Mito de la caverna. Platón.
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Uno de los relatos más expresivos del pensamiento occidental, alegoría de la teoría de las ideas, así como relato antropológico de la conflictiva situación humana. En él se descubren piezas elementales de la ruta que traza Platón para lograr acceder al conocimiento verdadero. Veamos una interpretación antropológica:
Fases del mito
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Interpretación
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La condena.
En lo más profundo de
la caverna:
la egolatría,
los encadenados
en las sombras
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Así como la de los prisioneros del mito, ¿acaso no es nuestra vida, en
cierto sentido, una existencia encadenada? Nacemos en una sociedad no
elegida, con una estructura social establecida, con unas ideologías, un
lenguaje, costumbres, televisión, juegos predeterminados
predeterminados, publicidad, ¿no
son como las sombras de la caverna? Estos modelos y tipos de vida nos
deslumbran y, a menudo, los confundimos con la auténtica realidad.
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La liberación.
Uno de los prisioneros
logra
liberarse
y se percata
de la situación
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En el mito platónico, los prisioneros confunden las sombras con las realidad y no son conscientes del engaño. ¿Nos pasa a nosotros lo mismo?
¿Somos capaces de descubrir las noticias tergiversadas y la publicidad engañosa?
¿Simulación, montajes, información manipulada y distorsionada que nos ofrecen la televisión, la prensa y los políticos?
¿Crees posible, qué cómo en la caverna, nos liberemos de las cadenas que nos oprimen y esclavizan?
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La ascensión.
La salida
de la cueva
y de la
oscuridad
es pesada,
dificultosa
y dolorosa
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En Platón, el prisionero liberado debe iniciar un lento camino solitario hacia la salida de la cueva. Es, además, un camino doloroso, pues los ojos desacostumbrados a la luz solar se
ciegan y se deslumbran. ¿Crees que en nuestra sociedad pasa lo mismo? ¿Es
mejor y más cómodo dejarse llevar, manipular y engañar, seguir la corriente,
no preocuparse por ciertas situaciones
y cuestiones de la vida? Quienes intentan llegar al fondo de las cosas y
encontrar su verdad, ¿lo tienen más
complicado o más fácil? En todo caso, ¿vale la pena ser coherente con los
propios ideales, aún a costa de los
sacrificios, el tiempo y las circunstancias?
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El retorno.
El iluminado
por el Bien
y la Verdad debe volver para compartir su
conocimiento
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El prisionero liberado, una vez que ha contemplado el Bien, siente la
obligación moral y el compromiso ético de regresar al interior de la caverna
para compartir con los otros su conocimiento. Sin embargo, esto puede suponer
un riesgo para él. Acostumbrado a la luz solar, en la oscuridad de la caverna
se mostrará torpe y los prisioneros lo tomarán por un loco o un inepto.
¿En la vida real también tenemos la obligación de volver dentro?
¿Debemos liberar a los antiguos compañeros de su esclavitud?
¿Y si se niegan y no quieren ser liberados?
¿Y si creen que estamos locos?
Vivir tiene sus riesgos.
El
conocimiento es acercamiento a la verdad, superando ignorancia y el engaño.
¿Dónde reside la verdad? Como hemos visto, por oposición al mundo cambiante y
confuso que nos rodea, la verdad está en el mundo ideal o inteligible, por eso,
el conocimiento se entiende como un proceso de acercamiento y contemplación de
las ideas. La ciencia es conocimiento, no de casos concretos, sino de la idea
universal a la que imitan.
Por eso, tener conocimiento científico, consiste en
conocer cuál es la esencia del problema investigado, analizado.
A las cuatro clases de objetos resultantes,
dos sensibles y dos inteligibles, Platón les atribuye una operación mental o vía de
conocimiento diferente. Respecto a las imágenes,
que son sombras de las cosas, sólo podemos tener suposiciones o conjeturas; si nos fijamos en que las imágenes son
sombras de cosas que son, a su vez, simples copias. ¿Qué nombre tendría nuestro
conocimiento de los animales y de las cosas
que son copias o apariencias de la verdadera realidad? Creencia o fe. Así,
pues, tanto las suposiciones como las creencias no son más que opiniones, no auténtico conocimiento.
Con
respecto a los objetos matemáticos, nuestra vía de conocimiento es el
pensamiento razonado o razón discursiva. La herramienta del conocimiento más
alto, el de las ideas, es, para Platón, la inteligencia pura o razón intuitiva,
la única que puede acceder a la visión de las ideas o formas y alcanzar la
verdadera realidad. El conocimiento de la razón discursiva y el de la razón
intuitiva, constituyen conocimiento, ciencia, episteme.
Esquema:
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