lunes, marzo 20, 2023

Leviatán: Texto y Taller

  





                                     fragmento  

Parte I 

Hobbes comienza  por el estudio del hombre en sí mismo, para poder, a partir de ahí, estudiarlo en sociedad. Analiza el conocimiento humano, cuyo origen fundamenta en la experiencia. La experiencia, según Hobbes, se forma por la repetición de hechos que se irán almacenando en la memoria por lo que son fuente de sensaciones que permiten la producción de imágenes memorizadas. Los recuerdos son utilizados en estas combinaciones mentales y posibilitan al hombre simular los acontecimientos futuros y adquirir, por lo tanto, una indispensable prudencia. El hombre actuará según su experiencia, intentando evitar los resultados indeseados que ha sufrido en momentos anteriores. 

El elemento fundamental que hará a este proceso mucho más rápido es la palabra, ya que permite el tránsito de lo mental a lo verbal, oral y escrito, favoreciendo, de esta manera, la emergencia de la verdad. Si decimos la verdad podemos transmitir nuestra experiencia y recibir la de otros pudiendo así complementarnos mutuamente. Sin embargo, la ausencia de veracidad en esta comunicación tendría un efecto nefasto sobre nuestra prudencia, al tener datos equivocados. 

El discurso es, sin embargo, fuente de errores y de engaños que deben ser eliminados con el fin de obtener definiciones rigurosas que, a su vez, se conviertan en vías de acceso a la ciencia. Estos errores no tienen por qué ser inevitablemente mal intencionados por el prójimo sino que debido a una falta de precisión lingüística, el error puede ser cometido. La palabra es la base de la razón y se adquiere por la acción, siendo ésta fuente de sensaciones y de imágenes que se intelectualizan tras la adquisición de una metodología. La razón se caracteriza, según Hobbes, por el “cálculo de las consecuencias” de nuestros pensamientos; descompondrá la situación que se presenta ante ella y analizará, según su experiencia, los posibles acontecimientos futuros, eligiendo el que más le convenga. Posteriormente examina la voluntad y la conducta humanas, tendientes siempre a la acción motivada por el deseo: el poder del hombre reside en su capacidad de actuar y la adquisición del poder se convierte en una búsqueda permanente y dominada por la pasión. 

La persona actúa según los impulsos que recibe del exterior, por lo que intentará a toda costa evitar los impulsos que le resulten desagradables y conseguir todos los agradables posibles. 

El problema surge cuando estas fuentes de placer hay que compartirlas con otros humanos o interfieren con sus deseos. Ello determina que cada ser humano esté en continua guerra con los demás. Esta situación en la que vive el hombre en su estado natural encontró su mejor definición en dos de sus sentencias más universalmente conocidas: 

“Bellum omnium contra omnes”: “Guerra de todos contra todos”, y

“Homo homini lupus est”: “El hombre es un lobo para el hombre”. 

En este proceso de análisis del humano y sus sentidos, llega a una serie de definiciones que serán cruciales para su filosofía. Señala la importancia de estas definiciones, insinuando que está intentando axiomatizar la humanidad  siguiendo el  modelo de la  geometría. Esta influencia de las ciencias exactas se percibe en la manera tan objetiva y carente de sentimiento en la que describe las pasiones; por ejemplo, “Lo que de algún modo es objeto de cualquier apetito o deseo humano es lo que con respecto a él se llama bueno. Y el objeto de su odio y aversión, malo; y de su desprecio, vil e inconsiderable o indigno”.  

Pero estas palabras de bueno, malo y despreciable siempre se usan en relación con la persona que las utiliza. No son siempre y absolutamente tales, ni ninguna regla de bien y de mal puede tomarse de la naturaleza de los objetos mismos, sino del individuo (donde no existe Estado) o (en un Estado) de la persona que lo representa; o de un árbitro o juez a quien los hombres permiten establecer e imponer como sentencia su regla del bien y del mal”. Le siguen una larga secuencia de definiciones similares como la esperanza (apetito con opinión de obtener), o lo honorable

(cualquier acción, cualidad o argumento que sea señal de poder) por ejemplo. 

El capítulo XIII es una exposición de la condición natural del hombre, abarcando el marco de su felicidad e infelicidad. Contiene la frase célebre citada anteriormente, “Bellum omnium contra omnes”. La vida del hombre es solitaria, pobre, malévola, bruta y corta. 

Hobbes encuentra tres motivos básicos por los cuales hay conflictos en el Estado de Naturaleza: El primero, es la competición, que hace que el hombre invada para obtener algo; el segundo, la desconfianza para la seguridad; y el tercero, la gloria, para la reputación. 

De estos tres conceptos partirán las leyes de naturaleza hobbesianas. Hobbes define 19 leyes de naturaleza, sin embargo, la primera y segunda ley son las más importantes y de ellas se van a deducir todas las demás. La primera ley se compone de dos partes: Cada hombre debe procurar la paz hasta donde tenga esperanza de lograrla; y cuando no puede conseguirla, entonces puede buscar y usar todas las ventajas y ayudas de la guerra. La segunda parte se refiere al derecho natural a la libertad de cada hombre, que lo autoriza de usar su propio poder, según le plazca, para la preservación de su propia vida, y por lo tanto de hacer cualquier cosa que conciba como la más adecuada para alcanzar ese fin. 

De esta ley se va a derivar la segunda ley: Un hombre debe estar deseoso, cuando otros lo están también, y a fin de conseguir la paz y la defensa personal hasta donde le parezca necesario, de no hacer uso de su derecho a todo, y de contentarse con tanta libertad en su relación con los otros hombres, como la que él permitiría a los otros en su trato con él. 

De aquí en adelante, las leyes de Hobbes van a definir el contrato social, que es la base del siguiente capítulo.

 

Parte II: Del Estado. 

Hobbes desarrolla su idea del contrato o pacto social, desarrollado por los hombres como garantía de la seguridad individual y como forma de poner fin a los conflictos que, por naturaleza, generan estos intereses individuales. Así, a las pasiones naturales del hombre se oponen las leyes morales, siendo a su vez leyes naturales. 

El Estado (o República) que Hobbes proyecta en Leviatán no es el concepto moderno de república (ausencia de monarquías) sino que es concebido como una res publica, es decir, un poder organizado de forma común cuya función es “regentar” las cosas públicas y que se funda a partir de la suma de voluntades individuales libres que deciden actuar para adquirir ventajas comunes. 

La libertad del individuo se verá reducida a los espacios donde la ley no se pronuncia. Sin embargo, al existir una cesión voluntaria de poder, se contemplaba un caso en el que los individuos podrían rebelarse contra el soberano: cuando éste causara perjuicios a su integridad corporal o a su libertad física, o sea, si el soberano no cumplía su parte del contrato social (defender la libertad de los individuos, asegurando la paz), el pacto quedaba roto inmediatamente. El pensamiento de Hobbes deja un margen muy estrecho al libre albedrío1 (como potestad de obrar por reflexión y elección), y a la libertad individual misma.   

El propósito que Hobbes da al principio del segundo libro es describir la causa final, el fin o el deseo de los hombres (que aman la libertad y el dominio sobre otros) en la auto imposición de los límites en los que viven en sociedad que es un instrumento para su propia preservación y, consecuentemente, para obtener una vida más tranquila; o sea, para librarse de la terrible condición de constante guerra, que como fue demostrada en la primera parte, es natural a las pasiones del hombre cuando no hay poder visible que las limite y controles por el miedo al castigo a aquellos que las lleven a cabo. 

Hobbes renuncia explícitamente a la separación de poderes, en particular a la que posteriormente se convertirá en la separación de poderes establecida en la Constitución de los Estados Unidos. Cabe destacar que en el sexto derecho del soberano, Hobbes especifica que está a favor de la censura de los medios de comunicación y de las restricciones de la libertad de expresión, si el soberano considera que son negativas para la preservación del orden público. 

Hobbes admite tres tipos de Estado: la monarquía, la aristocracia y la democracia. No puede haber más formas de gobierno que esas tres, pues ninguna, o todas, pueden tener todo el poder soberano (que se ha demostrado anteriormente que es indivisible). 

Aunque haya habido otras formas de gobierno en el pasado, como fueron la tiranía y la oligarquía, Hobbes no las consideraba nombres de otras formas de gobierno sino las mismas con otro nombre. Pues aquellos que están descontentos con la monarquía la llaman tiranía y aquellos que están descontentos con la aristocracia la llaman oligarquía, al igual que aquellos que no les gusta la democracia la llaman anarquía (que significa falta o ausencia de gobierno). 

Para Hobbes, el más práctico es la monarquía; ya que la diferencia entre estos tipos de gobierno no consiste en la diferencia del poder, sino en la conveniencia o aptitud de asegurar la paz y la seguridad del pueblo; al fin y al cabo, es el motivo por el cual se instituyen. 

Al comparar la monarquía con las otras dos, de esto deduce que donde los intereses públicos y lo privados están muy unidos, los públicos se ven más favorecidos. En la monarquía el interés público y el privado son el mismo. Las riquezas, el poder, y el honor del monarca surgen de las riquezas, fuerza y reputación de sus súbditos. Es imposible que el rey sea rico, glorioso o poderoso si su pueblo es pobre, sin aspiraciones, o débil debido a la pobreza o la ignorancia, como para mantener una guerra contra sus enemigos. Mientras que en la democracia o la aristocracia, la propiedad pública no da tanta fortuna individual, dando lugar a la corrupción, el mal uso de la ambición, a la traición o a la guerra civil. 

Hobbes considera la realidad política en la que vive y desarrolla una serie de explicaciones para la sucesión paterno filial; si falta la denotación expresa de un heredero por parte del monarca, se seguirá la tradición. Esta, establece que el varón primogénito será el heredero de su padre, teniendo inmediato derecho de sucesión por costumbre; se supone, que el monarca lo habría declarado así en vida, al ser tradición de generaciones. Por tanto, en la práctica, se vuelve al varón primogénito como heredero. 

Parte III: Del Estado cristiano. 

 En esta tercera parte, y por lo que respecta a las relaciones entre el poder espiritual y el poder temporal, Hobbes abogaba por la total sumisión de la Iglesia al soberano. Hobbes investiga la naturaleza de un Estado cristiano. Esto da lugar inmediata-mente a la pregunta de en qué escrituras deberíamos confiar y por qué. Si alguna persona reclama que lo sobrenatural es superior a lo civil, entonces habría caos, y el deseo principal de Hobbes es evitarlo. 

Por tanto, concluye que no podemos conocer infaliblemente la revelación divina dada por otra persona; ya que cuando Dios habla al hombre, es por medio del propio hombre o de otro igual al que le ha hablado anteriormente. La persona con la que Dios habló le entendió perfectamente, pero eso no quiere decir que cuando el revelado se lo cuente a otro, esta otra persona le comprenda; por lo que es difícil, por no decir imposible, saber con certeza lo que Dios quiere. Además, que alguien demuestre que Dios le ha hablado es prácticamente imposible, por lo que no puede esperar que los demás le crean. Como esto podría ser considerado como una herejía (al aplicarse a la Biblia), Hobbes dice que se necesita una prueba, y la verdadera prueba es contrastar los dichos de los que oyen a Dios con las sagradas escrituras -ya que considera que las escrituras son las enseñanzas que Dios ha dado-, y la muestra de un milagro. Si ambos requisitos se cumplen, es un verdadero profeta. Como en la actualidad ver un milagro es algo poco probable, se considera a la Biblia como única fuente verdadera de fe. 

Hobbes analiza varios libros que son aceptados por distintas sectas y la cuestión de la verdadera autoridad de las escrituras. Para Hobbes, es un manifiesto de que nadie puede saber cuál es la palabra de Dios (aunque los cristianos la crean) al menos que Dios se lo haya dicho personalmente. Por tanto la verdadera pregunta es: ¿Qué autoridad tiene la ley? Como era de esperarse, Hobbes concluye que no hay una forma certera de saberlo si no es por medio del poder civil: a aquel a quién Dios no le haya revelado personalmente que son suyos, ni que aquel que los hizo fue enviado por Dios mismo, tiene obligación de obedecer a nadie cuya voluntad no sea ley. Por tanto sólo hay obligación de obedecer al soberano del Estado, el cual sólo tiene poder legislativo. 

Discute los Diez Mandamientos, y se pregunta quién los dio para que tengan fuerza de ley. No hay duda de que la ley la dio Dios mismo, pero éstos ni obligan ni son ley para aquellos que no lo reconozcan como acto del poder soberano. ¿Cómo sabía el pueblo de Israel que fue Dios quien se los dio, y no Moisés, si no pudieron acercarse al monte? Concluye que la promulgación de la ley de las Escrituras es tarea del soberano civil. 

Finalmente, se plantea qué poder tiene la Iglesia sobre aquellos que, siendo soberanos, han elegido la fe cristiana. Concluye que los reyes cristianos son los pastores supremos de su pueblo y tienen el poder de ordenar a sus pastores lo que deseen, pueden enseñar a la iglesia, es decir, instruir a sus súbditos. 

Ésta tercera parte está repleta de enseñanzas bíblicas. Sin embargo, una vez aceptado el argumento principal de Hobbes (que nadie puede estar seguro de la revelación divina del prójimo) a su conclusión (que el poder religioso ha de estar subordinado al poder civil) se llega por deducción. 

Debido al momento histórico en el que ésta obra fue redactada, las largas explicaciones que se exponen en esta tercera parte fueron necesarias. La necesidad que Hobbes veía de la supremacía del poder soberano surgió por una parte por las consecuencias de la guerra civil, y por otra, para destruir la amenaza de los papas de Roma, dedicándole bastante esfuerzo a esta última idea. 

Parte IV: Del reino de la oscuridad. 

En esta cuarta parte, ejerce una severa crítica a la Iglesia, a la cual acusaba (tras denunciar las tradiciones fabulosas que sostienen al conjunto de la mitología cristiana) de estar impregnadas, incluso, de cierto ateísmo. No obstante, y con el fin de evitar eventuales represalias y censuras eclesiásticas, en el apéndice con que concluye Leviatán intentó atemperar sus posiciones recurriendo para ello al examen de la jurisprudencia sobre la herejía. Cuando Hobbes nombra esta sección "el reino de la oscuridad", no se refiere al Infierno (al no creer ni en el Infierno ni en el purgatorio), sino a la oscuridad de la ignorancia como opuesto a la luz del verdadero saber. 

Esta interpretación por parte de Hobbes es bastante in ortodoxa y ve oscuridad en la mala interpretación de las Escrituras. El reino de la oscuridad está formado por una confederación de farsantes que para dominar a la humanidad y por medio de doctrinas falsas, se dedican a eliminar la luz de la vida de los hombres. 

Para este autor existen cuatro causas para esta oscuridad: 

1. La mala interpretación de las Escrituras. El abuso más destacado es el enseñar que el reino de Dios está en la Iglesia, por consiguiente disminuyendo el poder civil. Otro abuso es convertir la consagración en una conjura o un ritual tonto. 

2. La demonología de los poetas, tratando de demonios que no son más que construcciones de la imaginación. Critica muchas prácticas del catolicismo, como la veneración de los santos, las imágenes, reliquias y otras cosas practicadas por la Iglesia de Roma, afirmando que no están permitidas por la palabra de Dios. 

3. Mezclando las reliquias, las escrituras y la filosofía griega (especialmente Aristóteles) han causado grandes estragos. Hobbes no es muy amante de los filósofos en general. Desprecia el hecho de que muchos hayan tomado la filosofía aristotélica y hayan aprendido a llamar, a las distintas Commonwealths, tiranías (como lo fue Atenas en su momento). Al final de este apartado aparece una idea interesante (además de que la oscuridad no sólo introduce mentiras, sino que destruye verdades), que parece aparecer a raíz de los descubrimientos de Galileo. Afirma que incluso habiendo verdades demostrables, aquellos que están en la oscuridad condenarán a los iluminados que intenten enseñárselas, gracias a las doctrinas de la Iglesia. La razón que estos necios dan es que va en contra de la verdadera religión, sin embargo, si son verdades demostrables, ¿Cómo pueden ir en contra de lo que Dios dice? Sin embargo, Hobbes no tiene problemas con la supresión de algunas verdades si es necesario, o sea, si tienden a desordenar el gobierno al dar pie a una rebelión. Si este fuese el caso opina que más vale que sean acalladas y que se castigue a sus predicadores, aunque estas medidas sólo podrán ser tomadas por el soberano. 

4. Interviniendo y modificando las tradiciones y la historia se daña también a la luz. Hobbes se plantea quién se beneficia de estos engaños. Expone el caso de Cicerón, el cual afirma que uno de los jueces más crueles de Roma era un gran hombre; al tener la costumbre de, en los casos penales, cuando el testimonio del testigo no era suficiente, le preguntaba a los acusadores, cui bono, o sea, que beneficios obtenían con el caso. Pues entre las presumisiones más obvias que uno puede ver son los beneficios. Hobbes concluye que de todo esto, los beneficiarios son la Iglesia y su jerarquía. 

La fuente del texto es:

https://es.wikipedia.org/wiki/Leviat%C3%A1n_(Hobbes)

Biografía de Thomas Hobbes 

Nació en 1588. Conoció en Oxford la Filosofía Escolástica, que no llegó a convencerlo. 

Trabajó como preceptor de familias nobles, lo que le permitió conocer Francia y tomar contacto con el cartesianismo, que lo impresionó hondamente. Escribió sus Objeciones a las Meditaciones cartesianas, que fueron contestadas por el propio Descartes. Entre los años 1640 y 1651 residió en Paris pero en calidad de refugiado por haber defendido al partido realista en Inglaterra. En 1651 retornó a una Inglaterra entonces más tolerante y, con la llegada de Carlos II al trono (ex discípulo suyo) en 1660, recibió una pensión real y volvió a tener acceso a la más alta esfera del gobierno.  

En 1666 la Cámara de los Comunes investigó su Leviatán porque se lo sospechaba de ateísta. Murió en el año 1679. 

Entre sus obras se destacan Elementos de Filosofía, que incluye De cive (1642), De corpore (1655) y De homine (1658), y Leviatán (1651), la más conocida de sus obras, en la que expone sus argumentos en favor de un gobierno monárquico de poder absoluto. 

Hobbes sostenía un materialismo mecanicista. Según él todo es material, tanto las cosas naturales como las artificiales e incluso las espirituales. Y la materia se encuentra regida por las leyes del movimiento. Incluso puede verse en Hobbes a un pensador que intentó hacer de la Física del Movimiento de Galileo la ley de toda realidad, siendo que para él no hay otra cosa más que cuerpos en movimiento. Pero su mecanicismo, si bien se inspira en Descartes y Galileo, no respondía a una base ideal, como era el caso de éstos, sino más bien a la concepción antigua del choque ciego, al atomismo griego. 

La Filosofía debe ocuparse del estudio de los cuerpos, de sus propiedades y de su origen. Quedan fuera de ella los temas teológicos (Dios, los ángeles, Lo Eterno, Lo Increado, Lo "Supra-Racional"). 

En el pensamiento de Hobbes no hay lugar para el dualismo antropológico cartesiano. El hombre es sólo cuerpo. Y este cuerpo, como todos los demás, está sujeto al movimiento, que en su caso es generado por las pasiones, las acciones, los pensamientos. El movimiento tiene lugar de acuerdo a leyes causales y, por lo tanto, no cabe hablar de libertad. Aprobamos lo que vemos como agradable y desaprobamos lo desagradable. El valorar y el obrar humanos están regidos por el utilitarismo y el egoísmo. 

Hobbes pretendía ser el iniciador de la Filosofía Política como lo fue Galileo de la Física. A diferencia de la tradición aristotélica, que veía en el hombre a un "animal social", él sostenía que la sociedad surge de un acuerdo artificial, basado en el propio interés que busca la seguridad por temor a los demás. Por este acuerdo surge el Leviatán, "dios mortal" o poder absoluto. 

Afirma que en el "estado de naturaleza" el hombre vive una guerra de todos contra todos. «El hombre es un lobo para el hombre.» Pero, al mismo tiempo, este mismo hombre, incluso en el estado de naturaleza, sigue siendo un ser racional y tiende a superar el desorden y la inseguridad. Con el fin de lograr su seguridad y superar el peligro que el estado de naturaleza implica, los individuos ceden sus derechos en favor de un tercero, surgido de este contrato: el Estado o la República (también llamado "Leviatán"). 

Para que este acto tenga sentido, la sesión de derechos al Estado debe ser definitiva. Los derechos no pueden ser recuperados. El Estado es, por lo tanto, omnipotente. Este Estado soberano es la fuente única del derecho, la moral y la religión. Al respecto dice Hirschberger que “el Estado de Hobbes viene a ser un hacinamiento de poder resultante del egoísmo colectivo”. 

Al pretender aplicar al estudio de la sociedad los principios que la Física utiliza para explicar el mundo inanimado se adelantó tres siglos a la Sociología de Comte y Durkheim. 

Hobbes entendía que, así como el impulso mecánico y el choque son los factores determinantes del movimiento de los objetos físicos, así en la vida social lo son la utilidad y el apetito de poder

Biografía:

http://www.luventicus.org/articulos/02A036/hobbes.html

 

Las 19 Leyes de naturaleza de Hobbes

Reglas generales de la razón o leyes de naturaleza, extractados de los capítulos XIV y XV del Leviatán.  


1. Buscar la paz y seguirla, y autodefensa total
Que todo hombre debiera esforzarse por la paz, en la medida en que espere obtenerla, y que cuando no puede obtenerla, puede entonces buscar y usar toda la ayuda y las ventajas de la guerra, de cuya regla la primera fase contiene la primera y fundamental ley de naturaleza, que es buscar la paz, y seguirla, la segunda, la suma del derecho natural, que es defendernos por todos los medios que podamos.

2. Renunciar al derecho natural en pro de la paz
Que un hombre esté dispuesto, cuando otros también lo están tanto como él, a renunciar a su derecho a toda cosa en pro de la paz y defensa propia que considere necesaria, y se contente con tanta libertad frente a otros hombres como consentiría a otros hombres frente a él mismo.

3. La justicia
Que los hombres cumplan los pactos que han celebrado.

4. La gratitud
Que un hombre que reciba beneficio de otro por mera gracia se esfuerce para que aquel que lo haya dado no tenga causa razonable para arrepentirse de su buena voluntad.

5. La complacencia o deferencia
Que todo hombre se esfuerce por acomodarse al resto de los hombres.

6. El perdón
Que ante garantía para el tiempo futuro, un hombre debiera perdonar las ofensas pasadas de aquellos que, arrepentidos, lo desean.

7. Misericordia
Que en las venganzas (esto es, en la retribución de mal por mal) los hombres no miren la magnitud del mal pasado, sino la magnitud del bien por venir.

8. Contumelia o insolencia
Que ningún hombre declare odio o desprecio de otro por obra, palabra, aspecto, o gesto.

9. Contra el orgullo
Que todo hombre reconozca a los demás como sus iguales por naturaleza.

10. Modestia o contra la arrogancia
Que, al iniciarse las condiciones de paz, ningún hombre requiera reservar para sí mismo derecho alguno que no esté dispuesto sea reservado para cada uno de los demás.

11. Equidad
Si se confía en un hombre para que juzgue entre hombre y hombre, es precepto de la ley de naturaleza que medie con igualdad entre ellos.

12. Uso igual de cosas comunes
Que las cosas que no son divisibles sean gozadas si puede ser en común y, si lo permite la cantidad de la cosa, sin reserva; en otro caso, proporcionalmente al número de aquellos que tienen derecho.

13. De la suerte
Que el derecho entero o (alternativamente) la primera posesión, sea determinada por suerte.

14. De la progenitura y del primer establecimiento
Que aquellas cosas que no pueden ser gozadas en común ni divididas, sean adjudicadas al primer poseedor y, en algunos casos, al primer nacido, como adquiridas por suerte.

15. De los mediadores
Que se le otorgue salvoconducto a todo hombre que medie por la paz.

16. Sumisión al arbitraje
Que aquellos que están en controversia sometan su derecho al juicio de un árbitro.

17. Nadie es juez de si propio
Ningún hombre es un árbitro adecuado para su propia causa.

18. Nadie puede ser juez cuando tiene una causa natural de parcialidad
En ninguna causa debiera recibirse como árbitro a un hombre para el que pudiera aparentemente derivarse mayor beneficio, honor o placer, de la victoria de una parte que de la de otra.

19. De los testigos
Y no pudiendo el juez en una controversia de hecho confiar más en uno que en otro (si no hay otros argumentos), deberá confiar en un tercero, o en un tercero y un cuarto, o en más.

1. El libre albedrío o libre elección es la creencia de aquellas doctrinas filosóficas que sostienen que los humanos, u otros animales, tienen el poder de elegir y tomar sus propias decisiones. El concepto es comúnmente usado y tiene connotaciones objetivas al indicar la realización de una acción por un agente no-condicionado íntegramente ligado por factores precedentes y subjetivos en el cual la percepción de la acción del agente fue inducida por su propia voluntad. 

El principio del libre albedrío tiene implicaciones religiosas, éticas, psicológicas, jurídicas y científicas. En la ética puede suponer que los individuos pueden ser responsables de sus propias acciones. En psicología, implica que la mente controla algunas acciones del cuerpo, algunas de las cuales son conscientes.             

https://es.wikipedia.org/wiki/Libre_albedr%C3%ADo  

Por favor, respetar los respectivos créditos. Gracias. 

La fuente del texto eshttps://es.wikipedia.org/wiki/Leviat%C3%A1n_(Hobbes)


Biografía de Thomas Hobbes 

Nació en 1588. Conoció en Oxford la Filosofía Escolástica, que no llegó a convencerlo. Trabajó como preceptor de familias nobles, lo que le permitió conocer Francia y tomar contacto con el cartesianismo, que lo impresionó hondamente. Escribió sus Objeciones a las Meditaciones cartesianas, que fueron contestadas por el propio Descartes. Entre los años 1640 y 1651 residió en París pero en calidad de refugiado por haber defendido al partido realista en Inglaterra. En 1651 retornó a una Inglaterra entonces más tolerante y, con la llegada de Carlos II al trono (ex discípulo suyo) en 1660, recibió una pensión real y volvió a tener acceso a la más alta esfera del gobierno. En 1666 la Cámara de los Comunes investigó su Leviatán porque se lo sospechaba de ateísta. Murió en el año 1679.

Entre sus obras se destacan Elementos de Filosofía, que incluye De cive (1642), De corpore (1655) y De homine (1658), y Leviatán (1651), la más conocida de sus obras, en la que expone sus argumentos en favor de un gobierno monárquico de poder absoluto. 

Hobbes sostenía un materialismo mecanicista. Según él todo es material, tanto las cosas naturales como las artificiales e incluso las espirituales. Y la materia se encuentra regida por las leyes del movimiento. Incluso puede verse en Hobbes a un pensador que intentó hacer de la Física del Movimiento de Galileo la ley de toda realidad, siendo que para él no hay otra cosa más que cuerpos en movimiento. Pero su mecanicismo, si bien se inspira en Descartes y Galileo, no respondía a una base ideal, como era el caso de éstos, sino más bien a la concepción antigua del choque ciego, al atomismo griego. 

La Filosofía debe ocuparse del estudio de los cuerpos, de sus propiedades y de su origen. Quedan fuera de ella los temas teológicos (Dios, los ángeles, Lo Eterno, Lo Increado, Lo "Supra-Racional"). 

En el pensamiento de Hobbes no hay lugar para el dualismo antropológico cartesiano. El hombre es sólo cuerpo. Y este cuerpo, como todos los demás, está sujeto al movimiento, que en su caso es generado por las pasiones, las acciones, los pensamientos. El movimiento tiene lugar de acuerdo a leyes causales y, por lo tanto, no cabe hablar de libertad. Aprobamos lo que vemos como agradable y desaprobamos lo desagradable. El valorar y el obrar humanos están regidos por el utilitarismo y el egoísmo. 

Hobbes pretendía ser el iniciador de la Filosofía Política como lo fue Galileo de la Física. A diferencia de la tradición aristotélica, que veía en el hombre a un "animal social", él sostenía que la sociedad surge de un acuerdo artificial, basado en el propio interés que busca la seguridad por temor a los demás. Por este acuerdo surge el Leviatán, "dios mortal" o poder absoluto. 

Afirma que en el "estado de naturaleza" el hombre vive una guerra de todos contra todos. «El hombre es un lobo para el hombre.» Pero, al mismo tiempo, este mismo hombre, incluso en el estado de naturaleza, sigue siendo un ser racional y tiende a superar el desorden y la inseguridad. Con el fin de lograr su seguridad y superar el peligro que el estado de naturaleza implica, los individuos ceden sus derechos en favor de un tercero, surgido de este contrato: el Estado o la República (también llamado "Leviatán"). 

Para que este acto tenga sentido, la sesión de derechos al Estado debe ser definitiva. Los derechos no pueden ser recuperados. El Estado es, por lo tanto, omnipotente. Este Estado soberano es la fuente única del derecho, la moral y la religión. Al respecto dice Hirschberger que “el Estado de Hobbes viene a ser un hacinamiento de poder resultante del egoísmo colectivo”. 

Al pretender aplicar al estudio de la sociedad los principios que la Física utiliza para explicar el mundo inanimado se adelantó tres siglos a la Sociología de Comte y Durkheim. Hobbes entendía que, así como el impulso mecánico y el choque son los factores determinantes del movimiento de los objetos físicos, así en la vida social lo son la utilidad y el apetito de poder.                            

                                                                                                                                                                   Biografía:

http://www.luventicus.org/articulos/02A036/hobbes.html

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1. El libre albedrío o libre elección es la creencia de aquellas doctrinas filosóficas que sostienen que los humanos, u otros animales, tienen el poder de elegir y tomar sus propias decisiones. El concepto es comúnmente usado y tiene connotaciones objetivas al indicar la realización de una acción por un agente no-condicionado íntegramente ligado por factores precedentes y subjetivos en el cual la percepción de la acción del agente fue inducida por su propia voluntad. 

El principio del libre albedrío tiene implicaciones religiosas, éticas, psicológicas, jurídicas y científicas. En la ética puede suponer que los individuos pueden ser responsables de sus propias acciones. En psicología, implica que la mente controla algunas acciones del cuerpo, algunas de las cuales son conscientes.           

                                                                          https://es.wikipedia.org/wiki/Libre_albedr%C3%ADo  

 Nota:

 La fuente del texto es https://es.wikipedia.org/wiki/Leviat%C3%A1n_(Hobbes)

La biografía de Thomas Hobbes es: http://www.luventicus.org/articulos/02A036/hobbes.html

 

 











1. ¿Qué es un axioma? 

R/   


2. ¿Qué es el absolutismo? 

R/ 


3. ¿Qué es el derecho natural? 

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4. ¿Qué representa el Leviatán en la biblia?

R/ 


5. ¿Qué pretendía Hobbes al escribir Leviatán? 

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6. Personajes citados en el fragmento de Leviatán 

R/     


7. ¿Qué expone Tomas Hobbes en su obra ‘Leviatán’? 

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8. ¿Cuáles son los tipos de Estado que se citan en el texto? 

R/ 


9. ¿A qué se refiere Hobbes como el reino de la oscuridad? 

R/  


10. Según Thomas Hobbes ¿de qué debería ocuparse la filosofía? 

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11. ¿Cómo percibe Hobbes la separación de los poderes públicos? 

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12. Según el texto ¿Desde dónde surge la idea de ‘derecho natural’? 

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13. ¿Cuáles son los tres tipos de Estado que admite Thomas Hobbes? 

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14. ¿Qué plantea Hobbes con respecto a la relación Iglesia - Estado? 

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15. ¿Cómo define Thomas Hobbes el derecho natural en el ‘Leviatán’? 

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16. ¿Por qué Hobbes no está de acuerdo con la separación de poderes? 

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17. ¿Por qué en 1666 la Cámara de los Comunes en Inglaterra investigó el contenido del Leviatán? 

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18. ¿Cuál es la razón por la que Thomas Hobbes está de acuerdo con la censura de los medios de comunicación y las restricciones de la libertad de expresión? 

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19. ¿Por qué Thomas Hobbes prefiere un gobierno monárquico y desvirtúa tanto al democrático como al gobierno aristócrata? 

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20. ¿A qué se refiere Hobbes cuando habla sobre el ‘reino de la oscuridad’ y cuáles son las causas que lo componen y/o lo generan y sirven como mecanismos o  medios para dominar a la humanidad? 

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21. ¿Cuál cree usted que podría haber sido la pretensión de Hobbes y que lo haya inspirado e impulsado a escribir Leviatán? 

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22. ¿Qué es la Filosofía Escolástica? ¿En qué basaba su principal precepto dogmático? 

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23. En Colombia está establecida la separación de los poderes públicos, según su criterio, [describa] que clase de ventajas y desventajas percibes en este sistema. 

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24. ¿Qué plantea Hobbes con respecto al surgimiento de su obra Leviatán? 

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25. ¿Por qué ‘el hombre es un lobo para el hombre’? Como lo afirma Hobbes. 

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26. ¿Cómo cree usted que está condicionada la libertad del individuo como persona? 

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27. ¿Por qué Hobbes escogería este nombre como título para su obra donde plantea su teoría sobre la soberanía en la que se muestra como un defensor implacable del régimen absolutista? 

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28. ¿Por qué es conveniente y necesario la separación entre la Iglesia y el Estado? 

R/  


29. ¿Por qué Hobbes está a favor de la censura de los medios de comunicación y de las restricciones de la libertad de expresión? 

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30. ¿Esencialmente de qué trata la obra ‘El príncipe’, cuyo autor es Nicolás Maquiavelo?

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31. ¿Cuál teórico es considerado como el padre de la Ciencia Política moderna. Cite su obra por la cual es reconocido en este sentido.   

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32. ¿En qué fundamenta Max Weber el monopolio y uso legítimo de la violencia por parte del Estado?

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33. ¿Cuál es la consecuencia para Hobbes de su desconocimiento que de los Diez Mandamientos son de orden divino? 

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34. ¿A qué se debió que Thomas Hobbes entre los años 1640 y 1651 tuviera que residir en París? 

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35. ¿Podría considerarse que el mundo actual vive una especie de "reino de la oscuridad", de la ignorancia, opuesto a la luz del verdadero saber, reflejado en la grave problemática ambiental global, el consumismo desmedido, el hedonismo colectivo y la masificación de la tecnología como arma de dominio ideológico?

    

36. ¿Qué fue lo que más le llamó la atención de lo que plantea Thomas Hobbes? 

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37. ¿No cree que hubiese sido mejor haber leído el fragmento y responder 13 preguntas analíticas que responder el cuestionario con las respuestas de su profesor?

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38. Copiar los Términos Específicos 


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