Adul Sam-on un ejemplo de superación y lucha!
La infancia complicada de Adul le ayudó a ser clave en su
rescate y el de sus amigos de una cueva en Tailandia
Yahoo!
Noticias.
M. J. Arias.
Con
los niños y su entrenador sanos y salvos en el hospital a la espera que la
cuarentena les sea levantada y les dejen abrazar a sus familiares, sus
historias de superación y de cómo lograron sobrevivir durante las más de dos
semanas que duró su encierro en una cueva en Tailandia empiezan a ver la luz.
De todas, hay una, la de Adul Sam-on, que resulta especialmente llamativa por
ser un ejemplo de superación y lucha. A sus 14 años ha conseguido escapar de la
guerrilla y ser el primero de su clase lejos de sus padres. Su fortaleza y su
habilidad con los idiomas le convirtieron en el candidato ideal para ser el
enlace entre los buzos británicos y el resto de sus compañeros.
Su
dominio del inglés convirtió a Adul, de 14 años, en el intérprete con los buzos
británicos durante toda la operación de rescate.
Adul,
ahora un adolescente, está más que acostumbrado a luchar por salir adelante. Su
historia, contada por The New York Times, es inspiradora. Con solo seis años tuvo
que separarse de su familia para sobrevivir y buscar un futuro mejor. Nacido en
Myanmar, en una zona donde muchos niños y jóvenes de clase humilde son captados
por la guerrilla o se ven arrastrados al mundo de las drogas, sus padres
estaban convencidos de que enviarle fuera era la única manera de que su hijo
saliese adelante y se labrase un futuro mejor alejado de la violencia.
Solo
era un niño cuando dijo adiós a su hogar y cruzó a Tailandia, donde sus padres
lo dejaron al cargo del pastor de una iglesia bautista de Mae Sai, ciudad en la
que los ‘jabalíes’ juegan al fútbol. Allí, con la convicción de que los
estudios eran su tabla de salvación, se aplicó y dedicó todos sus esfuerzos a
ello.
Ocho
años después de su migración forzosa, Adul habla inglés, tailandés, birmano,
mandarín y wa. Fue su dominio de los idiomas, especialmente el inglés, el que
le permitió ejercer como intérprete con los buzos británicos. A ellos les
explicó la situación en la que se encontraban y cuáles eran sus necesidades más
inmediatas. Les pidió comida y saber cuántos días llevaban ahí atrapados.
Mientras algunos de sus amigos solo podían chapurrear ‘eat, eat’ (‘comer,
comer’), como señalan en The New York Times, Adul ya había logrado establecer
una serie de prioridades e intercambio de información con sus salvadores.
En
varios de los vídeos colgados por los miembros de la marina tailandesa se ve a
Adul hablando con los buzos.
Los
miembros del equipo de los Wild Boars llevaban diez días sin contacto con el
exterior y las habilidades lingüísticas de Adul resultaron cruciales para
agilizar la comunicación y avanzar más rápido en solventar los primeros
problemas y establecer las pautas del rescate. Ser el primero de su clase y sus
dotes como deportista fueron de suma importancia. Gracias a ellas consiguió una
beca para la matrícula y el almuerzo en la Ban Wiang Phan de Mae Sai y ahora le
han ayudado a salvar su vida y la de sus amigos.
Con
él como intérprete, se le comunicó a los demás los pasos a seguir. Lo
principal, enseñarles a bucear. Una tarea complicada por la oscuridad de la
cueva, las bajas temperaturas y la circunstancia de que la mayoría de niños ni
siquiera sabía nadar. Además, las fuerzas no eran las idóneas para salvar un
recorrido complicado, largo y después de diez días en los que tuvieron que
sobrevivir con la poca comida y el agua potable que llevaban encima y casi a
oscuras. En este sentido, la labor del entrenador resultó tan crucial como la
del joven Adul.
Ekkapol
Chantawong, de 25 años, es considerado un héroe en su país. Durante 10 días,
desde que desaparecieron hasta que fueron encontrados, el entrenador logró
mantener a salvo y con vida a todos los niños bajos su cargo.
Renunció a su
ración de comida y agua para dárselas a ellos. Pero no solo contribuyó a su
bienestar físico -pese a haber perdido una media de dos kilos los médicos han
destacado el buen estado de salud de los niños-, sino que les enseñó a meditar
para ayudarles a sobrellevar el encierro y a hacer frente a lo complicado de su
extracción. Fue eso lo que ayudó al grupo a mantenerse positivo y mirar hacia
delante.
Chantawong,
apátrida y perteneciente a la minoría étnica Shan, lleva años trabajando con
niños y sabe cómo tratarles. Huérfano desde pequeño, abandonó Myanmar, al igual
que Adul, para buscar un futuro en Tailandia. En su caso, no fue en una
escuela, sino que se hizo monje budista, una salida recurrente en el caso de
los niños sin familia.
https://espanol.yahoo.com/noticias/la-infancia-complicada-de-adul-le-ayudo-ser-clave-en-su-rescate-y-el-de-sus-amigos-de-una-cueva-en-tailandia-113339109.html
La luz nos espera a nosotros en los resultados este 12 de agosto...
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