domingo, septiembre 16, 2018

Economía  verdeel  nuevo rostro del  capitalismo 
Economía Verde: ¿de dónde vino?

En los años  siguientes a la II Guerra Mundial,  el capitalismo lanzó la revolución verde, nombre bonito para representar el tsunami de cambios tecnológicos introducidos en la producción agrícola, como fueron los pesticidas, insecticidas y abonos químicos, cambios genéticos en las plantas, fumigación aérea con agrotóxicos sobre las plantaciones, invenciones de maquinarias cada vez más costosas y sofisticadas para substituir el trabajo de los agricultores familiares, entre otros objetivos.

Todo esto aumentó el PIB de los países y del mundo. En el mediano plazo, sin embargo, estos cambios tuvieron efectos dañinos sobre la salud humana –de los productores y de los consumidores-, la fertilidad del suelo y los ecosistemas. Sin la precaución necesaria, los insumos químicos agrícolas han contaminado al ser humano y su medio ambiente, proporcionando al mismo tiempo fortunas para las corporaciones químicas privadas. Y también la oportunidad de expansión acelerada de la industria farmacéutica, ambas usando enormes recursos recibidos de fondos públicos.

La humanidad vive hoy otro ciclo parecido al de la revolución verde con el simpático pero engañoso término de “economía verde”. Estamos delante de una situación curiosa y, al mismo tiempo, peligrosa. Después de casi dos siglos de dominación capitalista sobre la vida social, el planeta Tierra no tolera más tanta depredación de recursos, destrucción de la biodiversidad y degradación del ambiente. Igualmente, la mayoría de sus habitantes ya no soportan más el grado de explotación e injusticia al que están sometidos. Tanto estos sectores populares como la madre Naturaleza están dando señales de alerta. Con la creciente velocidad de la producción y del consumo, con el agotamiento de lo que ofrece la Naturaleza, con la profundización de las desigualdades sociales y con el agravamiento de las amenazas climáticas, la humanidad puede llegar inclusive a su autoextinción.

Las señales de que estamos cerca de una catástrofe se multiplican, tanto en el mundo natural como en el social. Tsunamis, sequías e inundaciones avasalladoras, revueltas populares frente a obras de construcción de hidroeléctricas o hasta de estadios, nos dan una dimensión de ello y evidencian el agotamiento del modelo actual de sociedad y consumo. El diagnóstico es claro, pero las grandes empresas, bancos y las élites que se benefician han negado que el problema exista y sea una amenaza para la Humanidad. Continúan repitiendo que “el mercado lo resuelve todo”. Desde hace muchas décadas, estas élites intentan maquillar el hecho de que sólo una minoría de la población del planeta gana con lo que ellas definen como “desarrollo económico”.

La realidad muestra lo contrario pues el modo capitalista de organizar la producción y la distribución de los bienes materiales, sociales y naturales están dirigidos hacia la obtención de lucro, no para satisfacer las necesidades y derechos del ser humano.

El resultado es riqueza para pocos, a cambio de la miseria, opresión y explotación de la mayoría de los trabajadores y trabajadoras.

Datos publicados por la ONU muestran que en 20 años solamente el 20% de la población se enriqueció, mientras que la mayoría se empobreció.

El empobrecimiento del 20% más pobre es especialmente escandaloso: ¡su renta cayó 20 veces en 20 años! Son los que viven con apenas el 0,07% de la riqueza mundial. La realidad social y las crisis muestran que la promesa de humanizar el capitalismo y generar vida digna por medio de las teorías liberales del siglo XIX y XX y del “estado de bienestar social” no pasa de ser una mentira. Pero ahora ya se sabe que ese tipo de falsa prosperidad social tiene como fuente la explotación del trabajo del resto de la población mundial. Ese modelo, en resumen, no es sustentable a escala global. Sin embargo, los amantes del libre comercio continúan negándolo. Incluso los investigadores y científicos fueron comprados, por ejemplo, para desmentir el Cambio Climático.

Tomado de: http://rio20.net/documentos/economia-verde-la-nueva-cara-del-capitalismo/

Economía Verde  
Para hacer frente a los retos que se nos presentan en la actualidad, debemos cambiar el modo en que fabricamos y consumimos bienes. Tenemos que crear más valor al tiempo que utilizamos menos recursos, reducimos costes y minimizamos el impacto en el entorno. Tenemos que hacer más con menos.

Unos procesos de fabricación más eficientes y unos mejores sistemas de gestión medioambiental pueden reducir considerablemente la contaminación y los residuos, así como ahorrar agua y otros recursos. Esto también favorece a los negocios, ya que permite reducir los gastos de funcionamiento y la dependencia respecto a las materias primas.

En esto consiste la economía verde (o circular), un sistema que optimiza el flujo de bienes y servicios para obtener lo mejor de la materia prima y que reduce los residuos al mínimo necesario.

En la economía verde, los materiales se dividen según su tipo. Los materiales biológicos (comida, residuos vegetales, madera y fibras textiles) se consumen y se devuelven al entorno como compost o fertilizante para devolver los nutrientes a la tierra, o se procesan para producir energía renovable. Los materiales técnicos se conservan, reutilizan, reparan o reciclan una y otra vez en un sistema de circuito cerrado. El sistema es eficiente energéticamente y utiliza energía renovable en la medida de lo posible para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

La economía verde requerirá pasar del enfoque de “coger-hacer-tirar” a otro mucho más eficiente. Crear una nueva dinámica en todos los sectores, con una demanda de innovación en el diseño y fabricación de productos en búsqueda por desarrollar una nueva generación de productos que tengan mayor vida útil y se puedan reutilizar, arreglar, desmontar o reciclar sus componentes. Así, los gobiernos y las empresas tendrán que ayudar a la población activa a desarrollar nuevas habilidades con las que poder satisfacer las demandas de una economía verde.

Plantear un nuevo escenario macroeconómico para superar los dos tipos de modelos que, han demostrado haber fracasado. El primero: la economía roja, que es la que nos ha llevado a este escenario de crisis, paro, deuda y decrecimiento que sufre Europa, y que está basada en un “consumismo ilusorio que ha empujado a la economía a una deuda inasumible”.

El segundo modelo que, para Pauli, también ha fracasado, es la economía verde. El autor hace autocrítica recordando una compañía en la que trabajó, Ecover, que creaba productos de limpieza biodegradables con aceite de palma, un producto cuyo éxito provocó la tala indiscriminada de selvas, sobre todo en Indonesia. Y es que muchos productos supuestamente verdes solo lo son en la etiqueta.

http://www.generationawake.eu/es/hacer-mas-verde-la-economia-de-la-ue/que-es-la-economia-verde/

La Iniciativa de Economía Verde para África, el estudio en Europa oriental, el Cáucaso y Asia central que considera las perspectivas de promover la agricultura orgánica, mientras que progresan en Azerbaiyán las investigaciones sobre esferas prioritarias para programas de economía verde.

Pocos podrían haber imaginado que la iniciativa Hacia un nuevo acuerdo ecológico mundial/Iniciativa de Economía Verde resultado del desarrollo de la crisis financiera y económica del final del año 2008, adquiriese empuje tan rápidamente. Aproximadamente el 15% de los fondos de incentivo de más de 3 billones de dólares EE.UU. a escala mundial se estima que son verdes, elevándose aproximadamente al 80% en la República de Corea. Términos tales como economía y desarrollo verdes han pasado a ser rápidamente lugares comunes en muchas capitales y reuniones internacionales importantes, incluidas las cumbres del año pasado de los G8 y G20 y el período de sesiones ministerial de la OCDE.

La Iniciativa de Economía Verde, consecuencia lógica del nuevo acuerdo ecológico mundial será un tema clave también, en la reunión anual de ministros del medio ambiente del PNUMA en Bali (Indonesia), ya que los gobiernos se percatan de la rapidez con que la transición hacia una producción y consumo sostenibles tiene lugar, y de las enseñanzas deducidas hasta ahora.

Los modelos económicos del siglo XX es poco probable que nos sirvan en un planeta de 6.000 millones de habitantes, que alcanzará los 9.000 millones en 2050. El público de todo el mundo espera que sus dirigentes y encargados de la formulación de políticas encuentren soluciones.

La Iniciativa de Economía Verde representa una potente respuesta a esta petición de acción transformadora. En realidad se está manifestando como una oportunidad convincente y práctica para hacer frente a las amenazas persistentes e incipientes.

Y está demostrando cómo la elección de políticas inteligentes, combinada con mecanismos de mercado de apoyo, puede tal vez proporcionar la evolución adecuada hacia el desarrollo sostenible que la humanidad ha eludido hasta ahora.

Achim Steiner
Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas y Director Ejecutivo del PNUMA

http://www.unep.org/pdf/OP_Feb/SP/OP-2010-02-SP-FULLVERSION.pdf


Luego de la Lectura y Análisis, Responda y Realice lo Siguiente

1. ¿Por qué la economía verde genera o puede generar crisis?
2. ¿Cuál es la importancia de empezar a innovar en la economía verde?
3. Establezca diferencias entre economía azul economía verde.
4. ¿Cómo se podrían combinar - amalgar  - aunar - unir  ambas economías?
5. ¿Cómo cree que podría implementarse una economía realmente verde?
6. ¿De qué manera la economía verde ha contribuido a la contaminación del Planeta Tierra?
7. ¿Cuáles ventajas puede tener la economía verde en relación con la ecología y el medio ambiente?



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