Los científicos que creen posible que el universo que nos rodea no sea
real
Philip Ball
BBC Earth
¿Somos
reales?
¿Vivimos en un universo creado?
The Matrix articuló esta narrativa como
ninguna otra película lo había hecho antes.
¿Eres
real? ¿Y yo?
Algunos
físicos, cosmólogos y otros científicos no tienen problema hoy en día en
contemplar la posibilidad de que todos estemos viviendo dentro de una
simulación computarizada gigante, como en la famosa película de finales de los
años 90, The Matrix.
Nos rebelamos
por instinto ante esa idea, por supuesto. Todo se siente demasiado real como
para ser una simulación.
Pero
piensa por un momento el extraordinario progreso que ha habido en computación y
tecnologías de la información en décadas recientes.
Las
computadoras nos han dado juegos de increíble realismo, así como simuladores de
realidad virtual muy persuasivos. Es más que suficientemente para ponerse
paranoico.
¿Cómo
diferenciar entre la realidad y una simulación? ¿E importa en realidad en cuál
de las dos vivimos?
El universo es un experimento
La idea
de que somos parte de una simulación tiene algunos simpatizantes de alto
perfil.
Una
imagen artística del Big Bang
SCIENCE
PHOTO LIBRARY
¿Quién
o qué creó nuestro universo?
Una pregunta sin respuesta definitiva.
En
junio del 2016 el empresario en tecnología Elon Musk señaló que las
probabilidades de que estuviéramos viviendo en una realidad objetiva eran
"una en mil millones".
En esa
misma línea, tanto Alan Guth, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, en
Estados Unidos, como el gurú de las máquinas inteligentes, Ray Kurzwell,
sugieren que "a lo mejor todo nuestro universo es un experimento de
ciencia de un estudiante de secundaria en otro universo".
Ninguno
de ellos cree que somos seres físicos atrapados en una realidad falsa, como en
The Matrix. En cambio, hay al menos dos formas en que es posible que el universo
que nos rodea no sea real.
El
cosmólogo Alan Guth de MIT ha sugerido que el universo puede ser una especie de
experimento de laboratorio, concebido por cuenta de un Big Bang artificial por
alguna inteligencia superior.
Una vez
formado, creó su propia burbuja de tiempo-espacio. Pero si creemos en esta
teoría, el universo resultante sería perfectamente real, aunque se hubiese
originado por un proceso artificial.
El
segundo escenario, en cambio -al que se adhieren personalidades como Musk-,
sugiere que los humanos somos seres completamente simulados: poco más que
información manipulada por una gran computadora, como los personajes de un
videojuego.
En este
Universo no hay escape al estilo Matrix: este es el lugar donde vivimos y es
nuestra única oportunidad de vivir.
Pero,
¿por qué creer esta posibilidad tan rebuscada? La respuesta es sencilla: ya
recreamos el mundo a través de la realidad virtual.
No solo
realizamos simulaciones para los videojuegos, sino también para investigaciones
científicas. ¿Quién dice que dentro de poco no seremos capaces de crear seres
virtuales que muestren señales de conciencia?
Una
persona frente una pared de circuitos de computación
SCIENCE PHOTO LIBRARY
Las
supercomputadoras cada vez son más poderosas.
Si
alguna vez alcanzamos ese nivel, estaremos desarrollando una enorme cantidad de
simulaciones, más allá de nuestro mundo "real".
¿No es posible entonces que un ser
inteligente en otra esquina del universo haya llegado ya a ese punto?
Un mundo virtual
El filósofo
Nick Bostrom, de la Universidad de Oxford, ha definido tres posibilidades en
relación con este escenario:
1.- Las civilizaciones
inteligentes nunca llegan a desarrollarse a un nivel tan elevado como para
producir estas simulaciones, porque quizás se erradican a sí mismas de la faz
de la tierra.
2.- Una civilización llegó a
tener la capacidad para hacer estas simulaciones, pero por alguna razón decidió
no realizarlas.
3.- Hay una probabilidad
abrumadora de que estemos viviendo en una simulación.
¿Cuál
de estas tres opciones es la más probable?
Una
imagen artística que simula el origen del universo
SCIENCE
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Los
científicos han simulado el "nacimiento" del universo. Y muchas otras
cosas.
El
astrofísico y ganador del premio Nobel, George Smoot, señaló que no hay razones
sólidas para creer en las opciones 1 y 2.
Es
cierto que la humanidad se ha causado una gran cantidad de problemas. Por
ejemplo, está el cambio climático, las armas nucleares y la posibilidad de una
extinción masiva. Pero ninguno de ellos tiene por fuerza que ser terminal.
Adicionalmente,
no hay nada que sugiera que simulaciones verdadera-mente detalladas, en la que
los agentes se experimentan a sí mismos como reales y libres, sean imposibles
en principio.
Smoot
agrega que, dado el conocimiento alcanzando en este momento sobre la existencia
de otros planetas, sería el colmo de la arrogancia pensar que somos la
inteligencia más avanzada del universo.
¿Qué
hay de la opción 2?
Smoot piensa que también es improbable. Después de todo,
una de las razones por las que hacemos simulaciones hoy es para conocer mejor
el mundo real; para hacerlo mejor y salvar vidas. Son motivos éticamente
indiscutibles para continuar recreando la vida.
Con
esos argumentos solo nos queda la opción 3: probablemente estamos en una
simulación.
Cómo
demostrarlo
Una de
las formas de averiguar si estamos viviendo en una simulación es buscar fallas
en el programa que la produce.
Una
mano humana y otra hecha de píxeles que se tocan
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¿Seremos,
al final, no más que una simulación computarizada?
Por
ejemplo, encontrar inconsistencias en las leyes de la física.
También
pueden hallarse errores debido al redondeo de cifras en las computadoras, como
sugirió una vez el experto en inteligencia artificial Marvin Minsky.
Por
ejemplo, cada vez que un evento tiene varios resultados posibles, sus
probabilidades deben sumar 1. Si detectamos que no es así, algo debe estar mal.
Para
otros científicos, la prueba de que estamos en una realidad virtual radica en
el Universo mismo: todo está diseñado para que encaje perfectamente.
Incluso
la menor alteración de las fuerzas naturales habría hecho del átomo una
partícula inestable, o habría hecho imposible la vida en la Tierra.
La
mecánica cuántica ha dado con toda clase de cosa extraña. Por ejemplo, tanto la
materia como la energía parecen granulares: como la pixelación de una pantalla,
cuando la ves muy cerca.
El universo funciona con una precisión tal, que despierta suspicacias.
SCIENCE
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Otro
poderoso argumento es que el Universo parece funcionar a través de líneas
matemáticas, como si se tratara de un programa de computación. Sin embargo,
este argumento parece morderse la cola: si una superinteligencia estuviese
administrando simulaciones en su propio mundo "real", se supone que
lo haría basándose en principios físicos que rigen su universo, así como lo
hacemos nosotros ahora con el nuestro.
En ese
caso, la razón por la cual nuestro mundo es matemático no sería porque es
administrado por una computadora, sino porque el mundo "real" también
es así.
En todo
caso, es muy difícil -si no imposible- encontrar evidencia sólida que demuestre
que estamos en una simulación.
En
palabras de Smoot, quizás nunca lo sabremos, porque nuestra mente no está lista
para afrontar esa tarea.
Después
de todo, diseñas a unos agentes en una simulación para que funcionen dentro de
unas reglas, no para que las subviertan.
Realidad cuántica
En el
fondo de este debate reposa una idea que quizás disminuya la preocupación por
determinar si solo somos información manipulada por una gigantesca computadora.
Fórmulas matemáticas en
una pizarra
SCIENCE
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En su
raíz, puede que el universo sea pura matemática.
Para
algunos físicos, eso es lo que el mundo real es, en cualquier caso.
Cada
vez más, la teoría cuántica está siendo formulada en términos de información y
computación. Algunos especialistas creen que, en su nivel más fundamental,
puede que la naturaleza no sea matemática pura, sino información pura: como los
ceros y los unos de las computadoras.
Al
respecto, el reconocido físico John Wheeler propuso que todo lo que pasa, desde
la interacción de partículas hacia arriba, es en cierta forma computación.
"Si
uno mira las entrañas del Universo -la estructura de la materia en su escala
más pequeña- se da cuenta que no son más que bits realizando operaciones
digitales locales", dice Seth Lloyd, del Instituto Tecnológico de
Massachusetts.
Esto
nos lleva al meollo del asunto. Si la realidad es sólo información, entonces
nosotros no somos más o menos "reales" si estamos en una simulación o
no. En cualquiera de los casos, información
es todo lo que podemos ser.
Casi
con absoluta certeza Elon Musk no va por ahí diciéndose que todas las personas
que ve son construcciones hechas por computadoras que procesan data codificada
por su propia conciencia.
En
parte porque es imposible mantener esa imagen por mucho tiempo en nuestras
cabezas, y porque también en el fondo sabemos que la única noción de realidad
que vale la pena tener es la que experimentamos, y no algún hipotético mundo
detrás de todo.
El
concepto del "mundo como simulación" toma una vieja diatriba
filosófica y le pone el traje de la tecnología. Eso no hace daño nadie: simplemente nos anima a examinar nuestras
asunciones y precon-cepciones.
Imagen
que representa la física cuántica
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El mundo cuántico es vago e indeterminado.
Pero
hasta que se pueda demostrar que distinguir entre lo que experimentamos y lo
que es "real" se traduce en una diferencia entre lo que observamos o
hacemos, nuestra noción de la realidad no cambia de manera significativa.
A
principios del siglo XVIII el filósofo George Berkeley argumentaba que el mundo
era una mera ilusión.
Y para
cuestionar esta idea, el vivaz escritor inglés Samuel Johnson exclamó: "yo
refuto eso", y pateó una piedra.
En
realidad, Johnson no refutó nada. Sin embargo, puede que se le haya ocurrido la
respuesta correcta.
http://www.bbc.com/mundo/vert-earth-37355792
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