Lee con atención
El
ser no fue engendrado y además es imperecedero: es un todo inmóvil y sin
final ni comienzo. El ser no ha cambiado, siempre ha sido el mismo; es ahora
todo a la vez; uno y continuo.
El
ser está perfectamente acabado. Semejante a la masa de una redonda bola, es
equilibrado por todas partes a partir del centro.
Voy a contarte (presta tu atención al relato que me
oigas) los únicos caminos de búsqueda que cabe concebir: el uno, el de que es
y no es posible que no sea, es ruta de Persuasión, pues acompaña a la Verdad;
el otro, el de que no es y el de que es preciso que no sea, este te aseguro
que es sendero totalmente inescrutable.
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P
a
r
m
é
n
i
d
e
s
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No podemos bañarnos dos veces
en el mismo río, pues siempre correrán aguas distintas en torno a
nosotros.
Además, en el momento en que
hemos acabado de sumergirnos en el agua, nos hemos convertido ya, en alguien
diferente al que éramos en el momento en que comenzamos a sumergirnos. De
modo que a la vez somos y no somos. Así pasa con el mundo. Este mundo no lo
hizo ningún dios, sino que siempre fue, es y será fuego eterno, que cambia
constantemente, se enciende y se apaga.
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H
e
r
á
c
l
i
t
o
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Responda lo siguiente
1. ¿Qué piensas de lo afirmado por Heráclito?
Porque por más que se repita una acción, siempre habrá alguna diferencia, por lo tanto nada es exactamente igual ¿Qué crees?
2. ¿Qué papel juegan los sentidos en esta explicación?
3. ¿Cuáles características le atribuye Parménides al ser?
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