Por qué en Japón los jefes NO felicitan a sus empleados cuando
hacen bien su trabajo
Eric Barton
BBC Capital
En
Japón nadie espera que le den una palmadita en la espalda sólo por hacer su
trabajo.
"¡Cállate!",
gritó el hombre que presidía la mesa.
Todo el
mundo se detuvo y miró a Keiko Sakurai, quien inmediatamente se dio cuenta del
error que había cometido.
Ocurrió
hace años, cuando Sakurai trabajaba como auxiliar de contable en una gran
empresa de Japón.
El
hombre (quien le gritó) era su cliente, un ejecutivo de una compañía de
servicios energéticos que rondaba la cuarentena.
Y,
según el protocolo tradicional japonés -respetar a tus mayores; mostrar
deferencia al trabajador de mayor jerarquía- ella sabía que él podría
justificar haberle alzado la voz.
El
hombre había estado criticando sus métodos de contabilidad mientras tomaba unas
copas después del trabajo junto a sus colegas.
Sakurai
se defendió diciendo que sus prácticas eran las adecuadas.
Pero el
hombre continuó quejándose. Así que Sakurai afirmó que sus métodos cumplían lo
estipulado en el contrato.
"Fue
entonces cuando me gritó", recuerda Sakurai.
"Rompí
las normas de la jerarquía y contradije a mi superior. Incluso aunque yo tenía
razón no estaba en posición de contradecirlo".
Jefes y
empleados dirimen sus asuntos con una copa o vaso en la mano.
No
importaba que los métodos de Sakurai fueran los correctos o que aquel hombre
aprobara la mayor parte de su trabajo.
Según
la jerarquía laboral japonesa, un feedback positivo es algo que se escucha muy
raramente.
Los
negocios en Japón se manejan según sus propias normas, diferentes a las de los
países occidentales o incluso a las de otras naciones asiáticas. Y, para
quienes trabajan por primera vez como directivos en Japón, la manera adecuada
de explicar a sus empleados su evolución en la empresa puede resultar chocante.
Reinventando
el "feedback"
En
lenguaje japonés tradicional no existía ninguna palabra para describir el
anglicismo feedback (que se utiliza en español como sinónimo de respuesta u
opinión que nos da un interlocutor sobre algo que hacemos).Simplemente
no se hacía, explica Sharon Schweitzer, directora ejecutiva de Protocol and
Etiquette Worldwide y experta en la integración de directivos en países
extranjeros.
Si tu
jefe en Japón no te dice nada, significa que lo estás haciendo bien"
Sharon
Schweitzer, experta en protocolo
Al
final tuvieron que inventar una palabra: fīdobakku. Pero
todavía no se practica.
"Si
tu jefe en Japón no te dice nada, significa que lo estás haciendo bien",
explica Schweitzer.
"Y
si te pide una revisión del proyecto, entonces significa que no lo estás
haciendo tan bien", agrega.
Los
jefes en Japón no suelen pedir a sus empleados que les pongan al día sobre sus
actividades porque se espera que lo hagan todo el tiempo.
Es un
proceso llamado hou-ren-sou y significa que los subordinados deben enviar
correos electrónicos a sus jefes durante todo el día para explicarles cuándo se
van a comer, el porcentaje del proyecto que ya terminaron o cuándo hacen una
pausa para el café. Todo.
Para
los directivos extranjeros puede ser tentador responder con elogios y
felicitaciones por haber acabado parte del proyecto, por ejemplo.
En
Japón los empleados apuestan a crecer dentro de una misma compañía, en vez de
saltar de una a otra.
Pero
"no lo hagan", advierte Schweitzer. "Si
les contestan y les dicen que hicieron un buen trabajo, tanto ustedes como
ellos quedarán mal. Simplemente den las gracias o no contesten".
Pensar
a largo plazo
Tal vez
piensen que la actitud de un directivo extranjero es la mejor para las
revisiones anuales en la empresa.
Pero
las entrevistas personales con el jefe para discutir el rendimiento tampoco se
hacen, dice Taro Fukuyama, directora ejecutiva de AnyPerk, una startup que
ofrece servicios para mejorar la felicidad en el trabajo.
Llamar
a un empleado a la oficina para ese tipo de reunión probable-mente le genere
pánico. La
mejor manera de hablar sobre su rendimiento, dice Fukuyama, es irse con ellos
de copas.
Japón
tiene una tradición llamada nomikai, según la cual los colegas y sus jefes
salen a beber juntos, normalmente en bastantes cantidades y hasta tarde. En
cualquier caso, ese tipo de "feedback" con cervezas y sake suele
enfocarse en lo que se hizo mal.
La
razón, explica Fukuyama, es que los empleados en Japón no suelen cambiarse de
empresa.
La
mejor manera de saber que lo estás haciendo bien en Japón es que tu jefe no te
pregunte cómo vas.
Y como
desarrollan su carrera en la misma compañía, el objetivo es el ascenso; por lo
tanto, es preferible agachar la cabeza y evitar errores.
"Lo
mejor para no cometer errores es no tomar riesgos, y por eso la mayoría de los
trabajadores hacen lo que les dice su jefe", dice Fukuyama.
Sin
destacar
Los
directivos extranjeros que no se justan a las normas, simplemente, no encajan. Jim
Whittle se dio cuenta de ello de la forma más dura.
Cuando
era el director general para Japón de la firma de galletas McVities Digestive
Biscuits, tuvo una empleada que le sugirió regalar muestras en estaciones de
metro para exponer el producto a potenciales clientes.
La
compañía vio crecer sus ventas después de eso. Así que Whittle decidió
felicitar a su empleada por tan excelente idea. Y lo
hizo delante de todo el equipo. Pero no
fue buena idea. A pesar de que merecía el reconocimiento, hacerla destacar la
hacía parecer una inconformista en quien sus compañeros no podían confiar.
"Hay
normas que necesitas aprender para ser efectivo en Japón. Y si no las aprendes,
no serás respetado por tu equipo", explica Whittle. Cuando
un jefe extranjero intenta recompensar a un trabajador en una empresa japonesa
puede terminar avergonzándolo.
Ahora,
Whittle trabaja en la oficina de Tokio (Japón) de RSR Partners, una firma de
selección de ejecutivos.
A
menudo trata con directivos extranjeros y los prepara para el mundo laboral en
Japón.
"A
diferencia de otros lugares, aquí no puedes esperar venir y ser aceptado en
base a tus éxitos pasados", afirma Whittle. "Hay
que crear confianza y, sobretodo, construir relaciones". "Lo
suficientemente bueno"
Sakurai
trabaja ahora en Aperian Global como consultora y divide su tiempo entre San
Francisco (Estados Unidos) y Tokio.
Ayuda a
preparar ejecutivos para la vida en Japón y también les enseña a los jefes
japonenses cómo se trabaja en otros países. Sakurai
les manda tarea: deben escribir 10 comentarios positivos sobre el trabajo de un
subordinado.
"Suelen
tener dificultades con ese desafío", dice Sakurai.
Los
trabajadores más jóvenes pueden apreciar una palabra amable de su jefe... pero
no es la práctica más común en Japón.
"A
veces sólo escriben cinco o seis. Y la mayoría son algo así como 'no lo hace
mal' o 'es lo suficientemente bueno'. No comprenden la idea de dar un
'feedback' positivo".
Sin
embargo, los trabajadores más jóvenes, especialmente en Japón, pueden apreciar
una palabra amable por parte de su jefe cuando hacen las cosas bien, añade
Sakurai. Y, poco
a poco, las cosas están cambiando en Japón.
Algunas
empresas están adoptando estilos de gestión colaborativos y comunicativos, y
los directivos extranjeros que trabajan en ellas pueden experimentar el
fīdobakku positivo.
"Pero
si vas por ahí diciéndoles a los empleados 'excelente trabajo' se preguntarán
qué es lo que va mal. Pensarán: '¿Qué hay de excelente sobre mi trabajo? Es lo
que se supone que tengo que hacer'", dice Sakurai.
"En
lugar de eso, lo que hay que hacer es comprender las pistas no verbales de los
empleados para saber si tus comentarios son bien recibidos". Y así,
al igual que en cualquier otro lugar del mundo, decir "buen trabajo"
puede ser, simplemente, la motivación que los empleados necesitan.
http://www.bbc.com/mundo/vert-cap-37270163
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