La importancia de formular buenas preguntas
Una buena pregunta es una semilla que debe sembrarse para que produzca más
semillas, con la esperanza de reverdecer el paisaje de las ideas.
John Ciardi
Lograr que los estudiantes desarrollen las capacidades necesarias para
desempeñarse como aprendices permanentes, trabajadores y ciudadanos activos en
la economía del conocimiento, es una de las mayores preocupaciones de quienes
formulan políticas educativas en cualquier nación. El mundo cambió y resulta
inaplazable reducir la brecha entre lo que aprenden los estudiantes cada día en
la escuela y lo que los ámbitos académico y laboral requieren de ellos.
Así las cosas, la pregunta natural es: ¿cuáles son esas capacidades que
cualquier ciudadano requiere para desempeñarse con éxito en el mundo de hoy?
Tony Wagner, codirector del grupo “Cambio de Liderazgo” (CLG, por su sigla en
inglés) de la Escuela de Graduados en Educación de la U. de Harvard, en su
libro “The Global Achievement Gap”
[1], identificó siete capacidades necesarias para sobrevivir en el nuevo mundo
del trabajo:
- Pensamiento crítico y
solución de problemas.
- Colaboración a través
de redes y liderazgo por influencia.
- Agilidad y
adaptabilidad.
- Iniciativa y espíritu
emprendedor.
- Comunicación efectiva,
oral y escrita.
- Acceso y análisis de
información.
- Curiosidad
e imaginación.
Según Wagner, “padres y educadores que no atienden estas siete
capacidades exponen a la juventud al riesgo de no estar en condiciones de
conseguir y mantener un buen trabajo, de crecer como aprendices, o de hacer
contribuciones positivas a su comunidad".
Respecto a la primera capacidad, pensamiento crítico y solución de
problemas, Wagner narra en su libro las respuestas, de dos altos directivos de
sendas multinacionales, ante la pregunta ¿cuáles son las cualidades más
importantes para seleccionar a un nuevo empleado en su compañía? Las respuestas
lo sorprendieron: más allá de habilidades técnicas, lo que estas
multinacionales buscan son personas que “pueda hacer buenas preguntas”.
Adicionalmente argumentaron: “en un mundo, en el que los negocios son
cambiantes y, por ello, las habilidades de nuestros ingenieros deben también cambiar
y rápidamente, podemos enseñar a los nuevos empleados cosas técnicas; sin
embargo, para resolver problemas o aprender cosas nuevas, ellos deben saber qué
preguntas formular y eso no podemos enseñarlo.
Formular las preguntas correctas es la capacidad más importante que
buscamos”. En resumidas cuentas, hay consenso entre los empresarios acerca de
que “la capacidad para hacer buenas preguntas es componente esencial tanto del
pensamiento crítico como de la capacidad para solucionar problemas”.
Y ahora,
cuando las organizaciones deben lidiar con grandes flujos de información, las
personas deben pensar de manera crítica y tamizar cantidades abrumadoras de
información con el fin de averiguar qué es importante y qué no.
Esto nos
lleva directamente a la Competencia para Manejar Información (CMI) que los estudiantes
deberían desarrollar durante los ciclos de educación básica y media. La CMI es
uno de los muy variados escenarios educativos en el que formular buenas
preguntas resulta fundamental.
En el marco
del Modelo Gavilán,
se entiende por investigación todo proceso de búsqueda, análisis y síntesis de
información conducente a resolver un Problema de Información. Este
último se vuelve operativo en el aula mediante una Pregunta Inicial cuya
función es expresar aquello que se desconoce y debe averiguarse mediante la
investigación. El desarrollo de la CMI por parte de los estudiantes es asunto
urgente, especialmente hoy, cuando se puede acceder por Internet a la mayoría
de los hechos que se producen y se han producido a lo largo de los tiempos. En
la actualidad son las preguntas, más que los datos y la información, las que se
han vuelto importantes [D].
Esto nos
conduce de regreso a la formulación de preguntas. Pero aprender a formular
buenas preguntas es todo un proceso y los primeros que deben recorrer ese
camino son los docentes. Así estarán mejor preparados para guiar a sus estudiantes
en su propio proceso de aprender a formularlas.
Este último
objetivo no puede perderse de vista; el que niños y jóvenes aprendan a formular
buenas preguntas debe ser una prioridad tanto para padres, como para docentes.
Un primer paso en este sentido consiste en no matar la curiosidad de los niños
cuando están en esa edad “en que todo lo quieren saber”. La curiosidad
intelectual es una cualidad innata del ser humano que se activa cuando
encontramos espacios vacíos de información. Es entonces cuando se genera la
motivación para formular las preguntas que permitan abrir un camino hacia la
adquisición de la información que posibilite llenar ese vacío [M]. En tal
sentido, es crucial evitar frases como “¡Ya deje la preguntadera!” “¿Es que
usted no se cansa de preguntar?” “¡Eso fue lo mismo que me preguntó ayer!”.
Este punto se relaciona con la séptima capacidad que identifica Wagner para
sobrevivir en el nuevo mundo del trabajo: “Curiosidad e imaginación”.
Cuando le preguntaron a Sócrates cuál había sido su logro más
importante, él respondió: “Les enseño a los hombres a preguntar”.
C. Roland
Christensen
Características de las buenas preguntas
Diversos
autores (las letras entre corchetes indican las fuentes) que han trabajado este
tema en profundidad coinciden en enunciar ciertas características deseables en
las buenas preguntas. A continuación presentamos algunos lineamientos generales
que esperamos contribuyan a orientar este proceso.
En tal
sentido, las buenas preguntas deberían atender los siguientes aspectos:
Características:
· ser inteligentes, impactar. Así se tendrá mayor probabilidad de
comprometer a los estudiantes en la búsqueda de respuestas [B].
· ser abiertas para promover el dialogo, el debate o la reflexión entre
los estudiantes [A].
·
estar planteadas a partir de un contexto o
situación real y específica que despierte la curiosidad de los estudiantes, los
invite al análisis y les exija aplicar y utilizar los conocimientos que
adquieran durante las investigaciones que estén realizando [G].
Complejidad:
· ser posibles de responder. Antes de hacer una pregunta a los
estudiantes, se debe tratar de responderla; esto da la oportunidad de encontrar
posibles fallas en ella y reformularla [C].
· ser complejas y expresar un problema o una necesidad de información; que
para responderse, requieran conocimientos sobre diversos aspectos de un tema
específico [G, J].
· representar un reto; pero sin llegar a abrumar al estudiante [A].
Propósito:
· despertar el interés y la curiosidad de los estudiantes de manera que se
susciten discusiones productivas [A].
· de alguna manera, ser relevantes para la vida de los estudiantes. Esto
asegura su interés y compromiso [A].
· promover tanto procesos de indagación de los estudiantes, como
generación de hipótesis con preguntas abiertas [E].
· ayudar a crear y mantener una cultura de cooperación en el aula de clase
[H].
Formas de uso
y aplicación:
· facilitar la intervención de los participantes más callados o tímidos de
la clase [H].
· demandar de los estudiantes reflexión profunda; de manera que esa
reflexión conduzca a nuevas ideas, nuevas respuestas y nuevas preguntas [B].
· requerir de los estudiantes explorar posibilidades no consideradas [B].
· demandar de los estudiantes tanto recordar y relacionar información, como
aplicar lo que saben, de maneras nuevas y diferentes. Evidenciar la necesidad
de explorar tanto los diversos contenidos de un tema como de utilizarlos
adecuadamente para poder explicar, un hecho de la vida real, comprender un
fenómeno que los afecta directamente, descubrir las causas y consecuencias de
un evento, explicar un enigma o un hecho curioso, etc [A, H, J].
· permitir que cada estudiante de la clase escuche una serie de opiniones
diferentes a las propias [H].
Una vez que
hayas aprendido a hacer preguntas –preguntas pertinentes y apropiadas y
sustanciales- habrás aprendido cómo aprender y nadie podrá impedir que aprendas
lo que tú quieras o lo que necesites saber. Neil Postman
Recomendaciones
para docentes
Dada la
importancia que tiene el aprender a formular preguntas en el mundo actual y la
dificultad que representa desarrollar esta capacidad, ofrecemos una serie de
recomendaciones que facilitan el diseño de actividades de clase conducentes a
alcanzar este fin.
Los docentes
son los llamados a liderar este proceso formulando excelentes preguntas, con lo
cual, no solo se enriquece y facilita el aprendizaje de los estudiantes, sino
que se les muestran posibles caminos. A continuación, presentamos una serie de
recomendaciones, de autores reconocidos en diversas disciplinas, que los
docentes pueden utilizar en sus clases.
Gary Lockwood
[B], reconocido consultor empresarial, recomienda lo siguiente:
· Elija el tipo adecuado de pregunta a formular. Las preguntas se pueden
categorizar básicamente en dos grupos: abiertas y
cerradas.
· Formule preguntas abiertas cuando desee iniciar un dialogo, debate o
reflexión; generalmente comienzan con "qué" "cómo",
"por qué".
· A su vez, las preguntas abiertas se clasifican en dos tipos: subjetivas
y objetivas. Las subjetivas son apropiadas para solicitar una opinión.
"¿Qué piensa usted acerca de... ?", "¿Cuáles son sus
calificaciones?", "¿Cómo se siente acerca de... ?". Por su
parte, las objetivas, son apropiadas para solicitar información específica.
"¿Qué pruebas hay del calentamiento global?", "¿Cuál sería una
posible solución al calentamiento global según fulano de tal?".
· Formule preguntas cerradas cuando desee obtener respuestas puntuales;
por lo general, empiezan con "son…", “quién...”, “cuándo...”,
"se puede…", “hizo…”, etc. Estas tienen diferentes formatos: a)
preguntas de identificación "¿Qué tipo de auto es este?",
"¿Quién es responsable de esta situación?", etc. b) preguntas de
selección (uno u otro) "¿Qué tipo de pregunta promueve mejor el debate,
abiertas o cerradas?", "¿Quién tiene la razón, el coordinador o el
profesor?”, etc. c) preguntas del tipo Sí / No "¿Juan López aprobó este
año lectivo?", "¿Ya entregaron las calificaciones?".
· En conclusión, cuando se deseen respuestas cortas y claras, formule
preguntas cerradas. Cuando desee realizar un debate o promover la reflexión,
formule preguntas abiertas.
Jamie
McKenzie [F], doctor en educación de la U. de Rutgers, aporta las siguientes
ideas que los docentes pueden utilizar en el aula:
· Instruya a los estudiantes para que asignen nombres (etiquetas) a los
diferentes tipos de preguntas que se hacen en el aula [2]. Esto les permite,
posteriormente, seleccionar el tipo de pregunta más adecuado para cada
situación.
· Vea una película con los estudiantes y solicite a cada uno formular tres
preguntas del tipo "¿por qué?". Asigne una historia para leer y
solicite formular tres preguntas tipo “inferencia”, etc. Abra un espacio para
que cada estudiante comparta sus preguntas con toda la clase.
· Solicite a los estudiantes leer un texto en casa y formular dos
preguntas sobre este y traerlas a la clase siguiente. Por ejemplo: a) escribir
tres preguntas de “comparación” sobre la historia que están leyendo; b)
encontrar una pregunta interesante que no tenga respuesta en la lectura; c)
identificar una pregunta que el autor estaba tratando de contestar; d) escribir
una pregunta que demande pensar (reflexionar) al menos diez minutos para
contestarla; e) encontrar una pregunta que no tenga respuesta o que tenga
muchas respuestas; f) formular una pregunta secundaria a partir de una
principal. Investigaciones corroboran que la comprensión de los estudiantes
mejora cuando plantean preguntas a medida que leen.
· Con los estudiantes de primaria, empiece con una tipología de tres o
cuatro preguntas [2]. A medida que ellos avanzan, se puede llegar a “preguntas
de datos”, “preguntas de ¿Por qué?" o “preguntas de imaginación”; para
todas ellas pueden utilizarse muchos nombres, lo que importa en realidad es que
ellos empiecen a pensar en tipos de preguntas y a etiquetarlas. Cuanto más
tiempo se dedique en la clase a pensar en preguntas, es más probable que los
estudiantes descubran nuevos tipos de estas.
· Con los estudiantes de secundaria, cree una tipología a partir de la
clasificación de las preguntas que ellos mismos han generado [2].
· Enseñe a los estudiantes que las preguntas son como herramientas: uno no
saca de la caja de herramientas un martillo para desenroscar un tornillo.
Siguiendo con esta analogía, con frecuencia los estudiantes tienden a sacar de
la caja (mente), la herramienta (pregunta) que esté más a mano, lo que lleva a
martillar en lugar de desenroscar. Cuando los estudiantes no reflexionan
conscientemente acerca de cómo piensan o preguntan, las herramientas de
pensamiento, sin etiqueta y no identificables, se escurren a la parte inferior
de la caja de herramientas.
· Solicite a los estudiantes que vean en casa un programa de televisión en
el que entrevisten a alguna persona y anoten las tres preguntas que les
llamaron más la atención durante la entrevista; además, pídales tomar nota del
nombre y profesión del entrevistado. Abra un espacio en la clase siguiente para
debatir las preguntas anotadas por los estudiantes seleccionados
aleatoriamente.
· Asigne a los estudiantes la lectura de un cuento y pídales a todos que
escriban al menos tres preguntas que le harían al personaje principal de la
historia. Posteriormente, solicite a un estudiante asumir el papel de personaje
principal, mientras sus compañeros de clase actúan como entrevistadores.
· Suministre el tiempo suficiente para que los estudiantes respondan
preguntas [H]. Algunas preguntas requieren solo 10 segundos para pensar su
respuesta; otras requieren minutos, días, meses o incluso siglos (como las
grandes preguntas de la humanidad). Junto con la pregunta, anuncie a los
estudiantes el tiempo disponible para pensar la respuesta.
· Solicite a los estudiantes, en la clase de idiomas extranjeros, formular
las preguntas que harían a la recepcionista de un hotel en otro país, para
determinar si con estas resuelven sus necesidades (se debe seleccionar un país
en el que se hable la segunda lengua que estén aprendiendo estos). Recopilando
todas las preguntas formuladas, se puede elaborar una guía para solucionar
problemas con base en preguntas. A los grupos de secundaria puede pedirles
resolver un problema con el menor número posible de preguntas.
· Plantee a los estudiantes problemas en los cuales deban perseverar para
encontrar la solución. Muchos estudiantes se dan por vencidos rápidamente; para
desatorarse, deben aprender a auto formularse preguntas como: "¿Cuál es el
problema?", "¿En qué estoy atascado?”, “¿Qué necesito saber?",
“¿Cómo puedo averiguar eso que necesito saber?”, "¿Cuáles son las partes
en las que puedo descomponerlo?", "¿Qué podría funcionar?”, “¿Qué
puedo probar?”, “¿He solucionado problemas similares con anterioridad?”, “¿Qué
estrategia me funcionó entonces?”, “¿Qué estrategia necesito ahora?”
De otro lado,
en el marco del Proyecto Kidlink [E] se dan algunas pautas a los docentes
acerca de cómo formular preguntas para promover el pensamiento de orden
superior:
· Fomente las sesiones de preguntas entre compañeros de clase. Esto
posibilita a los estudiantes reflexionar acerca de lo bien enfocados que están
en los procesos de indagación que llevan a cabo.
· Promueva en los estudiantes procesos metacognitivos formulando preguntas
que les demanden elaborar, justificar y ampliar sus ideas.
· Promueva discusiones de alto nivel, ya sea con toda la clase o en grupos
pequeños, mediante preguntas apropiadas y pertinentes. Posteriormente, analice
con los estudiantes las preguntas formuladas.
· Provea a los estudiantes información introductoria sobre un tema nuevo
para ellos y solicíteles responder preguntas tales como “¿Por qué crees
que...?”, “¿Qué se puede concluir de esta evidencia?”.
· Comprometa a los estudiantes en procesos de observación y descripción de
eventos u objetos. Formule preguntas tales como: “¿Qué observas en esta
lista?”, “¿Qué puedes decir acerca de este...?”, etc.
· Asegúrese que los estudiantes comprenden las características de cada
tipo de pregunta [2], así estarán mejor equipados para formular preguntas
apropiadas para cada situación de aprendizaje.
· Formule a los estudiantes preguntas divergentes que provoquen respuestas
diferentes: “¿Cómo podría... ?”, “¿Se podría crear... ?”, ¿Cuáles son algunas
de las posibles consecuencias de... ?”, ¿Qué pasa si... ?”. Las preguntas
divergentes permiten que varios estudiantes respondan la misma pregunta de
manera diferente.
Cuando los
docentes proponen a sus estudiantes investigaciones, entendiendo estas como un
proceso de búsqueda, análisis y síntesis de información conducente a resolver
Problemas de Información, formular la pregunta inicial no es tarea sencilla.
Por tal motivo, como complemento al Modelo Gavilán [G], se publicó en Eduteka
una “Taxonomía de los Problemas de Información” [I]. Dicha
taxonomía facilita la formulación de Problemas de Información presentando
algunos tipos de preguntas que por su estructura son aptos para iniciar
procesos de investigación enriquecidos. Veamos en resumen los ocho tipos de
preguntas planteados [I]:
· Establecer una comparación: Para
resolver este tipo de pregunta, los estudiantes deben buscar información
específica sobre dos o más aspectos de un tema, con el objeto de establecer una
comparación entre ellos e identificar la manera cómo se interrelacionan, se
asemejan o se diferencian y, las consecuencias que generan al relacionarse
entre sí. Ejemplos: ¿Por qué los seres humanos a diferencia de los peces no
pueden respirar en el agua? ¿Por qué los ciclones tropicales golpean los países
costeros de Centroamérica y el Caribe y no a los de Suramérica? ¿Por qué fue
España y no Portugal el país descubridor de América? ¿Por qué las alas de un
avión son estáticas y no se mueven hacia arriba y hacia abajo (aletean) como
las de un ave?
· Identificar y explicar relaciones de causa – efecto: Este tipo de pregunta exige al estudiante identificar y comprender los
factores que causan u originan un problema, hecho, evento o fenómeno que ya
sucedió o que sucede constantemente y, las consecuencias que éstos generan.
Ejemplos: ¿Por qué se están derritiendo los polos? ¿Por qué suben y bajan los
precios de las cosas? ¿Cuáles son las consecuencias del efecto invernadero?
¿Cuáles son las consecuencias de la inflación? ¿Qué efectos generan en el
organismo humano los niveles elevados de colesterol en la sangre? ¿Qué
consecuencias tiene para un país la evasión de impuestos? ¿Cuáles son las
consecuencias del fenómeno del Niño o de la Niña?
· Realizar una predicción: este tipo
de pregunta también exige identificar y comprender relaciones de causa –
efecto. La diferencia consiste en que en este caso los factores causales son
siempre explícitos (por lo menos parcialmente) y las consecuencias o efectos
solo pueden predecirse ya que o aún no han sucedido o sólo podrían suceder
hipotéticamente. Ejemplos: ¿Qué consecuencias traería para la humanidad la
destrucción de la capa de ozono? ¿Qué le ocurriría a un ser humano si saliera
al espacio sin traje de astronauta?
· Comprender un proceso: Este tipo
de pregunta suele formularse con las palabras ¿Cómo funciona...? ¿Cómo se
elabora...? ¿Cómo se desarrolla...? ¿Cómo se produce...? ¿Cuál es el proceso
de...? ¿Cómo se generó...?, las cuales indican que para poder resolverlas, los
estudiantes deben investigar y comprender el proceso de elaboración,
producción, funcionamiento, formación o desarrollo de algo, ya sea de un
objeto, un fenómeno, un evento, un hecho o una acción. Ejemplos: ¿Cómo funciona
Internet? ¿Cuál es el proceso necesario para llevar a cabo una Acción de
Tutela? ¿Cómo vence un avión la ley de la gravedad para levantar vuelo? ¿Cómo
se producen los vientos? ¿Cuál es el proceso de formación de un Ciclón
Tropical? ¿Cómo se fabrica una llanta?
· Realizar una evaluación: Para
resolver este tipo de pregunta, los estudiantes deben asumir una posición
específica frente a un tema o tomar partido por una sola opción entre varias
alternativas. Para hacerlo de la mejor manera y apoyándose en argumentos
sólidos, es indispensable que dispongan de información suficiente sobre los
temas a tratar, que los comprendan en profundidad y que los evalúen
exhaustivamente para poder tomar, a su juicio, la mejor decisión. Ejemplos:
¿Cómo jerarquizarías, en orden de importancia, las Ramas del Poder público y
por qué? ¿Le recomendarías a un amigo de tu edad que le diagnosticaron VIH que
se sometiera a un tratamiento con antirretrovirales y por qué? ¿En tu concepto,
es verdad que el hombre llegó a la Luna o se trató de un montaje
cinematográfico? ¿En tu concepto, el Plan Colombia ha sido beneficioso para
Colombia y por qué?
· Persuadir a una audiencia:
Para
resolver este tipo de pregunta, los estudiantes deben conocer y comprender a
fondo un tema, de manera que puedan asumir una posición o un punto de vista
definido y defenderlo con argumentos sólidos, frente a una audiencia
específica. Las preguntas de esta categoría siempre deben explicitar el tema
que se va a explorar y la audiencia que el estudiante debe persuadir. Ejemplos:
¿Qué le dirías a un enfermo de diabetes (insulinodependiente) para convencerlo
de que siga rigurosamente su tratamiento? ¿Qué les dirías a los ciudadanos
colombianos para convencerlos de que voten en las próximas elecciones? ¿Qué les
dirías a los jóvenes colombianos para convencerlos de que reduzcan su consumo
de alcohol?
· De carácter periodístico:
Para
resolver este tipo de pregunta los estudiantes deben recopilar y organizar la
mayor cantidad de información posible sobre un hecho o evento que ya sucedió,
actuar como si fueran reporteros interesados en descubrir la verdad sobre lo
ocurrido y además, comparar las diferentes versiones que lo narran o explican.
Ejemplos: ¿Cuál es la versión más objetiva sobre la manera como ocurrió la
masacre de las bananeras colombianas? ¿Cuál es la versión más objetiva sobre la
toma del palacio de justicia colombiano en 1985? ¿Cuál es la versión más
objetiva sobre lo sucedido en las elecciones presidenciales de Colombia del 17
de abril de 1970? ¿Cuál es la versión más objetiva sobre lo ocurrido en Bogotá
el 9 de abril de 1948?
· Proponer un plan de acción o una propuesta:
Para proponer un Plan de acción o hacer una propuesta para mejorar,
promover o solucionar algo, es necesario recopilar y comprender la mayor
cantidad de información posible sobre ese algo y sobre la manera como puede
mejorarse, promoverse o solucionarse. Ejemplos: ¿Qué propuesta plantearías en
tu colegio para darle un manejo adecuado a las basuras? ¿Qué propuesta
plantearías para promover el voto en las elecciones escolares? ¿Qué propuestas
plantearías para disminuir la contaminación del Río de tu ciudad? ¿Qué
propuesta tienes para mejorar las
medidas de seguridad en tu colegio en caso de un terremoto?
Por su parte, Linda Elder y Richard Paul [K], de la Fundación para el
Pensamiento Crítico, advierten sobre la importancia de las preguntas esenciales
que permiten enfocar el pensamiento en lo significativo y sustancial. El
trabajo de estos investigadores de la U. de California es ampliamente
reconocido en el campo del Pensamiento Crítico. Ellos aportan las siguientes
recomendaciones [K]:
· Cuestione las preguntas: Todo
pensamiento responde a una pregunta. Presuma que no comprende del todo una idea
hasta que entienda la pregunta de dónde salió. Las preguntas enfocadas en
preguntas sobre el pensar incluyen: No estoy seguro sobre exactamente cuál es
su pregunta. ¿Puede explicarla? ¿Esta pregunta es la mejor pregunta en este
momento, o existe otra pregunta más importante?
· Proponga preguntas de procedimiento (de un sistema):
Éstas incluyen preguntas con un procedimiento o método establecido
para encontrar la respuesta. Estas preguntas se resuelven con hechos,
definiciones, o los dos. Predominan en las matemáticas, así como en las
ciencias biológicas y físicas. Por ejemplo: ¿Cuál es el punto de ebullición del
agua? ¿Cuál es el tamaño de este salón?
· Plantee preguntas de preferencia (sin sistema):
Estas son las preguntas que tienen respuestas diferentes para cada
preferencia humana (una categoría donde impera el gusto subjetivo). Por
ejemplo: ¿Dónde preferiría ir de vacaciones, a las montañas o a la playa? ¿Cómo
le gusta llevar el cabello?
· Formule preguntas de juicio (sistemas en conflicto):
Preguntas que requieren razonar, pero que tienen más de una respuesta
viable. Son preguntas ideales para el debate, pueden tener respuestas mejores o
peores (bien sustentadas y razonadas o mal sustentadas y/o razonadas). Se busca
la mejor respuesta dentro de una gama de posibilidades. Evaluamos las
respuestas usando criterios intelectuales universales tales como claridad,
precisión, exactitud, relevancia, etc. Estas preguntas predominan en las
disciplinas humanísticas (historia, filosofía, economía, sociología, arte...)
Por ejemplo: ¿Qué se puede hacer para reducir significativamente la cantidad de
personas que se vuelven adictas a drogas ilegales? ¿Se justifica el aborto?
· Haga preguntas conceptuales simples:
Estas se
responden mediante criterios implícitos en la definición normal de una palabra
o frase. Para responderlas, se requiere únicamente entender los significados de
las palabras y cómo pueden aplicarse apropiadamente a diferentes casos y
circunstancias; resulta muy útil un buen diccionario. Considere estos ejemplos:
¿Se le puede llamar democracia a un país donde el poder político no está en las
manos del pueblo? Si un gobierno realiza actos de guerra contra la población
civil, ¿es culpable de terrorismo?
· Elabore preguntas conceptuales complejas: Estas abren la discusión. Los puntos de vista divergentes pueden
influir en las respuestas, inclinándolas hacia uno u otro lado. Hay respuestas
mejores o peores; sin embargo, al presente, no existe una respuesta “correcta”
o “definitiva”. Considere estos ejemplos: ¿La democracia es compatible con el
comunismo? ¿Existen diferentes formas de democracia? ¿Quién tiene mayor
responsabilidad por el fracaso de la paz en el Oriente Medio?
· Elabore preguntas conceptuales complejas interdisciplinarias:
Por lo regular, las preguntas complejas tocan más de un campo del
pensamiento. En este caso, formule preguntas de acuerdo a cada campo. Por
ejemplo, ¿la pregunta tiene una dimensión económica? ¿una dimensión biológica,
sociológica, cultural, política, ética, psicológica, religiosa, histórica, o
alguna otra? Para cada dimensión de pensamiento inherente en la pregunta,
formule una pregunta que le obligue a considerar complejidades que de otra
manera no vería. Por ejemplo: ¿Qué se puede hacer sobre la cantidad de personas
que abusan de las drogas ilegales? Campo económico: ¿Qué fuerzas económicas
sostienen el abuso de drogas? Campo político: ¿Hasta qué punto agrava el
problema la estructura política? Campo social: ¿Qué estructuras y prácticas
sociales apoyan el abuso de drogas? Campo psicológico: ¿Cómo contribuyen al
abuso de drogas factores como el estrés, las diferencias individuales de
personalidad y traumas en la niñez?, etc.
· Promueva preguntas de conocimiento y desarrollo propio: Las preguntas sobre asuntos personales son aquellas que nos hacemos a
nosotros mismos para entendernos mejor. Si nunca nos planteamos preguntas,
presumimos incorrectamente que somos infalibles. Para lograr mejores
aprendizajes, resulta de la mayor importancia que los estudiantes se hagan
preguntas sobre ellos mismos. Por ejemplo: ¿Entiendo los requisitos de cada
asignatura, cómo se enseña y qué se espera de mí? ¿Conozco mis fortalezas y
debilidades como estudiante y pensador? ¿Hago preguntas dentro y fuera de la
clase? ¿Relaciono el contenido cuando es posible, con asuntos, problemas y
situaciones prácticas en mi vida? ¿Verifico mi forma de pensar usando criterios
intelectuales? “¿Soy claro? ¿Exacto? ¿Preciso? ¿Relevante? ¿Lógico? ¿Busco lo
que es más significativo? ¿Reconozco las complejidades?”
· Aborde preguntas que desarrollan disposiciones intelectuales:
Es importante que los estudiantes se cultiven como personas
imparciales, intelectualmente responsables, que se esfuercen para desarrollar
virtudes o disposiciones intelectuales tales como a) humildad intelectual “¿Qué
sé realmente sobre mí mismo, sobre la situación, sobre otra persona, sobre mi
nación, sobre lo que sucede en el mundo?”; b) valor intelectual “¿Hasta qué
punto he demostrado una disposición de renunciar a mis creencias cuando hay
suficiente evidencia presentada en su contra?”; c) empatía intelectual “¿Puedo
resumir los puntos de vista de mi opositores de manera que obtenga su
aprobación?”; d) integridad intelectual “¿Me comporto de acuerdo a lo que digo
y creo o, tiendo a decir una cosa y hacer otra?”; e) perseverancia intelectual
“¿Estoy dispuesto a resolver las complejidades de un asunto o tiendo a darme
por vencido cuando confronto dificultades?”; f) confianza en la razón “¿Estoy
dispuesto a cambiar mi posición cuando la evidencia lleva a una posición más
razonable?”; g) Autonomía intelectual “¿Pienso sobre los asuntos por mi cuenta
o me limito a aceptar los puntos de vista de los demás?”.
· Formule preguntas sistemática y socráticamente:
El interrogador Socrático actúa como el equivalente lógico de la voz
interna crítica que despliega la mente al desarrollar capacidades de
pensamiento crítico; hace seguimiento a todas las respuestas mediante más
preguntas y selecciona las preguntas que permitan avanzar en la discusión. El
interrogador Socrático fuerza a la clase a pensar de manera disciplinada,
intelectualmente responsable, al tiempo que ayuda a los estudiantes,
continuamente, planteándoles preguntas facilitadoras. Podemos identificar 6
tipos de preguntas Socráticas: a) Preguntas conceptuales aclaratorias “¿Por qué
dice usted eso?”; b) Preguntas para comprobar conjeturas o supuestos “¿Cómo
escogió esos supuestos?”; c) Preguntas que exploran razones y evidencia “¿Me
puede dar un ejemplo de eso?”; d) Preguntas sobre puntos de vista y
perspectivas “¿Qué pasa si usted compara... y ...?”; e) Preguntas para
comprobar implicaciones y consecuencias “¿De qué manera ... afecta ...?”; f)
Preguntas sobre las preguntas “¿Por qué cree usted que formulé esa pregunta?”.
Por último,
diversos autores (la letra entre corchetes indica la fuente) plantean las
siguientes recomendaciones en relación con la formulación de preguntas, que
consideramos valiosas y fáciles de llevar a la práctica:
Los docentes
como formuladores de buenas preguntas:
· Haga preguntas de varios tipos [2] en el aula y analícelas con los
estudiantes. Esto genera un ambiente en el cual el docente “piensa en voz alta”
sobre las razones que lo llevaron a formular tales preguntas y así los
estudiantes aprenden por imitación [A, E].
· Formule cada pregunta con cuidado, prestando atención especial al
fraseado, a la selección de las palabras, a las instrucciones, explícitas o
implícitas, que usualmente entrañan las preguntas [H].
· Recuerde que ayudar a los estudiantes a desarrollar la capacidad para
formular buenas preguntas debería ser un proyecto institucional que se aborde
desde todas las áreas académicas [L].
Los
estudiantes como formuladores de buenas preguntas:
· Pida a los estudiantes que elaboren una tipología o inventario de
preguntas [2]. Esto no es elaborar la lista más larga o exhaustiva del mundo,
sino compilar un grupo utilizable de estas que pueda abarcar la mayoría de las
circunstancias de aprendizaje y, que aún así, sea lo suficientemente corta para
poder recordarla [H].
· Invite a los estudiantes a elaborar preguntas sobre temas que les
apasionen.
· Permita a los estudiantes ayudar a los compañeros que experimenten
problemas en el uso de herramientas informáticas; póngales como condición que
lo hagan formulando preguntas a quien van a ayudar y prohíba hacerlo tomando el
control del equipo con el teclado o el mouse [L].
El señor nos
dio dos oídos y una boca, de tal manera que pudiéramos escuchar dos veces más
de lo que hablamos. Benjamín Franklin.
Escuchar y
responder
La
formulación de buenas preguntas está íntimamente relacionada con otras dos
capacidades: escuchar y responder. Estos también se deben trabajar con los
estudiantes.
Para C.
Roland Christensen [H], el arte de escuchar “requiere más que simplemente
prestar atención a las palabras: significa tratar de captar, con empatía y
respeto, las connotaciones y las implicaciones de la intervención de quien
habla”. Por su parte, responder implica realizar una acción constructiva basada
en la comprensión de quien responde, que beneficie tanto a quién pregunta como
a todo el grupo que escucha [H]. Además, cuando una respuesta genera otras
preguntas, el pensamiento continúa en la línea de la indagación [K].
Para
concluir, citamos de nuevo a Christensen [H] quién afirma que “llegar al
dominio de las capacidades de preguntar, escuchar y responder es un proceso que
dura toda la vida para los maestros de la discusión, pero si se alcanza, los
beneficios son duraderos y sustanciales”. Siguiendo la misma línea de
pensamiento, es urgente e importante dar todas las oportunidades para que
los estudiantes desarrollen estas tres capacidades durante su paso por la
educación primaria y secundaria.
Notas del
editor:
[1] Wagner,
Tony (2008): The global
achievement GAP, ¿Por qué, incluso nuestras mejores Instituciones
Educativas, no están enseñando las nuevas capacidades de supervivencia que
necesitan niños y jóvenes y, qué podemos hacer al respecto?,
[2] A manera
de ejemplo, incluimos la tipología básica que propone Christensen [H].
A) Preguntas
abiertas: ¿Cuáles son sus reacciones frente a la situación de la planta
nuclear de Fukushima en Japón? ¿Cuáles aspectos de este problema tuvieron para
usted mayor interés? ¿Por dónde debemos empezar?
B) Preguntas
de diagnóstico: ¿Cuál es su análisis del problema? ¿Qué conclusiones saca
de estos datos?
C) Preguntas
que buscan información: ¿Cuál fue el producto nacional bruto de Francia el
año pasado?
D) Preguntas
desafiantes (examinadoras): ¿Por qué cree usted eso? ¿Qué pruebas tiene
para sustentar sus conclusiones? ¿Qué argumentos podrían plantearse para
rebatir ese punto de vista?
E) Preguntas
de acción: ¿Qué se necesita hacer para poner en funcionamiento la campaña
antidrogas del gobierno?
F) Preguntas
sobre prioridad y secuencia: Dados los recursos tan limitados del estado,
¿qué inversión se debe priorizar? ¿Cuál sería la segunda? ¿Y la tercera?
G) Preguntas
de predicción: Si sus conclusiones son correctas, ¿cuál podría ser la
reacción de la industria automotriz japonesa ante la situación que usted
plantea?
H) Preguntas
hipotéticas: ¿Qué le habría pasado a la Compañía si el sindicato no hubiera
hecho un llamado a la huelga?
I) Preguntas
de extensión: ¿Qué implicaciones tienen sus conclusiones acerca de las
causas de la huelga de la planta embotelladora para los ejecutivos que manejan
las plantas de otras grandes ciudades?
J) Preguntas
de generalización: Basándose en los estudios que ha realizado sobre las
industrias de computadores y telecomunicaciones, ¿cuáles considera usted que
son las fuerzas principales que impulsan la innovación tecnológica?
Créditos:
Artículo elaborado por
Eduteka con información proveniente de las fuentes:
· [G] Modelo Gavilán,
Paso 1: definir el problema de información y qué se necesita indagar para
resolverlo; Eduteka (2007).
· [H] El maestro de la discusión en acción: preguntar, escuchar y
responder, C. Roland Christensen; en Anexo III del libro “De la clase magistral… al aprendizaje activo”, Hipólito
González Zamora (QEPD), Universidad Icesi (2006).
· [K] El arte de formular preguntas (PDF), Linda Elder y Richard Paul;
Fundación para el pensamiento crítico (2002).
· [L] Experiencia de la Fundación Gabriel Piedrahita Uribe adquirida a
través de capacitaciones a docentes y de intervenciones y asesorías a
Instituciones Educativas.
· [M] Viridiana Esparza Manrique & Luis Bernardo Pliego Madero,
Divulga la curiosidad, ponencia presentada en la X Reunión de la Red de
Popularización de la Ciencia y la Tecnología en América Latina y el Caribe; San
José, Costa Rica, 2007.
Recursos
relacionados
Para
encontrar más información relacionada con la formulación de buenas preguntas,
recomendamos consultar los siguientes documentos: