Contexto global
En el mediano plazo se espera que continúe la divergencia en la dinámica de las economías desarrolladas y emergentes. No obstante, pese a su mayor potencial de crecimiento, el mundo en desarrollo no será ajeno a las fluctuaciones del ciclo económico, a la debilidad de la demanda global y a los cambios en la estructura de la economía china.
La recuperación de las economías desarrolladas seguirá siendo lenta. EU se moverá entre el riesgo de una deflación que induzca a una creciente debilidad de la demanda y las presiones inflacionarias que puedan surgir por efecto de las medidas monetarias no convencionales de los últimos años. Por su parte, cada vez serán más evidentes los desequilibrios fiscales, que pueden convertirse en un lastre estructural y en una fuente de incertidumbre para esta economía.
En la Euro Zona, la actividad productiva continuará debilitada, tanto en países del núcleo como de la periferia. Resultado de la combinación de los cuantiosos ajustes fiscales implementados, la cautela de los consumidores y los productores, y el bajo dinamismo del mercado de crédito.
Los principales riesgos para las proyecciones provendrán de los problemas relacionados con Grecia y su permanencia dentro de la unión monetaria del euro, la implementación del rescate a los países de la periferia europea, los retos de la banca europea y el abismo fiscal en EU que en nuestra visión central asume que estos eventos no van a tener un desenlace negativo. De hecho, las acciones de política monetaria expansiva en las principales economías han acotado estos riesgos y han extendido el plazo para que los gobiernos puedan solucionarlos.
Las definiciones políticas serán determinantes para garantizar que los riesgos globales sean efectivamente desactivados. Por ello, es de esperar fases de alta incertidumbre en los mercados financieros, que se concentrarán en momentos claves para la definición de estos temas.
Actividad
económica local
§ Los resultados del PIB para el 2T evidenció la materialización del escenario alcista de crecimiento para el país, que corresponde a 4,5%.
Este aterrizaje suave de la actividad productiva, en el que la desaceleración
de las exportaciones y el consumo de los hogares es compensada con un
mayor nivel de consumo e inversión del sector público.
§ El escenario central comprende un
crecimiento de 4,5%, resultado de una recuperación moderada en el comercio
exterior, la estabilidad en el consumo de los agentes privados y la
continuación del estímulo público. Se destaca, en particular, el impulso que se
dará con el desarrollo de obras de infraestructura y el efecto del estímulo
monetario.
§ Las transformaciones
de la última década favorecen el crecimiento futuro y de la inversión a más de
un cuarto del producto, la mejora del ingreso promedio, la estabilidad de
precios y las reformas fiscales. El próximo quinquenio Colombia podría tener un
crecimiento promedio de 4,6%, alineado con su nivel potencial. Se anticipa una
baja volatilidad en el ciclo económico.
Sector externo
Para 2013 se anticipa una moderación del flujo comercial internacional, debido al bajo dinamismo de los principales socios comerciales del país (EU y la UE), que tendrá un impacto en el volumen de demanda del exterior.
Las importaciones también se moderarían, crecerían más que las ventas al exterior. Se espera que el déficit en cuenta corriente llegue en los próximos años a un promedio de 2,8% del PIB, debido a dos factores opuestos. Por un lado, se prevé que la balanza comercial permanecería con superávit, gracias a las mayores exportaciones de bienes tradicionales y a la entrada en vigencia de acuerdos de libre comercio. Se esperan crecientes egresos por el pago de utilidades generadas por la IED que ha ingresado al país en años recientes.
Mercado laboral
Finanzas públicas
Se estima un déficit del Gobierno Nacional Central (GNC) de 2,3% del PIB, después de haber llegado a 2,9% del PIB.
Este resultado se explica por el aumento en el ingreso tributario, que pasaría del 13,6% al 14,9% del PIB, gracias a la mejor gestión de recaudo y el buen desempeño económico. Se prevé que el déficit del GNC llegue a 2,0% del PIB, gracias al incremento esperado en los ingresos totales, de 16,6% al 16,8% del PIB.
En el mediano plazo se continuará con el proceso de estabilización de las finanzas públicas, por a la implementación de la regla fiscal, el nuevo esquema de manejo de regalías y la evolución favorable de la deuda pública.
Inflación
Se espera que la inflación se ubique cerca de 3,09%, un poco por encima del punto medio del rango meta establecido por el Banco de la República. Lo anterior se atribuye a la inflación de los rubros diferentes a alimentos, que se han ubicado por debajo del 3% durante la mayor parte del año.
Se anticipa una
moderada aceleración de los precios, que conduciría a una variación del IPC de
3,58%. Esto sería el resultado de un efecto base, dada la baja variación del
indicador en el 2012, así como una presión alcista en el rubro de alimentos,
debido a factores climáticos. Pese a lo anterior, no se espera que el cambio de
tendencia en la inflación durante el 2013 represente un quiebre estructural.
Por el contrario, en el mediano plazo se prevé que la tendencia de
estabilización de los precios que se ha observado durante la última década se
consolide. Esto se debe al anclaje de las expectativas inflacionarias, la
creciente credibilidad de la política monetaria y a que el crecimiento del PIB
se mantendrá cerca de su tasa potencial, por lo que la brecha del producto
permanecería cercana a cero.
Política monetaria
Al finalizar se espera que la tasa de intervención del Banco de la República se mantenga en 4,75%.
Esta perspectiva de estabilidad en la política monetaria está sustentada en el ritmo esperado de actividad económica antes mencionada, así como la moderación en el crecimiento de la cartera en el país y la naturaleza transitoria del repunte en la inflación de alimentos que se prevé para el siguiente año.
No obstante, las acciones de la Junta Directiva del Emisor también dependerán en gran medida de la volatilidad internacional, la cual se ha mantenido en niveles moderados en las últimas semanas.
Para los años siguientes, en la medida en que el crecimiento del país oscile alrededor de su potencial y que se presente una inflación moderada, el ciclo de la política monetaria no mostraría fluctuaciones significativas. Esto llevaría a la tasa repo a un promedio de 4,47% durante el próximo lustro.
En este contexto, se anticipa que las tasas del mercado monetario sigan de cerca la evolución de la tasa repo. Así, se prevé que la IBR overnight esté alrededor de 4,56% en los siguientes cinco años. El bajo y estable diferencial de este indicador frente a la tasa de política reflejará su mayor posicionamiento como referente en el mercado financiero local.
Mercado de deuda pública local
Después de finalizar en una tasa de rentabilidad estimada de 5,40% y 6,20%, se estima que los títulos de 5 y 10 años de deuda pública local se ubiquen al cierre en 5,51% y 6,30%, respectivamente. Este empina-miento de la curva de rendimientos es consecuente con el comportamiento esperado de los precios y la política monetaria para el siguiente año.
En el mediano plazo, la evolución de las tasas de estos instrumentos estará determinada por diferentes factores. Por un lado, los determinantes fundamentales sugieren reducciones adicionales de las primas por inflación y fiscal, debido al ambiente de inflación controlada y los avances de las finanzas públicas antes mencionados.
Por su parte, entre los factores de mercado están las bajas rentabilidades de la renta fija en los países avanzados, el potencial desarrollo de vehículos que faciliten el acceso de inversionistas internacionales al mercado de TES, la posible volatilidad en las primas de riesgo por efecto de la incertidumbre global y la tendencia de diversificación de los portafolios de inversionistas institucionales. El balance de estos determinantes señala una senda de valorizaciones moderadas en el mercado de TES tasa fija que llevará a que, al final del siguiente quinquenio, las tasas reales de las partes media y larga de la curva lleguen a niveles esperados de 206 y 240 pbs, respectivamente.
Tasa de cambio
Se proyecta que el USDCOP
(Dólar estadounidense a COP Pesos Colombianos) se ubicará en $1.840 al cierre. Además del comportamiento estacional del tipo de cambio al final del
año, esta estimación estará influenciada por el riesgo de evento por el abismo fiscal
en EE.UU.
El abismo fiscal consiste en que el congreso estadounidense debe definir los incrementos de impuestos y recortes en el gasto reglamentados en la ley actual, llevando a una política fiscal más contractiva -un riesgo latente para el crecimiento económico. Lo anterior dependerá en gran medida del resultado de las elecciones presidenciales en noviembre.
Se anticipa que se reanude la senda de apreciación del USDCOP, debido a la fortaleza relativa de los fundamentales del país y a la expectativa de que el monto de las medidas de expansión cuantitativa en EE.UU (QE3) sea mayor que el de los programas anteriores.
Se prevé que la tendencia secular de fortaleza de la moneda local se mantenga en los próximos años. No obstante, las proyecciones de mediano plazo fueron revisadas al alza frente a lo estimado un año atrás. Ello se debe a que los avances fiscales permitirían que el sector público mantenga en el exterior una parte de los ingresos asociados a la actividad minero-energética. Además, aunque el auge en este sector continuará, el crecimiento en las exportaciones proyectadas de petróleo y carbón tenderá a moderarse frente a lo observado en los últimos años.
Inversión extranjera directa (IED)
Se anticipa que en los próximos años Colombia continuará siendo un destino atractivo para los capitales internacionales.
En tal sentido, se proyecta que los flujos de IED ascenderán a USD18.348 millones, equivalente a un crecimiento anual de 22%.
Entre tanto, se estima que el valor de estos flujos sea de USD 21.564 millones, 17,8% más de lo que esperado para este año.
Tales flujos estarían
concentrados principalmente en el sector de hidrocarburos y minería.
Mercado accionario local
El comportamiento del mercado accionario local para los próximos años estará determinado en buena parte por las perspectivas macroeconómicas de Colombia, las cuales se reflejarían en sólidos resultados operativos y financieros de las compañías listadas.
En los próximos años, el desarrollo de la infraestructura será uno de
los principales dinamizadores de la economía nacional.
Esta perspectiva es alentadora para las compañías de construcción y cemento, dado el mayor volumen de facturación que obtendrán por la ejecución de las obras civiles.
También se anticipan beneficios para el sector financiero, gracias a la demanda de financiación para estos proyectos. Por otra parte, se esperan impactos positivos en el sector de consumo, dada la tendencia de disminución del desempleo y de aumento en la capacidad adquisitiva de los hogares. Finalmente, al contar con una mejor infraestructura, los productores se verán beneficiados en términos de competitividad y eficiencia en costos.
Esta expectativa constituye un soporte para mantener el buen desempeño fundamental de las compañías emisoras y un catalizador para liberar gradualmente su valor esencial atrapado, que se evidencia en el desacoplamiento de la expansión de las utilidades por acción frente a los precios en bolsa.
En otros factores locales, se destaca el abaratamiento que presenta la bolsa colombiana. Esto se ve reflejado en la valoración relativa del IGBC con base en el múltiplo RPG, el cual evidencia un descuento mayor que 25% frente a su promedio histórico. En este sentido, es de resaltar que el upside promedio de los emisores bajo cobertura supera el 30%.
Lo anterior sustenta las expectativas de valorización para los próximos años. Se espera que el COLCAP avance 11,6% y finalice en 1.933 puntos, mientras que para el periodo posterior se anticipa una valorización promedio anual de 13%, para alcanzar en el último año de proyección los 2.468 puntos en el índice.
En el balance de riesgos está la incertidumbre global, la cual puede repercutir en el apetito de los inversionistas por activos riesgosos. En el plano local, es de mencionar una posible dilación en la ejecución de los proyectos de infraestructura, o eventos imprevistos como cambios desfavorables en la política de estabilidad jurídica y fiscal o los efectos de una ola invernal. Finalmente, no se debe descartar un calendario muy activo en materia de emisiones, que en el corto plazo puede generar presiones bajistas, pero que en el largo plazo contribuye con la profundidad del mercado.
Actividad económica en América Latina
§ Las perspectivas de crecimiento de A. L. son favorables. La demanda interna impulsará la actividad productiva, compensando el entorno global retador que se presentará en este período. En respuesta a este, es posible que algunos países aminoren reservas internacionales o implementen nuevas políticas fiscales y monetarias expansionistas.
§ En el
mediano plazo, A. L. se consolidará como protagonista de
un nuevo ordenamiento, en el que la actividad global seguirá jalonada por los
países emergentes. Esto será posible por la combinación de crecimiento
demográfico y estabilidad macroeconómica, que permitirá mejoras adicionales en
el ingreso per cápita, el mercado laboral y la bancarización. Esto se traducirá
en mayor crecimiento de la clase media, y contribuirá a robustecer los mercados
internos. En el próximo quinquenio se anticipa que la región crecería a una
tasa promedio de 4,0%.
§ Sin embargo, la dinámica de crecimiento no será homogénea. Perú y Panamá se destacarán por su alta expansión. En Brasil, la economía más grande de la región, logrará superar la desaceleración que atraviesa, llegando a un crecimiento estimado de 4,0%. Por su parte, los desarrollos recientes de México evidencian su posible ascenso económico en el mediano plazo, lo que sería un desarrollo positivo para el subcontinente.
Inflación y política monetaria en América Latina
§ Se estima que la inflación para la región llegará a 6,2%, equivalente a una reducción de 80 puntos básicos frente a lo observado el año anterior. Para 2013 se prevé una continuación del ambiente de precios controlados, que llevaría a la inflación a ubicarse en los mismos niveles del presente año.
Es de resaltar que en las economías latinoamericanas la inflación se ubicaría dentro de los rangos de referencia establecidos por los bancos centrales.
§
En el mediano plazo se prevé que se mantendría la estabilidad de precios
lograda en años recientes. Además de la creciente credibilidad obtenida por las
autoridades monetarias, el riesgo de un aumento sustancial en la inflación es
moderado debido a la tendencia secular de apreciación de las monedas latinoamericanas
frente al dólar. Lo anterior posibilitará que la inflación promedio para los
países con grado de inversión de la región llegue a 3,7% en el siguiente
lustro, después de haber ascendido a 4,6% en el quinquenio previo.
§ Se espera que las acciones de política monetaria continúen adaptándose a la nueva información de actividad y a la incierta coyuntura internacional. En los próximos meses, el escenario base es que Chile, Perú y México mantengan el nivel actual de tasas de referencia. Por su parte, la recuperación de economía brasileña sugiere que las autoridades comenzarían con el retiro del estímulo monetario. Por último, como complemento a las acciones de política monetaria, en algunos países se podrían adoptar nuevas medidas de regulación macro prudencial destinadas a evitar desequilibrios macroeconómicos.
Dirección de Investigaciones Económicas y Estrategias de Bancolombia S.A. - Gerencia de Análisis de Renta Variable y Portafolio de Valores Bancolombia. Los datos e información son únicamente informativos.
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