miércoles, febrero 03, 2016

Historia  de los Griegos Atenas y Esparta
                                                                                   
La  Vida En Grecia

  Resumen

LA VIDA EN GRECIA ANTIGUA: De un grupo de pequeñas ciudades-Estado, aisladas por altas montañas, surgió un brillante impulso creativo que sentó muchos de los fundamentos de la civilización europea. Varias actividades humanas, desde el deporte hasta el mismo drama, de la medicina a la filosofía,  todavía siguen un modelo derivado de Grecia, cuya Edad de Oro, iniciada en el año 800 a.C., llegó a su cúspide en la Atenas del siglo V a. C. La antigua civilización griega de Micenas paso por un periodo de oscuridad, de 500 años, para revivir con la épica de dioses y héroes, escrita por Homero. En una etapa en que los gobernantes veían a los demás como vasallos, el gran logro de los griegos de la época dorada fue afirmar la dignidad y los derechos del ser humano, siguiendo un modelo de gobierno del que surgiría la verdadera democracia.

La Grecia arcaica y clásica    
Los inicios de la Grecia clásica

La era conocida como el Periodo Clásico dio comienzo tras la desaparición de la civilización micénica en torno al 900 a. C. La afluencia a partir del 1200 a. C. de otros grupos, como los dorios del norte y los pueblos del mar del sur, provoco un declive de la cultura palaciega y dio paso a la llamada Edad Oscura. Durante esta época, la población de Grecia se multiplico y dio comienzo la colonización de la costa jónica.

El paisaje rocoso fue la causa de que los primeros asentamientos florecerán en las llanuras fértiles entre las montañas y próximas al litoral. Hacia el 750 a. C., muchos de estos asentamientos se habían convertido en grandes ciudades-estado, funcionaban de forma independiente y con frecuencia libraban guerras entre sí.

 El periodo entre los anos 750y500a. C. recibe el nombre de Arcaico. La situación geográfica de Grecia en el Mediterráneo la convertía en el punto de partida natural para los viajes y la exploración de ultramar.

Los griegos eran marinos excelentes, capaces de fundar colonias en puntos tan remotos como Ampurias en el norte de España y Phasis en el mar Negro. Comerciaban sobre todo con los etruscos en Italia y los fenicios en Oriente, regiones en las que instalaron importantes puestos de avanzada. El comercio estimuló el desarrollo económico y político.

Se estableció una elite y, a medida que aumento su riqueza, los estados construyeron ciudades cada vez más impresionantes. En mayor y más rica de ellas era Atenas, que devendría el centro de la cultura griega. Entre los años 500 y 336 a. C. tuvo lugar la Edad Clásica.

Las ciudades-estado

Grecia rara vez fue un país unido; en su lugar estaba integrada por diversas ciudades-estado o «polis». Estas solían ser comunidades reducidas, apenas grupos de granjas y casas en torno a una ciudadela fortificada, o acrópolis, que ofrecía refugio a todos los ciudadanos durante los ataques. Estaban separadas geográficamente de otras ciudades-estado y su independencia dio lugar a diversos estilos de funcionamiento.

Como resultado, cuando los estados decidían unirse contra un enemigo externo común, las coaliciones duraban poco y la Antigua Grecia nunca fue una única nación. Las dos mayores ciudades-estado eran Atenas y Esparta, cuyos estilos de vida opuestos alimentaron una rivalidad que duro cinco siglos. Atenas era la mayor de las ciudades-estado, con una población que en su punto álgido alcanzo los 250.000 habitantes.

Durante el Periodo Arcaico, muchas ciudades-estado, incluida Atenas, estuvieron dominadas por una serie de gobernantes monárquicos o «tiranos».

Estos solían ser personas enriquecidas que habían cobra-do popularidad entre el pueblo y gracias a ella, podían dirigir la ciudad. En Atenas, el principal tirano fue Pisistrato, que gobernó durante 30 años. Impulso el comercio ateniense en el exterior y patrocino las artes, apostando por festivales religiosos y culturales. Por su parte, Esparta se había establecido como un poderoso estado militar gobernado por Licurgo, quien protagonizo una forma de gobierno más primitiva y monárquica.

Mientras que la mayoría de las ciudades-estado consideraban su acrópolis un medio de defensa, la protección de Esparta recaía en exclusiva en su ejército. Las ciudades-estado estaban repartidas por todo el mundo griego, incluidas todas las islas del Egeo y muchas de ellas se aliaron con Atenas o con Esparta durante la guerra del Peloponeso (431-404 a. C.).

La región es una tierra montañosa y accidentada que penetra en el Mediterráneo hacia el sur. Su clima es benigno, pero la tierra arable es escasa y dispersa; como resultado, los primeros asentamientos se desarrollaron como pequeñas comunidades independientes que el difícil terreno aislaba de sus vecinos, con quienes, además, peleaban frecuentemente. A veces, el mar era la única vía de comunicación.

Estos factores dieron una fuerte identidad individual a las aldeas que emergieron en la antigua Grecia. Cuando las aldeas crecieron, se convirtieron en ciudades-Estado, cu-yos habitantes eran muy leales a su propia comunidad. Llamaron polis a su Estado, es decir, una comunidad que actuaba en conjunto, pues cada ciudadano debía participar en el gobierno. El griego se convirtió asi en “animal político”: dedicaba mucho tiempo a los asuntos públicos. Esto ocurrió especialmente en Atenas, la mayor de las ciudades-Estado.

Votos para la minoría

En sus principios, Atenas fue regida por reyes y tiranos, pero en el año 510 a.C., Clisteles expulsó al último de ellos y estableció el primer gobierno democrático del mundo. La palabra proviene de demos, “pueblo”, y kratos, “poder”. Pero no fue esta una democracia en el sentido moderno. Sólo votaban los atenienses varones que no eran esclavos. Las mujeres no eran consideradas ciudadanas y por eso no podían votar. Tampoco los extranjeros ni sus descendientes; ni los esclavos ni su prole, ni siquiera aquellos que conseguían liberarse. La ciudad estaba dividida en 10 bloques, llamados tribus. Cada tribu elegía a 50 hombres, mayores de 30 años, para integrar un consejo de 500 miembros, que cumplía diariamente con la función gubernamental. A su vez, los miembros del consejo formaban parte de un comité que proponía las ideas que serían discutidas en la asamblea de todos los ciudadanos. Durante estos periodos, en los que se les pagaba un sueldo, comían por cuenta del Estado en la sede administrativa, el Tholos, un edificio redondo en el lado oeste del ágora, o mercado.

Era la asamblea, o ekklesia, la que aprobaba las leyes y decidía sobre asuntos Importantes como la guerra. Cualquiera de los miles de ciudadanos podía asistir, luego de pagar una reducida cuota de admisión, con derecho a voz y voto. Se requería puntualidad: esclavos con sogas pintadas de rojo lazaban a los impuntuales. Se multaba a cualquiera que tuviera las ropas manchadas de rojo.

La asamblea se reunía 40 veces por año en Pnyx, una colina cercana a la Acrópolis. Los miembros se sentaban en el suelo, o en sillas plegables que llevaban al lugar. Los debates se iniciaban luego de orar y sacrificar a un cerdo negro. Se votaba alzando la mano y el orden era mantenido por una fuerza policíaca de arqueros escitas, cuyo lugar de origen era el norte del Mar Negro.

Los arcontes, funcionarios seleccionados al azar, preparaban los casos legales para discutirse en la asamblea, y organizaban ceremonias religiosas. Los strategoi, o generales, eran los funcionarios de más alto rango, elegidos por voto popular en las 10 tribus. Su periodo era de un ano tenían un enorme poder sobre el ejército y la economía, y tomaban decisiones cruciales en nombre del Estado.


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