"Lo hablo
con otros padres y les pasa lo mismo. Cada vez que nuestros hijos
tienen que estudiar para un examen o deben preparar un trabajo
práctico nos damos cuenta de que no tienen la menor idea de cómo empezar. Están
todo el día con la notebook, pero no saben confeccionar un eje cronológico, ni
siquiera saben hacer un resumen", se queja Gustavo Fernández, padre de dos
alumnos de nivel secundario.
"Mi hijo
está en cuarto año y, excepto matemáticas, nunca se llevó materias",
cuenta Mariana, mamá de un colegio privado de Belgrano. "Podría llamarse
un buen alumno. Sin embargo, aún no sabe confeccionar un cuadro sinóptico. Cada
vez que tiene un trabajo grupal rogamos con que le toque uno de los pocos
compañeros que saben cómo trabajar. Y eso que gastamos mucho dinero en
profesores particulares...", confiesa resignada.
Una de las
preguntas más frecuentes que se realizan los padres con hijos en edad escolar
avanzada es ¿por qué los chicos no saben estudiar? Al no encontrar las
respuestas en casa, enseguida apuntan a la escuela, a la que hacen responsable,
sobre todo en estos últimos años, por no enseñar una eficiente metodología de
estudio.
¿La escuela de hoy enseña a estudiar?
Los padres de hoy
fueron formados en una corriente enciclopedista, donde hasta estudiar
memorizando textos estaba permitido. Esa escuela les exigía sólo aprender
contenidos y el oficio del alumno era ese: aprender lo que estaba en los
libros. Existía un pacto implícito que todos cumplían sin alterar. En cambio,
la escuela de hoy exige que los chicos razonen, se informen, debatan, comprendan,
tomen decisiones, seleccionen información y utilicen nuevas tecnologías. Pero
¿enseña cómo hacerlo?
A estudiar se
aprende, claro, si alguien te lo enseña...
Esta situación
confunde a los adultos e irremediablemente los hace comparar esta escuela con
la que ellos vivieron. "El problema parece estar en que exigimos a los
chicos algo que la escuela no está enseñando, salvo excepciones marcadas por
iniciativas personales de algunos docentes o proyectos institucionales
alternativos", remarca María Rosa, mamá de una alumna de quinto año.
"Siento que
había más orden cuando estudiábamos nosotros", señala Leonora Arditti,
mamá de tres hijos. "Había más conexión entre los temas. La escuela debe
ordenarte. Primero viene esto, después aquello. Así era en mi época. Ahora
saltan entre temas sin hilo conductor. Ni hablar de la forma en que se aprende
a multiplicar o a dividir. Se aprende de una forma y después también de la
otra. Pretenden enseñar a razonar, cuando el razonamiento es un proceso que se
produce espontáneamente al ir utilizando los conocimientos adquiridos",
acusa.
"Enseñar a
razonar, me parece, es como pretender enseñar a pensar. Como si les dijeran a
los chicos: esto lo tienen que entender así, de esa forma llegás a la
conclusión correcta. Y yo creo que es exactamente al revés: acá tienen estas
herramientas, a ver qué pueden hacer con ellas", argumenta Leonora.
¿Qué debe hacer la escuela?
"La escuela
es el ámbito en donde se aprende, también, a estudiar. Se comprenden consignas
de trabajos, se hacen resúmenes, cuadros, se organiza una exposición. Este es
un proceso que lleva tiempo, requiere práctica, dentro y fuera de ella, y
también se necesita que las familias ayuden y acompañen este proceso. Que le
demanden a la escuela más ayuda y orientación para que sus hijos puedan ir
adquiriendo autonomía en el estudio a medida que avanzan en su
escolaridad", dice a LA NACION Roxana Perazza, especialista en educación.
Para la profesora
Daniela Leiva Seisdedos el problema "no es que la escuela no enseñe a
estudiar. El problema de la educación no es coyuntural. Es estructural y en eso
está impreso esta sentencia social que culpa a la escuela". La docente
asegura que "existe una puja por ver qué teoría pedagógica y del
aprendizaje tiene más incidencia entre los docentes a la hora de enseñar a
aprender y, en esta carrera para saber cuál es la teoría que prima, muchos
docentes olvidan ¿Qué enseñar? ¿Cómo enseñar? y ¿Para qué enseñar?".
"Creo
fervientemente que hay que volver a las cosas simples. Durante décadas hemos
problematizado demasiado alrededor del tema complejizando el análisis sin
obtener mejores resultados", remarca Flavio Buccino, docente y consultor
en Educación. "No renuncio a la pedagogía y menos a las estrategias
didácticas, pero no las creo un objetivo en sí mismo. Creo que parte de la
solución pasa por volver a despertar el deseo, el apetito. Volver a dar sentido
a aprender", reflexiona.
https://es-us.noticias.yahoo.com/chicos-saben-estudiar-102900216.html
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