jueves, julio 09, 2020
lunes, julio 06, 2020
Leonardo Da Vinci:
las mil y un maneras en las que
el "Hombre de Vitruvio" revela que el artista italiano era un genio
RedacciónBBC News
Mundo *
GETTY IMAGES Image caption
Su tarea era
revelar las proporciones geométricas perfectas que gobiernan todo el mundo
natural.
Nuestro mundo está
lleno de diagramas: representaciones gráficas de todo. Pero hay uno, dibujado
en la década de 1480 por uno de los más grandes talentos creativos de la
historia, que nos ha fascinado y cautivado durante cientos de años y ahora es
parte del tejido de nuestra cultura.
Fue obra de Leonardo da Vinci, y su
nombre es el "Hombre de Vitruvio".
Con él, se propuso capturar, a través
de la ciencia y el arte -que para él eran una sola cosa- la perfección del
cuerpo humano.
Pero en
realidad es una respuesta a un antiguo problema arquitectónico sobre
las proporciones relativas de edificios y hombres.
La solución de Da
Vinci nos dio una visión única del cuerpo humano, obsesivamente simétrica,
aparentemente simple, pero extraordinariamente hermosa.
Con ella ilustra una idea profunda:
que el cuerpo humano es la creación suprema de Dios, la máxima expresión del
Cosmos mismo.
En palabras de Da Vinci, "El
hombre es el modelo del mundo".
El reto
Como otros grandes artistas de la época, se inspiró en el
redescubrimiento en 1414 de la única obra clásica sobreviviente del arquitecto
e ingeniero militar romano Marco Vitruvio, titulada "De
arquitectura".
Marco Vitruvio
Polión, activo a fines del siglo I a.C., escribió "De architectura",
un tratado que combina la historia de la arquitectura e ingeniería antiguas con
la experiencia personal del autor y el asesoramiento sobre el tema. Como ningún
trabajo similar sobrevivió completo desde la antigüedad, el libro es una fuente
invaluable.
El trabajo seminal
contenía un desafío que Da Vinci no pudo resistir.
"Para que cualquier edificio sea
hermoso", había escrito Vitruvio, "debe tener una simetría y
proporciones perfectas, como las que se encuentran en la naturaleza.
"Y dado que el objeto más
perfecto de la naturaleza es el hombre, un edificio perfecto debía ser
proporcionado como el cuerpo humano".
El desafío que plantea Vitruvio es
colocar a un hombre boca arriba con los brazos extendidos y que los dedos de
sus manos y de los pies toquen la circunferencia de un círculo cuyo centro es
su ombligo. Y también poner la misma figura dentro de un cuadrado.
El círculo y el cuadrado
El círculo y el cuadrado habían sido formas clave para Vitruvio y en el
Renacimiento eran consideradas como las más perfectas de la naturaleza.
Algunos de los contemporáneos de
Leonardo también trataron de resolver el famoso desafío.
Suponiendo que ambas formas tenían el
mismo centro, produjeron figuras que no se veían bien, pues sacrificaban ya sea
al hombre por la geometría o la geometría por el hombre.
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Otros intentaron
interpretar con un diagrama las palabras de Vitruvio en "De
arquitectura", pero fue la obra de Leonardo da Vinci la que quedó grabada
en nuestra memoria cultural.
Pero su habilidad para innovar y
pensar lateralmente, le dio la clave a Da Vinci.
"Uno puede pensar que si tienes
un cuadrado y un círculo, simplemente usas los mismos centros.
"Lo que Da Vinci pensó fue:
'Tengo que tener un círculo y un cuadrado, pero no asumamos que tienen que
estar en el mismo centro'", explica Martin Kemp, profesor emérito de la
Universidad de Oxford, uno de los principales expertos mundiales en el arte de
Leonardo da Vinci.
"Tomó el ombligo como el centro
del círculo.
"Luego
descubrió que necesitaba deslizar el cuadrado hacia abajo: esa fue la clave, un movimiento que logra que todo
funcione de una manera particular", subraya Kemp.
En el original,
rara vez visto o filmado, se alcanzan a ver las hendiduras que hizo Da Vinci al
apoyar el compás para hacer el círculo y el cuadrado.
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El centro del
cuadrado no tenía que ser el mismo que el del círculo, así que lo fijó debajo
del ombligo en vez de en él.
El desplazamiento de los centros de
círculo y cuadrado fue un toque magistral que armonizó la relación entre el
hombre y la geometría.
Aunque el cuadrado
no tenía el mismo centro que el círculo ni se circunscribía con exactitud en
él, la asimetría logró la perfección.
Así, las manos también tocaban los
lados del cuadrado y los pies descansaban sobre la base de ambas figuras
geométricas, y las proporciones seguían siendo las del ser humano ideal.
Esas proporciones
perfectas
La respuesta de Da Vinci al desafío
de Vitruvio quedó dibujada con tinta marrón en una página en la que, además del
gráfico, hay escritos que describen las proporciones del cuerpo.
En el primero de dos bloques de texto
en escritura especular o en espejo, anotó las medidas del cuerpo ideal de
acuerdo a Vitruvio. Además, especificó que: Si abres las
piernas tanto como para disminuir tu altura 1/14 y extiendes y levantas los
brazos hasta que tus dedos medios toquen el nivel de la parte superior de tu
cabeza, debes saber que el centro de las extremidades extendidas estará en el
ombligo y el espacio entre las piernas será un triángulo equilátero. La
longitud de los brazos extendidos de un hombre es igual a su altura.
En el segundo
bloque de texto, describió el cuerpo modelo en fracciones, con frases
como: Desde las raíces del cabello hasta la parte inferior de la
barbilla es la décima parte de la altura de un hombre.
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Aunque a simple
vista no sea obvio, las proporciones que detalla Da Vinci son exactas... y
éstas son apenas unas pocas.
Esas proporciones perfectas reúnen
dos ideas que sustentan el diagrama:
§ El cuerpo del
hombre está proporcionado de acuerdo con la geometría y las matemáticas;
§ Esas proporciones,
aplicadas a la arquitectura, producirán edificios perfectos.
Y todo esto lo hizo, al parecer, para
sí mismo.
Su hombre de
Vitruvio, esa unión perfecta de arte y ciencia, permaneció
desconocido durante 300 años.
"Para él, era algo perfectamente
bello, pues se ajustaba perfectamente a su función, sin redundancia ni
insuficiencia.
"Forma, función y belleza
entrelazadas.
"Desde su punto de vista, esa
perfección absoluta del detalle de todo lo que existe y su belleza matemática y
mecánica absolutas es lo que los seres humanos deben lograr cuando hacen sus
propias cosas", le dice Kemp a la BBC.
¿Significa eso que,
en pos de la perfección en papel, se alejó sin remedio de la realidad?
A prueba
Más de cinco siglos
después de que Da Vinci dibujara lo que él consideraba el cuerpo masculino
perfectamente proporcionado, un grupo de científicos estadounidenses escanearon
los cuerpos de unas 64.000 personas de entre 17 y 21 años para averiguar cuán cerca estaba el ideal renacentista de la
realidad moderna.
El equipo liderado por Diana Thomas,
matemática de la Academia Militar de EE.UU. En West Point, Nueva York.,
encontró que "excepto por la longitud del brazo y la longitud del muslo,
las diferencias en las proporciones para los hombres medidas por el escáner
corporal y 'El hombre de Vitruvio' estaban dentro del 10% [concurrencia]".
"La diferencia en la longitud
del brazo fue del 20% y la diferencia en la altura del muslo fue un 29% más que
'El hombre de Vitruvio'", aclara.
Eso implica que cuando se colocan dentro
del círculo y cuadrado perfectos creados por Da Vinci, los dedos del hombre de
hoy exceden los límites.
El cuerpo humano
ideal de Leonardo da Vinci y las
proporciones
obtenidas con las mediciones contemporáneas fueron similares.
Aunque ni Vitruvio
ni Da Vinci mencionaron las proporciones ideales de las mujeres, 1.385 de los
escáneres fueron de mujeres y con ellos se creó esta imagen.
Aun así, el estudio
publicado el pasado junio encontró una "concordancia
cercana" entre la imagen del genio del Renacimiento y las
creadas en 2020 por un análisis científico mucho más complejo.
"A pesar de las diferentes
muestras y métodos de cálculo, el cuerpo humano ideal de Leonardo da Vinci y
las proporciones obtenidas con las mediciones contemporáneas fueron
similares", recalcó Thomas.
El fantasma del hombre
Pasemos al aspecto arquitectónico del diagrama.
Para Vitruvio, el templo era el
edificio supremo ya que estaba cerca de Dios: un cuadrado formaba el piso, un
círculo, la cúpula.
"Si entiendes la geometría del
cuerpo humano, cuando diseñas un pequeño templo circular, el fantasma del
'Hombre de Vitruvio' está detrás de él", señala el experto.
El círculo, el cuadrado y el hombre
como espíritus de la realidad edificada.
Esos principios clave de forma,
función y belleza que Da Vinci aplicó a su dibujo también están en el corazón
de Vitruvio.
Sus ideas fueron puestas en práctica
famosamente por Andrea Palladio y la Iglesia del Redentor, en Venecia, es uno
de sus mejores logros.
En ella, puedes ver las proporciones
de las que Vitruvio hablaba en su libro.
La anchura de entrada, por ejemplo,
mide la mitad que su altura, una relación 1:2. El triángulo más pequeño es
aproximadamente un tercio del tamaño del triángulo más grande. Y así.
Derechos imagen GETTY IMAGES
proporciones dan la
sensación de armonía. El legado de Palladio fue tornar las teorías de Vitruvio
en edificios palpables.
Para Vitruvio, todas estas eran
proporciones que se encontraban en el cuerpo humano, y eso era lo que Da Vinci
estaba explorando en su diagrama del "Hombre de Vitruvio".
Sólo que para el genio renacentista,
las proporciones armónicas iban más allá del cuerpo y la arquitectura.
La proporción -escribió Da
Vinci- no sólo se encuentra en números y medidas,
sino también en sonidos, en paisajes, en tiempos y en lugares.
Anatomía filosófica
Un aspecto que no se puede ignorar tiene que ver con una de sus
obsesiones: comprender la anatomía humana.
La perfección anatómica del
"Hombre de Vitruvio" no sorprende, es fruto de sus conocimientos.
"Da Vinci fue la primera persona
tanto en producir un retrato del cuerpo humano absolutamente real y en obtener
principios geométricos y dinámicos de él.
"Es asombrosamente
original", exclama Kemp.
Esta es la primera secuencia de
dibujos anatómicos fechados, y es claramente un cráneo real:
Da Vinci fue el
primer artista en realizar una autopsia humana completa, así que su
conocimiento del funcionamiento del cuerpo era muy superior al de cualquiera de
sus
contemporáneos
"Muestra
cómo todos los nervios sensoriales se vierten en un solo punto en el
centro geométrico que él llama sensus communis, o sentido común, de
donde proviene nuestro término", explica Kemp, refiriéndose al
lugar que está señalado con verde en la imagen de arriba.
"El hombre de Vitruvio es una
expresión de actividad interna, del dinamismo dentro del cuerpo humano",
señala el experto en Da Vinci.
"Y todo debía funcionar
geométricamente. Sus anatomías son filosóficas, no médicas. Y, filosóficamente
es inmensamente ambicioso".
Inquieto
La capa final del diagrama no tiene nada que ver con Vitruvio; es puro
Leonardo da Vinci.
Se trata del movimiento que logró
capturar con la doble pose distintiva del hombre.
"La moción está ahí", le
dijo a la BBC el diseñador gráfico Steve Maher.
"Da Vinci era un protoanimador, se la pasaba observando
a la gente, analizaba el movimiento -algo que hacen los animadores todo el
tiempo-.
"El intento de capturar el
movimiento está en algunos casos en secuencias de sus dibujos y en otros, como
ocurre con el Hombre de Vitruvio, dentro del dibujo original".
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Curiosamente, ni siquiera la
hermosa escultura contemporánea en "Homenaje a Leonardo" logra
conjurar la fuerza, dinámica y belleza del dibujo original.
El extraordinario diagrama de Da
Vinci se ha unido al panteón de un grupo de élite de obras de arte mundiales
que se han vuelto verdaderamente icónicas.
Su fortaleza radica en que captura
una idea: que las matemáticas sustentan tanto la naturaleza como el mundo hecho
por el hombre.
Representa una síntesis de arquitectura, anatomía y geometría.
Pero es la perfección y elegancia de la solución de Da Vinci
para ese enigma del cuadrado y el círculo en Vitruvio lo que le da al diagrama
su poder y su belleza.
* Parte de
este artículo es una adaptación de un capítulo de la serie de la BBC "La
belleza de los diagramas".
La máquina se detiene
Edward Morgan Forster
I
La aeronave
Imagine, si usted puede, una habitación pequeña, de
forma hexagonal, como la celda de una abeja. No está iluminada ni por ventanas
ni por lámparas, sin embargo la inunda un suave resplandor. No tiene aberturas
para ventilarla, aun así el aire es fresco. No hay instrumentos musicales, pese
a esto, al momento de comenzar mi relato, el cuarto vibraba con una música
melodiosa. Hay un sillón en el centro, junto a este una mesa de lectura - esos
son los únicos muebles. Y en este sillón se sienta un bulto arropado de carne -
una mujer, de un metro y medio de alto, con la cara pálida como un hongo.
A ella es a quien le pertenece esta habitación.
Sonó un timbre eléctrico.
La mujer presionó un interruptor y la música se
detuvo.
‘Supongo que
debo ver quien es’, pensó, y puso su silla en movimiento. La silla, como
la música, era accionada por una máquina que la desplazo hacia el otro lado de
la habitación donde el timbre todavía sonaba de forma inoportuna.
‘¿Quién es?’
exclamó. Su voz estaba crispada, había sido interrumpida en varias ocasiones
desde que la música había comenzado. Ella conocía a varios miles de personas,
en algunos sentidos, la interacción humana había avanzado mucho.
Pero cuando escuchó por el receptor, su rostro
blanco dejó dibujar una sonrisa entre sus arrugas, y dijo:
‘Muy bien. Hablemos. Voy a ponerme en aislamiento.
No espero que ocurra nada importante por los próximos cinco minutos, así que
puedo darte cinco minutos completos, Kuno. Luego debo impartir mi conferencia
sobre “La música en el periodo australiano”.’
Accionó la perilla de aislamiento, para que nadie
más pudiera hablarle. Luego tocó el aparato de iluminación, y la pequeña
habitación se hundió en la oscuridad.
‘Date prisa’ exclamó, otra vez con irritación.
´Date prisa Kuno, aquí estoy en la oscuridad perdiendo mi tiempo´.
Pero transcurrieron 15 largos segundos antes de que
la placa redonda que sostenía en sus manos comenzara a brillar. Una tenue luz
azul se disparó a través de la misma, oscureciéndose hasta ponerse violeta, y
entonces la mujer vio la imagen de su hijo, que vivía al otro lado de la
tierra, y él podía verla a ella.
‘Kuno, que lento eres’
Ella sonrió severamente.
‘Te he llamado antes, madre, pero siempre
estabas ocupada o en aislamiento. Tengo algo especial que contarte.’
‘¿De qué se trata, querido niño? Apresúrate.
¿Por qué no lo has enviado por correo neumático?’
‘Porque prefiero decir estas cosas. Quiero…’
‘¿y bien?
‘Quiero que vengas a verme’
Vashti contempló su rostro en la placa azul.
‘¡Pero puedo verte!’ exclamó. ’¿Qué más quieres?’
‘Quiero verte, no a través de la máquina’,
respondió Kuno.
‘Quiero hablarte, no a través de esta triste
máquina.’
‘¡Oh, cállate! Dijo su madre, levemente
azorada. ‘No debes decir nada en contra de la Máquina.’
‘¿Por qué no?’
‘Uno no debe.’
‘Hablas como si Dios hubiera hecho la Máquina’,
exclamó el otro. ‘Creo que le rezas cuando estas triste.
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