La cara oculta
La impunidad es la cara oculta de la corrupción. Sin dar la pelea contra ambas, la lucha está perdida de antemano.
Mauricio Pombo
Sin tener idea de
hasta dónde puedan llegar ni qué tan profundo puedan ahondar, tanto la Fiscalía como la Contraloría y la Procuraduría se han abanderado de la lucha contra la
corrupción. Néstor Humberto Martínez, Edgardo Maya Villazón y Fernando Carrillo
Flórez, sin muchos dientes, pero con buenas intenciones, han optado por ponerle
algún freno a esta enfermedad endémica del país.
Decía yo en mi
columna del 2 de enero de este año: “... así como Pastrana ganó las elecciones
al prometer la paz y Uribe hizo lo propio ofreciendo la guerra, no me cabe duda
en cuanto a que el próximo presidente será aquel que esgrima de manera más
creíble acabar con la corrupción. Se dirán muy seguramente mentiras, pero,
igualmente, habrá de ser lo único que aportará votos, pues la guerra o la paz
como promotoras de votos han llegado a su fin. Hay que buscar la harina en otro
costal. Y ese indudablemente es el de la corrupción, la mayor causante de
indignación entre la gente de todos los estratos, pues, además, va ligada con
el tema de los impuestos y otras amarguras más”.
Y así fue, tal
cual. Este es el tema, la bandera y también la trampa, pues a los corruptos los
tiene sin cuidado que los tres mosqueteros arriba mencionados anuncien medidas
contra la corrupción. Ellos bien saben que la impunidad se compra, esa
impunidad que, de manos de los jueces de la república y de la justicia en
general, viene campeando en el país. La impunidad es la cara oculta de la
corrupción. Sin dar la pelea contra ambas, la lucha está perdida de antemano.
Si bien tenemos a
los tres mosqueteros ‘aparentemente’ luchando contra el flagelo, hay que cubrir
a todo el sistema judicial de mosquiteros que dificulten la llegada de los
aguijones de la corrupción a sus despachos. Y no lo veo fácil. Es tal la
millonada de pesos que se lleva la corrupción que con un ínfimo porcentaje de
lo robado se paga cualquier juez para lograr casa por cárcel, vencimiento de
términos y ese otro infinito etcétera de las mañas abogadiles.
En las próximas
elecciones se pescará en el río revuelto del animalismo, la homofobia y la
corrupción. Entre animalistas y evangélicos se consiguen votos y en contra de
la corrupción, ¡ni hablar!
Nota: no creo que
Donald Trump termine su mandato.
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/la-cara-oculta-mauricio-pombo-columna-el-tiempo/16804864
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