Mito
Religión y Cultura en la Sociedad Griega
La palabra
mito se ha utilizado en el sentido de ficción o de ilusión, así como en el de
«tradición sagrada, revelación primordial, modelo ejemplar». Ya Jenófanes fue
el primero en criticar y rechazar las expresiones «mitológicas» de la divinidad
utilizadas por Homero y Hesíodo. Opuesto tanto a logos como más tarde a
historia, mythos terminó por significar todo «lo que no puede existir en la
realidad».
Mircea
Eliade. La estructura de los mitos.
Medusa, Perseo, Hércules, Teseo, Atenea, Zeus, Poseidón, Hades,
Pegaso, Eros, Deméter, Caronte, Prometeo,
Pandora, Apolo, Crisaor, Orestes, Tánatos,
Gea, Atlas, Cronos, Ariadna, Casandra, Héctor, Aquiles, Artemisa, Tiresias, Perséfone,
Paris, Edipo, Japeto, Calipso, Circe, Medea, Europa, Quimera, Dioniso, Minos, Ícaro,
Psique, Narciso, Temis, Midas, Afrodita, Agamenón, Hermes, Jasón…
Amazonas, Musas, Gracias, Ninfas,
Moiras, Erinias,
centauros, hecatónquiros, titanes, sátiros, cíclopes, dioses,
héroes y semidioses, deidades y monstruos griegos, seres fantásticos que juegan
y retan el ingenio humano llevándolo por infinitos laberintos mentales:
¿quiénes eran? ¿sólo simples creaciones de la imaginación humana? ¿ficción,
ilusión, superstición? ¿qué intencionalidad se esconde tras de estos
misteriosos personajes? ¿a qué se debe su aparición? ¿representan la fuerza
salvaje de la naturaleza? ¿mentalidad poética de un pueblo avanzado?
Este conjunto de
leyendas e historias fantásticas, relatan episodios cotidianos: celebraciones,
traiciones, ambiciones, luchas por poder, celos, envidias, amores, creencias,
lealtades, vicisitudes, desgracias, sacrificios, prácticas y rituales de los cultos
a sus dioses. Además, de la naturaleza humana, el origen del mundo, las
circunstancias y las aventuras que rodean a dioses, héroes, personajes y
criaturas, que encierran un significado de sus creencias y vivencias
cotidianas, que reflejan su religión, sus instituciones (religiosas y
políticas), su cultura y la naturaleza del pueblo griego.
Estos relatos
mitológicos están registrados en una extensa colección de relatos así como en
representaciones artísticas: escultura, cerámica y arquitectura, como por las ofrendas,
los votos rituales y sacrificios a sus deidades.
Homero en sus
poemas épicos la Ilíada y la Odisea y Hesíodo con sus textos de la Teogonía y los Trabajos y días, de
la antigua Grecia, son consideradas como fuentes literarias universales que
registran hechos y sucesos ocurridos en torno a la legendaria y extensa Guerra
de Troya, donde la tragedia humana se impone a través de la muerte y la desdicha
de sus protagonistas.
Se conservan otros
referentes clásicos de poesía épica en fragmentos, de algunos autores del siglo
V a. C., así como de poetas del período helenístico y de Plutarco y Pausanias. Igualmente,
y gracias a las investigaciones de los hallazgos arqueológicos encontrados, se
logra una fuente de primera mano con detalles sorprendentes sobre las
costumbres de la sociedad y la mitología griega, de sus dioses y héroes, presentes
prominentemente en la decoración de muchos objetos.
Para Homero sólo
existían las estaciones. El calendario de los antiguos griegos se basaba en las
matemáticas babilónicas y, por lo menos en Atenas, cada año debía ser ajustado
empíricamente para evitar contradicciones. Desde mediados de marzo a mediados
de mayo se consagraban dos meses a Artemisa, y desde mediados de mayo a
mediados de noviembre, seis, quizás con alguna excepción, estaban consagrados a
Apolo. Durante ese largo verano, la primera y la última de las festividades de
Apolo tenían relación con la vegetación. Los cuatro meses restantes, desde
mediados de noviembre a mediados de marzo, pertenecían respectivamente al
tonante del matrimonio, y a Dionisio, en cuya fiesta se conmemoraba a los
difuntos y se presentaba el vino nuevo del año.
Las ofrendas
funerarias, las máscaras de oro o la conservación en miel de los cadáveres, que
era el destino de los muertos acaudalados, parecen indicar que existía una
preocupación profunda por la vida después de la muerte. Los cultos de
fertilidad en las cavernas cretenses, en las que se elegían estalagmitas de
apariencia fálica para el culto, reflejan cierta faceta del sistema religioso.
Tenemos
conocimiento de otros santuarios construidos en pasajes rocosos de la montaña,
de difícil acceso. Aún se conservan altares con la representación escultórica
de los cuernos de toro de la consagración, e igual sucede con algunos símbolos
sagrados, como la doble hacha, que probablemente pertenecía al dios del cielo,
y las representaciones de un culto del pilar, cuyo ejemplo mas famoso es la
puerta de los leones, de Micenas”.
Cada ciudad-estado
tenia su propio patrón o patronos, que debían ser halagados y aplacados; un
agricultor tenia que efectuar ofrendas a Deméter para lograr una buena cosecha
y un marino a Poseidón para su viaje fuera feliz. También había innumerables
dioses menores y, en el campo, Pan y las ninfas eran importantes.
Grecia. Atlas culturales del mundo. Volumen 1. Barcelona: Ediciones
Folio, 1994, pág. 15 - 82.
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