¿Qué significan las imágenes del Guernica?
La gran obra de Pablo Picasso cumple ochenta años. Su mensaje contra la
guerra sigue más vigente que nunca. Estas son algunas claves para descifrarlo.
El lunes 26
de abril de 1937, hacia las 3 y 30 de la tarde, los aviones de la Legión
Cóndor, comandada por el mariscal alemán Wolfram von Richthofen, bombardearon
durante tres horas a la población vasca de Guernica. Murieron aproximadamente
126 personas.
Ese fue uno
de los hechos más cruentos de la guerra civil española (1936-1939), que estalló
cuando el Ejército, liderado por el generalísimo Francisco Franco, se levantó
contra la República con el apoyo de Adolf Hitler y Benito Mussolini. La masacre
de Guernica, cometida además como una especie de ensayo contra un pueblo que
carecía de importancia estratégica, inspiró al artista Pablo Picasso una obra
que, como ninguna, simboliza el horror y la barbarie de la guerra en el siglo
XX.
Picasso
comenzó el enorme cuadro, bautizado como la villa arrasada, dos días después
(miércoles 28 de abril) cuando vio en el diario francés L’Humanité las imágenes
sobrecogedoras de la plaza.
Así también
encontró el tema para una obra que el gobierno de la República
Española le había encargado, a finales de 1936, para presentar
en la Exposición Internacional de 1937 en París. El
propósito era generar solidaridad por la causa republicana en plena guerra
civil. “Si tenemos a Picasso en cuerpo y alma, el impacto será mayor que una
batalla ganada en el frente a los fascistas”, habría dicho Juan Negrín, el
último presidente de la República.
Y así nació
una de las tantas leyendas que se tejen alrededor del cuadro: la duda de si el
artista cobró unos 7.000 dólares de la época por realizarlo o si, como dicen
algunas versiones, solo pidió ayuda económica para comprar materiales y adecuar
un espacio especial como taller.
Picasso hizo
su primer dibujo preparatorio el 1 de mayo y durante mes y medio le dio forma a
una monumental tela (de 3,49 por 7,76 metros), esencial para la historia de
España y del mundo, no solo por su valor artístico, sino también por su
importancia histórica y política.
Ochenta años
después la obra sigue vigente, pues aún hay guerras y masacres alrededor del
mundo. De hecho, en una manifestación reciente por la situación de Alepo,
algunas personas utilizaron carteles con el cuadro para protestar por la
indiferencia del planeta ante el sufrimiento de los civiles en la guerra.
Para los
críticos, el cuadro tiene considerables bondades artísticas del mural, como “su
calidad pictórica, su composición, su estructura piramidal, la cantidad de
diagonales que tiene, su blanco y negro”, según dijo a SEMANA, Rosario
Peiró, comisaria de la exposición Piedad y terror en Picasso, el camino al
Guernica, que se verá desde abril en el Museo Reina Sofía de Madrid -donde
reside la obra desde 1992- para conmemorar los 80 años de la obra.
Y es quizás
el cuadro que tiene más interpretaciones y lecturas. Desde su creación han
surgido varias teorías sobre las influencias que pudo haber tenido el artista a
la hora de darle forma. Una de ellas señala que lo pudo haber
marcado Adiós a las armas (1932), película inspirada en el libro de
su gran amigo Ernest Hemingway, dirigida por Frank Borzage. Según el fotógrafo
español José Luis Alcaine hay una secuencia en la cinta muy similar al
cuadro.
Otros apuntan a que la pintura Los horrores de la guerra, de Rubens, también habría servido de referencia al artista español.
Pero la
semana pasada el crítico de arte Alain Moreau fue más allá y
dijo: “Es indudable que Picasso piensa en la tragedia de Málaga (su ciudad
natal) cuando pinta el ‘Guernica’”. Él hace referencia a otra gran masacre de
la guerra civil, conocida como La Desbandá (8 de febrero de 1937), en la que
los soldados franquistas atacaron a un grupo de civiles que migraban entre
Málaga y Almería. Se calcula que murieron unas 3.000 personas. Moreau reveló
que Picasso ya tenía un boceto de su mural el 5 de marzo, es decir, casi mes y
medio antes del bombardeo a Guernica. El debate quedó abierto.
“Él vivía en
un momento de guerra y de violencia y eso fue lo que le inspiró. Da lo mismo de
donde viniera”, dice Peiró, que además evoca que para Picasso el cuadro
significa lo que cada persona quiere. Sin embargo, a lo largo de la historia
muchos han tenido la tentación de interpretar cada una de las imágenes que
componen el cuadro. Hay muchas conjeturas y cada elemento tiene varias. Estas
son algunas de ellas:
El toro
Algunos
dicen que representa a Francisco Franco.
Pero según otras interpretaciones es
un autorretrato del propio Picasso.
Al crítico colombiano Eduardo Serrano le
llama la atención que “haya incluido el sufrimiento animal”.
La paloma
Es
pequeña, pero importante. Está entre el toro y el caballo y casi no se destaca
al mirar la obra de lejos porque, excepto por un pedazo blanco, es del mismo
color del fondo. La mayoría de los críticos piensan que es un símbolo de la
guerra (o de la paz derrotada).
El bombillo
Parece el ojo de un ser superior que
mira todo lo que está ocurriendo abajo. Aunque según Peiró, algunos críticos lo han
relacionado con la esperanza del final de la guerra. Otros creen que es un
símbolo del momento interior que pasaba Picasso.
La mujer en
llamas
Eduardo Serrano
opina que es un hombre que clama al cielo que no caigan más bombas. En el fondo
se ve también una casa quemándose. Otras interpretaciones más finas dicen que
se trata de Olga Khokhlova, la primera esposa de Picasso, de quien ya se había
separado para entonces.
La
mujer con el niño en brazos
Rosario Peiró dice que es una manera
de representar la vida y la muerte. Para Serrano, la imagen remite a La Pietá
de Miguel Ángel, en la que la Virgen María sostiene el cuerpo muerto de Jesús.
Es un símbolo del sufrimiento.
La mujer herida
Tiene una pierna
deforme, como si hubiera quedado lisiada por causa de las bombas. Parece en
estado de shock. La opinión general es que es una alegoría a los civiles
heridos. En alguno de los bocetos previos a la obra -que también se conservan
en el museo- aparece llorando.
La mujer con la
vela
Ve todo desde una ventana y alumbra la escena.
“Es como alguien que ilumina la barbarie”, dice Serrano. Pero otros críticos
creen que es una representación del bando republicano, que mira
atontado todo lo que estaba pasando.
El caballo
Está atravesado por
una lanza y parece cerca de caerse. Para muchos representa al pueblo español o
a los civiles inocentes que sufrían las atrocidades de la guerra civil. Otros
creen que muestra al bando republicano, para el que el artista hizo la pintura.
El soldado caído
Es la imagen más
clara de la guerra. Aparece desmembrado, pues solo se ven la cabeza y los
brazos de un guerrero. Uno de ellos sostiene una espada rota y una flor, el
detalle que más llama la atención.
Cuando Picasso pintó el cuadro tenía 55 años, y su última voluntad
fue que la obra no llegara a España hasta que no volviera la democracia.
http://www.semana.com/cultura/articulo/que-significan-las-imagenes-del-guernica/515063
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