Del lat. mediocris.
1. adj. De calidad media.
2. adj. De poco mérito, tirando a malo.
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Amigos lectores: la mediocridad
nos come; la vulgaridad está de moda y ha venido para quedarse. Cuanto peor,
mejor.
Al esfuerzo y al talento se le
ignora, arrincona, critica y castiga, mientras que la incultura se considera un
grado. Se dan cien oportunidades al que no mueve un dedo por aprobar o por
mejorar y, sin embargo, se mira con recelo y se pega un martillazo al que
trabaja y se esfuerza.
Los líderes no son los mejor
formados ni los que más saben. Los líderes son los que no saben hablar en
público, no saben Historia y no hablan idiomas. Los líderes son unos paletos acomplejados, que intentan
poner barreras y fronteras continuamente en vez de abrirse las puertas al
mundo. Los niños casi no tenemos modelos a quienes seguir a no ser que
rebusquemos en la Historia.
Cuando
era más pequeño pensaba que los ministros, los senadores y los dirigentes de un
país eran personas muy inteligentes y muy preparadas que merecían estar ahí,
pero según voy creciendo y viendo cómo funciona el sistema, me voy dando cuenta
de lo vulgar que es todo y de las pocas personas que hay que merezcan la pena.
Mi problema era que no contaba con la falta de sentido común que nos rodea.
Estamos en manos de muchos dirigentes con mínimos estudios, sin formación ni
vergüenza, que ganan muchísimo más que el mejor cirujano, al que su carrera le
ha costado muchos años de sacrificio. Quitan a unos y ponen a otros, pero no
por su valía, sino por su ideología, y se rodean de tontos y pelotas para que
su propia incompetencia pueda brillar, convirtiendo al competente en el peor
pagado y valorado.
Un país en el que su televisión
está enfocada y empeñada en ensalzar a “celebrities” cutres, vacíos, sin
dignidad, sin fundamento e incultos en grado superlativo que se ríen de su
propia ignorancia y que, sin embargo, son seguidos por miles de personas; un país
que está perdiendo su identidad a pasos agigantados, porque muchos de sus
ciudadanos reniegan de su himno, su bandera y sus costumbres. Pero lo más
gracioso es que lo hacen simplemente ¡porque está de moda! Con un informe PISA
mediocre, sí, mediocre, porque nuestro sistema educativo es mediocre por mucho
que se empeñen algunos en maquillarlo, donde los alumnos más vulgares y los
abusones son los más populares y donde algunos profesores arrinconan y
menosprecian a los que queremos ir más allá para que no molestemos -como si
querer ser mejor o destacar fuera pecado-. Y, como resultado, el 35% de la población no lee nunca o casi
nunca, porque parece que la moda solo es el fútbol, las motos,
los concursos de cocina, cantantes y modelos, el botellón con sus comas
etílicos incluidos y el Gran Hermano.
Los valores morales, el sentido
común, el respeto y la admiración al prójimo están dejando paso al
materialismo, la envidia, lo políticamente correcto, la mala educación y las
adicciones. Y el espíritu crítico y la creatividad atrofiados hasta tal punto
que lo anormal está considerado normal. Al que se le ocurra decir que esto es
una mierda le acribillan. Pues sí, señores, como la copa de un pino. Hasta
pronto.
“Construir es ir de cualquier parte a una
parte muy especial,
y para ello hay que invertir tiempo, talento y
esfuerzo;
destruir es ir de una parte muy especial a
cualquier otra parte,
y para ello no se requiere absolutamente
nada”.
(Jorge
Wagensber).
Tomado de:
https://www.larazon.es/blogs/sociedad-y-medio-ambiente/reflexiones-de-un-joven-pensador/la-mediocridad-esta-de-moda-NH14139136
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