro
fueran sólo ensayos o tentativas incompletas, que perfeccionaron después los
jónicos. No acepta la cosmogonía de Tales, y como es sabido, proclamaba
principio de todas las cosas el agua. Para Anaximandro este principio es lo infinito, idea negativa que no ha
precisado en su significación y alcance y que usa a veces como lo absoluto o el
todo (quizá en el sentido panteísta como lo interpreta la filosofía alemana) y
en ocasiones como lo indefinido o indeterminado. Teofrasto y Aristóteles
suponen que Anaximandro entendía
por infinito la mezcla de diferentes especies de partes constitutivas de que
las cosas particulares han debido formarse por medio de la separación, idea
semejante a la del caos primitivo. Según Anaximandro, el infinito crea eternamente y de su movimiento
eterno deriva la creación de las cosas particulares. La unidad concebida por Anaximandro contiene la multiplicidad
de elementos de que se componen las cosas, cuyas cualidades sensibles aparecen
por la separación de los contrarios mediante el movimiento eterno. En la
descomposición de lo infinito los elementos homogéneos tienden a unirse unos
con otros, sin que cambie su cualidad y apareciendo ésta de un modo distinto en
lo sensible, según combinaciones cuantitativas.
La doctrina de Anaximandro es un mecanismo que no admite principio dinámico y que
sólo reconoce poder de diferenciación en las múltiples y distintas
combinaciones de la cantidad, ante las cuales permanece inalterable la
cualidad.
Distinguiendo Anaximandro el centro de la circunferencia, hace surgir de esta oposición entre lo interno y lo externo la formación del mundo y de todas las cosas particulares, y para ello concibe que se desvíen gradualmente lo frío y lo caliente, y que en la tierra separe el continente del agua y de ambos la atmósfera, teoría que en cierto modo sirve de base a los sistemas ígneos después ideados para explicar el origen y formación de la tierra.
Producción mecánica en determinación matemática y según oposiciones cuantitativas que precisan relaciones de magnitud: tales son los elementos hipotéticos de la explicación del mundo concebida por Anaximandro.
La forma dogmática de su exposición priva de todo carácter científico a la doctrina, y hace que ésta sea impotente para explicar por simples oposiciones cuantitativas la diferenciación cualitativa patente en todos los seres vivos. Aparte el interés histórico que la doctrina de Anaximandro tiene como precedente para la evolución de la teoría mecánica, difícil y aún superfluo es aplicar la crítica a ninguna de sus afirmaciones, destituidas de todo fundamento ante la experiencia e insostenibles ante la razón, que no concibe cómo y porqué el principio lógico u ontológico de la oposición ha de referirse sólo a la cantidad sin aplicarse jamás a la cualidad. Indiferente frente a ella lo infinito, vale pensar, sin embargo, que algún principio de oposición cualitativa concibe Anaximandro en aquella su primera y radical distinción de los elementos homogéneos respecto a los contrarios como impulso o tendencia, del cual emerge la diferenciación de los objetos individuales, que impide la subsistencia del estado indiferente y caótico en que primitivamente se hallara lo infinito (descomposición y recomposición constantes).
Aunque inspirado en la misma doctrina, Anaxágoras atribuye al principio ordenador del caos, a la inteligencia cualidades determinadas, que en parte explican la posibilidad de la diferenciación de unos a otros objetos particulares. En la doctrina de Anaximandro existe también un principio de evolución que es inexplicable dada su concepción mecánica y estática y su idea de que la cualidad es y queda permanentemente inalterable.
Dotado el infinito de un movimiento eterno, se efectúa la
separación de los contrarios a un lado y de los elementos homogéneos a otro,
produciéndose así por resultados gradualmente obtenidos (es decir
evolutivamente) la formación de las cosas particulares, formación que no es
instantánea, sino sucesiva.
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