Los 10 avances científicos del 2014 según la revista 'Science' Manuel
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Como cada diciembre, la revista Science, uno de los templos
de la ciencia en el mundo, ha seleccionado los 10 avances científicos del año.
La misión Rosetta, que culminó con el aterrizaje de una sonda en el lomo de un
cometa, es el momento más destacado de 2014 según la revista, editada por
Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia.
1. Cita a ciegas con un cometa
La misión Rosetta es el gran avance científico del
año. La nave fue lanzada en 2004 y en una década recorrió 6.000 millones de
kilómetros hasta llegar al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, un objeto pequeño,
de apenas cuatro kilómetros de longitud, que viaja por el espacio a 135.000
kilómetros por hora. El 12 de noviembre, la nave, volando junto al cometa,
soltó su sonda de descenso Philae,
que consiguió aterrizar de manera accidentada en el 67P. El proyecto, de 1.400
millones de euros y coordinado por la Agencia Espacial Europea, consiguió que
un ingenio humano se posara por primera vez sobre un cometa. Pero el
aterrizaje, como destacaScience, es lo más espectacular, no lo más
relevante. El 80% de los resultados científicos de la misión llegarán de la
nave Rosetta, que sigue
volando junto al cometa.
2. Reescribir los recuerdos
Todo el mundo sabe que la memoria es voluble y
manipulable. En un conocido experimento de 2008, la psicóloga estadounidense
Elisabeth Loftus consiguió convencer al 30% de un centenar de estudiantes de
que cuando eran niños, en una visita a Disneyland, una persona disfrazada del
perro Pluto y completamente drogada les había lamido las orejas. Este año, la ciencia ha
ido mucho más allá. Un equipo liderado por el médico Susumu Tonegawa, del
Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE UU), ha logrado reescribir los recuerdos de varios ratones, transformando sus
traumas en memorias bonitas, mediante la optogenética. Esta revolucionaria
técnica introduce genes de algas sensibles a la luz en los grupos de neuronas
que almacenan los recuerdos y es capaz de encender y apagar a voluntad las
células cerebrales mediante una luz láser.
3. Fin del monopolio europeo en el arte de las cavernas
Europa tenía hasta este año el monopolio del arte
simbólico paleolítico, con espectaculares manos, bisontes, rinocerontes, leones
y osos pintados en cuevas como la francesa de Chauvet desde hace unos 39.000
años. Para muchos arqueólogos, estas cavernas demostraban que algo había
despegado en aquella época en el cerebro de los Homo sapiens europeos, que habrían adelantado al
resto de seres humanos del planeta. Pero no. En octubre, un equipo liderado por
el arqueólogo Maxime Aubert, de la Universidad Griffith de Australia, anunció que
unas pinturas presentes en las cuevas de Maros, en la isla indonesia de
Sulawesi, tienen entre 39.900 y 35.400 años. Son una docena de impresiones de
manos y dos dibujos de cerdos, tan antiguos o más que las primeras
representaciones animales en Europa. O los indonesios inventaron el arte
simbólico por su cuenta o los humanos modernos ya eran refinados artistas
cuando empezaron a colonizar el mundo desde África hace unos 60.000 años.
4. El alfabeto de la vida gana dos letras artificiales
El alfabeto de la vida, el ADN, es relativamente
aburrido. Todos los libros de instrucciones microscópicos que figuran en todas
las células de todos los seres vivos se escriben con las mismas cuatro letras:
G, C, T y A, iniciales de los cuatro compuestos orgánicos que forman el ADN.
Pero este año el alfabeto de la vida se ha animado en un laboratorio del
Instituto de Investigación Scripps (Estados Unidos), donde un grupo de
científicos ha creado dos nuevas letras artificiales, bautizadas
X e Y, y las ha insertado en el ADN de un ser vivo, una bacteria, la Escherichia coli. La
posibilidad de añadir nuevas letras al ADN abre la puerta a la creación de
bacterias artificiales capaces de sintetizar medicinas o de fabricar
combustibles, entre otras aplicaciones, algunas hoy inimaginables.
5. El año de los nanosatélites
El año 2014 se ha batido el récord de nanosatélites
lanzados al espacio. Estos aparatos, denominados CubeSats, son cubos con 10
centímetros de lado y menos de un kilogramo de peso, con tecnología para
monitorizar con una suficiente resolución la deforestación, el desarrollo
urbano y los cambios en los cursos de los ríos, entre otras aplicaciones. Los
más de 75 nanosatélites lanzados este año están democratizando el espacio.
Gracias a su bajo coste -unos cientos de miles de euros en lugar de cientos de
millones como los satélites clásicos-, empresas, universidades y otros centros
de investigación pueden tener acceso a datos hasta ahora inaccesibles.
6. Robots que levantan pirámides sin plano ni jefe
La revista Science destaca el aluvión de proyectos
científicos que logran que grupos de robots trabajen en equipo sin supervisión
humana. Uno de ellos, de la Universidad de Harvard (EEUU), se inspiró en las termitas para conseguir que unos robots
levantaran estructuras estables, como pirámides, torres y castillos, a partir
de unas instrucciones muy básicas. Los robots, denominados Termes, trabajan
como lo hacen las termitas para construir sus termiteros, reaccionando a
cambios en sus inmediaciones y sin necesitar ni un jefe ni un plano de obra.
7. ¿La sangre joven rejuvenece?
La sangre, o algún componente sanguíneo, de un ratón
joven puede rejuvenecer los músculos y el cerebro de ratones viejos, según dos
estudios del Centro de Terapias con Células Madre y Medicina Regenerativa de
Harvard (EEUU), dirigido por el investigador Douglas Melton. Los trabajos, publicados en mayo, observaron que una
proteína aislada de la sangre de ratones jóvenes, la GDF11, mejoraba el olfato
y otras capacidades de roedores viejos tras ser inyectada en su torrente
sanguíneo. La Universidad de Stanford (EE UU) prueba ahora si esta estrategia
también funciona en humanos, mediante un ensayo con 18 pacientes con alzhéimer
que están recibiendo plasma sanguíneo de jóvenes donantes.
8. Los dinosaurios encogieron para dar lugar a las aves
Los dinosaurios que no se extinguieron evolucionaron y
dieron lugar a las aves. La investigación de esta transición es otro de los
avances científicos del año, según Science.
Un estudio con investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) calculó la masa corporal de 426 especies de dinosaurios a partir del grosor de
los huesos de sus patas. El abanico de tamaños iba desde las 90 toneladas delArgentinosaurus a los 15 gramos de Qiliania graffini, un ave
ancestral bautizada en honor al paleontólogo Greg Graffin, cantante del grupo punk
Bad Religion y profesor de la Universidad de Cornell (EEUU). El estudio mostró
que los dinosaurios que dieron lugar a las aves encogieron para adaptarse a un nuevo entorno generado por grandes erupciones
volcánicas, largas olas de frío y, como golpe de gracia, la caída de un
asteroide sobre la Tierra hace 66 millones de años.
9. Células para curar la diabetes
Este año se han dado dos grandes pasos hacia el
tratamiento de la diabetes, una enfermedad crónica que hace que una persona no
pueda regular la cantidad de azúcar en su sangre. El trastorno se produce por
falta de insulina, una hormona producida por las células beta del páncreas que
transporta la glucosa ingerida en los alimentos desde la sangre hasta los
músculos, la grasa y el hígado. Sin insulina, el proceso se descuajeringa. En
abril, investigadores de la Fundación Células Madre de Nueva York lograron
generar células productoras de insulina a partir de células de la piel de una mujer de 32 años con diabetes tipo 1, gracias a una
técnica conocida como clonación terapéutica. En octubre, otro equipo, dirigido
por Douglas Melton, de la Universidad de Harvard, consiguió convertir células
embrionarias humanas en células productoras de insulina.
10. Chips que imitan el cerebro humano
En agosto, la multinacional estadounidense IBM
presentó su chip TrueNorth, un ingenio del tamaño de un sello que intenta
imitar el funcionamiento de un cerebro humano, con su red de 86.000 millones de
neuronas y billones de conexiones entre ellas. Por el momento, el chip se queda
muy lejos de las capacidades del kilo y medio de materia gris de cada persona.
Solo presenta 256 millones de conexiones entre sus transistores, pero la
revista Science cree que en el futuro habrá ordenadores
basados en esta tecnología que podrán realizar tareas con muchísimos datos,
como el análisis de imágenes, con mayor eficacia que las máquinas actuales.
http://elpais.com/elpais/2014/12/18/ciencia/1418928065_022666.html
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