Sin final a la vista
Por:
Editorial El Tiempo 6 de octubre 2019
Guerra comercial entre EE.UU. y China hunde las perspectivas de
crecimiento de la economía mundial.
Este jueves, representantes de Estados Unidos y China tendrán
una nueva reunión, en Washington, para discutir las tensiones comerciales entre
ambas potencias. Por casi un año y medio, la Casa Blanca y Pekín se han
enfrascado en una escalada de ataques comerciales que están deprimiendo la
economía global.
Desde su campaña presidencial, Donald Trump había denunciado que
la balanza comercial entre Estados Unidos y China estaba injustamente inclinada
en favor de los asiáticos. Para Washington, los chinos despliegan prácticas
comerciales tramposas, roban propiedad intelectual y obligan a las empresas
estadounidenses a transferirles tecnologías.
Pekín, por su lado, acusa a Estados Unidos de estar temeroso de
su consolidación como potencia global. Así que, desde el año pasado, el
comercio se ha convertido en el campo de batalla donde ambos gobiernos pugnan
por la primacía.
En menos de 18 meses, los dos países se han impuesto mutuamente
aranceles y alzas sobre una amplia gama de productos, desde teléfonos celulares
hasta carne. Estados Unidos subió el costo de importar bienes chinos por más de
350.000 millones de dólares, mientras que China ha hecho lo propio por más de
100.000 millones de dólares de productos norteamericanos.
El escalamiento de la guerra comercial no para. Ambas partes
amenazaron recientemente con más aranceles para el fin de año. No obstante los
encuentros diplomáticos, no se ve una luz al final de este túnel. La retórica
anti libre comercio de Trump y las retaliaciones chinas no bajan su intensidad.
Al contrario, aumenta la magnitud de los bienes y las tasas.
Lo más grave es que el mundo entero está pagando caro por estas
tensiones bilaterales, ya que disparan la incertidumbre. La Organización
Mundial del Comercio (OMC) fue el más reciente organismo internacional que bajó
sus perspectivas de crecimiento para los volúmenes del comercio global en este
año: de 2,6 por ciento en abril a 1,2 la semana pasada.
La mayoría de los pronósticos para 2019 son sombríos: el
intercambio y las inversiones, deprimidas; la economía, sin dinamismo, y el
crecimiento, bajo. Y uno de los factores detrás de este preocupante escenario
es esta interminable confrontación entre Washington y Pekín.
El comercio se ha convertido desde el año pasado en el campo de
batalla donde Trump y los chinos se disputan la hegemonía.
La propia economía estadounidense está empezando a sentir los
impactos: la industria manufacturera descendió al nivel más bajo en una década,
y las bolsas de valores cayeron. Aunque el desempleo en Estados Unidos alcanzó
su tasa más baja en 50 años, los puestos de trabajo industrial –claves para la
reelección de Trump en 2020– están siendo golpeados.
Los centros manufactureros del mundo –Alemania, por ejemplo–
también están sintiendo los efectos de la incertidumbre y empujando la
actividad productiva hacia abajo.
En este entorno global tan complejo e incierto, Colombia
mantiene una perspectiva interesante de crecimiento. Sin embargo, es difícil
permanecer inmune a esta tendencia internacional marcada por este toma y dame
entre Trump y los chinos. Ojalá en la reunión del jueves se alivie la tensión.
EDITORIAL
editorial@eltiempo.com
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