Una movilización en defensa de la educación pública
Por Julián De Zubiría Samper
¿Por qué estamos enviando a los ‘pilos’ principalmente a las universidades privadas, si las públicas son más baratas para el Estado y tienen
mayor calidad? Estos son los argumentos para marchar este 4 de octubre.
Hay una
triste y preocupante realidad en la educación colombiana: si tomamos como punto
de partida el año 2000, fecha en la cual el Icfes elaboró las pruebas para
evaluar la consolidación de las competencias en la educación básica, la brecha
entre los estudiantes de los colegios privados y de los colegios oficiales
viene en aumento. Esta es mayor aún si la comparación se hace entre colegios oficiales
rurales y privados. Si involucramos el grado noveno, la brecha es todavía más
elevada que en quinto y, si se hace al culminar la educación media, sigue
creciendo. Esto significa que, hasta el momento, en Colombia la educación
oficial básica y media no está cumpliendo la función para la cual se diseñó:
disminuir las brechas y fortalecer la movilidad social.
Todavía es
tan baja la calidad de la educación oficial ofrecida, que no logramos impulsar
el ascenso social de la población menos favorecida.
Los niños y jóvenes,
modifican muy poco sus estructuras profundas durante su tránsito por la
escuela; debido a ello, casi no aprehenden a pensar, leer, escribir o
comunicarse. Esto significa, ni más ni menos, que, contrario a lo que se dice
con tanta frecuencia, el sistema educativo colombiano no solo no reduce, sino
que está aumentando la inequidad social. Es decir que quien ingresa a la
educación oficial, tiene menos probabilidades de ascender socialmente que quien
lo hace en el sector privado. Sabiendo esto, es muy común que los docentes
oficiales matriculen a sus hijos en la educación privada.
Dado lo
anterior, necesitaríamos un aumento significativo en la inversión y medidas
pedagógicas más estructurales en selección, evaluación y formación de docentes,
en educación inicial y en currículo, entre otros, para comenzar a revertir la
tendencia que se evidenció en el país en las dos últimas décadas en lo que
tiene que ver con el aumento de la inequidad en educación. Para poder sacar a
la gente de la pobreza con la educación, tendremos que sacar previamente a la
educación oficial de la pobreza pedagógica y financiera en la que la tenemos.
Con la educación oficial actual, no lo lograremos.
El
Ministerio de Educación Nacional (MEN) ha hecho todo lo posible por ocultar y
matizar la información anterior, pero la realidad es abrumadora: la educación
oficial básica, hoy por hoy, no logra favorecer el ascenso social, ya que es de
muy baja calidad. La situación es especialmente grave para la educación oficial
rural. Cada vez los niños campesinos están más lejos de lo alcanzado en
lectura, competencias y razonamiento numérico por parte de los niños que viven
en las ciudades.
Sin
embargo, la situación descrita se revierte por completo cuando revisamos el
proceso en la universidad. Lo anterior lo podemos comprender desde que utilizamos
las pruebas Saber Once al culminar la educación media y Saber Pro, al culminar
la educación superior. La diferencia entre estos dos resultados es lo que
permite estimar el valor agregado por la universidad. Hoy, ambas pruebas están
emparejadas y por ello podemos afirmar que de dos universidades que alcancen el
mismo Saber Pro, tendrá mayor valor agregado, aquella que haya iniciado con
estudiantes que estaban en un nivel más bajo al ingresar a la universidad.
Teniendo
en cuenta el criterio anterior, se puede concluir que en Colombia existen
excelentes universidades públicas, ya que, en promedio, agregan más valor que
las universidades privadas más reconocidas. Es así que, en lectura crítica,
tres de las cinco universidades que agregan más valor son oficiales. Esto
quiere decir que son mejores universidades porque logran que sus estudiantes
consoliden en mayor medida sus procesos lectores. Esto no es visible utilizando
las pruebas Saber Pro, porque ellas ocultan que los estudiantes que ingresan a
las universidades privadas tienden a iniciar con un nivel muy superior en las
pruebas Saber once. Dicho de otra manera, los excelentes resultados que
alcanzan algunas universidades muy prestigiosas en las pruebas Saber Pro se
deben, en buena parte, a que recibieron estudiantes con muy altos niveles
iniciales de razonamiento numérico, lectura crítica y argumentación.
En el caso
de la lectura crítica se destacan especialmente la Universidad de Antioquia, la
Nacional y la Pedagógica. Son universidades en las que se observa mayor avance
frente al nivel que tenían sus estudiantes en el momento de ser admitidos. En
el caso de razonamiento cuantitativo, a la par con las dos primeras
anteriormente nombradas, también se destacan la Industrial de Santander y la
del Valle.
Si el
criterio de valoración no fueran las pruebas de valor agregado sino la
investigación, también hay que resaltar que las tres universidades con más
grupos de investigación reconocidos por Colciencias son oficiales: la Nacional,
la de Antioquia y la del Valle.
De otro
lado, el exrector de la Universidad Nacional, el profesor Moisés Wasserman, ha
estimado en 11 millones el valor anual que el Estado le transfiere a la
Universidad Nacional, en promedio, por estudiante regular, mientras que un
estudiante ‘pilo’ le cuesta hoy en día al país, también en promedio, el doble de
ese valor.
Si tenemos
en cuenta los dos criterios anteriores, la muy alta calidad de algunas de las
universidades oficiales y el costo por estudiante, la pregunta es evidente:
¿Por qué estamos llevando a los estudiantes de Sisbén 1 y 2 a universidades más
costosas y de menor calidad que las principales universidades oficiales del
país? ¿Por qué tenemos tan solo 4 estudiantes ‘pilos’ en la Universidad
Pedagógica Nacional y 1.869 en la Universidad de los Andes, aunque la
Pedagógica agrega más valor en lectura que la prestigiosa universidad privada?
Es
incomprensible que, teniendo universidades oficiales de tan alta calidad,
hayamos creado un programa para transferir significativos recursos hacia las
principales universidades privadas del país. También lo es que, de los recursos
CREE que se destinaban el 100 por ciento a las universidades oficiales hasta el
año 2015, para el año 2017, el 66 por ciento de estos recursos se esté
transfiriendo al Icetex y al programa Ser Pilo. Quien conozca esto puede
concluir que, contrario a lo que afirman sus defensores, el programa bandera de
la actual administración, claramente, está desfinanciando la educación pública.
El 4 de
octubre, miles de estudiantes saldrán a la calle para exigir mayor financiación
para las universidades oficiales del país. Una de las consignas exigirá que el
billón de pesos que costará el programa Ser Pilo Paga en 2018 sea destinado, a
partir de la fecha, exclusivamente a las universidades oficiales. Sin la menor
duda, así debería ser. Eso lo sabe hasta el propio MEN, que ha realizado los
estudios de valor agregado que evidencian la alta calidad y el menor costo de
las principales universidades oficiales del país. En cualquier caso, los
recursos públicos deben destinarse exclusivamente a apoyar las universidades
oficiales. Eso lo sabe cualquier demócrata. Pero lo que no sabían los
ciudadanos es que las universidades privadas cuestan más, aunque agregan menor
valor que las principales universidades oficiales del país. Cuando lo sepan,
espero que también salgan a marchar en defensa de la educación oficial. La
fecha es el 4 de octubre y el motivo es aumentar la financiación de la
educación oficial e impedir que los recursos públicos terminen mejorando las
instalaciones de las universidades privadas. Desde el punto de vista económico,
social y político, es inconcebible que los recursos de todos se estén
transfiriendo a las principales universidades privadas del país, mientras las
universidades oficiales se están cayendo.
El mejor
regalo, en sus 150 años, es garantizarle larga vida a la Universidad Nacional.
Ahora sabemos que también sería el mejor regalo para el país y para la
democracia.
Julián De Zubiría Samper
Director del Instituto Alberto Merani y consultor en educación de las Naciones Unidas.
Twitter: @juliandezubiria
Director del Instituto Alberto Merani y consultor en educación de las Naciones Unidas.
Twitter: @juliandezubiria
http://www.semana.com/educacion/articulo/ser-pilo-paga--marcha-de-universidades-publicas-contra-ser-pilo-paga/542436
No hay comentarios:
Publicar un comentario