viernes, septiembre 01, 2023

Las Escuelas de Éfeso y de Elea

 



Dos escuelas opuestas

Después de los pitagóricos aparecen dos importantes figuras del pensamiento presocrático: Heráclito de Éfeso y Parménides de Elea. 


Estos dos filósofos también buscaron el fundamento de la naturaleza.

Heráclito estudió la naturaleza teniendo como base los datos que dan los sentidos. Observó detenidamente el ciclo evolutivo que siguen los seres vivientes: Nacen, crecen y mueren. Observo también, que cada persona es distinta a las demás y que está en permanente evolución.

Entonces llego a la conclusión de que todo se mueve, todo fluye, nada permanece inmóvil y fijo, todo cambia y se modifica. Este descubrimiento del cambio que sufre la naturaleza, Heráclito lo resumió en su frase más famosa: “No podemos bañarnos dos veces en el mismo río”.

El sentido de esta frase es claro: El rio es aparentemente el mismo, pero en realidad está constituido por aguas siempre nuevas y distintas que llegan y se van. Por eso, no se puede bajar dos veces a la misma agua del rio, porque cuando se baja por segunda vez es otra agua la que está llegando. Según Heráclito, esto se aplica a toda la realidad sin excepción ninguna.

Al cambio que sufre la naturaleza Heráclito lo llama devenir. Este devenir, o cambio, ocurre por la lucha de contrarios, ya que sin oposición ninguna vida es posible. Sin hambre no hay saciedad, sin fatiga no hay reposo. Para Heráclito el símbolo del cambio eterno o devenir de las cosas es el fuego, el más variable de los elementos.

Parménides no estaba de acuerdo con la explicación de Heráclito, que fundamentó que la realidad era el cambio, para Parménides el fundamento es el ser que no cambia. Se dio cuenta de todas las cosas que existen tiene en común el ser. Las rocas tienen ser, es decir, son, las plantas son, el hombre es, etc. El ser no se agota en cada una de las cosas, sino que las cobija a todas, Por ejemplo, el término hombre se aplica a todas las personas, por muy distintas que sean y aunque cambien radicalmente. Por eso se habla del ser humano.

Parménides profundizó más su estudio sobre el ser y llegó a la siguiente conclusión: el que sabe que le ser existe es el hombre, ya que lo descubrió gracias a su capacidad de pensar, por eso todo lo que uno piensa y dice, es. Por lo tanto, el pensar y el ser son lo mismo. El ser es inmutable; es uno, continúo y macizo; es eterno. 

Analizar y Responder 

1. ¿Qué es el ser de las cosas? 

2. ¿Podemos pensar en el ser como algo independiente de las cosas? ¿Cómo? 

3. ¿Es imposible que la realidad cambie constantemente? ¿Por qué?    

El devenir

Término con el que se designa el proceso de ser, bajo el que se incluyen todos los tipos de cambio, (movimiento, alteración, generación, corrupción) y que suele ir asociado a expresiones como "llegar a ser".  En general, y a partir de la filosofía griega clásica, el hablar del ser como devenir marca la oposición a una concepción del ser como algo estático, y se suele considerar las posturas defendidas por Heráclito y Parménides como representativas de una y otra posición, respectivamente. 

Se ha entendido, pues, que el "devenir" sea oponía al "ser", en el sentido de que el proceso de ser, o de "llegar a ser" algo, se opone a la inmovilidad del ser. 

La afirmación del devenir, del ser como proceso, se identifica con una concepción dinámica de la realidad, de la que suele considerarse a Heráclito como su más representativo defensor. 

“No podemos bañarnos dos veces en el mismo río, pues siempre correrán aguas distintas en torno a nosotros. Además, en el momento en que hemos acabado de sumergirnos en el río, nos hemos convertido en alguien distinto al que éramos en el momento en que comenzamos a sumergirnos. De modo que somos y no somos. Igual cosa ocurre con el mundo. Este mundo no lo hizo ningún dios, sino que siempre fue, es y será fuego eterno, que cambia, constantemente, se enciende y se apaga”.               

Monismo dinámico de Heráclito: 

- Todo es devenir. 

- El logos es la razón intrínseca del devenir. 

- La lucha de contrarios es la ley del logos. 

- La unidad y la armonía son la lucha misma. 

- La razón humana es un momento del logos Universal. 

- Las leyes positivas son encarnaciones imperfectas del mismo. 

- El hombre debe conocer la naturaleza y vivir conforme a ella.   

Recordemos que, para Heráclito, no es posible pensar la realidad si no es dialécticamente, es decir: afirmando, negando y conciliando afirmación y negación. 

A la pregunta ¿Qué soy en este momento? 

Debo responder dialécticamente. Soy mi pasado, porque sin él no sería lo que soy, pero el pasado ya no, es más; soy mi futuro porque precisamente no he dejado de ser, pero el futuro aún no es. 

En consecuencia, en el presente, que es el único momento que me importa, soy y no soy: soy pasado que ya no es, y soy futuro que aún no ha comenzado. Lo mismo se puede decir de las demás cosas, que son y no son, es decir, la realidad es puro devenir. 

El ser proviene del no ser, algo de nada. Si pensamos una cualidad y su contraria como dos entes, dos realidades ya hechas, como si permanecieran idénticas a sí mismas un solo instante, esto sería imposible. Pero si pensamos las dos realidades de una manera dialéctica, como manifestación de una realidad que no permanece idéntica a sí misma, que es y no es, que es lucha y armonía de contrarios, que ambas cualidades opuestas coexisten en tensión y armonía. Heráclito de Éfeso, Sobre la naturaleza.

El ser 

La noción de ser es una de las más complejas que podamos encontrar en filosofía.  Podemos distinguir dos usos del término "ser": un uso como verbo y otro como sustantivo. En cuanto verbo, tendría una función meramente copulativa al relacionar un sujeto con un predicado, función que, al no haber sido observada convenientemente, causó muchos malentendidos. 

En la historia de la filosofía ha prevalecido, preferentemente, su consideración como sustantivo, como nombre abstracto, adquiriendo un valor existencial, absoluto, que ha sido objeto de distintas especulaciones metafísicas.       

En esta última acepción, como nombre abstracto, podemos considerar de un modo muy general que el ser (en singular) remite a "lo que es", a cualquier realidad individual a la que llamamos ente, y a la que consideramos un "ser", independientemente de que su existencia sea o no física, material; pero también podemos considerar que remite a lo que hace que una cosa sea, es decir, al elemento común que comparten todas las cosas que son, de las que decimos que "tienen ser", y en este sentido consideramos al ser como el fundamento último de la realidad. 

En este sentido, es el objeto de estudio tradicional de la metafísica, el estudio "del ser en cuanto tal", considerando que el ser es la categoría suprema de la realidad, o que es algo más que una categoría de la realidad, a la que necesariamente han de referirse todos los seres que existen.    

Son muchas las interpretaciones del ser, a lo largo de la historia de la filosofía, de Parménides a Heidegger. Y también las críticas a dichas concepciones, entre las que destacan, entre otros, las de la filosofía analítica y el positivismo lógico, que consideran esas elaboraciones como el resultado de equívocos lingüísticos. 

“El ser no fue engendrado y además es imperecedero: es un todo inmóvil y sin final ni comienzo. El ser no ha cambiado, siempre ha sido el mismo; es ahora todo a la vez: uno y continúo. El ser está perfectamente acabado. Semejante a la masa de una redonda bola, es equilibrado por todas partes a partir del centro”. El fundamento de la naturaleza es el ser que es continuo, macizo e inmutable.   

Parménides fue el fundador de la escuela eleática y el máximo exponente de ella. Ha llegado hasta nosotros buena parte de su poema alegórico “Sobre la naturaleza”. 

Niega que sólo exista el puro fluir como quisiera Heráclito, y afirma, en cambio, que sólo existe el ser uno, homogéneo, eterno, indestructible. 

Veamos algunos de sus planteamientos fundamentales. Al contrario de lo que dice Heráclito, Parménides sostiene que no se piensa afirmando, negando y conciliando, no hay término medio. La misma cosa es el pensar y pensar que es. Pienso que lo blanco es blanco y que lo negro es negro.  Pero no pienso que lo blanco es negro y que lo negro es blanco. 

Cuando Heráclito piensa que una misma cosa es y no es, que en nosotros es una misma cosa el vivo y el muerto, el despierto y el dormido 

¿no están afirmando que no es como pensamos que es, que podemos pensar que no es vivo lo que pensamos que es vivo? 

¿Hay algo más absurdo, que pretender pensar que no es lo que es y qué es lo que no es? 

De este modo no podemos llegar a ninguna parte. Este es un sendero en el que nadie aprenderá nada. Parménides de Elea.  

Leer, Analizar y Responder 

1°. ¿Por qué se dice que Heráclito se basó en los datos de los sentidos para explicar la realidad? 

2°. ¿Para Parménides cuáles son las características del ser? 

3°. ¿Está de acuerdo con el devenir de Heráclito? o ¿Con el ser de Parménides? ¿Explique por qué?



Textos y Referencias de:

Filosofía 10° Santillana: Bogotá, 2007, págs. 11 a 23. 

http://es.calameo.com/books/00095467075b543c7941e 

http://cardenascentro.edu.co/nocturno/ciclo%20v/MODULO%20FILOSOFIA%20CICLO%20V%20GRADO%20DECIMO.pdf


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