viernes, mayo 27, 2022

Día de la Tierra

Cada 22 de abril se celebra el Día de la Tierra con el fin de crear conciencia sobre la necesidad de proteger al planeta del daño causado por la acción degradante del hombre. 

Los activistas organizan la celebración esperando que sea un día de acciones y actividades cívicas, recreativas y lúdicas de todo tipo, enfocadas en buscar un futuro libre de dióxido de carbono, con empleos sostenibles y amigables con el ambiente y donde los individuos consuman de manera responsable sin afectar al planeta. 

El día 22 de abril de 1970, se celebró  por primera vez el Día de la Tierra. Más de 20 millones de personas respondieron a la convocatoria, estableciendo en sus comunidades, universidades y colegios, una plataforma de difusión y discusión sobre el medio ambiente y sus principales problemas.                                                                         

El Día de la Tierra es una fiesta que pertenece a la gente y no está regulada por una sola entidad u organismo; tampoco está relacionado con reivindicaciones políticas, nacionales, religiosas, ideológicas ni raciales. Se  reflexiona sobre la importancia del vital líquido que es indispensable para la vida del ser humano como lo que es el agua ya que de toda el agua que existe en el planeta tan solo en 2% es bebible. Igualmente apunta a la toma de conciencia de los recursos naturales de la Tierra y su manejo, a la educación ambiental, y a la participación como ciudadanos ambientalmente conscientes y responsables. 

La Tierra es nuestro hogar y el hogar de todos los seres vivos. La Tierra misma está viva. Somos partes de un universo en evolución. Somos miembros de una comunidad de vida interdependiente con una magnificente diversidad de formas de vida y culturas. Nos sentimos humildes ante la belleza de la Tierra y compartimos una reverencia por la vida y las fuentes de nuestro ser. 

Si la Tierra está enferma, no le puede ir bien a sus habitantes. La protección sostenible del medio ambiente es uno de los Objetivos del Milenio que acordó la comunidad internacional a inicios del siglo XXI. Si no se trata con más cuidado la Tierra, otros objetivos del Milenio, como la reducción de la pobreza, el hambre y las enfermedades, no se podrán cumplir. "Exigimos cada vez más a la Tierra y cada vez menos sensatamente". Y la Tierra muestra bajo qué presión se encuentra, entre otros a través del cambio climático y el adelgazamiento de la capa de ozono. Indicó que le genera gran preocupación que justo aquellas personas que de por sí ya son las más vulnerables, son también las que más sienten las consecuencias de nuestra explotación negligente de la Tierra. 

El planeta se encuentra bajo presión debido a la excesiva demanda de recursos por parte de los seres humanos, como demuestran el cambio climático, la reducción de la biodiversidad y el peligro de desaparición de bancos de pesca.       

Esos cambios los sufren en particular las personas más vulnerables, como los que viven cerca de los desiertos, las comunidades indígenas o los agricultores pobres. De ahí, prosiguió, la importancia de cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que incluyen entre sus metas la gestión sostenible de los recursos naturales. Sin una base medioambiental sostenible, hay pocas esperanzas de lograr los objetivos de reducir la pobreza y el hambre, así como mejorar la salud y el bienestar del ser humano. El mundo debe crecer, pero debe crecer verde, al tiempo que instó a EU a dar ejemplo "abandonando la adicción al carbono y siendo buenos guardianes de nuestro hogar.    

El organismo mundial impulsa políticas que restauren el equilibrio entre el ser humano y la naturaleza. No puede darse un desarrollo infinito en un planeta limitado. Es imposible e insostenible.  Se deben generar varias medidas concretas para fomentar el desarrollo económico sostenible. Lo más importante es evitar que la actividad humana sobrepase la capacidad de regeneración de los espacios naturales, de los que la humanidad depende para sobrevivir. Se requieren medidas y diálogo para encontrar soluciones concretas a los enormes desafíos ambientales que afronta el planeta, particularmente el cambio climático. 

En ese sentido, los países desarrollados han prometido reducciones de emisiones "insuficientes", con lo que trasladan la responsabilidad de esta "deuda ambiental" a las economías más pobres.               

Acciones concretas y urgentes: 

Mejorar la calidad del aire, 
Trabajar para la justicia ambiental, 
Tomar acción sobre el cambio climático, 
Asegurar la seguridad de las sustancias químicas, 
Expandir la concienciación global sobre el ambientalismo, 
Proteger las aguas de acciones contaminantes, y 
Desarrollar convenios entre los Estados y la sociedad.

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