miércoles, abril 29, 2020

Orientaciones 







Las Lecturas de las áreas de Economía, Política, Sociales y Filosofía se consultan 
en el blog de lectura

                  Club Insomnio Lecturas

            https://lecturasinsomnio.blogspot.com/


Lecturas:

Ciencias Sociales para los grados 9° y 11

Filosofía, Economía y Política para los grados 10° y 11

Las Lecturas


Obligatorias:

§ Profundización

§ Complementarias

Las Lecturas Complementarias hacen parte del desarrollo temático de cada área, y tienen Taller.

Las Lecturas de Profundización hacen parte del desarrollo temático de cada área, y No tienen Taller, deben presentar el Informe de Lectura, conforme al formato establecido desde el año pasado, el cual pueden consultar aquí:

https://puntokritico.blogspot.com/2020/04/blog-post_84.html


§ Lecturas Voluntarias

Como parte del proceso de aprendizaje y para fortalecer la competencia lectora en los estudiantes, con el fin de estructurar su capacidad de análisis crítico y profundidad conceptual.

 Cualquier consulta o inquietud, por favor me la hacen saber por los canales de comunicación que se han establecido para el caso y en áreas.

Hasta pronto.

Se le extraña.
Cuídense mucho.
                Cordialmente
profesor eduardo adrián
  

        En las Guías están las Actividades que deben desarrollar y Realizar hasta el 29 de mayo.


Ver la Programación de Entrega y las Indicaciones Generales






10° Programación Ciencias Políticas y Económicas Entrega de Actividades 





martes, abril 28, 2020

lunes, abril 27, 2020

10° Programación Filosofía Entrega de Actividades  





10° Filosofía Guía de Aprendizaje


























Esta Tabla de la Actividad del Apareamiento
sí se copia en el cuaderno







     Esta Tabla de la Actividad del Apareamiento
     sí se copia en el cuaderno














































domingo, abril 26, 2020

Economía y política
 Grado 10°

    ...en elaboración

                       realmente está listo
                 
                                      solo falta 'montarlo'


Living In A Ghost Town
 The Rolling Stones




Los colores de la montaña





La Guerra en los Balcanes: Bosnia, Serbia y Croacia



Welcome to Sarajevo





Fragmento...

     

The day that never comes

Metallica







4:28 a.m.
                   ...Living In A Ghost Town’  

lunes, abril 20, 2020


Taller Grado 9° Ciencias Sociales

                                  Responder las 3 Preguntas al final del texto


Cartas a Stalin 

Mihail  Bulgákov - Evgeni Zamiatin

Mijaíl Afanásievich Bulgákov a Iosif Vissariónovich Stalin

Al Secretario General del Partido I. V. Stalin, al Presidente del Comité M. I. Kalinin, al jefe del Servicio de Bellas de Artes A. I. Sviderski, a Alexei Maksimovich Gorki.

Del literato Mijail Afanásievich Bulgákov
(Moscú, Bolshaia Pirogovskaia 35-a, apto. 6, Tf. 2-03-27).

Solicitud
Hace diez años que comencé a desempeñar mi trabajo literario en la URSS.

De esos diez años, he consagrado a mi tarea de dramaturgo los cuatro últimos, durante los cuales he escrito cuatro obras de teatro. Tres de ellas (Los días de los Turbín, El apartamento de Zoika y La isla púrpura) han sido puestas en escena por los teatros estatales de Moscú; y la cuarta, La huida, en principio autorizada para su representación en el Teatro de Arte de Moscú, fue prohibida posteriormente durante el montaje de la obra.

Acabo de saber que han sido prohibidas las representaciones de las obras Los días de los Turbín y La isla púrpura. El apartamento de Zoika fue retirada en la pasada temporada, después de 200 representaciones, por orden de las autoridades.

De modo que, en la presente temporada teatral, todas mis obras se encuentran prohibidas, incluyendo Los días de los Turbín, que ha sido representada cerca de 300 veces.

Ya anteriormente mi relato Notas sobre los puños de las camisas había sido prohibido. Prohibida la reedición de mi colección de relatos satíricos 
Diaboliada, prohibida la edición de mi colección de ensayos satíricos, prohibida la lectura en público de Las aventuras de Chichikov. La publicación de mi novela La guardia blanca en la revista Rossia se ha visto interrumpida, puesto que la misma revista ha sido prohibida.

A medida que iba sacando a la luz mis trabajos, la crítica en la Unión Soviética me ha ido prestando mayor atención; con todo, ninguna de mis obras, ya se trate de textos en prosa ya de obras de teatro, ha recibido jamás en ninguna parte juicio aprobatorio alguno; por el contrario, cuanta mayor notoriedad adquiría mi nombre en la URSS y en el extranjero, más virulentas se hacían las críticas de la prensa; hasta adquirir finalmente el carácter de injurias desenfrenadas.

Todas mis obras han recibido críticas desfavorables, monstruosas; mi nombre ha sido difamado, no sólo en la prensa, sino también en obras como la Enciclopedia Soviética y la Enciclopedia Literaria.

Impotente para defenderme, en distintas ocasiones he solicitado un permiso para dirigirme al extranjero; aunque tan sólo sería por un breve periodo de tiempo. Sólo he recibido negativas...

Mis obras Los días de los Turbín y El apartamento de Zoika me han sido sustraídas y enviadas al extranjero. En Riga, una editorial ha cambiado el final de mi novela La guardia blanca, sacando a la luz bajo mi nombre un libro con un final infame. Me han sido arrebatados los derechos de autor en el extranjero.

Mi mujer Liubov Evguénievna Bulgákova presentó entonces una segunda petición para que se le permitiera viajar sola al extranjero, con el fin de poner en orden mis asuntos; en cuanto a mí, me comprometía a permanecer aquí en calidad de rehén. Hemos recibido una negativa.

He presentado muchas peticiones para que me devuelvan los manuscritos que se hayan en poder del G.P.U.; y aparte de las que han quedado sin respuesta, no he recibido más que negativas.

He pedido autorización para enviar al extranjero mi obra de teatro La huida a fin de evitar que me sea sustraída. He recibido una negativa.

Al cabo de diez años mis fuerzas se han agotado; no tengo ánimos suficientes para vivir más tiempo acorralado, sabiendo que no puedo publicar, ni representar mis obras en la URSS.

Llevado hasta la depresión nerviosa, me dirijo a Usted y le pido que interceda ante el gobierno de la URSS PARA QUE ME EXPULSE DE LA U.R.S.S., JUNTO CON MI ESPOSA L.E. BULGÁKOVA, que se suma a esta petición.
Mihail Bulgákov, 1930.

Estimado losif Visarionovich

Condenado a un castigo supremo, el autor de la presente carta se dirige a Usted con la intención de que le sea conmutada esa pena.

Seguramente mi nombre le es conocido. Para mí, como para cualquier otro escritor, la privación de la posibilidad de escribir constituye un castigo mortal; las condiciones que se han creado son tales que no puedo continuar con mi trabajo, porque resulta impensable realizar cualquier tarea creativa cuando se trabaja en una atmósfera de acoso sistemático, que se va reforzando año tras año.

De ningún modo pretendo representar la inocencia ultrajada. Sé que, durante los 3 ó 4 primeros años que siguieron a la revolución, escribí algunas cosas que han podido dar pie a ciertas acusaciones. Sé que tengo la mala costumbre de decir en un momento determinado, no lo que podría resultar provechoso, sino lo que creo que es verdad. Particularmente, nunca he ocultado mi actitud ante el servilismo literario, el vasallaje y la hipocresía: consideraba, y sigo considerando, que eso rebaja tanto al escritor como a la revolución. En su momento, esa cuestión, planteada de forma brusca y ofensiva para muchos en uno de mis artículos (en la revista La casa de las Artes, Nº 1, 1920), fue la señal para el comienzo de una campaña de la prensa dirigida contra mí.

Desde entonces, esa campaña, por diferentes motivos, continúa hasta el día de hoy; y finalmente ha llegado a tales extremos que la calificaría de fetichismo: como cuando en otros tiempos los cristianos, para mayor comodidad, crearon el diablo como personificación de todas las formas del mal; así, la crítica ha hecho de mí el diablo de la literatura soviética. Escupir al diablo se considera una buena acción y nadie se priva de hacerlo, de una forma o de otra. En todas mis obras se ha detectado infaliblemente una intención diabólica. Para encontrarla, no han vacilado en atribuirme incluso dones de profeta. Por ejemplo, en uno de mis cuentos (Dios), publicado en la revista Anales, en el año 1916, algún crítico se las ha ingeniado para encontrar ya... «Una burla contra la revolución en relación con la transición a la NEP».

En un relato (El monje Erasmo) de 1920, otro crítico (Mashbits-Verov) percibía «una parábola sobre lo juiciosos que se hicieron los jefes durante la NEP». Independientemente del contenido de cualquiera de mis escritos, basta la simple aparición de mi firma para calificarlo de criminal.

Recientemente, en el mes de marzo de este año, la Oblit de Leningrado adoptó medidas para que no quedara ninguna duda sobre el particular: yo había revisado, a petición de la editorial Akademia, la traducción de la comedia de Sheridan La escuela de la maledicencia, y había escrito un artículo sobre su vida y su obra. Naturalmente, no había en ese artículo, y no podía haber, ninguna maledicencia por mi parte; y no obstante, la Oblit no sólo prohibió el artículo, sino que incluso prohibió a la editorial mencionar mi nombre como revisor de la traducción; y sólo después de mi apelación en Moscú, una vez que el Glavit, evidentemente, le hiciera comprender que no se podía actuar con tal franqueza, se autorizó tanto la publicación de mi artículo como la inclusión de mi nombre criminal.

Saco a colación ese hecho porque muestra claramente, podría decirse de forma químicamente pura, la actitud que se ha tenido conmigo. De la extensa colección de ejemplos que atesoro, aún citaré un hecho más. Ya no se trata de un artículo fortuito, sino de una pieza de gran envergadura, en la que he trabajado durante casi tres años. Había creído que esa obra, una tragedia titulada Atila, conseguiría acallar finalmente a todos los que habían hecho de mí una especie de oscurantista. Parecía que tenía todos los fundamentos para albergar esa certeza. La obra fue leída en una sesión del consejo artístico del Gran Teatro Dramático de Leningrado; en esa sesión estaban presentes representantes de 18 fábricas de Leningrado; resumo algunos extractos de sus opiniones (cito el protocolo de la sesión del 15 de mayo de 1928).

El representante de la fábrica Volodarski dijo: «Esta obra, escrita por un autor contemporáneo, trata el tema de la lucha de clases en la antigüedad, tema que está en consonancia con la modernidad... Su ideología es completamente admisible... La obra produce una fuerte impresión y aniquila el reproche lanzado sobre la dramaturgia moderna acusándola de no producir buenas obras». El representante de la fábrica Lenin, resaltando el carácter revolucionario de la obra, encuentra que «esta pieza por su valor artístico recuerda las obras de Shakespeare.... Una obra trágica, extraordinariamente repleta de acción, que cautivará a los espectadores».

El representante de la fábrica de hidromecánica considera que «toda la obra tiene mucha fuerza y resulta sorprendente», y recomienda que se represente en el aniversario del teatro.

Con lo de Shakespeare los camaradas obreros se pasaron de la raya; pero, en cualquier caso, M. Gorki escribía a propósito de la obra, que la consideraba «de un alto valor, tanto desde el punto de vista literario, como desde el punto de vista social» y que «el tono heroico de la obra y el heroísmo del argumento no pueden ser más provechosos en nuestros días». La obra fue aceptada para su representación en el teatro, fue autorizada por el Comité del Repertorio Central y luego... ¿Se llegó a montar la obra para ese público obrero que le había dado tal calificación? No: la obra, que ya estaba a mitad de los ensayos en el teatro y anunciada en cartel, fue prohibida por requerimiento del Oblit de Leningrado.

La muerte de mi tragedia Atila fue, en verdad, una tragedia para mí: a partir de entonces, me di cuenta de que cualquier tentativa para cambiar mi situación resultaría inútil; además, poco después estalló la famosa historia de mi novela Nosotros y Caoba de Pilniak. Naturalmente, para aniquilar al diablo se permite la utilización de cualquier estratagema; y mi novela, escrita nueve años antes, en 1920, fue presentada junto a Caoba, como si fuese mi último trabajo, mi nueva obra.

Se organizó una persecución sin precedentes en la literatura soviética, mencionada incluso en la prensa extranjera: se hizo todo lo imaginable para cerrarme cualquier posibilidad de continuar con mi trabajo. Comencé a dar miedo a mis antiguos camaradas, a las editoriales, a los teatros. Quedó prohibida la distribución de mis libros en las bibliotecas.

Mi obra de teatro La pulga, representada con constante éxito en el Teatro de Arte durante cuatro temporadas, fue retirada del repertorio. Se suspendió la edición de mis obras completas en la editorial Federatsia. Cualquier editorial interesada en editar mis trabajos se expone al fuego inmediato, que ya han experimentado tanto Federaisia como Tierra y fábrica, y especialmente «la editorial de los escritores de Leningrado». Esa última editorial incluso se arriesgó a tenerme durante todo el año como miembro del consejo de dirección y se atrevió a utilizar mi experiencia literaria, encargándome la corrección estilística de obras de escritores jóvenes, algunos de los cuales eran comunistas. Esta primavera, la sección del RAPP de Leningrado logró mi salida del consejo de dirección y la suspensión de mi trabajo. La Gaceta Literaria lo anunció triunfalmente, añadiendo de forma inequívoca: «La editorial debe ser conservada, pero no para los Zamiatin».

Se cerró la última puerta que permitía a Zamiatin llegar al lector: lo que constituía la publicación de mi sentencia de muerte.

El código penal soviético prevé una pena aún peor que la pena capital: la expulsión del país. Si realmente soy un criminal y merecedor de una pena, con todo, pienso que no debe ser tan grave como la muerte literaria; y por eso pido su sustitución por la expulsión de la URSS, con derecho a que mi mujer me acompañe. Si no soy un criminal, pido permiso para viajar temporalmente al extranjero junto con mi esposa, aunque sólo fuera por un año, con la posibilidad de regresar en el momento en que sea posible en nuestro país servir a las grandes ideas de la literatura sin tener que actuar de lacayo de gente insignificante; en el momento en que cambie la opinión, aunque sólo sea en parte, sobre el papel del escritor en nuestro país. Y creo que ese momento no tardará mucho en llegar, porque, inmediatamente después de haber creado con éxito una base material, se plantea de forma ineludible la creación de una superestructura, un arte y una literatura que realmente sean dignos de la revolución.

Sé que la vida en el extranjero no me resultará fácil, porque no puedo permanecer allí, en un medio reaccionario; de eso ofrece suficientes testimonios mi pasado (me afilié al partido bolchevique durante los tiempos zaristas, fui encarcelado en esa misma época y fui exiliado dos veces; tuve que responder ante un tribunal durante la guerra por un escrito antimilitarista). Sé que aquí, debido a mi costumbre de escribir según mi conciencia y no por mandato alguno, se me considera un escritor de derechas; mientras que allí, por esa misma causa, tarde o temprano me tildarán probablemente de bolchevique. Pero incluso bajo esas difíciles condiciones, allí no me condenarán a guardar silencio, allí tendré la posibilidad de escribir y de publicar, aunque no sea en ruso.  

Si por las circunstancias me veo ante la imposibilidad (temporalmente, espero) de escribir en ruso, quizá consiga, como lo consiguió el polaco Joseph Conrad, convertirme temporalmente en un escritor en inglés, cuando además ya he escrito en ruso alguna cosa sobre Inglaterra (el relato satírico Los isleños, y otras cosas) y escribir en inglés no me resulta mucho más difícil que en ruso. Iliá Ehrenburg, sin dejar de ser un escritor soviético, trabaja desde hace tiempo principalmente para la literatura europea, escribiendo para ser traducido a lenguas extranjeras: ¿Por qué lo que se le permite a Ehrenburg no se me permite a mí? Citaré aún otro nombre: B. Pilniak. Como yo (ha compartido conmigo plenamente el papel de diablo), ha sido el blanco principal de la crítica; y para descansar de esa persecución se le ha permitido viajar al extranjero. ¿Por qué lo que se le permite a Pilniak no se me permite a mí?

Podría basar mi solicitud para viajar al extranjero en motivos más corrientes, aunque no menos serios: para librarme de una antigua enfermedad crónica (colitis) necesito seguir un tratamiento en el extranjero; necesito también estar personalmente en el extranjero para llevar a la escena dos de mis obras, traducidas al inglés y al italiano (La pulga y La sociedad de los compañeros honoríficos, que ya han sido representadas en los teatros soviéticos). Además, la probable representación de esas obras me da la posibilidad de no agobiar al Narkomfln con una petición de dinero. Todos estos motivos son evidentes; pero no quiero ocultar que la razón principal de mi petición para que se me permita viajar al extranjero en compañía de mi mujer es mi desesperada situación como escritor dentro de la URSS, debido a la sentencia de muerte que ha sido pronunciada contra mí como escritor.

La extraordinaria atención con que han sido acogidos por su parte los otros escritores que se han dirigido a usted, me permite tener la esperanza de que también mi petición sea atendida.

Evgeni Zamiatin, Junio de 1931

Traducción de Víctor Gallego para Grijalbo Mondadori

Responder las Siguientes Preguntas

Al escribirle a Stalin estos dos escritores se arriesgaron a ser enviados a un Gulag (campo de concentración en la época de Stalin) o inclusive ser ejecutados.

1. ¿Qué piensa usted de esto? Es decir, ¿Cree que valía la pena el riesgo que corrían con tal de poder salir de la URRS?


En Colombia el artículo 24 de la Constitución Política dice que: 

Todo colombiano, con las limitaciones que establezca la ley, tiene 

derecho a circular libremente por el territorio nacional, a entrar y 

salir de él, y a permanecer y residenciarse en Colombia.

2. ¿Qué piensa de un país dónde sus ciudadanos no pueden salir de 
al exterior ni circular libremente por su territorio?

Según lo anterior

3. ¿Cómo cree que era la situación social y política en aquella 

época en la URRS?