miércoles, febrero 24, 2016

Gottfried  Helwein
















                                                                http://www.saatchiart.com/gottfried-helnwein

Ver imágenes de la Entrevista reproducida en el blog
La humanidad de arte extremo






Gottfried Helnwein


Pintor, fotógrafo y artista de performance austriaco - irlandés, maestro del reconocimiento sorpresivo.

Helnwein estudió en la U. de Artes Plásticas en Viena. Le han otorgado los premios: Master Class (Meisterschulpreis), Kardinal-Konig y el premio Theodor - Korner.

Sus primeros trabajos consistían principalmente de acuarelas hiperrealistas de niños heridos, así como performances -a menudo con niños- en lugares públicos.

Helnwein es un artista conceptual, interesado principalmente en la ansiedad psicológica y sociológica, así como en temas históricos y políticos. Como resultado de esto, su trabajo suele ser considerado provocativo y controvertido.

Helnwein ha trabajado como pintor, dibujante, muralista, fotógrafo, escultor y artista de performance, utilizando una gran variedad de técnicas y medios.

También es conocido por su diseño de vestuario y escenografía teatral, tanto de ballet como de ópera. Entre ellas cabe mencionar  Staatsoper  Hamburg,
Volksbuhne Berlin y la Ópera de Los Ángeles.




https://www.google.com.co/search?q=helnwein&rlz=1C1PRFC_enCO588CO590&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwid582Z65HLAhVGPD4KHU2zBRMQ_AUIBygB&biw=1376&bih=692&dpr=0.9


La humanidad de arte extremo


Hablar de Gottfried Helnwein  no es tarea fácil, pues este polifacético y polémico artista, cuenta con un espectacular registro que le hace casi inclasificable. Reflejar su obra nos llevaría mucho más de un largo post, ya que, como podéis ver en su web, su obra es tan variada como extensa. Así que he decidido dejaros con una entrevista realizada el 25 de mayo del 2008 en Chile, por Álvaro Fierro Nadales para JOIA Magazine. Yo solo puedo recomendaros un paseo por su web (tomarlo sin prisas) que además tiene su versión española y que estoy seguro os sorprenderá en muchos aspectos. Para reflejar su obra me he decantado por sus pinturas realizadas con distintas técnicas aunque predominan los óleos y los acrílicos. 

Helnwein nació en Viena el año 1948, en el contexto de una reconstrucción total, tanto arquitectónica como cultural, de lo que se había derrumbado durante la 2ª Guerra. Estudió en la U. de Artes Plásticas, en Viena, donde le fue otorgado el premio de Master Class. También ha recibido el premio Kardinal-Konig y el Theodor-Korner. Además de su vasto trabajo en pintura y fotografía, se ha dedicado al dibujo y la escultura, ha realizado diversas performances, y ha trabajado como diseñador de vestuario y escenógrafo teatral de ballet y ópera. Helnwein es un férreo defensor del sentido en el Arte. En sus trabajos puede verse una gran preocupación por retratar sus tiempos, esfuerzo que viene de su interés por comprender los cambios sociales y políticos que ocurren hoy y que vienen ocurriendo desde que el ser humano es tal. Sus trabajos son reconocidos en todo el mundo, tanto por sus recursos técnicos como por el carácter controversial de muchos de ellos.

Tu trabajo está relacionado con la belleza, pero da la impresión de que tu forma de tratarla no es muy convencional. ¿Qué opinas al respecto?

G. Helnwein

- La belleza y la fealdad son muy subjetivas. En distintos momentos y en distintos lugares, la gente tiene ideas muy diferentes sobre lo que son. No me interesa lo que algunas sociedades consideran bello o feo hoy, mi trabajo va más allá de eso. El quehacer de un artista no debe ir del lado de la moral y la belleza, que son la cristalización de la ética y la estética. La ética y la estética son campos que no están sujetos a las modas ni a los contextos sociales, son valores personales y a la vez universales.

La infancia aparece como una de las temáticas centrales de tu trabajo. Los niños siempre han sido asociados a la inocencia, pero en tus imágenes aparecen también ligados a la degradación del ser humano. ¿En qué consiste este quiebre?

G. Helnwein

- Cuando me enteré de lo que la gente de mi país le hizo a personas inocentes durante el régimen nazi, comenzó en una especie de obsesión por la justicia. He perdido la confianza en el mundo de los adultos y su sistema de valores. En un niño veo el pleno potencial de los valores y las virtudes humanas, de la inocencia, la confianza, del amor, la compasión y la creatividad. En un niño lo ético está intacto, por eso me parece que son sagrados. Pero también son vulnerables e indefensos, y parece que los adultos, mediante sus moralismos y su modo de entender la justicia, tienden a traicionar la confianza que los niños han depositado en ellos.

He estado investigando acerca de los abusos a niños en Alemania; he visto cientos de fotografías de cuerpos de niños muertos, cuerpos de niños torturados hasta la muerte, en su mayoría por sus propios familiares. Son imágenes que jamás podría olvidar. En ese sentido, mis narraciones visuales hablan de la lucha de la existencia humana, y los niños, sin duda, son los héroes de esta historia.

Has declarado que en un principio tu mayor fuente de inspiración fue el Pato Donald y los dibujos animados en general. Cuéntanos un poco de esos tiempos.

G. Helnwein

- En la agonía de mi infancia, después de la guerra de Viena, Donald fue mi salvador. Supongo que algún funcionario de relaciones públicas de los EU tuvo la idea de publicar historietas de Disney en Alemania y Austria para lograr nuestra simpatía, para que los niños nazis empezásemos a sentir afectos por la cultura norteamericana. Y creo que tuvimos suerte, porque por casualidad nos llegó el trabajo del mejor artista que ha pasado por Disney: Carl Barks.

En tu serie The Disasters of War (2007) hay una clara alusión a dibujos animados asiáticos contemporáneos, compartiendo escena con niños. ¿Qué nos puedes comentar respecto a esta serie?

G. Helnwein

- Exactamente hace 200 años Francisco de Goya comenzó su famoso Desastres de la Guerra. Son casi 100 imágenes, entre dibujos y bocetos, que representan las crueldades de la España desgarrada por la guerra. En memoria de este gran maestro fue que empecé mi propia serie de los Desastres de la Guerra.

Nuestros hijos están creciendo en un mundo donde la muerte, la tortura y el asesinato pasan como si fuesen incidentes virtuales de los juegos de computadora. Muchas veces los efectos especiales resultan más reales que la realidad misma; estamos presenciando una confusión total en la que la ficción se mezcla con lo que aparece en los noticiarios. Yo busco retratar esa confusión.

Una confusión bastante organizada

G. Helnwein

- Claramente. Esta es la edad del materialismo, el consumismo y la decadencia. Nuestros héroes son unos idiotas, como la basura de Paris Hilton, la princesa triste en sus 15 minutos de fama. Los niños se matan a tiros en las escuelas. Finalmente, hoy estamos viviendo en una sociedad que es una combinación de lo que había previsto Huxley en Un mundo feliz y Orwell en 1984. Estamos atrapados en la vorágine de la propaganda, y todo está bajo total vigilancia.

Retrataste a Charles Bukowski tres años antes de su muerte. ¿Cómo fue tu relación con él?

G. Helnwein

- Estuvimos intercambiando correspondencia por un tiempo, hasta que decidí partir a visitarlo a su casa en California. Ahí tomé una serie de fotos de su impresionante rostro, que se veía como uno de sus poemas.

También te relacionaste con Andy Warhol.

G. Helnwein

- Lo conocí a fines de los sesenta en Viena, y luego me invitó a su Factory, en Nueva York, donde le tomé algunas fotos. Esa sesión fotográfica la recuerdo con bastante nitidez. Después de los habituales cumplidos -cómo él amaba mi trabajo y yo el suyo-, me pidió que le acompañara a una habitación vacía, donde tomó asiento en una silla baja, frente a los demás, y se congeló.

No se decía nada. Menos se hablaba. Estuvimos así, sentados, largo rato. Yo no sabía qué hacer. Era una situación extraña e incómoda. Pero luego, poco a poco, todo comenzó a volverse límpido y la tensión se disipó: nada parecía más importante que lo que estaba sucediendo ahí. Andy parecía un maniquí de cera (en la postura de un faraón extinto hace miles de años), la habitación oscura que nos rodeaba lo convirtió en el más oscuro y blanco ser humano.

Me di cuenta de que estábamos flotando en algún lugar en el espacio ultra-terrestre y nada importaba más que eso. En ese preciso instante disparé mi Nikon.

¿Con Marilyn Manson sucede algo parecido?

- G. Helnwein

Manson es un gran amigo mío. Está muy cerca de mi corazón. Es muy sensible, estimulante y creativo. Definitivamente, es un artista que me nutre.         

 William Burroughs se refirió a ti como el maestro del reconocimiento sorpresivo  ¿Qué relación crees que tiene esta idea con que tu trabajo sea reconocido y admirado en todas partes del mundo?

G. Helnwein

- Las opiniones respecto a mi trabajo siempre son extremistas. Las personas nunca quedan indiferentes. O respetan mucho mi trabajo, o lo odian.

Llevas muchos años en el mundo del Arte, has trabajado en muchas de sus ramas y has participado y visto muy de cerca el desarrollo que ha tenido durante la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI. ¿Hacia dónde crees que apunta el Arte contemporáneo?

G. Helnwein

- Desde la década del ochenta, la escena internacional se ha convertido en una especie de mercado de valores. El Arte de hoy es visto principalmente como una inversión inteligente.

Las firmas de los artistas conocidos no son vistas más que como trofeos, cuales nombres de marcas como Gucci o Chanel; son utilizados para impresionar y obtener beneficios sociales. Supongo que esto es parte del proceso de decadencia cultural que estamos viviendo. Sin embargo, creo que algo está cambiando: cada vez más se ve gente que busca Arte cargado de significado y sustancia.





El desgarrador Gottfried Helnwein protagoniza una
de las grandes exposiciones de la primavera




















Anuncian una gran retrospectiva en Viena del controvertido pintor, dibujante y fotógrafo cuya obra ha sido usada por Michael Jackson y Marilyn Manson. El artista austro irlandés emplea un oscuro lirismo para mostrar a niños maltratados o ataviados con indumentaria nazi. Serán exhibidos sus dibujos más recientes, inspirados en Goya.             

http://www.20minutos.es/noticia/1728131/0/gottfried/helnwein/exposicion-viena/#xtor=AD-15&xts=467263

De alguna de las obras de Gottfried Helnwein (1948) se ha dicho que parece el resultado del encuentro del Pato Donald con el nazi Mengele.

Sus acuarelas de niños con horribles cicatrices, dibujos sobre fotos manipuladas de menores empapados en sangre y escenas que combinan la iconografía católica con la estética nacionalsocialista no admiten jamás la distancia. Una gran retrospectiva de este cronista del desgarro es una de las grandes citas artísticas para esta primavera en Europa.

La exposición, la más ambiciosa sobre el artista de las celebradas nunca en el continente, estará en cartel entre el 25 de mayo y el 25 de agosto en el museo Albertina, la principal pinacoteca de la ciudad natal de Helnwein, que desde hace años vive entre los EEUU e Irlanda.

El encuentro con Viena tendrá pues un valor añadido: el del reconocimiento en casa de uno de los grandes artistas austriacos de las últimas décadas.

Hiperrealismo Fascinado por la mutilación, las minusvalías y el horror de las guerras y la explotación, la obra de este poeta de la atrocidad ha alcanzado un alto grado de notoriedad por sus trabajos en las esferas masivas del pop desde la década de los años ochenta del siglo XX.

Ha retratado, en fotos que luego manipula y retoca con pintura para darle su toque de marca -un denso y oscuro lirismo hiperrealista- a los Rolling Stones y Rammstein y colaboró con perturbadores dibujos en un disco de Michael Jackson.

Una de sus obras muestra una 'madonna' visitada por oficiales nazis. En 2003 Helnwein fue el director artístico del disco y la posterior gira y espectáculo multimedia The Golden Age of Grotesque, de Marilyn Manson.

Una de sus obras más duras Epifanía, la Adoración de los Magos, que muestra a una madonna con el niño Jesús siendo visitada por oficiales nazis, ha sufrido varios ataques al ser exhibida como mural al aire libre.

La exposición de Viena estará centrada en la obra temprana del artista, compuesta por acuarelas, pasteles y dibujos a lápiz. También se expondrán sus series monocromáticas Night and Righteous Men, torturados retratos acrílicos y Paradise Burning, donde una madre se inyecta heroína ante la mirada de su hija.

Habrá obras recientes de inspiración goyesca como Los Caprichos (niños heridos con la cara cubierta por gasas ensangrentadas), The Disasters of War (niños de aspecto cándido vestidos con uniformes nazis) y Murmur of the Innocents (niños cerúleos como cadáveres).   


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