"Europa está dormida y
resignada".
Entrevista a Gianni Vattimo Gustavo
Santiago
Al final
de la década del 70, un pequeño número de filósofos, encabezados por Gianni
Vattimo y Pier Aldo Rovatti, se atrevía a sostener que las ideas "fuertes", que se pretendían
sustentadas en sólidos fundamentos, debían dar paso a nociones más ligeras,
abiertas a la pluralidad. Años más tarde, el "pensamiento débil"
llegó a gozar de una popularidad inusual para una corriente filosófica. Eran
los tiempos en que la disputa modernidad/posmodernidad ocupaba el centro de la
escena cultural y por tanto académica. En este diálogo, Vattimo, revisa
aspectos controversiales de su producción y destaca la importancia de la perspectiva débil para construir una
sociedad democrática y pluralista, que promueva la caridad y el respeto por la
libertad.
-Han
pasado treinta años desde el surgimiento del "pensamiento débil". ¿Cómo fue aquel comienzo? ¿Qué llevó a su
formulación?
-El pensamiento débil se inició para enfrentar el
carácter absoluto de algunas ideologías, entre las que se encontraba el
marxismo. Algunos filósofos queríamos señalar la imposibilidad de seguir
hablando de una razón central, de una razón omnicomprensiva del mundo. Es
decir, algo semejante a lo que Jean Francois Lyotard iba a anunciar en aquellos
años como "el fin de los
metarrelatos".
-¿En qué
se sustentaba esa perspectiva?
-Estas ideas surgieron como una derivación o una
especie de síntesis de Nietzsche y Heidegger. Pero de un Heidegger al que
podríamos llamar "de izquierda". Desde mi perspectiva, el gran error
de Heidegger, que hizo que se inclinara hacia el nazismo en 1933, fue no haber
sido radicalmente nihilista. Eso lo llevó a pensar que se podía reconstruir una
sociedad presocrática, preclásica, premetafísica, recurriendo a la mitología
nazi. Como si el nazismo fuera una posibilidad de salir efectivamente de la
metafísica. Esto fue un error político y también filosófico.
-En su autobiografía, usted recuerda que en los 80´s
las discusiones sobre el pensamiento débil colmaban grandes auditorios. También
eran numerosos los filósofos que decían sostenerlo. Actualmente, sin embargo,
se oyen muy pocas voces de apoyo.
-Es
verdad que hay una diáspora de los autores del pensamiento débil. Pier Aldo
Rovatti es uno de los pocos que permanece fiel al "debilismo" desde
los primeros momentos. Aunque desde su inicio él tenía una versión de la
debilidad un poco diferente de la mía, menos ontológica y más fenomenológica
menos heideggeriana y más husserliana (Edmund Husserl). Pero hubo autores que
colaboraron con nosotros, como Umberto Eco o Maurizio Ferraris, que ahora
dirían cualquier cosa de sí mismos excepto que son débiles. Para mí, en Eco
sigue habiendo manifestaciones del pensamiento débil.
-¿Por qué cree que se produjo este cambio en la
consideración de los intelectuales?
-Yo atribuyo esta situación al predominio de la
derecha en el pensamiento actual. Hay un fuerte retorno al
"realismo", desde el cual se afirma que lo que debe hacer la
filosofía es analizar los hechos, ayudar a los saberes científicos, pero de
ningún modo imaginar una alternativa a la realidad tal como es. Hay un
retorno al orden, a la "normalidad". Y el pensamiento débil no ayuda
en esto. Aunque algunos, interpretando mal la idea de debilidad, acusaron
también al pensamiento débil de ser reaccionario, conciliador con la realidad
neocapitalista. Pero nunca fue así.
-Sin embargo, ésa es una idea muy extendida en el
mundo intelectual. ¿Usted cree que se trata de un simple error de comprensión?
-También puede estar ligado a una distorsión, quizá
intencional. En Italia hemos tenido un período de corrupción política que en
aquel momento se aliaba muy bien con un pensamiento que se decía débil. Como si
el pensamiento débil fuera la negación de los valores filosóficos definitivos y
sólo eso. Esa idea se utilizaba para justificar una política pragmática y
corrupta. Pero, obviamente, eso es algo con lo que yo nunca he estado de
acuerdo.
-¿Cuál
fue su posicionamiento en relación con el neoliberalismo en los años 80?
-Personalmente, nunca fui neoliberal. Sí puedo
decir que en aquellos años me sentía comprometido con una política de
"socialismo ligero", con la idea de un socialismo un poco menos
autopunitivo, un poco menos austero. Pero nunca he estado a favor del
neoliberalismo. Quizá el texto en el que he podido dar esa idea es La
sociedad transparente. Allí afirmaba que la lógica misma de los mass
media conducía a una multiplicación de las interpretaciones que me
resultaba una lógica liberadora, emancipadora. Yo decía que cuando alguien
tiene un solo canal de televisión en la casa puede tomarlo como un Dios. Pero
si tiene veinte, no creerá en ninguno de ellos porque al multiplicarse las
voces se multiplican las interpretaciones. Pero cuando al comienzo del 2000
Berlusconi ganó las elecciones en Italia, publiqué una nueva edición de La
sociedad transparente con un capítulo donde confesaba una cierta desilusión
frente a la posibilidad intrínseca de los medios de funcionar como instrumentos
de liberación, aunque sin llegar a pensar, como Theodor Adorno, que los medios
como tales son totalitarios. Lo que veo es una resistencia del capital a la
pluralidad, que lo lleva a monopolizar los medios e intentar hacerlos servir a
una sola voz. La multiplicidad de interpretaciones es bloqueada por razones
políticas y económicas. Por ello, se necesita una política que favorezca la
pluralidad de las voces y esto es realmente difícil de lograr.
-Usted suele citar un verso de Hölderlin que también
le gustaba a Heidegger: "Allí donde crece el peligro crece también la
salvación". ¿Cuáles son los peligros que más lo preocupan en la actualidad
desde una perspectiva política? ¿Vislumbra la gestación de alguna salvación?
-En este momento me parece que hay estructuras
internacionales que controlan las políticas nacionales de un modo tan rígido
que yo no veo, en Europa o en Italia, la posibilidad de cambiar mucho. Por
ejemplo, la experiencia de centro izquierda italiana con Prodi me desilusionó
muchísimo porque ni siquiera Prodi, que era un hombre con buenas intenciones,
honesto, ha podido cambiar mucho. ¿Y por qué no? Porque estamos en un sistema
(la Unión Europea, el Pacto Atlántico, etc.), que nos impide manejar nuestra
política. La única zona del mundo que me parece todavía prometer algo es
Latinoamérica. Efectivamente, lo que pasó en los últimos años en América
latina, empezando con la resistencia de Cuba y después con Venezuela, con el
Brasil de Lula, con la Argentina, me parece que promete no, obviamente, una
revolución o una guerra en contra de los Estados Unidos, pero sí una posible
modificación del equilibrio, del balance de los poderes internacionales. Yo
siempre he soñado con una alianza entre la Unión Europea y Latinoamérica como
alternativa a los Estados Unidos. Aunque, desde luego, no en términos de
enemistad militar.
-¿Cuáles
serían esos signos alentadores que encuentra en América Latina?
-Lo que veo es una forma tentativa de socialismo.
Soy consciente de los límites del chavismo, pero me parece que la utilización
que se ha hecho del dinero del petróleo en Venezuela, es algo alentador. Es cierto que en Venezuela tiene una fuerte
oposición, pero también es cierto que quienes lo cuestionan provienen de las
clases acomodadas, que son las que han perdido los privilegios. Pero es
innegable que los pobres tienen más asistencia médica, más posibilidades de
instrucción. Hay muchísimos elementos problemáticos del chavismo, pero creo ver
allí la posibilidad de un socialismo un poco diferente del que conocíamos.
También la veo en Evo Morales e incluso en Lula, aunque obviamente, como Brasil
es el país más grande de América Latina, tiene más dificultades para actuar.
No sé bien hasta qué punto se podría tener otra
esperanza. ¿Qué podemos esperar? ¿Que Europa, por ejemplo, se transforme?
Europa está dormida y resignada. Hay una pérdida total de confianza, la gente
no participa más en la política.
-Para quien no haya leído sus textos, esta
apelación al compromiso político puede resultar tan sorprendente como su
retorno al cristianismo luego de recorrer las sendas de Nietzsche y de Heidegger.
-Escribí un pequeño libro que se publicó en español
hace dos o tres años, que se llama Ecce Comu, título que ironiza un poco
con Ecce Homo de Nietzsche, en el que postulo algo así como un
"anarco comunismo". Y, aunque parezca extraño, esta especie de
comunismo que sostengo, está relacionado con mi cristianismo y con los
filósofos que usted mencionaba. Yo no pienso que mi retorno a mi religión de
juventud sea simplemente un hecho de salvación individual. Uno no se puede
salvar individualmente, sino con su propio mundo, con su propia situación
social, con los otros. Como debilista, yo soy cristiano. La única filosofía
cristiana que me parece existir hoy es el pensamiento débil. El pensamiento
débil me parece una traducción filosófica del mensaje de la encarnación de
Dios. Dicho de otro modo, la encarnación de Dios es una manera de desmentir
todas las imágenes de lo divino como trascendente, como absoluto, como juez, para
sustituirlas por la de un Dios que se hace hombre. La verdad del cristianismo
no es la idea de que Dios existe en alguna parte en el cielo, ni que Jesús está
sentado a la derecha del Padre. Cuando Jesús dice: "Yo estoy presente
cuando dos o tres de ustedes se reúnen en mi nombre", no lo hace para
decir que Dios está presente incluso de esta manera. Significa que Dios está
presente sólo de esa manera, en la cara del otro, en el encuentro con el otro.
La Iglesia no siempre interpreta la Escritura
literalmente. Pero decide ella misma cuándo se trata de tomarla al pie de la
letra y cuándo no. Hay todo un sistema de pensamiento pontifical, tradicional
del catolicismo, que afirma que hay una naturaleza que sólo la Iglesia conoce y
que deviene la base de su propia autoridad incluso en lo moral. Todo esto es
básicamente no un respeto por la naturaleza, sino una voluntad por parte de la
Iglesia de preservar su propio poder.
-En su autobiografía usted afirma que "el
único pecado verdadero es la falta de caridad".
-Amor es ante todo la caridad cristiana. En el amor
existe aquello que Tomás de Aquino llamaba la amistad conyugal. Esto es algo
más que la pasión inmediata. El amor incluye problemas, sufrimiento. Por
ejemplo, yo soy doblemente viudo, he estado con dos chicos más jóvenes que yo,
que lamentablemente se murieron antes que yo. ¿Qué hace un viejo viudo? Con mis
años, con mi barbita blanca, difícilmente llegue a seducir a alguien. Yo sufro
esta espina en la carne. Para los jóvenes esa espina es el deseo, que nunca se
acaba completamente, que lleva a la tentación. Yo tengo una suerte de nostalgia
y tengo que vivirla más o menos como vivo mi finitud. Un amigo me dice, en
broma, que yo no soy heterosexual ni homosexual: a mi edad soy más bien
"veterosexual". Y algo de razón tiene. Lo que no hay que olvidar es
que en el eros hay también mucha caridad. Cuando el otro me gusta con su cara,
con su cuerpo, y entre nosotros no hay opresión, ésta es una forma de caridad.
El placer que allí surja no puede tener nada de malo, de pecaminoso. ¿Por qué
tiene que estar Dios contra el placer? http://ciudadideas.blogspot.com/2010/09/europa-esta-dormida-y-resignada.html
Gianni Vattimo es considerado una de las voces más relevantes del
pensamiento contemporáneo y una
autoridad en el planteamiento conceptual de la posmodernidad. Sus
cuestionamientos a conceptos tradicionales como la verdad, el sujeto, la ética,
el ser, la revolución, la comunicación o el arte, están fuertemente
influenciados por los argumentos de Heidegger y Nietzsche, y en general por la
filosofía alemana del siglo XIX y XX. Y son, precisamente, sus libros
referentes a este tema – Ser, historia y lenguaje en Heidegger, 1963;
Introducción a Heidegger, 1971; El sujeto y la máscara, 1974; Introducción a
Nietzsche, 1984; y Diálogo con Nietzsche. Ensayos 1961-2000, 2000- los que han tenido mayor acogida, le han
brindado reconocimiento internacional y se han traducido a mayor número de
idiomas.
Estudió
filosofía en la U. de Turín y en la de Heidelberg. Discípulo de Hans-Georg
Gadamer, seguidor de la corriente hermenéutica en filosofía. En 1964 inicia la
docencia de estética en la Facultad de Filosofía y Letras de la U. de Turín.
Claramente influido por Heidegger y Nietzsche, Vattimo ha sido profesor
universitario en Los Ángeles y Nueva York. Es Doctor Honoris Causa por la U. de
Palermo, la U. de La Plata (Argentina), la UNED (España) y además en la U. Inca
Garcilaso de la Vega y U. Nacional Mayor de San Marcos (Perú), entre otras, así
como miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes. Ha sido colaborador en
distintos periódicos italianos. Actualmente es catedrático de Filosofía
Teorética en su ciudad natal. Es uno de los principales autores del
postmodernismo y considerado el filósofo del pensiero debole (pensamiento débil).
Como político inició su trayectoria en el Partido
Radicale, luego en Alleanza per Torino (Olivo) y más tarde en Demócratas de
Izquierda en el Parlamento Europeo, formación que abandona en 2004. También es
miembro de la dirección nacional de Coordinamiento Omosessuale.
Vattimo nació en la era de los nacionalismos, en la época del desplome de la corriente de pensamiento llamada metafísica, la era del horror ante el maquinismo irracional, los campos de concentración, y la bomba atómica. Turín, su lugar natal, es una ciudad italiana marcada por la influencia de Nietzsche, a quien había dado alojamiento y donde le sobrevino el ataque que cesó su producción filosófica. Ese contexto fue su hogar para el estudio de la filosofía, cuyos estudios luego completó en Heidelberg, cuya impronta lo introdujo a la filosofía de Gadamer, sólo bajo cuyo diálogo y honesta rebeldía tiene sentido la obra de lo que hoy son cuarenta años de infatigable trabajo filosófico. Profesor de Estética en la Universidad de Turín desde muy joven, ya en 1961 publicaba El concepto de producción en Aristóteles. Con aún fuerte acento de la influencia de Gadamer, publica dos años después Ser, esencia y lenguaje en Heidegger y, continuando con sus estudios estéticos en la misma orientación, en 1967 publicó Poesía y Ontología.
Varios de sus últimos textos tratan el tema de la religión, entre ellos Creer que se cree, de 1996, Después de la cristiandad, de 2002 y El futuro de la religión, ésta última del 2005. El trágico sentido de la era pos metafísica es reencontrado por Vattimo en relación estrecha con la historia de la religión católica, que pertenece sin duda a la esencia trágica de Europa. Una búsqueda afirmativa, amable con el catolicismo, señalada por su tradición y su concepción de la verdad, desemboca en un auténtico pensamiento religioso, crítico de la Iglesia, pero a su vez su deudor agradecido.
Vattimo nació en la era de los nacionalismos, en la época del desplome de la corriente de pensamiento llamada metafísica, la era del horror ante el maquinismo irracional, los campos de concentración, y la bomba atómica. Turín, su lugar natal, es una ciudad italiana marcada por la influencia de Nietzsche, a quien había dado alojamiento y donde le sobrevino el ataque que cesó su producción filosófica. Ese contexto fue su hogar para el estudio de la filosofía, cuyos estudios luego completó en Heidelberg, cuya impronta lo introdujo a la filosofía de Gadamer, sólo bajo cuyo diálogo y honesta rebeldía tiene sentido la obra de lo que hoy son cuarenta años de infatigable trabajo filosófico. Profesor de Estética en la Universidad de Turín desde muy joven, ya en 1961 publicaba El concepto de producción en Aristóteles. Con aún fuerte acento de la influencia de Gadamer, publica dos años después Ser, esencia y lenguaje en Heidegger y, continuando con sus estudios estéticos en la misma orientación, en 1967 publicó Poesía y Ontología.
Varios de sus últimos textos tratan el tema de la religión, entre ellos Creer que se cree, de 1996, Después de la cristiandad, de 2002 y El futuro de la religión, ésta última del 2005. El trágico sentido de la era pos metafísica es reencontrado por Vattimo en relación estrecha con la historia de la religión católica, que pertenece sin duda a la esencia trágica de Europa. Una búsqueda afirmativa, amable con el catolicismo, señalada por su tradición y su concepción de la verdad, desemboca en un auténtico pensamiento religioso, crítico de la Iglesia, pero a su vez su deudor agradecido.
Obras: Las aventuras de la diferencia (1979), El
pensamiento débil (1983), El fin de la modernidad (1985), La sociedad
transparente (1989), Ética de la interpretación (1989), Creer que se cree
(1996), Diálogos con Nietzsche (2002), y Nihilismo y emancipación (2003).
Consultar, Responder, Desarrollar
y Realizar lo Siguiente
1°. ¿Qué
caracteriza el pensamiento de Gianni Vattimo según las ideas expuestas en la
entrevista?
2°. Consulte
y extracte las ideas fundamentales que caracterizan el pensamiento de los
siguientes filósofos o pensadores citados por Vattimo en sus respuestas.
A. Theodor
Adorno
B. Pier
Aldo Rovatti
C. Edmund Husserl
D. Martin
Heidegger
E. Tomás de
Aquino
F. Federico
Nietzsche
G. Hans-Georg Gadamer
H. Jean
Francois Lyotard
3°. Consultar
- Mass media
- Pensamiento
débil
- Sociedad transparente
4°. De los
Siguientes Términos Específicos, Consulte aquellos cuyo Significado desconoce
Ética
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Estética
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Contexto
|
Metafísica
|
Modernidad
|
Neoliberalismo
|
Razón
|
Punitivo
|
Realismo
|
Intelectual
|
Ideas
fuertes
|
Neocapitalismo
|
Finitud
|
Anarquía
|
Ideología
|
Pragmática
|
Ideas
débiles
|
Fenomenología
|
Caridad
|
Filósofos
|
Teorético
|
Perspectiva
|
Pensamiento
|
Posmodernidad
|
Libertad
|
Nihilismo
|
Ontología
|
Metarrelatos
|
Emancipación
|
Omnicomprensiva
|
5°. Explique las
siguientes afirmaciones seleccionadas de la entrevista a Vattimo:
A. “Algunos filósofos queríamos señalar la
imposibilidad de seguir hablando de una razón central, de una razón
omnicomprensiva del mundo”.
B. “Hay un fuerte retorno al "realismo",
desde el cual se afirma que lo que debe hacer la filosofía es analizar los
hechos, ayudar a los saberes científicos, pero de ningún modo imaginar una
alternativa a la realidad tal como es”.
C. “En este momento me parece que hay estructuras
internacionales que controlan las políticas nacionales de un modo tan rígido
que yo no veo […], la posibilidad de cambiar mucho”.
6°. Encuentre y Seleccione los Términos
Específicos
Relacionados con el Texto Analizado
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7°. Desde su perspectiva ¿Cómo analiza la posición del filósofo italiano Gianni Vattimo?
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