Más allá de las matemáticas.
Rafael
Abuchaibe
Role
BBC
News Mundo
Uno de
los primeros testimonios que existen sobre Pitágoras, escrito en el siglo III
a.C., no habla de matemáticas, sino de habas.
Según
Hermipo de Esmirna, un antiguo biógrafo griego, Pitágoras (570 a. C. - 490 a. C.)
estaba siendo perseguido por un grupo de soldados cuando se encontró ante un
cultivo de habas.
Pero en
vez de pasar por encima de las plantas y dañar las habas, Pitágoras prefirió
entregarse y terminó siendo asesinado por los soldados.
Puede que
sea difícil creer que el mismo Pitágoras que conocimos en la secundaria -el de
los números irracionales y el del famoso teorema a2+b2=c2-, hubiera preferido
salvar un cultivo de habas que su propia vida, pero las anécdotas de la
antigüedad revelan que este matemático pudo ser uno de los personajes más
peculiares de su época.
El
profesor de la Universidad de Zürich, Christoph Riedweg, autor del libro
“Pitágoras: su vida, sus enseñanzas y su influencia”, le dice a BBC Mundo que
quizás la mejor manera para definir a este precursor del pensamiento occidental
es como un “carismático polímata”, dada la diversidad de materias que abarcó.
Aunque
sea difícil saber con certeza quién era Pitágoras, los pocos textos sobre él
que sobreviven más de dos milenios después de su existencia -algunos escritos
por contemporáneos suyos, otros escritos casi 150 años después de su muerte-
dan testimonio de uno de los personajes más interesantes de la antigüedad.
1. El
primer ‘filósofo’
Aunque en
la actualidad el nombre de Pitágoras está relacionado con las matemáticas, hoy
sabemos que, en su época, era reconocido como un estudioso de varias
disciplinas.
Uno de
los primeros testimonios históricos que hace referencia al polímata griego lo
escribió Heráclito, un contemporáneo suyo del siglo VI a.C.: “Pitágoras, hijo
de Mnesarco, practicó la investigación más que cualquier otro hombre, y
haciendo una selección de estos escritos, fabricó sabiduría para sí mismo.
Mucho aprendizaje, engaños elaborados”.
Este tipo
de referencias a Pitágoras, en las que se le reconocen sus extensos
conocimientos a la vez que se le tilda de “charlatán”, dan pistas a los
historiadores que investigan al matemático, afirma Christoph Riedweg.
Por un
lado, confirman que el genio griego era ya reconocido en su propia era, y lo
que es más importante, parecen confirmar su existencia: “Estos primeros
testimonios nos muestran cómo reaccionaban sus contemporáneos a sus enseñanzas
e influencia”, dice Riedweg.
Al mismo
tiempo, nos muestran que Pitágoras había recopilado información de muchas
fuentes y había creado su propio pensamiento: extractos que se le adjudican al
pensador griego Heráclides de Ponto aseguran que Pitágoras fue el primero en
acuñar el término 'filósofo' para “resaltar su amor por el conocimiento”.
Riedweg
explica que, en la era presocrática de Pitágoras, Filos era un término que se
usaba para exaltar la labor de un trabajador en su área específica (un
filoplemos, dice, era un guerrero extremadamente hábil).
El
profesor ve posible que Pitágoras hubiera acuñado el término “filósofo” para
“diferenciarse a sí mismo y a sus seguidores de otros pensadores contemporáneos.
2. Un
místico y adivinador
Una de las
críticas persistentes a Pitágoras de sus contemporáneos tenía que ver con su
fama de “místico”.
“Uno de
los fragmentos más antiguos que tenemos es de Jenofonte,” explica Riedweg,
“quien cuenta en tono de burla una historia según la cual Pitágoras se cruzó
con unas personas que golpeaban a un perro y les pidió que pararan, porque
había reconocido en el animal la voz del alma de uno de sus amigos”.
Riedweg
explica que estos episodios ayudan a fortalecer la imagen de Pitágoras como
“líder carismático”: “Esta manera de hablar con animales es muy característica
de los carismáticos en distintas culturas. Además, los que siguen a estos
carismáticos están convencidos de que les ha cambiado el mundo, mientras que,
desde afuera, otros lo ven como un ‘timador’”.
La
profesora de arte Christiane L. Joost-Gaugier señala en su libro “Midiendo el
cielo: Pitágoras y su influencia en el pensamiento y el hambre”, que esta
anécdota primitiva nos da luces sobre el pensamiento del personaje histórico.
“Jenofonte
le atribuye tres creencias clave a Pitágoras: 1: los seres humanos tienen alma
(noción que no era común en la época); 2: el alma es inmortal; y 3: en la
muerte pasa de un ser a otro, proceso conocido como transmutación de almas o
metempsicosis”.
Esta
misma idea la usan historiadores de la antigüedad para justificar la aversión
pitagórica por las habas, dice Riedweg: “Una de las cosas que decían algunos
historiadores antiguos es que las almas tienen un elemento de aire, y como las
habas tienen una tendencia a generar gases, podían hacer que el alma se
escapara del cuerpo”.
Pero las
referencias a las habilidades sobrenaturales de Pitágoras no paran ahí.
Aristóteles,
quien vivió casi 150 años después del místico y pensador, lo consideraba un
“matemático con un gran interés en los números”, que podía “predecir cuándo un
oso blanco aparecería y fallecería y que podía morder y matar a una serpiente
venenosa que lo hubiera mordido”.
Además,
aseguraba que un río lo había saludado por su nombre (¡alabado sea Pitágoras!)
cuando lo iba a cruzar.
El
filósofo Heráclides, por su parte, dice que “Pitágoras era capaz de recordar al
menos cuatro vidas anteriores, incluida una en la que había sido un troyano
llamado Euforbo que perdió su escudo en batalla con Menelao”.
3. El
filósofo viajero
Los
historiadores de la época dicen que Pitágoras viajó por el mundo antiguo,
aprendiendo de sus culturas.
Muchos
historiadores de la antigüedad coinciden en que, al menos parte de los
conocimientos de Pitágoras, vinieron de otras culturas de la época.
“Gracias
a biografías antiguas que tenemos -como una de Porfirio- sabemos que Pitágoras
viajó bastante, en particular a Egipto”, cuenta Riedweg.
“Y es que
los griegos tenían una afición particular por aquellas culturas más antiguas
que la suya, en particular por Egipto, porque para Grecia, Egipto siempre fue
una cultura muy antigua que tenía unos estándares muy altos”, agrega el
biógrafo.
Muchos de
los textos antiguos en los que se hace referencia a Pitágoras, hablan de sus
viajes. Por ejemplo, Antífono, en el siglo IV a.C. -que serviría de fuente a
Porfirio- aseguró que Pitágoras había aprendido a hablar egipcio directamente
del faraón Amosis II y que había sido el “único extranjero en ser aceptado para
estudiar con los sacerdotes en Tebas”.
Los
historiadores de la antigüedad, además, aseguraban que ahí había sido donde
Pitágoras había aprendido los secretos de la “metempsicosis” o la
transmigración de las almas.
También
están las referencias a los viajes que Pitágoras habría hecho a Babilonia,
donde los historiadores hoy saben se usaba su famoso teorema unos 1.000 años
antes de su nacimiento.
“Sabemos
que se usaba en Babilonia un buen tiempo atrás”, explica Riedweg, “uno asume
que entonces lo que probablemente hizo Pitágoras fue dar una justificación
teórica del teorema".
También
hay testimonios que dicen que Pitágoras había aprendido aritmética de los
fenicios, de los magos en Persia e incluso, hay testimonios que lo relacionan
con las enseñanzas de profetas judíos como Moisés.
4.
Filosofía natural
Los
experimentos de Pitágoras se asemejan mucho a lo que hoy conocemos como el
método científico.
Para la
época de Pitágoras, algunos pensadores griegos se estaban alejando del concepto
de los dioses y estaban empezando a explorar maneras alternativas para explicar
lo que ocurría en el mundo.
“[El
filósofo griego] Tales [de Mileto] ponía el agua al centro de su mundo. Él veía
el agua como absolutamente esencial, como que todo está hecho de agua, y esa
era la visión presocrática del mundo: hay una apariencia superficial y, debajo
de ella, están las razones reales”, dice Riedweg.
“Para
Pitágoras lo más básico, lo esencial, es el número”.
En uno de
los pocos extractos que sobrevive de una de las primeras biografías de
Pitágoras, su alumno Aristóxeno resalta lo que pudo ser la contribución más importante
del genio griego al pensamiento occidental: “[Pitágoras] Rescató y promovió el
estudio de los números más que cualquier otro, separándolo de una práctica
netamente mercantilista, y relacionándolo todo con los números”.
Riedweg
cree que esa revelación pudo llegar con sus estudios musicales, a través de los
cuales descubrió la relación entre la división de una cuerda y el sonido que
emite: “Yo asumiría que el descubrimiento de las proporciones básicas de la
música fue uno de los descubrimientos más importantes que hizo Pitágoras”.
El
descubrir la relación de la música con los números podría haberlo impulsado a
buscar otras relaciones parecidas, las cuales encontró en todo, desde los
astros hasta el comportamiento de las personas.
Por
ejemplo, Pitágoras creía que el movimiento de los astros y sus distancias
relativas concordaban con los intervalos musicales, y que esto debería producir
un sonido armónico -imposible de percibir por los humanos por ser constante-
conocido como “la música de las esferas”.
“Estos
filósofos presocráticos realmente eran filósofos naturales”, dice Riedweg. “Era
una filosofía que podías comparar con la física y la cosmología, porque estaban
buscando explicar todo en el mundo, desde por qué una planta crece hasta por
qué el Nilo se inundaba”, dice el profesor.
“Estos eran los filósofos que estaban tratando de descifrar las reglas que definen el mundo”.
https://www.bbc.com/mundo/articles/cxrv4l1yxrxo
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