miércoles, octubre 03, 2018


Violencia política en Colombia.
 Paradojas e institucionalización  de una   disfunción*

William Ortiz Jiménez**
En: “Civilizar 12 (22): 129-142, enero-junio de 2012”. Pág. 132

La paradoja colombiana


Colombia vive desde hace más de medio siglo una situación de violencia generalizada en la que se entrecruzan motivaciones políticas, económicas y sociales y donde el uso intencional y desmedido de la fuerza ha devenido un rasgo predominante de las relaciones sociales.

Una forma esquemática de resumir lo que acontece hoy en el país empezaría por señalar la existencia de tres actores armados principales: uno legal, las Fuerzas Armadas colombianas; tres ilegales: las guerrillas históricas (Farc, ELN y los grupos paramilitares).

Sin embargo, una presentación tal pierde de vista las imbricaciones complejas entre estos actores, la presencia de otros emergentes (nuevas bandas criminales) que aún no logran visibilidad internacional y el rol central ocupado por el narcotráfico en los últimos 30 años.

De ahí que, aun cuando haya quienes generalicen afirmando que se trata de una sola y misma violencia desde los cincuenta, lo cierto es que el conflicto colombiano posee una capacidad de mutación y reconversión tal, tanto de sus actores como de sus estrategias y finalidades, que hace poco apropiado pensar los hechos actuales bajo la grilla de las décadas anteriores.

Más allá de la complejidad evidenciada, la violencia en Colombia ha dejado marcas imborrables: más de 30.000 muertos y desaparecidos por razones que se presumen políticas en los últimos 20 años, más de cinco millones de personas desplazadas forzosamente de sus territorios en el mismo periodo, la eliminación total y sistemática de 3500 militantes de un partido político (la Unión Patriótica) y una crisis social y humanitaria que tiene a más del 60% de la población en situación de pobreza, todo como producto de un conflicto por la tierra y los recursos que está sin resolver, sumado a un grado altísimo de corrupción e impunidad que atraviesa gran parte de las instituciones políticas y revela sus lazos con el paramilitarismo y el narcotráfico.

No obstante, la situación descrita, Colombia se destaca en el concierto de países latinoamericanos por mantener su tradición democrática y liberal, por la ausencia de gobiernos dictatoriales en su historia republicana (con excepción de la corta “dictablanda” del general Rojas Pinilla en 1957), por su apego a las leyes de la disputa electoral y por su relativa estabilidad
económica.
¿Cómo puede convivir un país con tal contradicción?

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