Definición y Funciones de la Economía
La Economía es una Ciencia
Social que estudia cómo los individuos o las sociedades usan o manejan los
escasos recursos para satisfacer sus necesidades. Tales recursos pueden ser
distribuidos entre la producción de bienes y servicios, y el consumo, ya sea
presente o futuro, de diferentes personas o grupos de personas en la sociedad.
El estudio de la economía se basa en la
organización, interpretación y generalización de los hechos que suceden en la
realidad. La microeconomía,
una de las dos ramas en las que se divide la economía, realiza el estudio de
unidades económicas (las personas, las empresas, los trabajadores, los
propietarios de tierras, los consumidores, los productores, etc.). Es decir,
estudia cualquier individuo o entidad que se relacione de alguna forma con el
funcionamiento de la economía de forma individual, no en conjunto. Al estudiar
estas unidades económicas, la microeconomía analiza y explica cómo y por qué
estas unidades toman decisiones económicas. La macroeconomía,
la otra rama en que se divide la economía, se encarga de estudiar el
comportamiento y el desarrollo agregado de la economía. Cuando se habla de
agregado se hace referencia a la suma de un gran número de acciones
individuales realizadas por diversas unidades económicas, las cuales componen
la vida económica de un país. Esta rama estudia las tendencias en las acciones
de éstos.
Para su estudio, la economía utiliza
herramientas como las matemáticas y la estadística aplicadas en la econometría,
la cual se usa ampliamente en el desarrollo y prueba de modelos económicos. Un
modelo económico es una conceptualización mediante la cual se pretende
representar matemáticamente y de forma simplificada la realidad, para, de esta
forma, poder establecer y cuantificar las relaciones entre las variables
económicas que se analizan.
La economía es estudiada por
los economistas, que formulan principios económicos útiles en la formulación de
políticas diseñadas para la solución de los problemas económicos, sean
coyunturales o estructurales.
De esta manera, la economía
puede dar alguna explicación a hechos ocurridos en el pasado y realizar
pronósticos sobre el comportamiento económico en el futuro. Lo anterior facilita
el diseño y la implementación de políticas económicas en un país o una región
por parte de las autoridades económicas, las cuales, a través de estas
políticas, dirigen la economía con el objetivo primordial de beneficiar a sus
habitantes y, a la economía en general, gracias a la satisfacción de sus
necesidades.
HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO
Los griegos fueron los
primeros que trataron de tener un conocimiento sobre el funcionamiento de la
economía. Hesíodo, Jenofonte, Platón y Aristóteles se destacaron por buscar
explicación a los fenómenos económicos que acontecían en su época.
Durante la era feudal,
comprendida entre los siglos VIII y XIII, aproximadamente, se empezaron a
presentar dos fenómenos que, posteriormente, Douglas North llamaría |las
relaciones sociales y los derechos de propiedad.
A partir del año 1300, se
avanzó un poco más en el desarrollo de los temas económicos, gracias a las
contribuciones de los llamados escolásticos. Estos eran monjes que se dedicaban
a escribir, entre otros temas, sobre los fundamentos de la economía feudal,
reglamentándolos de tal forma que los resultados de sus escritos fueran
coherentes con la doctrina religiosa cristiana. El principal exponente de la
escuela escolástica fue santo Tomás de Aquino. Esta escuela existió en el
periodo comprendido entre la caída de Roma y la escuela mercantilista,
apareciendo esta última aproximadamente en el año 1600.
La economía mercantilista marca
una pauta importante en el desarrollo de la ciencia económica. Tuvo sus inicios
en Inglaterra y Francia, implantándose en el mundo entre los años 1500 y 1750,
aproximadamente. Los mercantilistas consideraban que la riqueza en el mundo era
fija, y estaba representada por la cantidad de metales preciosos y
semipreciosos que se poseyeran. La anterior idea los llevó a tomar medidas
proteccionistas para evitar que la riqueza pudiera salir de un país. El
comercio exterior, a través de una balanza comercial positiva (exportando más
de lo que se importara), se convirtió en la clave para obtener poder y riqueza.
En la segunda mitad del siglo
XVIII surge la fisiocracia como una reacción de tipo intelectual a la común
concepción intervencionista del pensamiento mercantil. Para ahondar más las
diferencias, los fisiócratas estudiaron las fuerzas reales que conducen al
desarrollo; es decir, estudiaron la creación del valor físico, concluyendo que
el origen de la riqueza era la agricultura (en últimas, la misma naturaleza era
el foco de riqueza) y que la manufactura era una actividad estéril. Este
movimiento se desarrolló únicamente en Francia, a lo largo de treinta años,
gracias a François Quesnay y a su obra |Le Tableau Économique. En ella,
Quesnay, gracias al análisis de los flujos de los ingresos monetarios en los
tres sectores de la economía (agricultores, terratenientes y
artesanos/sirvientes), muestra la creación y la circulación del producto neto
(la ganancia).
Con los fisiócratas nace la
idea de que los esfuerzos personales estaban de alguna manera conectados entre
sí (gracias al sistema de precios de la economía). Esto obedecía también a un
orden natural superior, que hacía que se concibiera el sistema económico como
un mecanismo autorregulable. De aquí surge la idea central del laissez–faire
(dejar las cosas a su libre albedrío) como una función del gobierno, porque los
obstáculos al crecimiento eran el resultado de las restricciones
(mercantilistas) al comercio internacional y al mercado interno.
A finales del siglo XVIII, las
tesis fisiócratas ya no eran consideradas adecuadas para asumir un análisis
profundo y consciente, dadas las nuevas realidades de la sociedad capitalista.
Surge entonces el liberalismo como una nueva doctrina que responde a las
exigentes expectativas, fruto de la profunda transformación socioeconómica. La
economía clásica fue una forma de pensamiento que surgió con representantes
como Adam Smith y David Ricardo. Ellos, preocupados por las relaciones
sociales, la intervención del Estado y las consecuencias de éstas en variables
como el consumo, la producción y la distribución de la riqueza, tratan de
encontrar repuestas en medio del proceso de industrialización vivido
especialmente en Gran Bretaña.
Una visión contemporánea pero
enfocada hacia las relaciones sociales de la producción industrial es la de
Carlos Marx. Para él, la producción industrial generaba un excedente que no se
redistribuía en el salario de los trabajadores sino que era acumulado por el
propietario del capital y de los medios de producción.
Desde finales del siglo XIX y
hasta mediados del siglo XX, se desarrolla un movimiento que defiende
fuertemente al liberalismo y al individualismo: los neoclásicos. Sus
principales puntos de análisis fueron la plusvalía y la maximización de los
beneficios. Reconocidos representantes de ellos son Keynes y Say, quien formuló
la ley del pleno empleo, mientras que Keynes decía que los individuos
intercambian instintivamente y, por lo tanto, el mercado es consecuencia de un
orden natural, de la misma manera que lo es la acumulación de capital. Este
orden natural es guiado por la revelación de las preferencias de los individuos
a un subastador, quien encuentra el precio en el que se vacían los mercados, de
tal suerte que el único mecanismo que evita el monopolio es la concurrencia del
mercado. Así, la autorregulación da origen al concepto de “la mano invisible”.
Entre las últimas escuelas de
pensamiento económico se encuentran las de los neo-neoclásicos. Ellos agrupan
varias corrientes, entre ellas las de los monetaristas y los neo
institucionalistas. Los monetaristas son conocidos gracias a Milton Freeman,
quien afirmaba que las fallas en el mercado se debían, en buena parte, a la
intervención del Estado. Los neo institucionalistas se centran en los fenómenos
sociales y en la cooperación económica. Gran parte de sus ideas son una crítica
al neoclásico Marshall, argumentando que, para que la distribución de la
riqueza sea eficiente, son necesarias las instituciones.
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